El pensamiento complejo en las ciencias de la salud.
The complex thought in the health sciences

Resumen

Las formas de pensamiento han evolucionado inevitablemente. Actualmente la fase de transición se encuentra dirigida hacia el pensamiento complejo; autores como Edgar Morín y Matthew Lipman han sido precursores en la materia. Relacionar este tipo de pensamiento con las situaciones que se viven dentro de la formación en profesionales de las ciencias de la salud es una buena forma de ejemplificar de entre todos los elementos de la teoría, por el momento la inteligencia ciega. El presente ensayo realiza una breve revisión desde dos puntos importantes: 1) lo complejo y 2) la inteligencia ciega; conforme se van desentramando los dos puntos, se puede ir notando la conceptualización de lo complejo y a la vez un ejemplo con respecto a las ciencias de la salud, la explicación de la experiencia y lo que nos ha reflejado como parte de la vivencia de ser docentes que alguna vez fueron estudiantes. Nuestra conclusión llega hasta el nivel del asombro como elemento de la teoría de la complejidad, y la esperanza es llegar a conocer más la inteligencia ciega.


Palabras clave:pensamiento complejo, desarrollo humano, ciencias de la salud.

Abstract

The forms of thinking have inevitably evolved. Currently the transition phase is directed towards complex thinking; Authors like Edgar Morin and Matthew Lipman have been precursors in the matter. To relate this type of thinking to the situations that are lived within the training in professionals of the sciences of the health is a good way to exemplify of between all the elements of the theory, for the moment the blind intelligence. The present essay makes a brief review from two important points: 1) the complex and 2) the blind intelligence; As the two points are unraveled, we can see the conceptualization of the complex and at the same time an example with regard to the health sciences, the explanation of the experience and what has reflected us as part of the experience of being teachers Who were once students. Our conclusion reaches the level of astonishment as an element of the theory of complexity, and the hope is to get to know more the blind intelligence.


Keywords: complex thinking, human development, health Sciences.


Pensar en ciencias de la salud implica varios razonamientos desde diferentes perspectivas. Desde la perspectiva social el razonamiento vendría en pensar sobre la formación de recursos humanos y su impacto social, que evidentemente tiene relación con la mejora en el bienestar de las personas. Desde la perspectiva económica el razonamiento vendría en pensar sobre la repercusión que tienen los gastos en formación de futuros profesionales de la salud, el impacto del gasto en salud de las personas que no son bien atendidas o que no siguen las indicaciones para el cuidado de su bien más preciado: la salud.

Sin embargo, desde la perspectiva del desarrollo humano con un enfoque apoyado desde la psicología y la educación, pensar en ciencias de la salud desde nuestra perspectiva de formadores de recursos humanos para la salud, implica dos vías: la del profesional de la salud y la del usuario de servicios de salud. El caso particular del Instituto de Ciencias de la Salud incluye siete carreras profesionales enfocadas a la salud: Medicina, Enfermería, Cirujano Dentista, Psicología, Gerontología, Farmacia y Nutrición; en todas ellas se ven implicados los actores: docentes y alumnos. Es decir, el proceso de formación de profesionales de la salud tendría que ser visto como un sistema según la perspectiva del pensamiento complejo como parte del desarrollo humano, en este caso con base en la teoría propuesta por el autor Edgar Morín. He aquí más elementos para discurrir en el tema:

  1. Autores contemporáneos doctos en el tema del pensamiento complejo, tales como Matthew Lipman y Edgar Morín proponen que hoy se puede hablar de lo complejo a partir de tres sentidos complementarios: a) ciencias de la complejidad, en el caso de investigaciones que se acercan a una comprensión del mundo como un sistema entrelazado; b) cosmovisión compleja, en el caso de elaboraciones de carácter filosófico como lo propuesto por Bertalanffy, y por otro lado el modelo de Bronfenbrenner (modelo ecológico sistémico), donde se relacionan los estudios científicos con la vida práctica; y c) pensamiento complejo desde la interpretación de Edgar Morín, quien propone un método nuevo que integra las ciencias y su conjugación con el pensamiento humanista, político social y filosófico. A partir lo anterior, nos basaremos en este primer momento solamente en las ciencias de la complejidad para ejemplificarlas a partir de las ciencias de la salud.
  2. Así mismo, exponemos un aporte puramente humano caracterizado por el antagonismo y la complementariedad, bases importantes de lo complejo; para ello contaremos con la teoría del pensamiento complejo, donde Edgar Morín explica seis elementos que lo componen: 1) la inteligencia ciega; 2) el diseño y el designio complejos, 3) el paradigma y la complejidad; 4) la complejidad y la acción; 5) la complejidad y la empresa; y 6) la epistemología de la complejidad. En el caso que nos ocupa sobre las ciencias de la salud, abordaremos solamente el primer elemento: la inteligencia ciega.

Para comenzar, diremos que de acuerdo con Morín4, el conocimiento de lo complejo ha impactado en áreas científicas que estudian la naturaleza y la sociedad. Según el Pensamiento Complejo1,2, el estudio de un fenómeno se puede hacer desde la dependencia de dos perspectivas: holística y reduccionista. La primera, se refiere a un estudio desde el todo o todo múltiple; y la segunda, a un estudio desde las partes.

A partir de aquí, ponemos en contexto la definición de sistema, que se refiere a “un conjunto de reglas, principios o medidas que tienen relación entre sí”; o bien es un objeto complejo cuyos componentes se relacionan con al menos algún otro componente; puede ser material o conceptual1. Todos los sistemas tienen composición, estructura y entorno, pero sólo los sistemas materiales tienen mecanismo, y sólo algunos sistemas materiales tienen forma.

El estudio de lo complejo ha impactado también en el ámbito más directo de las interacciones de los seres humanos: la educación, la interpretación de la sociedad, la política, y la comprensión del momento actual que vive la humanidad. El problema de la complejidad ha pasado a ser el problema de la vida y el vivir, el problema de la construcción del futuro y la búsqueda de soluciones a los problemas contemporáneos. En palabras de Edgar Morín5, cuando se habla de complejidad «Se trata de enfrentar la dificultad de pensar y de vivir».

Con esto en el tintero, nos avocamos ahora al área de ciencias de la salud. Si bien cada carrera de las siete ya mencionadas, tiene sus particularidades, la designación del entorno en el Instituto de Ciencias de la Salud nos ayudan a verlas como un sistema integrado; al pensar en Multidisciplina logramos una imagen más o menos clara con las siete carreras del Instituto. En el caso específico de consulta (en cualquiera de las siete), cada estudiante deberá ser formado con la capacidad y la habilidad para obtener información verídica e importante para el diagnóstico y tratamiento del usuario que atiende.

Ello simultáneo al hecho de que el estudiante en formación cuenta con sus propias complejidades personales: es foráneo y vive solo, tiene problemas existenciales (sentido de vida) que lo llevan a complejidades personales como el pensar si de verdad quiere estudiar esa carrera o cambiar a otra. Y entra ahí en juego la necesidad de clarificarse como ser humano, como ser pensante y como ente comprometido con la sociedad a ser un profesionista con ética, disciplina, responsabilidad e implicaciones morales, sociales, económicas entre otras, que en ese momento de duda existencia en su vida, no puede enfrentar adecuadamente.

Son ciencias de la complejidad porque buscan el sentido de su propia vida, más la importancia de sobrevivir, de mantener vivo al paciente, en algunos de los casos. De primera mano, no sabemos qué va a pasar con ese alumno cuando egrese, pero tenemos la esperanza de que logre la habilidad, y como docentes hacemos todo lo posible por ayudarlo a desarrollarla.

En tanto que Morín 4 abunda: "El pensamiento complejo termina con el asombro. Todo me asombra, siempre, cada vez más. Estar aquí, vivir, morir, estar por las calles mirar mi gata que me mira...Todo es increíble...Mi conciencia se asombra de que yo sea un ser físico, un autómata, un poseso y se asombra de ser consciente entre tanta inconsciencia". Ciertamente, los docentes nos quedamos asombrados ante la complejidad personal que puede tener tan sólo un alumno de cualquier carrera de las ciencias de la salud.

Ahora bien, con respecto al punto número dos, la inteligencia ciega, Morín (1999) la resalta como una toma de conciencia. “hemos adquirido conocimientos sin precedentes sobre el mundo físico, biológico, psicológico, sociológico; la ciencia ha hecho reinar los métodos de verificación empírica y lógica y sin embargo, el error, la ignorancia, la ceguera, progresan por todas partes. … nos es necesaria una toma de conciencia radical”.

Las ciencias de la salud desde una perspectiva del pensamiento complejo, notado solo el elemento “inteligencia ciega” nos pone en entredicho las estrategias docentes para desarrollar las habilidades de los estudiantes. Supongamos que está el estudiante dentro del aula a la espera de recibir cátedra; llega el docente, dispone correctamente los materiales de apoyo y comienza su cátedra desde un enfoque conductista, donde ejerce un estímulo y sus estudiantes generan una respuesta; ya se conocen y cada cual ya sabe qué esperar de cada quien. Un ejemplo más, ahora desde la perspectiva constructivista: supongamos que es el grupo, otro docente que previo a clase había encargado leer sobre el tema de clase y que el grupo de estudiantes estuviera organizado por equipos, de forma tal que al llegar a clase se podrá realizar una actividad colaborativa con aprendizaje significativo.

Sin embargo, siguiendo la perspectiva de la inteligencia ciega, “nos es necesaria una toma de conciencia radical”, a decir de Morín4, “la causa profunda del error no está en el error de hecho (falsa percepción), en el error lógico (incoherencia), sino en el modo de organización de nuestro saber en sistemas de ideas (teorías, ideologías)6.

Es en este momento que entra en contexto un tercer actor: el método ELI (Enseñanza Libre de Improvisación), desde la perspectiva educativa en ciencias de la salud. Cualquiera que sea el método o estrategia o técnica didáctica por el cual nos aproximemos como docentes a ser un puente entre el conocimiento y el estudiante, la clave radica en que hagamos una toma de conciencia radical. Según Morín, “las amenazas más graves que enfrenta la humanidad están ligadas al progreso ciego e incontrolado del conocimiento (manipulaciones de todo orden, desarreglos ecológicos, etc.)”3,4. Es decir, un docente responsable apoyará a su alumno a que tenga creatividad suficiente para resolver un problema dado en el ámbito escolar como ejemplo de un caso de la vida real. Pero lo esperado será verdaderamente impactar en una organización real del conocimiento, donde la patología del saber no nos lleve a la egolatría, sino al acercamiento más propio del hecho en su amplitud, con detalles incluidos.

Es así que, de tal suerte, el significado de lo “complejo” se observa desde un nuevo ángulo para designar al ser humano, a la naturaleza, y a nuestras relaciones con ella. Se hace referencia a la comprensión del mundo como un todo integral, múltiple y sistémico: Morín, Bertalanffy, Bronfenbrenner, Lipman y los contemporáneos de lo complejo2,3.

Por todo lo anterior, presentamos a continuación nuestra conclusión respecto al tema.  La necesidad del pensamiento complejo para nosotros en el tema de las ciencias de la salud aún no es tan tangible abiertamente; debido precisamente a su sentido de complejo. Nos quedamos hasta el nivel de asombro sobre la formación y resultados que se obtienen con los egresados de las licenciaturas de ciencias de la salud, con la esperanza de desarrollar en ellos una habilidad lo más cercana posible, como en el ejemplo, a la dinámica de obtener información para el bienestar del usuario del servicio de salud. Además, con la participación como docente-tutor al menos en esta Universidad, brevemente logramos llegar a ser un puente entre el alumno y la interpretación que tiene de sí mismo (su sentido de vida), aportándole pasajes de la experiencia propia, sugerencias sobre lo que el docente haría si estuviera en el lugar del alumno (foráneo, estudiar esa carrera u otra) y en definitiva, tratando de averiguar si en sí mismo, al quitarse la etiqueta de docente, también tiene resuelta su propia complejidad de sentido de vida y si cuenta o no con un tipo de inteligencia ciega. Será necesario retomar el camino que avance a partir de la complejidad, hasta lograr llegar a una conciencia más “radical” que nos evite la ceguera de la inteligencia.

Referencias

1Bunge, M. Diccionario de filosofía. Ed. Siglo XXI. Tomo 1. Pág. 253.1999. México.

2Morín, E. El método. Naturaleza de la naturaleza. Ed. Cátedra.1993. España.

3Morín, E., Le Moigne, JL. L’intelligence de la complexité. Ed. L’Harmattan. Pág. 43-47.1999. Francia.

4Morín, E. Introducción al pensamiento complejo. Ed. Gedisa. 2009. México.

5Morín, E. El método, tomo 6. Ed. La Ética. Pág. 224. 2004. Paris, Seuil.

6Belcan. ¿Qué es el pensamiento complejo? Multiversidad Mundo Real Edgar Morín. 2017. Consultado el 21 de febrero de 2017. Disponible en red, desde: http://www.multiversidadreal.edu.mx/que-es-el-pensamiento-complejo


[a] Profesor (a) del área académica de Enfermería Instituto de Ciencias de la Salud Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.

[b] Profesor (a) del área académica de Medicina Instituto de Ciencias de la Salud Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.

[c] Profesor del área académica de Odontología Instituto de Ciencias de la Salud Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo