La necesidad de entendernos impulsa el estudio de conductas como el sueño, el consumo de leche y la sexualidad

Resumen

En los últimos años el conocimiento científico del funcionamiento del cuerpo y mente humana ha aumentado importantemente, en especial debido a los estudios multidisciplinarios. El presente trabajo aborda los temas de sueño, metabolismo de la lactosa, prostitución y asesinos desde una perspectiva biológica, psicológica y social. El sueño contiene profundos deseos plasmados en el insconsciente, tiene una función de desintoxicación y de estabilización de memorias. El gusto por la leche es una conducta que los humanos hemos preservado a lo largo de miles de años hasta lograr que incluso los genes se hayan modificado en ciertas poblaciones para que sigamos disfrutando de este blanco líquido. Diversas especies animales pagan con sexo a cambio de favores como alimentación o elaboración de nidos, si esta conducta es tan natural, ¿por qué las leyes humanas no consideran esta conducta como natural? Finalmente reflexionaremos sobre la explicación de porqué asesinos matan a sangre fría quizá debido a su incapacidad de procesar las emociones de forma correcta.


Palabras clave: sueño, lactosa, prostitución, psicópatas, psicología, psicoanálisis

Abstract

In recent years the scientific knowledge of the functioning of the human body and mind has increased significantly, especially due to multidisciplinary studies. The present work addresses the topics of sleep, lactose metabolism, prostitution and murderers from a biological, psychological and social perspective. The dreams contain deep desires embodied in the unconscious but during sleeping there also occurs detoxification of substances accumulated during the day and the stabilization of memories. The taste for milk is a behavior that humans have preserved over thousands of years; even some genes have acquired changed to allow us to continue to enjoy of this white liquid. Several animal species pay for sex; the pay can be some food or construction tool; if this behavior is common in animal species then why there are not many laws that approve this natural behavior? Finally we will discuss about brain characteristics that psychopaths have that may explain their abnormal behavior.


Keywords: sleep,lactose, prostitution, psychopaths, psychology, psychoanalysis

INTRODUCCIÓN

El interés por entender cómo funciona nuestro organismo y explicar nuestra conducta humana ha promovido la generación de conocimiento, parte del cual se ha generado al comparar el funcionamiento del cuerpo humano con el de otros seres vivos. En la primera sección abordaremos un evento que a pesar de que lo presenciamos todas las noches aún no entendemos del todo su funcionamiento e importancia biológica: el sueño. Abordaremos el sueño desde una perspectiva biológica y psicológica.

Al querer entender por qué los humanos tenemos ciertas conductas nos damos cuenta de que ciertas costumbres sociales han divergido mucho de los comportamiento de nuestros parientes de otras especies hasta tal grado de parecer querer ir en contra de lo que dicta nuestra naturaleza biológica. Abordaremos el tema de la intolerancia a la lactosa. Éste es un claro ejemplo  de cómo cambios culturales pueden seleccionar cambios genéticos. La intolerancia a la lactosa ha sido vista como una condición médica sin embargo nuestra naturaleza escrita en los genes dicta que no debemos seguir consumiendo leche en edades adultas.

Finalmente abordaremos el tema de cómo las leyes que nos rigen no se empatan de todo con nuestra naturaleza, mencionaremos el tema de la prostitución en diversas especies animales y de los crímenes cometidos por personas emocionalmente discapacitados.

APRENDER DE LOS SUEÑOS

Cuando duermo profundamente como un bebé me despierto tan inteligente y lucido de la mente que el pensar es un placer. Sin embargo, lo más hermoso del dormir (sueño) no es descansar, es soñar (ensoñaciones) -Genesis Grabielle.

¿Qué es el sueño?, ¿por qué dormimos? ¿qué tan importante es dormir? ¿existe un mecanismo que regule el ciclo de sueño-vigilia? Sigmund Freud destinó una importante etapa de sus estudios y de su vida propia para entender qué nos quieren decir los sueños. Él postulaba que los sueños retoman experiencias del día, los restos diurnos, entre los que se filtran contenidos reprimidos que se encuentran en el inconsciente (Freud, 1900).

El psicoanálisis tiene por objeto de estudio el inconsciente, y se pueden identificar tres vertientes: método de investigación, teoría y método de tratamiento. Después de probar con la hipnosis y el tratamiento catártico, Freud se dio cuenta de que era necesario trabajar con las fuerzas que impulsaban las defensas, resistencias y represiones; la técnica de la asociación libre fue la manera que encontró para cumplir con ese propósito. Finalmente, Freud llegó a la conclusión de que el sueño constituye la vía más importante para llegar al inconsciente, y su interpretación se convirtió en el modelo paradigmático de la labor terapéutica.

El sueño está formado por un contenido manifiesto –aquello que el soñante pude relatar– y un contenido latente –aquello que motivó el sueño y que aparece sólo bajo un disfraz o tras las distorsiones operadas en él por el trabajo del sueño (Freud, 1900). Este doble contenido del sueño obedece a la estructura propia de la actividad psíquica: un sistema inconsciente, Icc, y otro preconsciente/consciente, Prcc/Cc (Freud, 1915b).

En el estado de dormir, la fuerza que se ejerce sobre lo reprimido para mantenerlo en el inconsciente se relaja y le permite librar la censura que normalmente le impide llegar al sistema Prcc/Cc.  Aunque aún opera una censura que da forma a lo que el soñante recuerda como sueño, éste se rige por la dinámica del inconsciente: por más absurdo que sea lo que ocurre, mientras el sueño se desarrolla el soñante lo acepta como si fuera lo más natural. Entonces, en el sueño tenemos una muestra del proceso primario, el cual se refiere a la movilidad de las investiduras, que es mucho mayor que en el proceso secundario; es decir, el proceso primario se caracteriza por la falta de lógica en la concatenación de las representaciones que sí aparece en el pensamiento de la vigilia y el discurso del sujeto (Freud, 1915b).

La distorsión del sueño se lleva a cabo por medio de dos mecanismos: desplazamiento y condensación. En el desplazamiento, la investidura de una representación se dirige a otra más o menos alejada de la original. La condensación hace que la investidura de varias representaciones se deposita en una sola distinta de las demás. Estos dos mecanismos no son azarosos ni arbitrarios, sino que las representaciones sustitutas guardan una relación asociativa. Tal vínculo puede encontrarse en cierto parecido físico, la sonoridad del nombre, una coincidencia temporal o espacial.

Los eslabones intermedios que unen el contenido manifiesto con el contenido latente varían dependiendo del grado de censura que se ejerce normalmente sobre éste o a una situación particular que aviva los contenidos inconscientes. Por ello, la interpretación de los sueños se basa en las asociaciones del soñante respecto de los elementos del sueño; de este modo se sigue el camino inverso que llevó a la formación del sueño. En última instancia, en el sueño se manifiestan mociones pulsionales –es decir, impulsos que buscan ser satisfechos por medio de una descarga de la tensión que generan dentro del aparato psíquico– incompatibles con las instancias psíquicas superiores: yo y superyó.  El yo necesita sostener de sí mismo una imagen investida libidinalmente, lo cual se denomina narcisismo, y la satisfacción de ciertas mociones pulsionales fracturaría esa imagen narcisista. Por ello, hay mociones pulsionales que deben ser desplazadas hacia otros objetos, mientras que los objetos primarios caen bajo la represión (Freud, 1915a).

La pérdida del sueño y desórdenes funcionales en el ciclo sueño-vigilia son de los problemas de salud más comunes reportado en los Estados Unidos (Schwartz & Roth, 2008). Cuarenta millones de americanos son afectados con desórdenes crónicos de sueño y vigilia, interfiriendo con su trabajo y actividades sociales (Abad & Guilleminault, 2003). Los desórdenes del sueño causan 38 000 muertes cardiovasculares y tienen un costo de más de 16 billones de dólares anualmente. En México el insomnio afecta al 18.8% de la población según datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de Medio Camino 2016 (Secretaría de Salud, 2016), por otro lado, 20% de la población en México puede llegar a tener un trastorno del sueño a lo largo de su vida (Cacho Carranza, 2016)

La conservación del sueño en todas las especies animales sugiere que tiene una función transcendental (Iliff et al., 2012; Xie et al., 2013). Estudios con roedores han demostrado que el sueño es una función vital, animales que se privan del sueño dos semanas pierden peso, pierden la capacidad de controlar su temperatura corporal y finalmente mueren (Everson, Bergmann, & Rechtschaffen, 1989). El número de horas que están dedicadas a dormir varía de especie a especie y van de 3 h en la jirafas y el elefante, pasando por los osos perezosos y el humano que destinan entre 8 y 10 h, seguido por los leones que duermen 14 h y llegando a los murciélagos que duermen cerca de 20 h al día (Davies, 2014). Los patrones de sueño también difieren a nivel de actividad cerebral general. Algunos delfines y ballenas presentan sueño de tipo uni-hemisférico donde uno de los hemisferios es el que presenta el patrón típico de ondas eléctricas del sueño, el otro hemisferio se mantiene con actividad eléctrica típica de la vigilia (Purves, Augustine, Fitzpatrick, & et al., 2001b)

En los humanos el sueño se presenta en un solo bloque que consiste de 5 etapas de los cuales 4 son sueño de ondas lentas (SOL) y 1 es sueño de tipo de movimientos oculares rápidos (MOR o REM por sus siglas en inglés Rapid Eye Movements) (Roth, 2009). Estas etapas se repiten varias veces a lo largo de la noche (National Institute of Neurological Disorders and Stroke, 2017). La primera etapa se denomina de sueño ligero y es donde podemos ser despertados con facilidad por estímulos del exterior. En esta etapa tenemos contracciones musculares repentinas denominadas mioclonia hipnica seguidas de la sensación de caída al vacío. En la etapa dos, los movimientos oculares se detienen y las ondas cerebrales registradas por el electroencefalograma son más lentas seguida por algunas ondas rápidas conocida como husos; el 50% del tiempo que dormimos permanecemos en esta etapa. En la etapa tres se observan ondas muy lentas denominadas ondas delta interrumpidas por pequeñas ondas muy rápidas. En la etapa cuatro se presentan casi de manera exclusiva ondas delta. La etapa tres y cuatro en conjunto constituyen al sueño profundo donde no existen movimientos oculares ni movimientos musculares; en esta etapa es muy difícil despertarnos. La quinta etapa es conocida como etapa MOR. Como su nombre lo describe aquí se presentan movimientos oculares rápidos en todas las direcciones, la respiración se vuelve rápida e irregular y los músculos se paralizan temporalmente, justo esta contrariedad de alta actividad cerebral pero nula actividad física es lo que le ha valido el nombre de sueño paradójico. En esta etapa es donde ocurren las visiones o sueños. El 30% del tiempo que dormimos permanecemos en sueño MOR.

Para entender cómo es que podemos permanecer inmóviles pero con actividad cerebral durante el tiempo que dormimos primero tenemos que entender un poco de los sistemas neuronales implicados en mantenernos despiertos. Existen 5 sistemas importantes de neuronas para la vigilia activa con alerta: 1) El sistema colinérgico del área peribraquial de la protuberancia y el prosencéfalo basal implicado en la activación cortical; 2) el sistema noradrenérgico del locus cerúleos, implicado en la vigilancia; 3) el sistema serotoninérgico de los núcleos del Rafé, implicado en la activación de conductas automáticas, tales como la locomoción y el acicalamiento; 4) las neuronas histaminérgicas del núcleo tuberomamilar, implicadas en la activación cortical tal como los sistemas colinérgicos y 5) el sistema de hipocretinas del hipotálamo lateral, implicado en mantener la vigilia (Schwartz & Roth, 2008).

El SOL ocurre cuando se activan las neuronas del área preóptica ventrolateral (APVL) del hipotálamo. Estas neuronas inhiben a las neuronas histaminérgicas del núcleo tuberomamilar, a las neuronas noradrenérgicas del núcleo cerúleos y a las neuronas serotoninérgicas de los núcleos del Rafé. A su vez el APVL es inhibida por las regiones cerebrales que inducen la vigilia, formando una especie de mecanismo oscilador conocido como flip-flop que nos mantiene despiertos o dormidos. Asimismo, la acumulación de adenosina (neurotransmisor de tipo nucleósido) también puede inducir el sueño inhibiendo a las neuronas colinérgicas del prosencéfalo basal y activando las neuronas del APVL. La actividad de las neuronas hipocretinérgicas del hipotálamo lateral puede hacer que el oscilador que controla el sueño y la vigilia permanezca en estado encendido, manteniendo así la vigilia.

Por otro lado, el sueño REM se da cuando aumenta la actividad de las neuronas colinérgicas del área peribraquial (Núcleo tegmental pedúnculo pontino y el núcleo tegmental laterodorsal). Estas neuronas promueven las ondas PGO (llamadas así porque se originan en la protuberancia y también se observan en el núcleo geniculado lateral y en la corteza occipital) y la activación cortical a través de sus conexiones al tálamo, y activan a neuronas de la formación reticular pontina medial, que a su vez activan a neuronas colinérgicas del prosencéfalo basal. Las neuronas peribraquiales también producen los movimientos oculares rápidos mediante sus conexiones con neuronas motoras del tectum. Las erecciones del pene durante el sueño REM, pero no así durante vigilia, son suprimidas por lesiones del área preóptica lateral. La atonía muscular que impide que representemos nuestros ensueños se debe a la actividad de un grupo de neuronas colinérgicas, localizadas en el núcleo subcoruleus, que activan a otras neuronas situadas en el núcleo magnocelular del bulbo lo que a su vez produce la inhibición de neuronas motoras de la médula espinal.

Las neuronas noradrenérgicas del locus coeruleus y las serotoninérgicas de los núcleos del Rafé ejercen efectos inhibidores sobre las neuronas pontinas responsables del sueño REM. Los episodios de sueño REM comienzan solo después de que haya cesado la actividad de las neuronas noradrenérgicas y serotoninérgicas (Roth, 2009).

Parece ser que el principal reloj biológico de los ritmos circadianos se halla en el núcleo supraquiasmático (NSQ) del hipotálamo, sin embargo la glándula pineal también tiene sus relojes que interactúan con el NSQ (Fukuhara, Yamazaki, & Liang, 2005). Neuronas individuales son responsables del “tictac”. Cada “tic” que dura aproximadamente 24 h, consiste en la producción y degradación de una serie de proteínas que actúan retroactivamente sobre los genes encargados de su producción. El NSQ y la glándula pineal controlan también ritmos anuales.

Con respecto a la importancia fisiológica del sueño tenemos que la función más importante del SOL parece ser disminuir el metabolismo cerebral y permitir que el cerebro descanse (Benington & Heller, 1995). Además, en los últimos años se ha hecho evidente que el sueño tiene una función critica en la homeostasis metabólica en humanos, teniendo una función restauradora que puede ser la consecuencia de una mejor eliminación de los productos de desecho potencialmente neurotóxicos y que se acumulan en el sistema nervioso central despierto (Xie et al., 2013). El sueño también ha sido vinculado con la formación de memorias, ratas que han sido privadas del sueño MOR presentan déficits en la memoria (Alvarenga et al., 2008). Diversos trabajos empleando técnicas sofisticadas de electrofisiología han demostrado que durante el sueño existe una recapitulación de eventos de aprendizaje ocurridos durante la vigilia (Diekelmann & Born, 2010; Ribeiro et al., 2007). Los patrones de actividad cerebral durante el SOL favorecen la reactivación y redistribución de memorias dependientes del hipocampo hacia la corteza mientras que durante el sueño MOR se favorece la producción de distintas proteínas para que las memorias se consoliden (Diekelmann & Born, 2010; Purves, Augustine, Fitzpatrick, & et al., 2001a; Ribeiro et al., 2007; Wiesner et al., 2015). Por otra parte, el sueño MOR puede favorecer el desarrollo cerebral (Dumoulin Bridi et al., 2015). Además, existen estudios que proponen una función de complementariedad entre el SOL y el sueño MOR en la consolidación de la memoria emocional (Cairney, Durrant, Power, & Lewis, 2015).

Durante el sueño se producen sustancias importantes como la hormona del crecimiento y se vincula con la regulación de la temperatura (Takahashi, Kipnis, & Daughaday, 1968). También se ha encontrado que los animales que duermen más tienen menos infecciones parasitarias ya que producen más células del sistema inmune (Preston, Capellini, McNamara, Barton, & Nunn, 2009). Como podemos ver, los roles del sueño van desde expresar durante la noche los sentimientos más profundos de nuestro ser hasta mantener el equilibrio bioquímico.

UN GUSTO QUE PERSISTE MÁS ALLÁ DE LOS GENES

Los humanos somos los únicos mamíferos que continuamos tomando leche más allá del periodo de lactancia. Otras especies de mamíferos consumen la leche solo hasta ciertos meses después del nacimiento cuando la leche materna deja de aportar nutrientes importantes para el desarrollo fisiológico. En vida salvaje los terneros son alimentados hasta un año, los chimpancés por 5 años y los orangutanes alrededor de 7 años. En el caso del humano existen diferencias en el tiempo de amamantamiento que tienen que ver con características culturales sin embargo el promedio es de 2.5 años (Kennedy, 2005). Esta reducción en el periodo de lactancia y la incorporación de nuevos alimentos con contenido proteico como la carne, se sugiere que fue un parte aguas en la evolución humana para promover un mayor desarrollo cerebral (Kennedy, 2005).

¿En qué momento cambiamos nuestros hábitos alimenticios y e iniciamos el comercio lácteo? Los primeros indicios de que en la alimentación humana se incluían productos lácteos data de hace más de 7 mil años; en la región que hoy comprende los países de Rumania y Hungría se han encontrado restos de proteínas provenientes de la leche en vasijas que posiblemente la contenían. Parece ser que los principales usos de la leche no era su consumo directo sino la preparación de derivados de la mismas como queso y como alimento para cazar animales. Los habitantes de esa zona del norte de Europa no podían consumir la leche de manera directa. Análisis filogenéticos han encontrado que los granjeros poseían una versión del gen de la lactasa (enzima que degrada la lactosa) el cual se deja de expresar en la infancia y que entonces los hacía intolerantes a la leche (Gerbault et al., 2011).

Esta versión del gen o alelo (segmento de ADN heredado por uno de los padres) permanece hasta nuestros días y es la explicación del porqué existen personas intolerantes a la lactosa. Lo que debe dejar de ser un mito es que este "alelo de tolerancia" se encuentra en la mayoría de la población. Sólo el 35% de la población posee una tolerancia genética a la lactosa. El resto de la población presenta distintos grados de intolerancia. Como es de esperarse por los orígenes socio-culturales del uso de productos lácteos, en países del norte de Europa la persistencia del alelo tolerante a la lactosa es de hasta el 90% de la población. Por otra parte existen comunidades asiáticas en las que cerca del 100% de la población tienen la versión intolerante (BBC News, 2007).

La versión tolerante a la lactosa corresponde a un gen con mutaciones que a través de procesos evolutivos fue seleccionado y permite que la proteína para la que codifica se siga expresando en edades adultas. Los estudios más recientes postulan que estas mutaciones ocurrieron después del aparecimiento de granjas y del uso de derivados de los productos lácteos, esto hace aproximadamente 5 mil años (Gerbault et al., 2011). Sin embargo hay otras razones no genéticas por las que se puede presentar intolerancia a la lactosa y estas corresponden a daños en el intestino delgado, la enfermedad de Crohn y quimioterapia (NIDDK, 2012).

Para deleite de muchos paladares que disfrutan de la leche pero sufren de molestas consecuencias como distensión abdominal, dolor, diarrea y gases (NIDDK, 2012), la industria láctea ha generado productos denominados “deslactosados” a los que se añade la enzima lactasa la cual digiere parcialmente a la lactosa dividiéndola en glucosa y galactosa, es este procesamiento el que hace digerible la leche pero a su vez más dulce que la leche entera. Sin embargo, ¿favorece al organismo en igual manera la leche deslactosada que la entera? Estudios realizados hace ya más de cuatro décadas demuestran que el nivel de absorción de calcio es la misma en personas tolerantes a la lactosa que consumen leche entera que en personas intolerantes que consumen leche deslactosada; sin embargo, el consumir la leche que no es acorde a su tolerancia a la lactosa disminuye la absorción de calcio (Kocián, Skála, & Bakos, 1973).

Se ha cuestionado si es "natural" seguir consumiendo leche en la edad adulta y si este producto realmente aporta beneficios al humano y sus consecuencias negativas al ambiente. Estudios científicos han estudiado las diferencias que existen entre individuos que consumieron poca o mucha leche durante la infancia y han encontrado que esta dieta sí repercute en la edad adulta. Personas con alto consumo de leche durante la infancia presentan menos caries en la edad adulta así como un mayor contenido mineral en los huesos, menos fracturas y una reducción en el riesgo de malnutrición relacionada con deficiencias en proteínas (Kalkwarf, Khoury, & Lanphear, 2003).

A pesar de que muchas moléculas contenidas en la leche se destruyen durante la digestión, algunas de ellas como las inmunoglobulinas (proteínas del sistema inmune) y la hormona del crecimiento se encuentran presentes en altas concentraciones en la sangre de las personas que consumieron leche de manera controlada durante una semana (Rich-Edwards et al., 2007). También se ha observado que el consumo de derivados de la leche como los productos fermentados, entre ellos el yogurt, ayudan a la degradación de la grasa reduciendo así los niveles de colesterol en la sangre (St-Onge, Farnworth, & Jones, 2000).

La tolerancia a la lactosa es un ejemplo muy claro de que los humanos hemos modificado nuestra propia naturaleza por factores culturales. Nuestras decisiones como civilización han guiado que nos acerquemos o alejemos de nuestro origen animal. Debemos ser conscientes que nuestros actos como sociedad y como individuo pueden influir dramáticamente en el curso de la evolución de nuestra especie.

LEYES ANIMALES QUE RIGEN LA NATURALEZA HUMANA

La sociedad actual intenta proponer reglas para tener una convivencia pacífica, sana y cordial. Sin embargo, en muchas ocasiones estas reglas no contemplan nuestra verdadera naturaleza animal. El humano pertenece a la especie Homo sapiens, al orden de los primates, a la clase de los mamíferos y finalmente al reino animal. Compartimos algunos rasgos bioquímicos, genéticos, y morfológicos con el resto de los integrantes del reino animal. También compartimos características conductuales reguladas a su vez por los rasgos anteriores. Algunas de las conductas que definen al humano son la alimentación, comer, dormir, asearse y otras conductas sociales como copular o la rivalidad entre machos o hembras de la misma especie por atraer a la pareja deseada.

Estas características que nos definen como humanos y como animales no se han compaginado ampliamente con las leyes que nos rigen. Hay especies animales que tienen conductas dentro de la cópula similares a las presentes en humanos como el sexo oral. Esta conducta ha sido reportada en distintas especies animales como las cabras, hienas, varios primates, manatíes, murciélagos y ovejas (Tan et al., 2009; Viegas, 2009). El sexo oral en animales a pesar de ser una práctica similar a la encontrada en los humanos tiene fines meramente reproductivos.

Existen muy pocas especies estudiadas que practiquen la cópula solo con la finalidad de sentir placer a parte de los humanos. Una de estas especies son los bonobos (pan paniscus). Estos animales copulan en varias etapas del año sin importar si la hembra se encuentra en su periodo fértil (Wrangham, 1993). Este ejemplo nos muestra que en la naturaleza, el sexo no es empleado solo para preservar la especie sino con fines lúdicos.

La prostitución es una actividad no bien vista en la sociedad. Sin embargo, el pago con sexo por algún beneficio también ocurre en otras especies animales. En los chimpancés se ha observado que los machos comparten su comida con hembras sexualmente receptivas pero también lo hacen con hembras que no son sexualmente receptivas (Gomes & Boesch, 2009). Las hembras retribuyen posteriormente el favor alimenticio con actos sexuales.

En Nueva Zelanda se ha observado a pingüinos hembra que buscan a machos que acarrean piedras para que las ayuden a formar sus nidos; copulan con ellos para obtener algunas de esas piedras. Esta actividad la realizan a expensas de tener una pareja pero claro, en un área fuera de la supervisión visual del macho (BBC News, 1998).

Hay muy pocos países que contemplan leyes que permiten de manera regulada ejercer la venta de sexo. Los Países Bajos es claro ejemplo de que la legalización de la prostitución permite un mayor control de esta profesión en términos de salud, del comercio de mujeres y de tráfico de drogas (Casciani, 2004). Al centralizar la prostitución en una zona particular pueden regular de una mejor manera lo que ocurre en ella. La accesibilidad fácil pero legalizada a estas actividades podría impedir algunos casos de acoso o abuso sexual. Debemos tener en mente que prostitución legalizada no significa permitida sin ningún control, más bien que existen leyes que la regulen. La legalización de la venta de sexo permitiría que cualquier persona con necesidades sexuales tendría todo el derecho y libre acceso a pagar por ese servicio. Se podrían evitar en cierta medida abusos sexuales a adultos y niños, embarazos no deseados y la transmisión de enfermedades sexuales.

Otro aspecto de la conducta humana que no contemplan adecuadamente las leyes que rigen la civilización humana son las respectivas a los desórdenes mentales presentes en asesinos seriales. Estas personas que matan animales, niños y adultos sin compasión alguna y con  crueldad extrema han sido catalogados como malvados y en varias ciudades de Estados Unidos a estos sujetos se les aplica la pena de muerte (Holmes, Burger, & Holmes, 1988). Sin embargo, recientemente con la ayuda de los avances en imagenología del cerebro de estos sujetos ha permitido catalogarlos como personas enfermas, psicópatas. Este tipo de estudios demuestran que algunos de estos asesinos seriales no cuentan con la capacidad de sentir compasión ni empatía por el sufrimiento; son moral y emocionalmente discapacitados (Kiehl & Hoffman, 2011). ¿Sería entonces justo juzgarlos de la misma forma que personas sanas que cometen crímenes con fines de venganza o económicos? La ciencia genera conocimiento no para eximir de culpas a estas personas sino para entender su padecimiento y para proponer programas de detección temprana de estos padecimientos y así proveer un tratamiento médico desde niños y de esta forma prevenir el cometimiento de crímenes en la adultez.

Dentro de los hallazgos en neurociencias se ha encontrado que los psicópatas poseen una reducción en la sustancia gris (cuerpos de neuronas), menor número de neuronas y mayor cantidad de sustancia blanca (mayor cantidad de axones) en una región particular del cerebro conocida como lóbulo frontal (Revisión reciente en, Kiehl & Hoffman, 2011) que se implica importante mente en la toma de decisiones. Además se ha encontrado un decremento en la actividad de un conjunto de regiones cerebrales que forman el sistema paralímbico, implicadas en el razonamiento moral, en la memoria afectiva y en la inhibición de conductas. Un estudio realizado en prisioneros demostró que si bien los psicópatas no tienen ningún problema en identificar lo que no es moralmente correcto, su cerebro no responde de la misma manera que prisioneros que no era psicópatas (Kiehl & Hoffman, 2011).

Con estos previos casos podemos darnos cuenta de que no existe aún un puente entre las ciencias de la conducta, las neurociencias y las leyes jurídicas que nos rigen. Se han realizado algunos esfuerzos por crear este puente, uno de ellos es la aparición de la rama “Neurolaw” (Neuro Leyes) que pretende crear normas que se basen en conocimiento neurocientífico (Petoft, 2015).

BIBLIOGRAFÍA

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[a] Escuela Superior de Atotonilco de Tula, smanuel_sanchez@uaeh.edu.mx

[b] Escuela Superior de Atotonilco de Tula, jesus_cisneros@uaeh.edu.mx

[c] Escuela Superior de Atotonilco de Tula, sofia_gsalinas@uaeh.edu.mx