Las vicisitudes de una joven mujer secuestrada y su hijo de cinco años. Ella, víctima de secuestro, encerrada, su hijo, feliz por todo lo que esta joven madre, con los recursos que una habitación de tres por tres puede darle, así como el enfrentamiento con la realidad que les azota de forma inclemente, que los posiciona con y contra la realidad. Ante este escenario, el estudiante de psicología puede proponer una intervención terapéutica.
Palabras clave: Secuestro, conducta anormal, intervención terapéutica, secuelas, situaciones críticas
The vicissitudes of a young woman kidnapped and her son of five years. She, victim of a kidnaping, locked; her son, happy for all the things that this young mother did with the resources that a room of three meters for three meters can give, as well coping with the reality that tortures so strong, this positions with and for the reality. With this book, the psychology's student can propose a therapeutic intervention.
Keywords: Kidnapping, abnormal behavior, therapeutic intervention, sequels, critical situations
Emma Donoghue nos presenta a Jack, un pequeño de 5 años, quien vive en una habitación con su madre, ese es el lugar en el que nació, es el lugar que conoce, donde no solo duerme, sino también come, hace deporte y hasta lava la ropa, para él, el exterior es sólo algo que existe y no puede ver, es a pesar de los esfuerzos de su madre, incomprensible.
Jack es sumamente inteligente y sano, su madre se preocupa y ocupa de su salud, lo alimenta, lo educa, lo ayuda a ejercitarse en el espacio reducido de su mundo: la habitación de tres por tres metros en los que a los 19 años fue recluida después de ser secuestrada. Hace casi siete años que no camina por las calles, que su voz no es escuchada más que por el viejo Nick, años en los que su cuerpo ha sido sometido a penurias por mencionar el menor de los problemas, pero sobretodo, es en ese espacio reducido, en esa habitación sellada por una puerta eléctrica, con una claraboya por donde percibe la luz del sol y un pedacito de cielo, donde fue concebido su hijo, donde nació y donde lo ha criado.
Donoghue nos lleva de la mano en la planeación y la fuga del encierro, no sin antes mostrarnos la necesidad de Jack de relacionarse no solo con su madre, sino con otros, como por ejemplo la Cama, la Mesa e incluso la Planta que un día estaba viva y ahora ya no.
Es cuando están en el Exterior –como Jack lo llama- que los problemas comienzan para ambos. Jack no reconoce otro hogar que la habitación, así que mientras su madre está feliz de alejarse de ahí, Jack extraña su “hogar” y todo lo que por lo tanto representa. Se siente ajeno al mundo y aunque el mundo quiere incluirlo, no tiene los elementos para hacerlo. Su conducta parece sacada del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, el cambio le sobreestimula, le asusta la lluvia, no quiere comer en platos de colores, no socializa como otros niños de su edad, aún es amamantado por su madre, cuando está ansioso se cuenta los dientes con la lengua una y otra vez para verificar que siguen siendo veinte.
Pero eso no es todo, el mundo se vuelca hacia ellos, son la noticia morbosa del momento: fuga del niño, rescatados, encierro, secuestro son algunas palabras que los describen y los etiquetan. Todo es caótico, tanto como para el pequeño Jack que no se reconoce entre el nuevo gran espacio y su madre que ve las dificultades de su hijo e incluso de ella misma para establecer un nuevo proyecto de vida que incluya algo más que sobrevivir el día a día, se siente agobiada, las emociones la desbordan.
La novela nos permite plantearnos las secuelas de situaciones críticas, tanto en la madre víctima de secuestro y de todas las vejaciones posibles durante su encierro, así como las secuelas en Jack, al vivir en un espacio confinado, pero íntimo y significativo para él, que no encaja con lo que para otros -incluida su madre-, reconocen como tal.
¿Qué tipo de intervención sería la adecuada?
¿Cómo integrar a Jack en el grupo de sus pares?
¿Cómo elaborar en ellos la perdida si para los dos es tan distinta?
¿Bajo qué parámetros es posible abordar el desarrollo social de Jack?
La intervención en crisis en segunda instancia para la madre podría ser una excelente propuesta, quizás psicoterapia con enfoque psicoanalítico, ¿y para Jack? ¿Desde dónde y hacia dónde habría que dirigir los esfuerzos para incorporarlo al Exterior?
Cuestionarnos el alcance de nuestros conceptos, el establecimiento de objetivos terapéuticos claros y orientados al bienestar integral de nuestros pacientes, objetivos que no atenten contra su individualidad, que le permitan reconocer al otro y a su vez, reconocerse en él.
Donoghue, Emma. (2010). La habitación. Madrid: Alfaguara.
Slakieu, Karl A. (1996) Intervención en Crisis: Manual para Práctica e Investigación. México. Manual Moderno.
[a] Profesor Investigador de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.