Adherencia al tratamiento en pacientes en condición de enfermedad crónico-degenerativa: Reto constante

Resumen

El presente artículo es sintetiza los esfuerzos realizados por los estudiantes de la licenciatura en psicología de una universidad pública de México en el último año estudiando a dos poblaciones en grupos de ayuda mutua (GAM) que tienen característica sociodemográficas semejantes. Palabras claves: intervención psicológica, condición de enfermedad crónico-degenerativa, estudio.


Palabras clave: intervención psicológica, condición de enfermedad crónico-degenerativa, estudio

Abstract

This article summarizes the efforts made by undergraduate students in psychology at a public university in Mexico in the last year studying two populations in mutual aid groups (GAM) that have similar sociodemographic characteristics. Key words: psychological intervention, chronic-degenerative disease condition, study.


Keywords: psychological intervention, chronic-degenerative disease condition, study

Introducción

Una de las diversas tareas del psicólogo de la salud es contribuir en el diseño, implementación y evaluación de programas de intervención psicológica para el cuidado y vigilancia de los usuarios que se encuentran en condición de enfermedad crónico-degenerativa, en la mayoría de los casos diabetes mellitus tipo II, hipertensión arterial, dolor crónico, fibromialgia y múltiples padecimientos que en ocasiones dificultan el desempeño diario del paciente asociándose a consecuencias psicológicas variadas. Existen teorías, postulados, lineamientos y propuestas de intervención que buscan facilitar la adherencia al tratamiento de los pacientes involucrando la evaluación integral para lograrlo; algunos de ellos son el Modelo de Creencias en Salud utilizado en varias investigaciones para la adhesión a un régimen alimenticio (Becker, 1977), adhesión de diabéticos a un régimen alimentario (Rosenstock, 1985), autoexamen de senos (Champion, 1990), prevención de la caries dental (Ronis, 1992), prevención del sida (Aspinwall, 1991); Modelo de la Acción Razonada aplicado en el uso de preservativos (Basen-Engquist y Parcel, 1992) y de anticonceptivos (Doll y Orth, 1993), autoexamen de senos (Liberman, 1990) y de testículos (Brubaker y Wickershman, 1990), participación en la mamografía (Montano y Taplin, 1991) y en programas de detección de cáncer (DeVellis, 1990), donación de sangre (Bagozzi, 1981); Modelo de Autoeficacia con el manejo del tabaquismo (DiClemente et al., 1985), enfermedades crónicas respiratorias (Kapan et.al., 1984), pérdida de peso (Shifter y Ajzen, 1985), prevención de enfermedades en general (Schwarzer, 1992; Strrecher et. al., 1986); Modelo de Locus de Control dirigido a prevención o enfrentamiento general de la enfermedad como hacer ejercicio y dieta (Seeman y Seeman, 1983), buscar información sobre hipertensión arterial (Strickland, 1978) o sobre el cáncer de mama (Lau et.al., 1986) y el Modelo de Autoeficacia utilizado para el control de la enfermedad crónica (Holman y Loring, 1992), control de la conducta toxicodependiente (Marlatt et.al., 1995); enfermedades respiratorias crónicas (Kaplan et. al., 1984), enfermedades cardiacas y en particular de infartos al miocardio (Ewart, 1995), artritis reumatoide (Loring y González, 1992), cáncer (Miller y Diefenbach, 1998) o dolor crónico (Symbaluk et.al., 1997); modelos claros y concisos de motivación para la conducta positiva que se han utilizado para promover inmunógenos conductuales que permitan prevenir que el proceso de enfermedad se presente.

Desarrollo y discusión

Esfuerzos contantes caracterizan el quehacer de los estudiantes de la licenciatura en Psicología de una Universidad pública en el área de Salud, centrando su desempeño en el cuidado de grupos GAM cuyo objetivo general es el monitoreo y/o incremento del nivel de adherencia al tratamiento en usuarios en condición de enfermedad crónico-degenerativa de tres localidades del Estado de Hidalgo. Dicha tarea implica delimitar la población a tratar, caracterizarla e identificar los inmunógenos y patógenos conductuales a los cuales están expuestos y en la mayoría de los casos delimita su desempeño en el cuidado de la salud.

El marco de referencia bajo el cual apoyan y delimitan el trabajo de investigación a realizar es la Psicología de la Salud, como área aplicada dentro de la Psicología, definida por Matarazzo (1980) como “el conjunto de contribuciones científicas, educativas y profesionales que las diferentes disciplinas psicológicas hacen a la promoción y mantenimiento de la salud, a la prevención y tratamiento de la enfermedad, a la identificación de los correlatos etiológicos y diagnósticos de la salud, la enfermedad y las disfunciones relacionadas, a la mejora del sistema sanitario y a la formación de la política sanitaria”.

La revisión de conceptos tales como adherencia al tratamiento, inmunógenos y patógenos conductuales se hacen necesarios para entender el propósito de los programas de intervención que los estudiantes ponen en marcha en busca de su objetivo; iniciaremos revisando el primero; la adherencia al tratamiento, definida como “el cumplimiento de cualquier prescripción terapéutica que implica realizar una serie de tareas que requiere no sólo saber qué hacer, sino cómo y cuándo hacerlo” (Arrivillaga, Correa, & Salazar,2007).

La adherencia al tratamiento es el pilar de la construcción metodológica de los programas de intervención psicológica que se ajustan, diseñan y reestructuran de manera constante para cubrir las necesidades de la población objetivo; los problemas de adherencia son mayores en las enfermedades crónicas y en aquellas que requieren cambios de hábitos o estilos de vida. Según Amigo, Fernández y Pérez (1998), la tasa típica de adherencia puede estimarse en torno al 50%, aunque con frecuencia no supera el 20%; lo anterior tiene un impacto negativo en la salud, por un lado, porque los tratamientos resultan ineficaces para el control de la patología, aumentando la morbilidad y mortalidad, y por otra parte, porque incrementa los costos en la atención y hospitalización del paciente. La adherencia al tratamiento incluye una serie de pasos a cumplir para considerarse agente de cambio en el proceso de intervención psicológica, según Correa, D.E. et.al. (2004) consiste en desarrollar 5 etapas de manera eficiente: fase educativa, fortalecimiento de la autoeficacia, reestructuración de creencias, entrenamiento en habilidades de comunicación en la relación médico-paciente y por último, desarrollo de destrezas simples y complejas; la mayoría de los programas de intervención psicológica aplicados en las investigaciones que analizaremos centran su atención en esta última fase que implica orientar al paciente a favor de conductas que faciliten la ingesta de medicamentos y el cumplimiento de la dieta, instruir al paciente respecto al manejo de registros, automonitoreos y utilización de señales para recordar la toma de medicamentos, así como desarrollar estrategias para reducir los niveles de ansiedad provocados por su nuevo estado de salud. En otras palabras desarrollar inmunógenos conductuales que le permitan al paciente el control adecuado de su padecimiento y erradicar, en la medida de lo posible, los patógenos conductuales implicados en el proceso.

Cuadro de poblaciones GAM año 2015-2016
POBLACIÓN SEGUNDO PERIODO 2015 PRIMER PERIODO 2016
RESULTADOS PRELIMINARES
Población 1: Grupo GAM 10 participantes de los cuales 7 mujeres y 3 varones; 6 mujeres  y 2 varones en condición de hipertensión arterial,  1 mujer y 1 varón en condición de diabetes mellitus tipo II. Con una media de edad de 65.3 años Posterior a 10 sesiones de trabajo psicológico se obtuvo un incremento en la práctica del ejercicio físico de un 63.2%, 40.3% en mujeres y 22.9% en varones. Perfil de Estado de ánimo incremento en 10.3% respecto a la medida inicial y el mantenimiento; en el Mini-examen cognoscitivo con prevalencia en grado leve en mujeres y moderado en varones participantes. El programa de intervención psicológica en curso, hasta el momento de las 10 sesiones aplicadas se rescata que el 46.3% de la población tiene dificultad en el registro control conductual en el área de ingesta de medicamento y ejercicio físico, el 21.5% de la población ha extraviado los carnets de registro conductual lo que impide la adecuada evaluación de las variables consideradas; respecto a instruir al paciente en la utilización de señales para recordar la toma de medicamentos el 67.9 % de los participantes ha encontrado un tipo de apoyo didáctico que permitan recordarla de manera eficaz reduciendo de manera considerable los niveles de ansiedad relacionados con su deterioro en la salud.
Población 2: Grupo GAM constituido por 14 personas de las cuales 13 son mujeres y 1 varón. 7 en condición de Diabetes Mellitus tipo II (6 mujeres 1 varón)    5 mujeres en condición de Hipertensión arterial y 2 mujeres con ambos diagnósticos. Con
una media de edad de 54.9 años
Posterior a 10 sesiones de trabajo psicológico se encontró que el 25.6 % de la población realiza uso efectivo del carnet que registra la ingesta de medicamento, ejercicio físico y alimentación; destacan resultados sobre la ingesta de alimentos saludables
en mujeres en condición de hipertensión arterial obteniendo un 60.0% a diferencia en las mujeres con ambos diagnósticos de enfermedad; respecto al automonitoreo del ejercicio físico encontramos que el
71.4% de la población lo realiza de manera diaria y adecuada mediante el modelamiento/moldeamiento.
En la actualidad como resultado preliminar se reporta
un avance significativo en el registro de la ingesta de medicamento con el uso de alarmas y autoregistros logrando así el 85.7% de la población participante; el
14.3% de la población ha extraviado los carnets de registro conductual lo que impide la adecuada evaluación de las variables consideradas; respecto a instruir al paciente en la utilización de señales para recordar la toma de medicamentos el 85.7 % de los participantes ha encontrado un tipo de apoyo didáctico que permitan recordarla de manera eficaz; aún se desconocen los niveles de ansiedad relacionados con su deterioro en la salud.

Fuente: Protocolos de investigación estudiantil Gómez, M. et.al. (2015) Aranda, L.D. et.al. (2015); asesorados por Hernández- Moctezuma I.

El cuadro anterior muestra a grandes rasgos los avances que se ha tenido en ambas investigaciones ejemplificando la complejidad de la adherencia al tratamiento en pacientes en condición de enfermedad crónico-degenerativa; en ambos casos se han obtenido datos que no siempre caben en el modelo teórico seleccionado; en múltiples ocasiones se encuentra que la valoración de la relación médico-paciente se deja de lado pues en la mayoría de los casos los pacientes asisten a la revisión médica de rutina para cumplir con el registro mensual que justifica su permanencia en programas gubernamentales relacionados con la secretaría de salud, percibiendo esta relación como un proceso mecánico y no como la oportunidad de recibir orientación médica de primera mano que le permita entender los cambios físicos que experimenta con respecto a su salud, la duración indefinida de su tratamiento farmacológico, las alteraciones físicas originadas por el consumo del medicamento, la modificación de horarios debido a situaciones laborales que debe cumplir, dudas que surge en el tiempo entre citas médicas, dificultad para externar la falta de comprensión de instrucciones médicas, minimización o maximización de síntomas relacionados con la enfermedad, por mencionar algunos; para solventar tal situación recurrir a la fase de fortalecimiento de la autoeficacia según el modelo de Correa, D. (2001) es la vía adecuada para reducir el impacto psicológico.

Otro aspecto relevante es el tipo de apoyo familiar con el que cuenta el paciente para lograr la adherencia al tratamiento, ya que en fases anteriores (fase educativa) el paciente es plenamente consciente de su situación de salud y los riesgos que conlleva no adherirse al tratamiento, sin embargo la influencia familiar para la adopción de patógenos conductuales dificulta la adecuada elección en el cuidado de la salud; el tipo de relación y la calidad en la relación familiar son aspectos que aún no se evalúan a profundidad en ambos casos.

Son innumerables las expresiones de satisfacción e insatisfacción relacionadas con la enfermedad en ambos grupos evaluados, entre ellas destaca la percepción del paciente asociado al proceso de enfermedad-minusvalía planeado por Correa (2004) (fase de reestructuración de creencias del paciente) haciendo mención de las dificultades económicas para conseguir el medicamento (en caso de no estar disponible en el centro de salud), el encarecimiento de productos de primera necesidad para consumir alimentos saludables acordes a la prescripción médica, todas las anteriores referidas al locus de control externo; las ideas irracionales que surgen posterior al diagnóstico clínico como la carga social-económica-moral que representan para sus familiares a partir del diagnóstico de enfermedad, el nivel de conocimiento que tienen de su enfermedad, la incertidumbre sobre la evolución de la enfermedad, situaciones referidas al locus de control interno del paciente.

Conclusión

Es difícil establecer una línea de investigación fija cuando las necesidades del paciente son múltiples y diversas, la lógica en la metodología de la investigación indica empezar por el principio, que lógicamente es particular el cada caso; brindar atención psicológica personalizada parece la opción más viable para resolver el problema, sin embargo las acciones realizadas en grupos GAM le brindan al paciente sentirse parte de un sistema, de un grupo de apoyo donde cierto está que su enfermedad es una condición ordinaria en gran parte de la población mexicana (en los casos de diabetes mellitus e hipertensión arterial), le permiten entender que existen personas como él/ella preocupadas y ocupadas de su salud física fomentando la convivencia social como estrategia de afrontamiento a esta situación. Brindar ambos tratamientos como estrategia de seguimiento psicológico permitirán al paciente continuar en el proceso de adaptación relacionado con su enfermedad.

El trabajo profesional de los cuerpos multi e interdisciplinarios que se encuentran disponibles en los centros de salud de nuestro Estado, llevan consigo el mayor mérito en el cuidado del paciente en condición de enfermedad crónico-degenerativa; el apoyo familiar es básico para consolidar las acciones realizadas por los primeros y es tarea cotidiana del paciente conocer los cambios físicos y psicológicos que le suceden como el experto en el control y cuidado de su salud integral; esa, debe ser la meta principal de los profesionales de la salud dedicados al cuidado de estos pacientes.



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[a]Profesora por asignatura “B”, Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. Licenciatura en Psicología