La presente reseña analiza el libro derivado de diversos trabajos de investigación que plantea el lado oscuro de las relaciones de pareja a partir de estudios socioculturales realizados con y para población mexicana, lo que da relevancia a las escalas plasmadas abordando desde la satisfacción y la comunicación en la relación de pareja, los celos y el conflicto, hasta la infidelidad y los estilos de poder dentro de una interacción romántica.
Palabras clave: satisfacción, comunicación, poder, celos, infidelidad
This review analyzes the book derived from various research works that raises the dark side of the couple's relationships based on socio-cultural studies carried out with and for Mexican population, giving relevance to the scales taken addressing from satisfaction and communication in the couple's relationship, jealousy and conflict, even infidelity and power styles within a romantic interaction.
Keywords: satisfaction, communication, power, jealousy, infidelity
Este libro derivado de diversos trabajos de investigación, plantea principalmente el lado oscuro de las relaciones de pareja a partir de estudios con muestras mexicanas. Las escalas plasmadas en él, abordan desde la comunicación en la relación de pareja, los celos y el conflicto, hasta los estilos de poder dentro de una interacción romántica y la infidelidad. Como su nombre lo indica el libro consta de ocho capítulos, cada uno de ellos escrito por diferentes autores y conteniendo como resultado una o varias escalas de medición para algún constructo, principalmente de lado negativo de las relaciones de pareja. Entendiendo el lado negativo de la pareja como aquel que se asocia a la disolución, la insatisfacción de la relación, e incluso el perjuicio en la calidad de vida de los involucrados.
En el primer capítulo Sofía Rivera Aragón, rolando Díaz Loving, Mirta Margarita Flores Galaz, Nancy Montero Santamaría y Fernando Méndez Rangel nos introducen al mundo de los celos a través de la Escala multidimensional de celos (EMUCE) para adultos.
Los autores mencionan que para los psicólogos socioculturales, los celos no tratan de una relación tríadica, sino de un cuarteto formado por el rival, el miembro de la pareja objeto de deseo, el componente de la relación víctima de los celos y la comunidad.
Hacen énfasis en que diversos autores coinciden que los componentes de la definición de celos son: la amenaza a la relación y autoestima, temor de pérdida, posesividad del ser amado, ansiedad, depresión. El impacto que causan los celos sobre el individuo, atentan contra su autoestima en forma de humillación y vergüenza.
Los autores hacen un recorrido por las principales escalas de celos creadas y empleadas hasta la fecha. Finalizando con la de Rivera: la Escala Multidimensional de Celos (EMUCE) que consta de 12 factores dividido en 2 dimensiones. La dimensión inicial, denominada emociones y sentimientos, se conformó por: respuestas emocionales generadas por celos, enojo, actitud negativa, dolor, control y temor; la segunda, llamada cogniciones y estilos, se conformó por: obsesión por la pareja, suspicacia e intriga, confianza-desconfianza, confianza, frustración y desconfianza.
Para obtener la validez de constructo de la dimensión estilo y cogniciones, los autores ejecutaron un análisis factorial de componentes principales con rotación ortogonal, quedó conformada por 55 reactivos, con una consistencia interna total de 0.939 en la prueba de Alfa de Cronbach. Los factores que lo conformaron son: obsesión por la pareja, suspicacia e intriga, confianza personal, desconfianza, posesión, frustración, evasión y confianza en la pareja.
Mientas que, para obtener la validez de constructo de la dimensión emociones y sentimientos, se hizo un análisis factorial de componentes principales con rotación ortogonal, se compone por 56 reactivos con una consistencia interna de 0.959 en la prueba de Alfa de Cronbach. Los factores de esta dimensión fueron: respuestas emocionales generadas por los celos, enojo, actitud negativa, dolor, control, temor y agresividad.
Con la revisión de la escala original y los cambios encontrados, se determinó que la definición de Rivera sigue vigente, aunque se anexan elementos nuevos. Los celos son entendidos como un constructo muldimensional que tiene componentes emocionales, cognoscitivos y conductuales, tales como enojo, dolor y temor; destacan obsesión y necesidad de poseer; desconfianza, intriga, control, evasión.
Dentro de la dimensión estilo y cogniciones se incluyen los factores de obsesión por la pareja, suspicacia e intriga, confianza personal, desconfianza, posesión, frustración, evasión y confianza en la pareja. En la dimensión emociones y sentimientos se incluyen los factores: reacciones emocionales generadas por celos, enojo, control, dolor, actitud negativa, temor y agresividad.
En el segundo capítulo Fernando Méndez Rangel, Sofía Rivera Aragón y María Emilia Lucio y Gómez Maqueo, muestran la Escala Multidimensional de los celos para adolescentes (EMUCE-A) creada para adolescentes. Enfatizando que los celos son consecuencia de un exagerado afán de poseer a alguien de forma exclusiva y su base es la infidelidad, real o imaginaría de la persona amada.
En cuanto a la medición los autores plantean un recorrido de las escalas desarrolladas principalmente en el ámbito infantil y adolescente. Posteriormente los autores describen que con la intención de analizar psicométricamente de la Escala Multidimensional de los Celos para Adolescentes (EMUCE-A), se contó con la participación de 459 mexicanos, con una edad entre 12 y 18 años, todos mantenían un noviazgo al momento de contestar, fueron seleccionados a partir de un muestreo no probabilístico.
La validación de la EMUCE-A se desarrolló a partir de una adaptación del vocabulario de la EMUCE versión para adultos, consta de 105 reactivos, en 12 factores, clasificados en 2 dimensiones. A partir de un análisis factorial de componentes principales con rotación ortogonal se generó una escala de 89 reactivos, distribuido en 8 factores: control, enojo, dolor, miedo, sospecha, desconfianza, confianza, incertidumbre ante el pasado.
Se halló que los celos en las relaciones románticas de los adolescentes son un fenómeno complejo que está compuesto por elementos internos y externos. En los elementos internos se encuentra: enojo, dolor y miedo, amén de cogniciones como sospecha, confianza, desconfianza e incertidumbre ante el pasado romántico de la pareja; en los elementos externos está conductas que marcan el control sobre la pareja. Así, la forma en que los adolescentes viven y reaccionan ante los celos, difiere de cómo lo hacen los adultos, de acuerdo con los hallazgos de estos autores.
Finalmente en este capítulo, los autores concluyen que los celos son una emoción natural que puede darse en cualquier relación interpersonal, pueden ser considerados como un factor negativo dentro del vínculo de pareja por las consecuencias que conlleva.
Para el tercer capítulo Angélica Romero Palencia, Sofía Rivera Aragón y Rolando Díaz Loving, plasman el inventario Multidimensional de Infidelidad (IMIN), en una versión revisada de la original publicada en el 2007.
Los autores mencionan que la relación de pareja puede llegar a ser el vínculo más cercano que tiene una persona, y que este tipo de relación implica exclusividad sexual de la pareja, donde cerca del 99% de personas casadas lo exigen. Por ello la infidelidad repercute en las relaciones de pareja y es considerada la primera causa de divorcio a nivel mundial.
Los autores mencionan que las relaciones sexuales desarrolladas con una pareja diferente a la pareja han sido reguladas, prohibidas y castigadas por la estructura social, sobre todo las occidentales. Las relaciones extradiádicas, aquellas que se dan fuera de la pareja formal, pueden ser permitías o prohibidas, consideradas infidelidad o no, dependiendo del grupo social en que se sitúe la acción.
También hacen énfasis en que la infidelidad es resultado de una serie de regulaciones que cada cultura ha creado y transformado a lo largo del tiempo siendo dos las principales modalidades de la infidelidad: La emocional o enamoramiento y la sexual que se asocia directamente al coito.
De la misma manera, los autores plantean que las intensiones o deseos de infidelidad se encuentran correlacionados de manera negativa con el compromiso hacia la relación, y de manera positiva con la insatisfacción, la infidelidad previa y el apoyo social, debido a que este tipo de vínculos suelen tener recompensas potencialmente altas y pueden sobrepasar a la relación estable en términos de excitación sexual, crecimiento personal, auto-descubrimiento y comunicación. Por lo que es importante indagar además de la conducta, el deseo o pulsión que sienten las personas de llevarla a cabo.
Dentro del análisis los autores plantean que existen diversas justificaciones para tener una relación extramarital, entre las que destacan: Variedad sexual, intimidad sexual, Motivación extrínseca y Amor. Adicionalmente plantean que las consecuencias de la infidelidad difieren de un individuo a otro, se pueden detectar dos grandes polos: 1) Polo negativo: caracterizado por conflicto en relación, violencia, rompimiento; 2) Polo positivo: que es aquel que ayuda a sostener o mejorar una relación, revaloración de la pareja, reconstrucción de lazo.
Así, después de un análisis de las escalas previamente creadas para medir motivos o conducta infiel, los autores planteanEl inventario Multidimensional de la Infidelidad (IMIN), creado por Romero y colaboradores y conformado por 4 subescalas que evalúan la conducta infiel, los motivos de la infidelidad, el concepto y las consecuencias.
A partir de un análisis factorial de componentes principales con rotación ortogonal se validó el constructo, con una muestra de alrededor de 500 personas; se eligieron 4 factores: infidelidad sexual, deseo de infidelidad emocional, deseo de infidelidad sexual, infidelidad emocional; la escala quedo constituida por 26 reactivos; tiene una consistencia interna de 0.983.
Para la Subescala de motivación de infidelidad, se eligieron 7 factores: insatisfacción en la relación, sexualidad, inestabilidad emocional y social, ideología y normas, impulsividad, apatía y agresión; la consistencia interna fue de 0.980.
Para la Subescala de creencias de la infidelidad, fueron elegidos 6 factores: transgresión a la relación, sentimiento de pérdida, insatisfacción, pasión, inseguridad, amor hacia otro; con una consistencia interna de 0.965.
Para la Subescala de consecuencias percibidas en la infidelidad se obtuvieron dos factores: consecuencias negativas de la infidelidad y consecuencias positivas de la infidelidad; se determinó una consistencia interna de 0.772.
Finalmente, en este capítulo los autores concluyen que la constitución del inventario, con base en las 4 subescalas, es capaz de explicar el fenómeno de la infidelidad en todos los aspectos completados por la literatura: conducta, creencias, motivación y consecuencias.
Al llegar al cuarto capítulo Sofía Rivera Aragón, Rolando Díaz Loving, Cinthia Cruz del Castillo y Claudia Ivethe Jaen Cortés plantean el manejo del conflicto como un constructo importante de medición en el lado negativo de las relaciones de pareja.
Estos autores describen el conflicto como una consecuencia natural de la interacción, que surge de la diferencia de intereses en una interacción, tiene características específicas dependiendo del contexto y exige un proceso de respuesta, también destacan la importancia de la forma de cómo se le enfrenta, la cual puede ser destructiva o constructiva.
En el ámbito de pareja, plantean que existen diversas situaciones de conflicto: Hijos, intereses y gustos, actividades de la pareja, actividades propias, religión, personalidad, relaciones sexuales, dinero, celos, orden/cooperación, familia.
Los autores describen estudios sobre conflictos en la pareja e indican que éstos son normales, inevitables y necesarios. Sin embargo, la capacidad de la pareja para manejar los conflictos y los medios que se utilicen, constituyen factores que pueden repercutir en el nivel de satisfacción o solución.
La negociación, por lo tanto, implica una discusión entres las partes con la meta de llegar a un acuerdo de acuerdo con los autores y para lograr la negociación no se debe pasar por alto que la interacción conflictiva tiene causas cognitivas y afectivas.
Manejar el conflicto de forma adecuada resulta difícil para la mayoría de la gente. Algunas de las explicaciones para la intensificación del conflicto se basan en dos hipótesis: la hipótesis del déficit de habilidades de comunicación y el conflicto como manejo de estrés.
Así, los modelos teóricos del conflicto de acuerdo con los autores, surgieren cinco comportamientos que varían en dos dimensiones: preocupación por unos mismo y preocupación por la relación. Estos comportamientos son: agresividad (alta preocupación por uno mismo y baja por la relación), resolución (preocupación por ambas dimensiones), tranquilizados (baja preocupación por uno mismo y alta por la relación), evitación (baja preocupación por amabas dimensiones), compromiso (moderado en ambas dimensiones).
A partir de esto los autores desarrollaron la Escala de Estrategias de Manejo de Conflictos, basada en la de Rivera y colaboradores, publicada en el 2004, empleando una muestra no probabilística, accidental, de la Ciudad de México de 172 hombres y 228 mujeres.
Se obtuvieron 26 reactivos distribuidos en siete factores: 1) negociación: entablar un dialogo, buscar y alcanzar una solución; 2) automodificación: la persona despliegue un autocontrol; 3) afectuoso: estrategias como ser cariñoso y amoroso; 4) evitación: alejamiento temporal de la pareja; 5) racional: búsqueda de las causas de la discusión; 6) acomodación: se acepta que se cometieron errores y se asume la culpa del problema; 7) separación: alejarse hasta que las cosas se calmen y esperar el momento oportuno para hablarlo.
Finalmente, los autores concluyen en este capítulo, que este instrumento en comparación con la escala original, se volvió más eficaz y eficiente la medición de las diferentes estrategias que emplean las personas para resolver los conflictos en si vida de pareja, lo que preverá la reducción de consecuencias en la salud física y mental.
En el quinto capítulo Sofía Rivera Aragón, Rolando Díaz Loving y Mirna García Méndez, describen la escala de poder en la relación de pareja.
De acuerdo con los autores el poder es la capacidad de efectuar a otra persona y la influencia es el uso de esa capacidad. Plantean diversos tipos de poder, y mencionan que, a nivel interpersonal, se clasifica en seis áreas: 1) Recompensa del poder (da el poder para ofrecer varios tipos de premios); 2) Coerción (presión mediante la amenaza de castigar); 3) Poder experto (poder de tracción de un superior); 4) Poder informativo (influencia del mensaje en lugar de en la persona que lo entrega); 5) Poder legislativo (puesto por la ley o costumbre); 6) Poder referente (relativo al estatus de un miembro).
También mencionan que el poder es un constructo que incorpora de forma analítica tres dominios: base del poder, recursos económicos y personales; proceso del poder, técnicas de interacción; resultados del poder, quien determina la solución.
Un punto a destacar es que de acuerdo con los autores el poder se relaciona estrechamente con otros fenómenos negativos como la violencia, por su capacidad de producir efectos intencionados imponiendo sobre el otro u otros una decisión que desea un individuo.
La escala final obtenida de Estilos de Poder, cuenta con 7 factores conformados y una confiabilidad de 0.839; desaparecieron los factores laissez faire y agresivo, y surgió el hostil; de igual manera se redujo el número de reactivos, quedando los factores: Hóstil, Democrático, Afectuoso, Tranquilo, Autoritario, Sumiso y Negociador.
La Escala de estrategias de poder cuenta con 34 reactivos con una confiablidad de 0.634, se eliminaron 41 reactivos y 9 factores, algunos factores se juntaron en uno solo que abarca más elementos, quedando únicamente los factores dominio, Equidad/Racional, Recompensas, Manipulación/Chantaje y Coerción.
De acuerdo con los autores, ambas escalas mantienen una estructura general muy similar a las validadas previamente, la Escala de Estilos de Poder se basa en la interacción de las parejas al momento de buscar ejercer el poder, o bien, al convencer al otro de hacer lo que una persona quiere mientras que, en el caso de las estrategias, los factores que surgieron puede facilitar la evaluación de esta variable porque abarca más conductas que la gente tiende a realizar. Finalmente, por lo que respecta a estilos, la estructura es muy similar a la de la primera versión.
Para el sexto capítulo, Fernando Méndez Rangel, Sofía Rivera Aragón, María Emilia Lucio y Gómez Maqueo y Claudia Ivethe Jaen Cortés presentan la Escala de violencia en el noviazgo para adolescentes (versión receptor) (EVNA-R).
Los autores plantean que la violencia en el noviazgo es un patrón de actos repetidos que abusan, de manera física, sexual o verbal, de un miembro de la pareja sin vinculo marital. Esta pareja puede ser heterosexual u homosexual.
De acuerdo, con su revisión teórica, los autores proponen que la violencia en el noviazgo es aquella donde ocurren actos que lastiman al otro, en una relación en la que existe atracción, e indican que la violencia en el noviazgo es un acto, omisión, actitud o expresión, que genere o tenga el potencial de generar daño de cualquier tipo dentro de una relación íntima.
Los autores revisan los diferentes tipos de violencia destacando la Violencia físicacomoaquellos actos que tienen como objetivo dañar el cuerpo y la salud física de la víctima, provocando lesiones; la Violencia psicológica como un acto cuyo objetivo se dañar la estabilidad psicológica del individuo a través de intimidación, amenaza o manipulación; la Violencia sexual como los actos verbales o físicos con connotaciones sexuales, perpetrados en contra de la voluntad de uno de los miembros de la pareja que, incluyan o no penetración, generan daño a la libertad, autoestima y desarrollo psicosexual de la víctima; la Violencia social como aquella que consiste en ejercer hipervigilancia y restringir el desarrollo de la persona y sus relaciones sociales; la Violencia económica, como la actitud que tiende a excluir a la pareja de la toma de decisiones financieras, limitar en términos económicos, con el fin de controlar y fomentar la dependencia y la Violencia de objeto que se caracteriza por la transformación, sustracción, deterioro, destrucción o retención de pertenencias personas de la pareja.
Para evaluar la violencia en el noviazgo, los autores primeramente hacen una revisión de las escalas previas que se han desarrollado. Destacando que las más empleadas son la Conflict Tactics Scale (CTS) /Straus, 1979) y Revised Conflict Tactics Scale (CTS2). Escalas claramente no desarrolladas para el contexto mexicano.
Por lo tanto, los autores del capítulo para analizar psicométricamente la Escala de Violencia en el Noviazgo para Adolescentes (Receptor) (EVNA-R), derivada de la Escala de Violencia en Parejas de Cienfuegos, aplicaron el instrumento a 459 adolescentes entre 12 y 18 años de edad, con una relación de noviazgo al momento de contestar el instrumento.
A partir de un análisis factorial de componentes principales, con una rotación ortogonal, se obtuvo una escala con 41 reactivos, distribuido en 5 factores: coerción, manipulación, violencia física, violencia psicológica, control, con una consistencia interna de 0.949.
Con base en los resultados, los autores concluyen que, se puede pensar que los adolescentes reconocen la violencia dentro de su noviazgo; pero, no son capaces de distinguir de forma clara como sus parejas llegan a ejercer violencia en contra de ellos, pues estos tipos de violencia parecen ser más sutiles.
El primer factor, fue llamado coerción y hace referencia al uso de recursos monetarios y conductas sexuales que atentan contra el bienestar y la libertad del violentado. El factor llamado manipulación, revela conductas y actitudes cuyo fin es someter y limitar el desarrollo social del violentado. El tercer factor, violencia física, incluye conductas que, por medio de la fuerza, lastiman el cuerpo y la salud física de la victima acompañada de amenazas. El siguiente factor, violencia psicológica, incluye los reactivos que remiten expresiones verbales y no verbales, que buscan denigrar, devaluar y dañar los sentimientos del violentado, afectando su autoestima. El último factor llamado control, se refiere a conductas que buscan atemorizar y controlar a la pareja.
Finalmente, los autores concluyen que la violencia en el noviazgo, esta permeada por la invisibilidad u ocultación de la violencia y por la confusión normativa.
El séptimo capítulo presentado por Gerardo Benjamín Tonatiuh Villanueva Orozco, Sofía Rivera Aragón y Mirna García Méndez presenta el Inventario de Comunicación en la Relación de Pareja (INCOPAR).
Los autores expresan las definiciones de comunicación y plantean que los instrumentos encontrados hasta el momento presentan diferentes formas de respuesta, al tiempo que abordan diferentes aspectos o dimensiones del constructo.
Posteriormente hacen una revisión teórica de los instrumentos generados para evaluar la comunicación en la relación de pareja, así como un detallado análisis de sus fortalezas y debilidades, para finalmente aterrizar en la necesidad de crear una escala que evalúe el contenido, estilo e interacción en las áreas individual, de interacción y relacional de la comunicación en la pareja.
El instrumento desarrollado por los autores constó de varias subescalas que evalúan cinco áreas de la comunicación: Individual, Estilos de comunicación, Contenido de la comunicación, relación e Interacción y se aplicó a 351 voluntarios de entre 18 y 68 años de edad. Las escalas fueron obtenidas mediante análisis factorial de componentes principales con rotación ortogonal.
En cuanto al área individual se obtuvieron dos Escalas: La primera Barreras de la comunicación, una escala de 30 reactivos distribuidos en seis factores: Personalidad negativa, Monotonía, Timidez, Violencia e Inseguridad, con una consistencia interna de 0.951.
Por otra parte, la Escala de Facilitadores de la comunicación quedo conformada por 30 reactivos y cuatro factores: Actitud Positiva, Respeto, Complementariedad y negociación y tiene una consistencia interna de 0.959.
En cuanto a Estilos de Comunicación también se obtuvieron dos escalas. La Escala de Estilo de Comunicación Personal consta de 36 reactivos con una consistencia interna de 0.818 y cinco factores: Positivo, Amable, Negativo, Social receptivo y Reservado.
La Escala de Estilo de Comunicación de Pareja quedo conformada por 24 reactivos y tres factores: Positivo, Social receptivo y Reservado, consistencia interna de 0.927.
En lo referente al Contenido de la comunicación se obtuvo la Escala de Contenido de la Comunicación, con 58 reactivos y ocho factores: La vida en pareja, Sexualidad, Relación con otros, Desacuerdos, Situación financiera, Lo que daña, Relaciones anteriores e Intimidades personales. La escala tiene una consistencia interna de 0.958.
En cuanto al área Relación se obtuvieron dos escalas: La Escala Comunicación en las Relaciones Negativas consta de 28 reactivos con una consistencia interna de 0.968 y cuatro factores: Conflictiva, Deficiente, Violenta y Asertiva.
La Escala Comunicación en las Relaciones Positiva consta de 36 reactivos con una consistencia interna de 0.985 y dos factores: Expresiva positiva, Instrumental positiva.
Finalmente, en el área de interacción se obtuvo la Escala de Comunicación en la Interacción que quedó conformada por 53 reactivos y tres factores: Automodificación, Equitativa y Competitiva negativa con una consistencia interna de 0.881.
Los autores concluyen que la comunicación en todas sus áreas es fundamental en la relación de pareja, porque a partir de ella se define el sistema conyugal, los roles, la percepción, las jerarquías y las conductas, entre otras situaciones.
Finalmente, en el capítulo ocho Rolando Díaz Loving, Sofía Rivera Aragón, Mirta Margarita Flores Galaz, Mirna García Méndez y Fernando Méndez Rangel, cierran con broche de oro al rescatar el aspecto positivo de las relaciones de pareja reflejado en la satisfacción en las relaciones cercanas.
Los autores desarrollan una escala de 33 reactivos derivada de una revisión y análisis de la literatura previa en el tema y mostrada en la primera parte del capítulo, que consta de cinco factores: interacción, física-sexual, hijos, diversión y familia, con una consistencia interna de 0.956, enfocada en detectar los aspectos emocionales, de convivencia y de compresión con los que se sienten satisfechos los miembros de la pareja.
Esta escala fue probada en 537 voluntarios adultos de México, al plantearse que la satisfacción medida a través de este instrumento sirve como un indicador global de la estabilidad y felicidad de la pareja de acuerdo con los autores.
En conclusión, el libro muestra un panorama completo de los constructos a evaluar en el estudio de la pareja, desde la satisfacción y la comunicación con sus diversas áreas, hasta los celos, el conflicto, el poder y la infidelidad, variables tradicionalmente atribuidas al lado negativo. Es por tanto que este libro se constituye como una lectura obligada de cualquier profesional enfocado en el estudio, análisis o practica asociada a las relaciones románticas principalmente heterosexuales.
Rivera AS, Díaz LR, Méndez RF, Jaen CCI, García MM, Romero PA, Villanueva OGBT. 8 Escalas: El lado negativo de las Relaciones de Pareja. México: Manual Moderno; 2017.
[a]* Profesores investigadores del Área Académica de Psicología del Instituto de Ciencias de la Salud de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, México. Correo de correspondencia: aacrom@gmail.com
[b] Profesores investigadores del Área Académica de Psicología del Instituto de Ciencias de la Salud de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, México bacaalvarez@gmail.com
[c] Profesores investigadores del Área Académica de Psicología del Instituto de Ciencias de la Salud de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, México artur78@yahoo.com
[d] Profesores investigadores del Área Académica de Psicología del Instituto de Ciencias de la Salud de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, México gloriasol_20@yahoo.com.mx
[e] Profesores investigadores del Área Académica de Psicología del Instituto de Ciencias de la Salud de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, México remar64@yahoo.com.mx