Intervención psicoeducativa sobre prácticas de crianza alimentaria en diadas madre-hijo
Psychoeducational Intervention about feeding practices related to food in mother-child dyads

Resumen

El objetivo del presente estudio es evaluar la efectividad de una intervención psicoeducativa dirigida a modificar y/o o mejorar prácticas de crianza alimentarias relacionadas con estados de nutrición saludable y no saludable de diadas madre-hijo(a) escolares entre 8 y 10 años de edad de dos primarias públicas ubicadas en Pachuca, Hidalgo. La muestra fue seleccionada mediante un muestreo no probabilístico por cuota.

De manera aleatoria se formaron el grupo control y experimental, quedando el primero en fase de espera, mientras el segundo iniciará su intervención posterior a la primera evaluación. La intervención constará de 10 sesiones, en donde se abordarán contenidos como alimentación saludable, alimentación emocional, lonchera saludable,  estrategias parentales relacionadas con la alimentación entre otros;  y tres componentes principales (cognitivo, informativo y conductual).

Se aplicaron los siguientes  instrumentos a las madres: Cuestionario de Actitudes, Creencias y Prácticas de los Padres Hacia la Alimentación de los Hijos (CFQ), Cuestionario Breve de Prácticas Parentales (versión para padres), Escala de Factores de Riesgo Asociados a Trastornos de Conducta Alimentaria (EFRATA) y el Cuestionario de Comportamiento Alimentario Infantil  (CEBQ); a los niños se les aplicó el Cuestionario Breve de Prácticas Parentales (versión niños) y el Test Infantil de Actitudes Alimentarias (ChEAT).

Se evaluará la efectividad de la intervención midiendo sus efectos sobre las siguientes variables: percepción de las prácticas parentales, comportamiento alimentario en la niñez y actitudes hacia la alimentación tanto de la madre como del niño(a).

Como resultados preliminares se tiene que el total de los participantes del estudio son N=75 diadas madre-hijo (a). De los cuales n=40 niños (53%) y 35 niñas (46%) con edades que oscilan entre los 8 años y los 11 con una media de 9.19 años DE= .51 En los resultados del IMC,  se encontró que por toda la muestra N=75 el mínimo fue de 13.17 el máximo de 29.42 la M=18 y una DE= 3.28. En cuanto a las madres de los escolares las edades oscilaron entre 24 y 51 años M=35 años (D.E 6). En los resultados del IMC, se encontró que en las madres N=75 el mínimo fue de 17.67 y el máximo fue de 43.79, la M=25.88 y la DE= 5.43. Se espera encontrar cambios positivos en el grupo experimental después de la intervención y  que los cambios se mantengan a los 3 meses de seguimiento.


Palabras clave: Prácticas de crianza, estado nutricio, intervencion, IMC

Abstract

The aim of this study is to evaluate the effectiveness of an Psicoeducative intervention to Modified and or improve parenting practices related to nutritional status healthy and non-healthy   in mother-child dyads in students between 8 to 10 years of age in two public elementary Located in Pachuca, Hidalgo.

Random way the control and experimental group were formed, being the first phase Wait, while the second begin its intervention back to the first evaluation. The intervention will consist of 10 sessions, which contents are Healthy Eating, Emotional Eating, Healthy lunchbox, parental strategies related to feeding etc; and Three Core Components (cognitive, behavioral and informative).

The Following Instruments moms were applied: Child Feeding Questionnaire (CFQ), The brief questionnaire of parental practices (Parent Version) Scale factors Risk Associated with disorders of Conduct Food (EFRATA) and the Food Child Behavior Questionnaire (CEBQ); To Children were administered: the Brief Questionnaire of Parental Practices (Children version) and the Children's Eating Attitudes Test (ChEAT).

To evaluate the Effectiveness of Intervention is measure the effect on the Following variables: parental perception of Practice, Child Behavior and Attitudes Toward Food of both Mother and child.

Total of Study Participants are N = 75 mother-child dyads. Which of n = 40 children (53%) and 35 girls (46%) with ages between 8 years and 11 9.19 = 0.51 results in BMI, which is Found For Entire Sample N = 75 the minimum WAS 13.17 29.42 Maximum of M = 18, SD = 3.28 and nail. In The moms of School Ages ranged between 24 and 51 years M = 35 years (6). Results in BMI was found that mothers N = 75 the minimum STR of 17.67 and 43.79 Maximum was, the M = 25.88 and SD = 5.43. Expected to find positive changes in the experimental group after the intervention and that changes are maintained at 3 months follow-up.


Keywords: Parenting practices, nutritional status, intervention, BMI

Introducción

Las desviaciones en el crecimiento temprano, ya sea por  bajo peso o  por  sobrepeso y obesidad, pueden afectar la salud de los niños y, por  consecuencia  su bienestar. Aunque el papel de la familia es bien conocido y significativo, muchas de las intervenciones se centran casi exclusivamente en la dieta, con escasa atención a los comportamientos de interacción entre los cuidadores y los niños, actividades que caracterizan a las primeras experiencias de alimentación (Black, 2012).

En nuestra sociedad, determinados hábitos han propiciado la tendencia al sobrepeso y obesidad de la población infantil  por lo que  es importante ayudar a las familias a establecer hábitos saludables de alimentación en los primeros años que es un tiempo ideal para evitar y prevenir  tanto la desnutrición como el sobrepeso y la obesidad (Amarante, Arim, Severi, Vigorito, & Aldabe, 2007).

Desde un enfoque preventivo uno de los principales factores que se ha relacionado con un IMC no saludable en las primeras etapas de vida, son las prácticas de crianza de las madres. La familia actúa como un contexto genético y ambiental para el individuo, por lo que los padres pueden influir en las conductas alimentarias de sus hijos directamente, específicamente a través de actitudes y conductas con respecto a la comida y al peso (Silva-Gutiérrez & Sánchez-Sosa, 2006)

Justificación

Tanto el bajo peso como el exceso de peso corporal son reconocidos actualmente como uno de los retos más importantes de salud pública en el mundo, por su magnitud y el efecto negativo que ejercen sobre la población que los padece. Asimismo, los problemas en el estado nutricio han alcanzado proporciones epidémicas a nivel mundial, razón por la que la OMS ha denominado a la obesidad como “la epidemia del siglo XXI”(Barrera-Cruz & Molina-Ayala, 2013) .

En México, de acuerdo con hallazgos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT 2012) respecto a la población en edad escolar (de 5 a 11 años de edad), la prevalencia nacional combinada de sobrepeso y obesidad, a partir de los criterios de la OMS, fue de 34.4 % (19.8 y 14.6 %, respectivamente). Estos datos representan alrededor de 5 664 870 niños con sobrepeso y obesidad en el ámbito nacional (Instiuto Nacional de Salud Pública, 2012).

Por otro lado, la prevalencia nacional de desnutrición crónica disminuyó de manera más acelerada entre 1999 y 2006 que el periodo más reciente (2006-2012). La disminución en desnutrición aguda (bajo peso para talla) alcanzó ya valores compatibles con la eliminación como problema de salud pública, aunque persisten focos de desnutrición aguda en ciertas regiones y grupos de edad. A pesar de esta tendencia sostenida de disminución en la prevalencia de desnutrición crónica, actualmente casi 14 de cada 100 preescolares tienen baja talla para la edad, indicador de desnutrición crónica, lo que representa casi 1.5 millones de menores de cinco años (Instiuto Nacional de Salud Pública, 2012).

En el estado de Hidalgo, de acuerdo a los resultados de la ENSANUT (2012) las prevalencias de sobrepeso y obesidad fueron 18.4 y 12.0%, respectivamente. El resultado fue mayor para los niños (31.7%) en comparación con las niñas (29.0%). En cuanto a la desnutrición, la presencia de baja talla en niños fue inferior a la encontrada para el ámbito nacional (13.6%). La prevalencia de baja talla en 2012 para las localidades urbanas fue de 9.6% y para las rurales 16.0% (Instiuto Nacional de Salud Pública, 2012).

En cuanto a los resultados del Perfil Nutricional de Escolares de Hidalgo 2010 (PENUTEH), mostraron que la prevalencia de desnutrición crónica en los escolares de Hidalgo fue de 7.9%, y sólo 2.1% presentó talla alta, clasificando el 90% con talla normal. La desnutrición crónica afectó en mayor proporción a las mujeres, a los alumnos de escuelas indígenas y a los pertenecientes al CONAFE, a los escolares de primer año de primaria y a los de escuelas de áreas rurales (Galván, Amezcua & López, 2011).

De acuerdo con el PENUTEH, la prevalencia de sobrepeso u obesidad en los escolares de Hidalgo fue de 28%, de bajo peso de 3.0% y peso normal 69%. El sobrepeso u obesidad afectó en mayor proporción a los hombres que a las mujeres, 30.5% contra 26.5%, respectivamente; así como a los escolares de escuelas primarias particulares y generales, 42.5% y 30.0%, respectivamente. Los escolares de sexto grado de primaria presentaron las más altas prevalencias de sobrepeso u obesidad que los de tercero y primero, 34%, contra 28.5% y 22.1%, respectivamente. Estos datos indican que el exceso de peso es un problema de salud pública generalizado en los escolares de Hidalgo (Galván, Amezcua & López, 2011).

Respecto a  lo descrito anteriormente, son diversos los factores que afectan la calidad de la dieta del menor y su estado nutricio. Las recomendaciones sobre alimentación sugeridas por los organismos mundiales de salud, se fundamentan en diferentes investigaciones en donde se ha demostrado que la desnutrición, el sobrepeso y la obesidad se relacionan con diferentes variables del contexto -mediato e inmediato- en el que está inmerso el niño (Molina et al., 2009).

Ahora bien, la influencia de  la madre, en la alimentación de los niños  es crucial debido a la transmisión de creencias familiares y culturales,  hábitos de consumo  y estilos de  crianza durante los primeros años de vida, para el desarrollo de las referencias alimentarias por ciertos sabores y la capacidad de autorregular la  ingesta (Silva, Jiménez-Cruz, & Hernández-Medina, 2013).

En este sentido, los padres crean ambientes para que los niños puedan fomentar el desarrollo de conductas alimentarias saludables  o promover la baja talla o el sobrepeso. Así mismo, han aprendido de diferentes grupos, principalmente el familiar, las maneras de atender a sus hijos; por lo que reproducen las prácticas predominantes en su entorno más cercano. Estas prácticas al transmitirse culturalmente, dependen de las creencias, conocimientos, valores y costumbres de la familia, que a su vez son permeadas por el contexto en el que se desarrollan las actividades relacionadas con el consumo de alimentos (Scaglioni, Salvioni, & Galimberti, 2008). Aunado a esto, las características particulares de cada infante, como género, edad y condición de salud,  también contribuyen a determinar dichas prácticas (Silva et al., 2013).

La promoción o restricción de los alimentos dependerá de las creencias  de los cuidadores, acerca de qué, cómo y cuándo servirlos sí son necesarios y aportan nutrimentos de sí los adultos se perciben a sí mismos como obesos o delgados  o simplemente sí deben ofrecer los alimentos (Faith et al., 2004). Por ejemplo, la obesidad en la madre es el predictor más significativo de la obesidad de los niños. No solo la obesidad determina las conductas en la madre, sino también el miedo de ser o de convertirse en obesas hace que se encuentren más preocupadas por el peso de sus hijos, lo cual puede condicionar la restricción en su alimentación (Mar & Mart, 2013).

Por otro lado, se ha observado que los niños con desnutrición reciben menor estimulación debido a que sus cuidadores son poco responsivos en la satisfacción de sus necesidades. Estas condiciones explican parte de las demoras en el crecimiento físico y en el desarrollo motor, cognoscitivo y socio-emocional de los infantes con desnutrición Es por ello que además de indagar sobre la calidad de alimentos que recibe el menor, deben identificarse las relaciones específicas con otros factores (Campbell, Crawford, & Hesketh, 2006).

En este sentido, existen diversos estudios que indican que es fundamental que los padres y especialmente la madre, accedan a información relevante sobre una alimentación equilibrada o saludable, ya que ésta juega un papel esencial en el tipo de cuidados (educación, salud, nutrientes) que el niño recibirá. Ello se traduce en mejores prácticas alimentarias en el hogar (Birch, Fisher, & Davison, 2003).

Por todo lo anterior, ha surgido la necesidad de desarrollar una intervención psicoeducativa dirigida a atenuar o eliminar prácticas de crianza alimentarias inadecuadas y  aumentar los factores de protección, disminuyendo los factores de riesgo relacionados con prácticas alimentarias inadecuadas.

Se hizo una intervención para mejorar la habilidad de las madres para dar estimulación e interacciones de calidad. Participaron en conjunto la diada madre-hijo para que la intervención tenga un mayor impacto en los modelos y prácticas de comportamiento alimentario. Así, para los escolares, estos programas son apropiados y eficientes en la mejora del desarrollo cognitivo, emocional y social; así como en su preparación para la escuela (Berridge, Robinson, & Aldridge, 2009).

Pregunta de investigación

¿Qué eficacia tiene una intervención psicoeducativa sobre las prácticas de crianza alimentaria en diadas madre- hijo(a) en estudiantes con estados de nutrición saludable y no saludable que asisten a una escuela pública?

Objetivo General

Evaluar la efectividad de una intervención psicoeducativa dirigida a modificar y/o o mejorar prácticas de crianza alimentarias relacionadas con estados de nutrición saludable y no saludable de diadas madre-hijo(a) escolares entre 8 y 10 años de edad de dos primarias públicas ubicadas en Pachuca, Hidalgo.

Objetivos específicos:

Método

Se trata de un estudio explicativo, de investigación aplicada porque busca tener un impacto en una población en específico a través de un programa de intervención primaria. Tiene un enfoque cuantitativo porque busca generar una evaluación a través del establecimiento de juicios basados en un criterio numérico que se define a partir de una intervención en una determinada población.

El diseño es experimental de corte  cuasi experimental; este tipo de diseños  manipulan deliberadamente, al menos, una variable independiente para observar su efecto y relación con una o más variables dependientes, sólo que difieren de los experimentos “puros” en el grado de seguridad o confiabilidad que pueda tenerse sobre la equivalencia inicial de los grupos. En los diseños cuasi experimentales los sujetos no se asignan al azar a los grupos ni se emparejan, sino que dichos grupos ya están formados antes del experimento: son grupos intactos.

En el proyecto que se está llevando a cabo, los grupos en los que se implementará la intervención son  grupos escolares formados con anterioridad a la realización del experimento, sin embargo el grupo experimental y el grupo control se seleccionarán de manera aleatoria.

En los  dos grupos (fase de espera y experimental)  se hizo una  pre y post evaluación, donde de manera aleatoria se agruparon el 4° “A”,  4° “B” y 4° “C” como grupo experimental, de una primaria pública iniciando su intervención posterior a la primera evaluación, mientras que el grupo control quedó conformado por el 4° “A”, 4° “B” y 4° “C”  de otra primaria pública permaneciendo en fase de espera y recibiendo la intervención psicoeducativa una vez concluido el grupo experimental.

La intervención constó de 10 sesiones, en donde se abordaron contenidos como alimentación saludable, alimentación emocional, lonchera saludable,  estrategias parentales relacionadas con la alimentación entre otros;  y tres componentes principales (cognitivo, informativo y conductual).

Instrumentos

Se aplicaron los siguientes  instrumentos a las mamás: Cuestionario de Actitudes, Creencias y Prácticas de los Padres Hacia la Alimentación de los Hijos (CFQ), Cuestionario Breve de Prácticas Parentales (versión para padres), Escala de Factores de Riesgo Asociados a Trastornos de Conducta Alimentaria (EFRATA) y el Cuestionario de Comportamiento Alimentario Infantil  (CEBQ); A los niños se les aplicó el Cuestionario Breve de Prácticas Parentales (versión niños) y el Test Infantil de Actitudes Alimentarias (ChEAT).

Se evaluará la efectividad de la intervención midiendo sus efectos sobre las siguientes variables: percepción de las prácticas parentales, comportamiento alimentaria infantil y actitudes hacia la alimentación tanto de la madre como del niño(a).

Resultados y Conclusiones

Los resultados se dividen en Madres e Hijos. A continuación se describen estos. El total de los participantes del estudio son N=75 diadas madre-hijo (a). De los cuales n=40 niños (53%) y 35 niñas (46%) con edades que oscilaron entre los 8 años y los 11 con una media de 9.19 años DE= .51 En los resultados del IMC, se encontró que en las mujeres N=35 el mínimo fue de 13.17 y el máximo fue de 29.42, la M=17.79 y la DE= 3.16, en el caso de los hombres N=40, el valor mínimo fue de 14.25 el máximo de 26.93  con una M=18.17 y una DE=3.41, se encontró que por toda la muestra N=75 el mínimo fue de 13.17 el máximo de 29.42 la M=18 y una DE= 3.28

En cuanto a las madres de los escolares las edades oscilaron entre 24 y 51 años M=35 años (D.E 6).

En los resultados del IMC, se encontró que en las madres N=75 el mínimo fue de 17.67 y el máximo fue de 43.79, la M=25.88 y la DE= 5.43, En cuanto al estado civil, el 53.3% de las madres son casadas, el 29.3% están en unión libre, el 12% reportaron ser  solteras, el 4% son divorciadas y solo el 1% son viudas.

Respecto a la escolaridad se pudo observar que la mayoría de las madres completó hasta el tercero de secundaria (38.6%) mientras que el 32% hizo entre 2 y 3 años de carrera técnica, el 9.4% terminó la preparatoria, el 5.3% tiene una licenciatura incompleta y solamente el 1% tiene la licenciatura completa y/o alguna especialidad.

En cuanto a la ocupación, el 52% es ama de casa, el 30.7% es empleada, el 5.3% es empleada doméstica, 5.3% se desempeña como profesionista, el 6.7% en el área del comercio ya sea ambulante o establecido.

Para obtener los resultados de la primera evaluación se utilizaron análisis de frecuencias, medidas de tendencia central y de dispersión y análisis de varianza. En la siguiente tabla se pueden observar los instrumentos aplicados para los hombres y mujeres y sus madres así como las medidas.  Se espera que para la post evaluación existan cambios en el grupo de intervención en comparacion con el grupo en espera.

Tabla 1. Análisis factorial de la primera evaluación para hombres y mujeres y sus madres

Factores Rango Media Desv. típ.
Cuestionario de Prácticas de Crianza Alimentarias (CFQ)
1) Peso percibido de la madre
2) Preocupación y control del peso del hijo
3) Monitoreo
4) Restricción
5) Presión para comer
6)Responsabilidad percibida
7) Peso percibido
Indicador Control
Indicador Manipulación
1.25-4.75
1.17-5.00
1.33-5.00
2.00-5.00
2.25-4.75
3.00-5.00
1.00-5.00
1.00-5.00
2.00-5.00
3.1500
3.6356
3.7778
3.6200
3.3200
4.6000
2.9644
2.6533
3.8133
.48281
.81497
.81343
.65290
.50263
.51988
.45379
.92988
.75235
Cuestionario Breve de Prácticas Parentales (versión para padres)
1) Estilo Democrático
2 Estilo Autoritario
2.04-5.00
2.68-4.82
4.3992
3.8933
.69621
.49917
Escala de Factores de Riesgo Asociados a Trastornos de Conducta Alimentaria (EFRATA)
1)Conducta alimentaria compulsiva
2)Preocupación por peso y la comida
3)Dieta crónica restrictiva
1.00-3.54
1.00-2.78
1.00- 2.86
1.3959
1.6237
1.2019
.45026
.46603
.35000
Cuestionario de Comportamiento Alimentario Infantil   (CEBQ)
1) Disfrute de los alimentos
2) Respuesta frente a los alimentos
3) Sobrealimentación emocional
4) Deseo de beber
5) Respuesta de saciedad
6) Lentitud para comer
7)  Subalimentación emocional
8) Exigencia frente a los alimentos
1.00-5.00
1.00-5.00
2.25-5.00
1.00-5.00
1.80-4.00
1.25-5.00
1.50-5.00
2.33-4.67
3.3400
4.2613
4.4433
2.6222
3.0000
3.1433
4.1133
3.3378
.93870
.82853
.62947
1.14469
.47306
.89685
.79302
.50817
Cuestionario Breve de Prácticas Parentales (versión para niños)
1) Estilo Democrático
2 Estilo Autoritario
1.52-5.00
1.76-4.73
3.8997
3.5205
.85516
.83498
Test Infantil de Conductas Alimentarias (ChEAT)
1) Motivación para adelgazar
2) Evitación de alimentos engordantes
3) Preocupación por la comida
4) Conductas compensatorias
5) Presión social percibida
.00-2.80
.00-2.00
.00-2.00
.00-3.00
.00-2.75
.8453
.5067
.3111
.7400
.6333
.72154
.50332
.45547
.78676
.68937

Referencias bibliográficas

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[a] Profesora Investigadora del ICSa UAEH

[b]Profesora Investigadora de UAEM, Campus Zumpango

[c]Alumna de la Maestría en Ciencias Biomédicas y de la Salud ICSa, UAEH

Email de contacto:psicmarianav@gmail.com