Psicología de la salud y adherencia al tratamiento

Resumen

Cuando las personas se refieren a la salud, generalmente piensan solo en los aspectos físicos, rara vez en los aspectos psicológicos y sociales para su cuidado. Por ello los psicólogos y psicólogas forman parte de los profesionales de la salud capacitados para el abordaje de enfermedades crónicas a través de un trabajo interdisciplinario que coadyuve a la mejora de la calidad de vida física, mental y social de los pacientes. Por ello en la Psicología se cuenta con el campo de la Psicología de la Salud cuyo énfasis está en la aplicación de técnicas de modificación conductual en desordenes médicos, enfocándose a la prevención y tratamiento de enfermedades, reconociendo la interdisciplinariedad en los problemas de salud, donde diversos profesionales mencionan la influencia del comportamiento en la aparición de enfermedades, de manera que un principal punto de acción donde se actúa desde este campo es propiciar la adherencia al tratamiento de los pacientes y los autocuidados para su enfermedad.


Palabras clave:Psicología, Psicología de la salud, adherencia al tratamiento, enfermedades crónicas.

Abstract

When people refer to health, they usually think only of physical aspects, rarely in psychological and social aspects for their care. Therefore psychologists and psychologists are part of the health professionals trained to tackle chronic illnesses through an interdisciplinary work that contributes to the improvement of the quality of physical, mental and social life of patients. Therefore, psychology has the field of health psychology whose emphasis is on the application of behavioral modification techniques in medical disorders, focusing on the prevention and treatment of diseases, recognizing the interdisciplinary in health problems, where several professionals mention the influence of behavior in the emergence of diseases, so that a main point of action where it acts from this field is to promote adherence to the Treatment of patients and self-care for their illness.


Keywords: Psychology, health psychology, adherence to treatment, chronic diseases.

Introducción

En nuestros días el cuidado de la salud es un aspecto abordado y promocionado desde distintas disciplinas e instituciones de salud. Respondamos a las siguientes preguntas, ¿Cuántas personas tienen realmente un cuidado en su salud? ¿Qué estrategias han resultado eficaces? Si bien las pautas de promoción y mantenimiento son variadas, hoy en día las cifras de enfermos crónicos son altas e indican que aún falta redoblar esfuerzos para disminuir la incidencia de enfermedad y aumentar el porcentaje de un estilo de vida saludable, sobre todo aumentar la adherencia al tratamiento de aquellos enfermos crónicos, De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), 80% de muerte por enfermedad crónica se da en países con bajos ingresos, mientras que el porcentaje restante indica la incidencia de muerte en países con altos ingresos (Carrillo, Norato, & Chagoya, 2017).  Por ello la brecha económica nos propone que se deben diseñar e implementar acciones para la promoción y prevención que resulten eficaces y eficientes independientemente del estrato económico, porque como psicólogos y psicólogas del campo de la salud nuestro objetivo es la modificación de conductas de riesgo y favorecer el aprendizaje de conductas de autocuidado saludable.

En las enfermedades crónicas los pacientes deben aprender a convivir con su enfermedad, lo que significa, que el enfermo reinterprete la significación de sus síntomas y tratamiento. Por lo anterior las conductas de cuidado de las personas resultan ser un punto crucial para la evolución favorable o desfavorable de la enfermedad. Aquellos pacientes que se adhieren adecuadamente a los tratamientos y regímenes de vida saludable, que le exige la enfermedad, es posible que alarguen su vida (Carrillo, Norato, & Chagoya, 2017).

Desarrollo

Se pueden mencionar tres aspectos relevantes para el surgimiento de la Psicología de la Salud: 1) El cambio en la prevalencia en enfermedades infecciosas a enfermedades crónicas, 2) el costo elevado de los cuidados de salud, 3) un énfasis en la mejora de la calidad de vida. Por lo anterior en 1978 la American Psychological Association (APA), forma institucional y profesionalmente la Psicología de la Salud (Oblitas, 2008).

Oblitas en 2006 nos define a la Psicología de la Salud como aquel campo de especialización que aplica los principios, técnicas y conocimientos científicos desarrollados por la Psicología para la prevención, explicación, tratamiento o modificación de trastornos físicos y/o mentales relevantes para los procesos de salud y enfermedad, en los contextos donde tenga lugar (Oblitas, 2008).

La enfermedad crónica no solo tendrá una causa biológica, sino también un origen psicológico y social, por ello que requiere un manejo diferente a las enfermedades agudas; de tal manera que el desarrollo de la enfermedad radica en la conducta y el estilo de vida del individuo, el objetivo principal para disminuir la prevalencia de  enfermedades crónicas es identificar y reducir  los patógenos conductuales y aumentar los inmunógenos conductuales que servirán como factores de protección, mismos que servirán para la mejora de la calidad de vida del sujeto.

La esfera de la conducta, pensamiento y emoción desempeña un papel primordial para que el paciente cumpla o no con las indicaciones médicas, para obtener como resultado un mejor control de la enfermedad y preservar su calidad de vida, toda vez que logre adherirse adecuadamente a los tratamientos y regímenes conductuales que cada una de las enfermedades exige para un pronóstico favorable.

En la práctica del cuidado de la salud biológica y psicológica una gran parte de los tratamientos quedan bajo la responsabilidad del paciente, por lo que este debe tener un papel activo en la participación de su recuperación y mejora. Lo anterior al no llevarse a cabo de manera adecuada  constituye un serio problema, pues el paciente adopta en la mayoría de las veces un papel pasivo y no sigue prescripciones; por lo tanto se exacerban los problemas de salud, favoreciendo la progresión de enfermedades, el aumento de factores patógenos y el incremento de conductas de riesgo (Martín & Grau, 2004).

Esta problemática toma trascendencia sobre todo en las enfermedades crónicas, toda vez que el incumplimiento no solo es grave porque hace ineficaz el tratamiento prescrito, sino que incrementa considerablemente la incapacidad del paciente o la mortalidad en casos específicos. La falta de apego al tratamiento genera pérdidas en lo personal, familiar y social, lo que repercute en la calidad de vida del enfermo, los cuidadores primarios o en su defecto en la familia.

El incumplimiento de las prescripciones médicas, ha sido una constante por parte de la Psicología, específicamente de la Psicología de la Salud, área que ha tratado de dar explicación y solución al tema de la salud y sus implicaciones en la calidad de vida de los individuos, sobre todo cuando se hacer referencia a las enfermedades crónico-degenerativas (Olvera & Soria, 2008). Cuando el paciente es diagnosticado o padece una enfermedad se afecta la vida familiar, laboral, social, los aspectos físicos y psicológicos.  El afrontamiento que el paciente tenga de su enfermedad juega un papel importante para la adherencia; puesto que dispondrá de recursos psicológicos, sociales, familiares y económicos para dar frente al diagnóstico y que por tanto tenga una mejora y una respuesta favorable al tratamiento.

Lo antes mencionado implica que el paciente movilice sus recursos y haga cambios en su estilo de vida, se adapte a nuevas condiciones y aprenda a vivir y convivir con su enfermedad, lo que necesariamente implica conozca de ella y aprenda nuevas conductas que favorezcan una mejor calidad de vida. Estas nuevas conductas no llegaran solas sino que tendrá que ser un trabajo que realice de la mano de un profesional de salud, en este caso el psicólogo de la salud. La intervención permite al individuo entender y asumir de forma menos agresiva su condición de enfermo y los cuidados que ello implica, así como las alteraciones que se ven al convivir con una enfermedad que requiere de atenciones de por vida, con el afán de evitar un mayor desgaste emocional y psicológico tanto en el sujeto como en su familia (Olvera & Soria, 2008).  

La enfermedad puede percibirse como un evento altamente estresante, como un reto, una amenaza, una pérdida, un castigo, un beneficio o, incluso, como un alivio a responsabilidades, situaciones personales y demás. Esto depende de las características de personalidad y la historia de vida del sujeto, donde también influyen las redes de apoyo con las que cuenta. En función de lo anterior, el paciente adopta su rol de enfermo (Martín & Grau, 2004).

Se describen como conductas que reflejan los problemas en la adherencia al tratamiento las siguientes: dificultades para comenzarlo, suspensión prematura, cumplimiento deficiente de las indicaciones, omisión de dosis, de tiempo o de propósito, ausencias a consultas e interconsultas y rigidez de hábitos y estilos de vida, necesario para el mejoramiento de la enfermedad. 

La adherencia terapéutica no solo se refiere a una sola conducta, sino a un repertorio de conductas que incluyen aceptar formar parte de un programa de tratamiento, evitar comportamientos de riesgo e incorporar un estilo de vida con conductas saludables; mismas que se desarrollaran a partir de la interacción del enfermo y los agentes de salud. El adecuado cumplimento de cualquier prescripción comprende el realizar una serie de tareas que requieren saber qué hacer, cómo hacer y cuándo hacer. Lo anterior nos refiere a que el trabajo con el paciente será a nivel conductual, mediado por elementos cognitivos, motivacionales y volitivos, donde interviene la guía del profesional de salud, la relación del paciente con su entorno social y familiar, hasta el papel de la organización de los servicios de salud.  

Orueta en (2005) menciona algunas estrategias para la mejora de la adherencia terapéutica, mencionando lo siguiente:

La falta de cumplimiento terapéutico es un problema de vital importancia y un objeto de estudio de los profesionales en el campo de la Psicología de la Salud, de tal manera que debe ser abordado desde un aspecto preventivo como de intervención una vez detectado, así Orueta (2005) hace énfasis en las principales recomendaciones para la intervención con pacientes crónicos:

La percepción individual es un elemento clave para la adherencia al tratamiento por lo que se debe realizar un abordaje terapéutico con el enfermo crónico que permita enseñar al paciente a cuidarse, identificando la personalidad y creencias en salud. De tal manera que una persona solo aceptara un cambio de estilo de vida o una restricción si es capaz de percibir las posibilidades y riesgos de no asumir los cambios. Con ello la puesta en marcha de la actividad terapéutica tiene como objetivo que el individuo sea capaz de darse cuenta de sus características personales, cognitivas, emocionales y conductuales que influyen en su estado de salud (Carrillo, Norato, & Chagoya, 2017). 

Una de las principales escuelas psicológicas que ha demostrado eficacia en el abordaje de enfermedades crónicas ha sido la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC). El punto de partida del modelo es identificar y modificar los patrones mal adaptativos de procesamiento de la información y del comportamiento. La TCC modifica elementos cognitivos, conductuales y afectivos que afectan el curso de la enfermedad, ayudando así al paciente al manejo de la misma, retrasando o deteniendo su progresión.

La TCC facilita la adherencia terapéutica, disminuye las recaídas y ayuda a la persona a manejar las consecuencias psicosociales de la enfermedad, modificando el estilo de vida. El componente terapéutico incluye estrategias cognitivas tales como: cuestionario de pensamientos automáticos, reestructuración cognitiva y la confirmación por medio de la conducta, métodos para disminuir los estresores, a través de entrenamiento en solución de problemas. La eficacia depende de la alianza terapéutica (Chávez, Benítez, & Ontiveros, 2014).

Conclusiones

La poca adherencia al tratamiento y la falta de puesta en práctica de los cuidados de salud, genera dificultades para las instituciones, teniendo como consecuencia costos elevados en los tratamientos de salud. Por ello una de las prioridades para el psicólogo y la psicóloga de la salud, será primordialmente la promoción y mantenimiento de un estilo de vida saludable, que incluya el cuidado de la salud física, mental y social. Además de prevenir la enfermedad por medio de estrategias que ayuden a los individuos a generar una actitud favorable para el cuidado de la salud y la modificación de conductas de riesgo. La tarea en la enfermad crónica será generar en los pacientes la concientización respecto a su enfermedad para poder generar en ellos una adecuada adherencia al tratamiento reduciendo con ello riesgos propios de la enfermedad que puedan llevar a la discapacidad o muerte. Aumentando los factores de protección que coadyuven a una mejor convivencia con su enfermad.

Referencias

Carrillo, L., Norato, L., & Chagoya, M. (2017). La importancia de la consulta terpéutica en el apego al tratamiento. (A. Bellazetín , Ed.) Gaceta Hidalguense de Investigación en Salud, 5(1), 20-21.

Chávez, E., Benítez, E., & Ontiveros, M. (2014). La terapia cognitivo conductual en el tratemiento de la depresión del trastorno bipolar tipo I. Salud Mental, 37(2), 111-117.

Martín, L., & Grau, J. (2004). La investigación de la adherencia terapéutica como un problema de la Psicología de la Salud. Psicología y Salud, 14(001), 89-99.

Oblitas, L. (2008). Psicología de la Salud: Una ciencia del bienestar y la felicidad. Avances en Psicología, 16(1), 9-12.

Olvera, J., & Soria, M. (2008). La importancia de la Psicología de la salud y el papel del psicólogo en la adherencia al tratamiento de pacientes infectados con VIH. Revista Electrónica de Psicología Iztacala, 11(4), 150-157.

Orueta, R. (2005). Estretegias para mejorar la adherencia terapéutica en patologías crónicas. Información Terapéutica del Sistema Nacional de Salud, 29(2), 40-44.

 

[a] Profesora de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo