Estado de la Cuestión de las representaciones sociales y la construcción de la identidad profesional

Resumen

En este documento se presenta una visión general de las posiciones teóricas y metodológicas que permiten abordar la cuestión de la construcción de la identidad profesional de manera relevante, de modo que su búsqueda se planteó por primera vez en la obtención de información contenida en capítulos de libros, artículos de revistas arbitradas, investigaciones científicas resultados, actas de congresos, ponencias y tesis actualizadas.


Palabras clave: Construcción de la identidad, formación y representaciones sociales

Abstract

In this document show an overview of the theoretical and methodological positions that allow addressing the issue of construction of professional identity in a relevant manner, so that their search was first raised in obtaining information contained in chapters of books, peer-reviewed journal articles, scientific research results, conference proceedings, papers and updated theses.


Keywords: Construction of professional identity, training and social representations.

Estado de la Cuestión

Como etapa clave de todo proceso de investigación se parte de la revisión del estado que guarda el tema de la formación permanente del abogado en la construcción de su identidad como profesor universitario de Derecho en la UAEH. 

El objetivo del presente trabajo es contar con un panorama general de las posturas teóricas y metodológicas que permitan el abordamiento del tema  de construcción de la identidad profesional de una manera pertinente, por lo que su búsqueda se planteó en primer término en la obtención de información contenida  en capítulos de libros, artículos de revistas especializadas arbitradas, resultados de investigaciones científicas, memorias de congresos, ponencias y tesis actualizadas.

La presentación del Estado de la Cuestión de la identidad, se estructura  con una primera  aproximación al tema de las representaciones sociales en la construcción de la identidad  en el ámbito internacional y nacional y en segundo las representaciones sociales y  su formación

Cabe acotar en estas líneas que la construcción de la identidad profesional del  abogado como docente y la influencia que ejerce sobre la formación de sus estudiantes son los ejes analíticos  que dan pie para la elaboración del presente estado de la cuestión en el que se retoman las aportaciones más relevantes sobre el tema.

Son varios los retos que se plantean la formación del profesorado universitario, existiendo infinidad de propuestas de mejora y de proyectos sin embargo es necesario superarlas con el objetivo de garantizar la calidad de la oferta educativa de futuro, estableciendo como categoría análisis el de la representación social del abogado como profesor universitario en la construcción de su identidad profesional como docente y su influencia en la formación de sus estudiantes.

Capítulo I. Estado de la Cuestión de las representaciones sociales y la construcción de la identidad profesional

El propósito del presente capitulo es proporcionar un panorama general de las investigaciones que sobre Representaciones Sociales y la construcción de la identidad profesional que se han desarrollado en el campo de la investigación educativa, analizándose  sus perspectivas  y propuestas teóricas así como metodológicas así como los ámbitos y niveles estudio en que se han realizado.   Con el fin de conocer  diferentes investigaciones que se realizan en torno al tema,  se explora y revisan  documentos impresos y en digital, tanto nacionales como internacionales, datos que se condensan en artículos de revistas especializadas arbitradas, resultados de investigaciones científicas, capítulos de libro, memorias de congresos, ponencias, y tesis.

Para tal efecto se revisaron un total de treinta artículos y tesis de grado que permitieron identificar la importancia que han tenido los estudios sobre las representaciones sociales como un medio para interpretar la realidad educativa y sobre el tema de la construcción de la identidad profesional en el nivel superior y determinar el por qué el sujeto, en este caso el abogado profesor universitario adscrito a la licenciatura en derecho de la UAEH, en el ICSHu y en la ES Actopan,  actúa en el escenario áulico como profesional en la abogacía o como docente.

Existen en nuestro país investigaciones que abordan las representaciones sociales vinculadas con la educación, como lo refiere la autora Gutiérrez  (2007), quien nos presenta un listado bibliográfico de las tesis de grado en las que se trabaja de manera explícita sobre el tema de las representaciones sociales.

En este listado se establecen las líneas de investigación sobre esta teoría, el enfoque disciplinar, e indicando que es la psicología social  donde más ejemplos se encuentra  la investigación así como su repercusión en varios campos de la investigación.

En cuanto al tema de las representaciones sociales, se revisaron para su estudio veintidós trabajos de investigación documentos que permitieron identificar la importancia que en Educación han tenido los estudios la construcción de la identidad profesional y las representaciones sociales como un medio para interpretar la realidad educativa y sobre el tema de construcción de la identidad del abogado como profesor universitario lo que permitirá responder al cuestionamiento en cuanto a qué identidad es la que permea  en el caso del abogado como profesor universitario adscrito a la licenciatura en Derecho en la UAEH, en su rol como docente en el escenario áulico.

Para  dar cuenta de la importancia del tema acerca de la construcción de la identidad  se revisaron dieciséis documentos donde se plasman la importancia que tiene en la actualidad, construcción de la identidad profesional  como docente por ser un elemento crucial en el modo como las personas, y en el caso que no ocupa debido a que configuran, construyen y significan la propia naturaleza del trabajo que desempeñan en el escenario áulico en que se imparte la licenciatura en Derecho, sin embargo cabe acotar que en los trabajos de investigación revisados sobre construcción de la identidad profesional,  sólo se contó con información relativa a las áreas de la salud, del medio ambiente, la psicología, la pedagogía, pero no así del derecho; estos documentos daban cuenta de los estudios realizados en el  nivel de secundaria y licenciatura con esta categorización se rastrearon trabajos a nivel internacional y a nivel nacional.

Las palabras claves que se identifican en los documentos son: identidad social, identidad colectiva, identidad docente, identidad profesional, Identidad colectiva, repertorios culturales, contexto social, proceso, construcción, identidad profesional, formación de la identidad, teorías de la identidad, realidad, docencia, formación, competencias,  modelos identitarios, profesores y políticas, representaciones, socialización, pertenencia grupal, constructivismo conflicto y poder, redes de significación,

Los enfoque epistemológicos que permearon en los documentos analizados son:  La perspectiva sistémica de la sociedad: a través de  la teoría sistémica desde la óptica de Parsons hasta Luhmann, Habermas, el interaccionismo simbólico y las representaciones sociales, el estructuralismo y sustentos teóricos desarrollados por los investigadores en sus trabajos parten de las  teoría de la identidad social de Erickson y Henry Tajfel, la teoría de la acción colectiva de Alberto Melucci, teoría de la acción comunicativa de Habermas, teoría sistémica con enfoque esencialista, en la cual la identidad se configura como un conjunto de propiedades y atributos característicos de un grupo en los trabajos de Judith Friedlander y George De Vos[1].

Los documentos que se retoman para este trabajo están vinculados a la temática que se pretende abordar que es las representación social del abogado como profesor universitario adscrito a la licenciatura en Derecho de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. (Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades Pachuca y ES Actopan)  en la construcción de su identidad profesional como docente y su influencia en la formación de sus estudiantes.

En los documentos revisados se plantea que actualmente la cuestión de las interacciones sociales y de los criterios que permiten establecer relaciones domina el debate acerca de la identidad. Es sobre esta dimensión del vínculo, de la relación con, de la interacción que resulta importante su abordaje porque la identidad reposa, sobre las cuestiones de nuestro vínculo con nuestro entorno, la cuestión de la plaza que ocupamos en él, ya que ser consciente de sí, de nuestra propia identidad permite a cada individuo definir su elación con el mundo de existencia lo que permitiera responder a  “cuáles son mis relaciones con los otros”, cuál es el lugar que ocupo” lo que nos hace referencia a identidades sociales y a la pertenencia a grupos.

Cabe señalar que es la construcción de la identidad, la identidad profesional y las representaciones sociales se constituyen como ejes analíticos que fundamentan la construcción del presente estado del conocimiento, y que permitieron realizar la búsqueda de información, la cual se organiza de la siguiente manera:

Construcción de la identidad

El García Martínez (2008), reconoce que el término de identidad  es una noción paradójica y compleja e inacabada, debido a que la construcción de la identidad se realiza siempre en nuestra relación con los otros,  que implica unidad, cuando se trata de lo que nos distingue de otros, cuando se trata de tener su propia identidad, lo que implica en palabras del autor sentirnos únicos, pero la identidad es también lo que se relaciona con la pertenencia a un grupo que comparte valores y características, existiendo unidad entre sus miembros. El reconocimiento de unos por otros se produce alrededor de esta identidad común, la cual no niega de ninguna manera la dimensión de  unicidad, “Esta ambigüedad semántica sugiere que la identidad oscila entre la similitud y la diferencia y la diferencia, lo que hace de nosotros una individualidad singular y lo que al mismo tiempo nos hace de semejantes a otros” (Lipiansky, 199:22).

En la última década se han desarrollado un mayor número de investigaciones educativas en materia de construcción de la identidad, entendiendo a ésta  como un proceso colectivo La importancia de la construcción de la identidad ha sido retomada, debido a la importancia que el tema reviste a nivel global, al ser construida en entornos socioculturales precisos (Mercado,2010:229).

1.1 Acercamiento teórico al concepto de identidad.

De acuerdo a Heinrich la identidad es un predicado que tiene una función particular; por medio de él una cosa u objeto particular se distingue como tal de las demás de su misma especie” (Habermas,II,145)[2]

Las personas están investidas de una identidad cualitativa que se forma se mantiene y se manifiesta en y por los procesos de interacción y comunicación social (Habermas,II,145). No basta como refiere el autor Giménez (1996) que las personas se perciban como distintas bajo algún aspecto. También tienen que ser percibidas y reconocidas como tales, toda identidad requiere la sanción del reconocimiento social para su existencia social y publica, por lo que la identidad individual o colectiva  se apoya a su vez en la posibilidad de situarse en el interior de un sistema de relaciones (Melucci,1985,151)

Alberto Melucci (1991) el autor en comento señala una tipología respecto al tema de la identidad la cual reviste importancia al ilustrar cómo la identidad de un determinado actor social resulta en un momento dado un traslape entre auto y hetero reconocimiento. La identidad concreta se manifiesta, bajo ciertas configuraciones que varían según la presencia y la intensidad de los extremos que la constituyen. Melucci, establece que la identidad no es una esencia, un atributo o una propiedad intrínseca del sujeto, sino que por el contrario tiene un carácter intersubjetivo y relacional, convirtiéndose en la auto percepción  del sujeto en relación  con los otros.

Identidad en la Psicología Social

Analizar el concepto de Identidad es una de las orientaciones teóricas de importancia dentro de la Psicología Social. A lo largo de la historia de la disciplina, se ha adoptado una serie de cánones a partir de los cuales se explica este concepto conocidos como paradigmas. Es Kuhn (1962) quien argumenta que toda ciencia logra un avance teórico a través de paradigmas, los cuales son entendidos como modelos teóricos, los cuales permiten explicar la realidad social usando herramientas determinadas (como son métodos, instrumentos y formas de recolección de datos). La emergencia de un nuevo paradigma depende de una crisis teórica incapaz de explicar fenómenos y es a través de revoluciones que se adopta un patrón “nuevo” a uno ineficiente para poder explicar los fenómenos.

Los paradigmas desarrollados sobre de la identidad nos ofrecen una variedad de conceptos. Por ejemplo, algunos de ellos destacan los aspectos fijos, que son estables para definir la identidad, como ocupar un territorio especifico entendido como comunidad (Claval, 1999), pertenecer a un mismo grupo con características particulares (Martín-Baró, 1983; Tajfel, 1971 en Morales, 1995)) pero es Mead(1932 en Ralsky, 1992) quien nos explica la identidad como un proceso dialéctico, en constante construcción, lo cual, representa una de las ideas básicas del presente escrito: entender la identidad no como algo fijo y estático, sino como un proceso en constante cambio, lo cual significa que en tiempos contemporáneos caracterizados por fenómenos globalizantes, la identidad se define y redefine: “por lealtades locales y otras a pertenencias globales” (García, 1995).

Siguiendo una primea línea de modelo de explicación de la identidad, la vida social se basa en organizaciones jerárquicas, lo cual implica que cada uno de sus miembros tenga: “el sentimiento de pertenecer a un mismo conjunto de representaciones del cual se siente responsable y solidario: es decir, la comunidad” (Claval, 1999). Para este autor, el concepto de comunidad va más allá de la identificación con un cierto conjunto de ideas o creencias y se traduce también en una colección de prácticas y conductas que determinan un modo de vida: “En ella, los estilos de vida son similares y la ayuda mutua continua. A esto se le suma un sentimiento vivo del lugar, la comuna (comunidad) como patrimonio común, tanto si la propiedad es total o parcialmente colectiva como si es privada.” (Claval, 1999). Para Claval la identidad se construye, entonces en el ámbito local, entendiendo a éste como: “el contexto en donde se desarrolla la vida de la comunidad”. (Claval, 1999).

Las identidades se refrendan mediante: “el reconocimiento de espacios (territorios),colectivamente construidos y/o apropiados que funcionan como referentes” (Floresy Salles, 2001 en Lara 2003). Referentes que están en relación con aquellos significados que tienen para nosotros el estar en un lugar u otro; van de la mano de cargas afectivas depositadas en las personas que concurren en esos lugares.

Tómese por ejemplo las plazas centrales en las ciudades, en las cuales mediante una serie de eventos públicos (como son desfiles, manifestaciones, celebraciones, conciertos) se refrenda la pertenencia al lugar por parte de los ciudadanos. El efecto de comunidad surge de compartir símbolos comunales, es decir, de la participación en un discurso simbólico propio de la comunidad. Este discurso construye y reafirma las fronteras entre los miembros y los no miembros.

La existencia de las personas en un lugar determinado también es decisiva en la construcción de su identidad, al ligar esos lugares o territorios a una: “representación subjetiva como parte de su historia emocional” (Estrada y Hernandez 2003). Es sentirse parte de un nosotros, de un somos, que tiene como testigo su existencia al lugar. Aquí se observa la importancia otorgada al lugar territorial como referente de las identidades. Pasando a otro modelo de explicación, Martín-Baró (1983), quien es considerado comunitaria1, explica que la base de la construcción de la identidad es la conciencia común de tener todo un conjunto de características que los identifican como pertenecientes a un grupo y diferentes del resto.

Para Baró, la identidad presenta cuatro características principales: 1) está referida al mundo, 2) se afirma en la relación interpersonal, 3) es relativamente estable, y 4) es producto tanto de la sociedad como de la acción del propio individuo. Para él, la identidad se basa en la pertenencia – no pertenencia a un grupo. Es bajo estas premisas explicadas por Martín-Baró que se entiende que toda identidad es social. Ya sea que la identidad se subdivida en individual, nacional, escolar, de género, de etnia, toda ella es una identidad social, pues se afirma y reafirma con la constante y continua interacción entre los individuos, esto significa, en todo ámbito social.

La identidad social: Teoría social de Tajfel

En el contexto nacional  existen investigaciones que retoman su análisis desde la perspectiva de la teoría de la identidad de Erickson y Henry Tajfel, (Mercado,2010:229),  el cual indica que  “la identidad social es aquella parte del auto concepto del individuo que se deriva del conocimiento de su pertenencia a un grupo (o grupos) social junto con el significado valorativo y emocional asociado a dicha pertenencia, tanto de manera positiva, identidad social positiva, como negativa, identidad social negativa”. La valoración que se tenga de los grupos a los que uno pertenece se establece necesariamente a nivel comparativo con otros grupos pertinentes.

Otro modelo que es utilizado para la explicación de la construcción de la identidad lo ofrece G. H. Mead (1932 en Ralsky, 1992) quien entiende el concepto de identidad como: “un reflejo de un yo a través de otro, un reconocerse a partir del vínculo con el otro, la alteridad, que supone como condición de emergencia la ínter subjetividad”. Siguiendo el modelo de Mead conocido como “interaccionismo simbólico”, a lo largo de la vida de un individuo, conscientemente puede hablar de grupos a los que pertenece, ya sea de forma física o simbólica haciendo alusión a ello por medio del lenguaje en un yo, un ustedes o un nosotros que está  influenciado por la interacción con los demás.

Un yo habla de una identidad individual que no se puede separar del marco social, porque es a partir de cómo me ven los demás o qué relación tenga con ellos puedo definirme de una o de otra forma. Una identidad individual siempre tiene su fundamento en la socialización, proceso que se desarrolla en las instituciones como lo son la familia, los colegios, las iglesias.

El nosotros es muy interesante porque es a partir de éste cuando podemos hablar de grupos, ya sea de referencia o pertenencia que hacen que de igual forma tenga una imagen de mí mismo y al mismo tiempo me comporte de determinada manera al estar con esos que son iguales a mi o como aquellos de los que me gustaría formar parte. Es un nosotros con determinadas características que si nos diferencian de los demás, se forman determinadas reglas, creencias y hasta roles que se entienden de manera implícita.

Por último, un ustedes es más fácil de comprender cuando lo pensamos en términos de lo ajeno a mí, es marcar más las diferencias que tenemos con respecto a otros. Es observar todas las características que no reconozco como mías y las observo en otras personas.

Giménez (2002) enfatiza la dimensión dinámica de la identidad, la cual se ha mencionado. El autor se opone a la concepción esencialista que concibe a la identidad como un conjunto estable de propiedades y atributos específicos que se mantiene constante y sin variaciones en el tiempo. Define los contornos de la identidad como: “el conjunto de repertorios culturales interiorizados (representaciones, valores, símbolos) a través de los cuales los actores sociales demarcan sus fronteras y se distinguen de los demás en una situación y en un espacio históricamente específico y socialmente estructurado” (Giménez, 2002: pp. 38). Con esto, nos afirma que la identidad es una construcción social que se realiza en el interior de marcos sociales que determina la posición de los actores y por lo mismo, orienta sus representaciones y acciones, por lo tanto, no están ni totalmente determinada por supuestos factores objetivos, (Giménez, 2002), las estrategias de la identidad aparecen como un medio para alcanzar un fin. Este concepto indica que los actores sociales disponen de cierto margen de maniobra y que en función de su apreciación de la situación utilizan de una manera estratégica sus recursos idenditarios.

Esto no significa que existe una libertad para definir sus identidades según sus intereses. Se debe tomar en cuenta el marco estructural, la situación social, la correlación de fuerzas entre los grupos, las maniobras de los demás. Los individuos y los grupos no pueden hacer lo que quieran de su identidad, pues como lo entendemos, ella es el resultado de la identificación que nos atribuimos nosotros mismos y la que nos imponen los demás. Este carácter estratégico de la identidad nos permite comprender ciertos fenómenos, como los de las resurgencias y recomposiciones idenditarias como si se tratase de mutaciones que experimenta el individuo en cada uno de los contextos en el que se encuentra.

Nateras (2002) rescata una de las tesis importantes de Bonfil Batalla (1993) en la cual afirma que una de las características de las culturas son las transformaciones o cambios a las que están sujetas, lo cual implica la conformación o emergencia de nuevas identidades culturales, es decir, de agrupamientos sociales con nuevos actores.

“(…) esos cambios se expresan en la construcción de grupos sociales nuevos cuyos miembros se identifican entre sí, por el empleo de un conjunto de rasgos culturales los cuales dan un sentido propio, distinto del que pudieran tener en el contexto social en el que están inmersos. En este proceso se genera una nueva identidad, vinculada a una subcultura emergente o bien a una cultura diferente que se adapta a una situación distinta de la del grupo original”. (Bonfil Batalla, 1993 en Nateras, 2002).

Miradas teóricas y analíticas acerca de la identidad

Por lo que respecta al ámbito internacional en particular a los Estados Unidos, el enfoque que prevalece de acuerdo a los documentos revisados es el enfoque cultural nutriéndose de las teorías del interaccionismo, ubicando en el centro de las discusiones e intereses analíticos la comprensión de la acción social desde la interpretación del propio actor; así conceptos como “cultura”, “poder”, “profesión” y “profesionalismo”, adquieren nuevas miradas teóricas y analíticas. Tendencia se extendió necesariamente a las investigaciones realizadas en América Latina donde se vivieron procesos similares a los que marcaba la “agenda” de los estudios sobre el trabajo a nivel mundial (Guadarrama, 2000:223-224).

En el siglo XX en la década de los 80¨s marca un parteaguas para América Latina en los estudios laborales, en la medida que ocurrieron simultáneamente diversos procesos que marcaron de manera indeleble la temática. Así tenemos el “reconocimiento de actores específicos, dotados de cultura, en las transformaciones, en relaciones de poder e interacción con respecto a otros” (De la Garza, 2000:7). Surge entonces el interés por el análisis de la subjetividad de los actores laborales, y los vínculos del espacio productivo con otras esferas sociales, como lo refiere Banch (1990)[3]

Ideas al respecto se ven reflejadas en los trabajos de tesis, [4] donde se  hace mención que dentro de la inclusión de nuevos sujetos se volvió normal el hablar de trabajadores poseedores de una cualidad específica que era su formación académica así como su experiencia profesional; dentro de las primeros precursores se localiza a Alfredo Hualde (2000:664) quien señala que la sociología de las profesiones ha tenido un desarrollo importante desde los años treinta en países anglosajones como Estados Unidos e Inglaterra.

En América Latina los estudios que se han realizado sobre profesionales –señala este autor- han observado los siguientes rasgos: a) hay artículos en la década de los sesenta que tocan temas como la salida de profesionales del Cono Sur durante las dictaduras militares; b) otros trabajos están ligados a las asociaciones de profesionales pero no contienen análisis referidos a las profesiones; c) en la sociología del trabajo hay análisis centrados en procesos de calificación/descalificación que pueden asimilarse a los temas de profesionalización/desprofesionalización tratados en la bibliografía de profesiones. Sin embargo, el análisis de las mismas parece insuficiente, disperso y escasamente analítico; algo contradictorio si se observa el notorio crecimiento de las profesiones a partir de la segunda mitad del siglo pasado. Banch (1990)

De ahí que se hace necesario profundizar en el estudio de los profesionales, sobre todo desde una mirada que recupere la perspectiva del actor: sus prácticas, experiencias y significados, los vínculos entre el espacio de vida y su trabajo y, sus consecuencias en su subjetividad.

En el caso específico de México, actualmente, la profesión más relevante en términos cuantitativos es el maestro, profesor, o docente; específicamente el profesor de educación básica. No obstante este existen relativamente escasas investigaciones respecto al tema de profesores universitarios a nivel nacional.

El Consejo Mexicano de Investigación Educativa COMIE ha venido efectuando una revisión de la producción de investigaciones educativas en el país, específicamente sobre un tipo de profesionista que es el que en este estudio tiene importancia relevante: el profesor, es de destacar que de acuerdo a la evaluación efectuado por el propio COMIE, antes de la década de los ochentas prácticamente no se realizaba en términos relativos investigación sistemática sobre los profesores de instituciones educativas de nivel superior en México.

Sin embargo, a lo largo de la década siguiente las investigaciones fueron adquiriendo otras dimensiones sociales dando lugar a nuevas explicaciones, a nuevos sujetos y a nuevas manera de abordarlos, así, aparecen los maestros del nivel básico como actores sociales, actores históricos y actores políticos.

Se ampliaron indudablemente los temas de atención, pero quedaban algunos más sin consideración; por ejemplo: el tema de la identidad profesional. Los desarrollos teóricos sobre este enfoque vienen sobre todo de la sociología francesa, en México muy poco ha sido su impacto, así lo deja ver la bibliografía al respecto. (Gutiérrez, 2007,315)

Ideas principales, estado de la cuestión construcción de la identidad

En México los artículos de revistas especializadas emanan de los centros de investigación de universidades públicas los cuales parten para el estudio de la construcción de la identidad de la teoría de la identidad social de Erickson y Henry Tajfel, así como retoman el interaccionismo simbólico como mecanismo teórico explicativo. En ella indican que la identidad colectiva que suponía la imposición y transmisión de los rasgos culturales de un grupo. En el contexto social actual, en donde los sujetos están adscritos a diversos grupos, la construcción del sentido de pertenencia se dificulta, ya que los sujetos a través de sus múltiples interacciones cotidianas van seleccionando los repertorios culturales que responden a sus intereses y aspiraciones personales, así como a las exigencias sociales; de tal manera que la identidad colectiva se convierte en una construcción subjetiva y cambiante.

El concepto de identidad de Erickson y Henry Tajfel,  es utilizado en los artículos de revistas especializadas en el contexto nacional como creadores de la teoría de la identidad social, la cual establece que  la interacción de los individuos se coordina por el acuerdo entre ellos, de forma pacífica y armónica. Por otro lado, la referencia a la práctica comunicativa supone la transformación de la sociología dominante, que basculaba entre los enfoques descriptivistas de la teoría de sistemas y las teorías normativas basadas en el desarrollo de la fenomenología social. (Maldonado, 2010)

Así mismo retoman en enfoque teórico de Habermas al ampliar el foco de la investigación al suponer que los sujetos no sólo persiguen egoístamente sus intereses, sino que son capaces de ponerse de acuerdo a través de procesos comunicativos y coordinar solidariamente sus acciones. (Maldonado,2010)

En concreto, Habermas diferencia dos ámbitos: a) La perspectiva sistémica de la sociedad: Tal y como ha formulado la teoría sistémica desde Parsons hasta Luhmann, Habermas es consciente de que no puede obviarse la comprensión de la sociedad como un sistema autorregulado que tiende a equilibrarse a través de adaptaciones a su medio. El sistema está compuesto por las consecuencias de las acciones individuales orientadas a fines particulares o basadas en decisiones estratégicas; en cualquier caso, el punto de vista del sistema se refiere a acciones monológicas, en las que los individuos planean el curso de su conducta sin referirse a sus congéneres. Se trata de una dimensión de la sociedad constituida por una lógica propia.

Dentro de las propuesta metodológicas se hace referencia a la teoría de las representaciones sociales y sus implicaciones insertándola en el ámbito de la psicología social,  como perspectiva externa, que obvia por razones de principio la problemática de la comprensión (Gutiérrez, 1998)[5]

b) Mundo de la vida social: Hace referencia al entramado simbólico y cultural que comparten los miembros de la sociedad, el horizonte común de comprensión, que posibilita la comunicación entre los hablantes y la coordinación dialógica de las acciones. Se trata de un saber que se admite tácitamente y que no se pone en duda, el entramado común que permite el desarrollo de la acción comunicativa y lograr acuerdo entre los hablantes. Es el marco en el que tiene lugar la acción orientada al entendimiento. En sus propias palabras, es un “lugar trascendental en que hablante y oyente se salen al encuentro”. En su seno se llevan a cabo los procesos de reproducción cultural, la integración social y los procesos de socialización de los individuos. Desde el punto de vista metodológico, el sentido del mundo de la vida sólo puede desvelarse a quien participa en las interacciones y comprende su dinámica. (Manuel Castells, Gilberto Giménez). La reflexión teórica sobre la identidad colectiva tiene como antecedente los planteamientos que se hacen sobre la identidad social. Desde la perspectiva de la psicología social, Henry Tajfel desarrolla una teoría de la identidad social, concibiéndola como el vínculo psicológico que permite la unión de la persona con su grupo; considera que para lograr ese vínculo, la persona debe reunir tres características:

• Percibir que pertenece al grupo.

• Ser consciente de que por pertenecer a ese grupo, se le asigna un calificativo positivo o negativo.

• Sentir cierto afecto derivado de la conciencia de pertenecer a un grupo (Chihu, 2002: 5-6).

Como podemos observar, para Henry Tajfel la pertenencia al grupo es el ingrediente esencial de la identidad social, porque al mismo tiempo que se siente parte de un grupo, el individuo se diferencia de los miembros de otros grupos a los que no pertenece; por ello se dice que la fuente de identificación del individuo es el propio grupo, pero los otros juegan también un papel importante, ya que cuando experimenta que es diferente a los otros se reafirma la pertenencia al grupo.[6]

El tema de la identidad supone  examinar su multidimensionalidad, puesto que es un término que abarca aspectos psicológicos, sociales, culturales y biológicos, implica la forma en que cada ser humano se concibe en diferentes ámbitos, por tanto asume que la identidad es dinámica y progresiva )Erickson, 1968, Marcia, 1980, Turner 1982 y Tajfel 1981). el concepto de identidad incorporado a los procesos explicativos del desarrollo humano hizo su aparición en 1968 con Erickson (Berzonsky 1992) de acuerdo al autor, la identidad forma parte de las tareas del desarrollo que el ser humano debe completar dentro de su itinerario evolutivo, la contraparte de una adecuada conformación de la identidad es la difusión .La relevancia de la identidad no se encuentra únicamente en el sentido de individualidad, sino también en la manera en que el sujeto se identifica y asume como parte del engranaje social; tal como se advierte en la evolución de Erickson a propósito la identidad, la cual no tenía sólo el sentido individual, sino también el social, como es señalado por autores como (Kunnen / Bosma, 2003, Iñiguez, 2011; Zacarés, Iborra, Tomas y Serra, 2009)

Se retoma  al autor Levine en los trabajos de investigación analizados, quien considera que la formación de la identidad,  puede ser conceptualizada como un proceso psicosocial en curso en el que una diversidad de características del self (el yo) son internalizadas, etiquetas y organizadas, al estar coordinadas con el despertar de una conciencia individual, estos esquemas del yo, se constituyen como las identidades que se despliegan y muestran a los otros, en las interacciones sociales, que el sujeto establece, Levine hace énfasis en el importante rol, que tienen los procesos  cognitivos en la configuración de la identidad al recuperar el concepto de esquema en términos de estructura y establece además un vínculo con las p, respectivas psicosociales al mencionar un despliegue de las identidades a partir de la interacción (Maldonado,2010:22)

Esta idea lo acerca a una explicación de la identidad desde una perspectiva, cognitivo social que Bandura (2001) plantea en su propuesta teórica. A partir de las afirmaciones de Erikson otros autores ofrecieron nuevas formas de definir esta conformación de la identidad, la construcción de la identidad se presenta en diferentes ritmos, en diferentes dominios: interpersonales e ideológicos (ocupación, política, religión) de tal forma que el sujeto puede tener la identidad ocupacional definida. Dilema de la definición no tiene que verse sólo la perspectiva, sino lo que propiamente puede entenderse como psicológico  ya que las teorías explicativas son diversas  estas versiones pueden ser de corte biológico, las versiones internalistas, atribuyen el desarrollo de la identidad a una dimensión interior del individuo que regula y modula el comportamiento (impulsos interiores). (Maldonado,2010:245)

Versiones explicativas debe considerarse el aporte de la Psicología social, en lo que respecta a la pertenencia grupal, y las teorías de la identidad social Tajfel (1972, citado por Iniguez y Martínez, 1987), señala que la identidad es configurada a partir de la puesta en marcha de elementos que van de lo estrictamente cognitivo a lo cognitivo social, de acuerdo al autor, la pertenencia a grupos está relacionada con la categorización y diferenciación como parte de lo cognitivo y la categorización social. (Maldonado, 2010: 247)

Todos estos esquemas cognitivos se presentan a través de los mecanismos de interacción social,  Iñiguez (2001), se centra más en el análisis teórico del concepto desde otros modelos: personal y social, en el primero enfatiza en las características y rasgos del propio sujeto para configurar su identidad, recuperando en análisis de los modelos biologicistas, internalistas, fenomenológicas y narrativas. Otro modelo de análisis más estudiado pues se ha considerado en términos de interacciones sociales. (Maldonado,2010: 250)

Delimitación del término considerar al proceso de identidad en un contexto socio laboral lo que autores como Moral Jiménez y Ovejero (1999), Frone y Russell (1995), Gojman de Millán y Millán (200 y Billet y Somerville (2004), definen como identidad profesional. Las aproximaciones empiricas a la identidad han sido constituidas a partir del modelo construccionista, Agulló (1998) "El trabajo, pues, a aparte de permitir una supervivencia, otorga un significado a la vida y ser una de las dimensiones centrales que posibilitan la integración y participación de la sociedad, posee la función de proporcionar una identidad personal y social a los individuos". (Maldonado,2010: 250)

En este sentido la identidad construida a partir de la actividad y los contextos laborales se adhiere a las concepciones cercanas a las construcciones sociales de la identidad, pues como argumenta Torregrosa (1983), la estructura, génesis, desarrollo ,transformaciones y disolución de la identidad personal son constitutivamente sociales, es decir se construyen a través de procesos sociales de interacción, Siguiendo las líneas explicativas de la Psicología social, la Teoría de la identidad y la teoría de la identidad social, poseen elementos comunes y ofrecen la oportunidad de explicar la identidad integrando factores de índole personal, grupal y social. (Maldonado, 2010: 250)

La teoría de la identidad social (SIT), planteada por Tajfel y Turner en 1979, busca sentar las bases que explican algunos comportamientos de carácter grupal como la categorización y el desarrollo de la identidad personal y social. La categorización es el proceso en el cual una persona se asume como parte un grupo social (Morales, 2007: Ellemers et al., 2002) y le permite diferenciarse de otros grupos. La pertenencia a un grupo social implica no sólo formar parte del él, sino asumir las consecuencias o beneficios de este le ofrece, según sea el caso. De acuerdo a Brow (2000) hay tres elementos fundamentales que favorecen la diferenciación con otros grupos: a) las personas deben estar subjetivamente identificadas con el grupo (ingroup), b) la situación del grupo debe permitir su comparación y c) el extra grupo (outgroup) debe ser lo suficientemente comparable con el propio, de manera que pueda saberse que tan distante o cercanos se encuentran del propio grupo. (Turner, 1999:165)

En el texto de los trabajos de tesis analizados se retoma la teoría de la identidad planteada por primera vez por Stryker (1968, citado por Hogg, Terry y White,  1995), Está cercanamente vinculada a la versión interaccionista simbólica de que la sociedad afecta el comportamiento social y tiene influencia en el self. Para la visión interaccionista simbólica, el self  puede ser el producto de la interacción social, en el cual una persona puede identificar roles a partir del conocimiento que tiene de éstos (Hoggg et al., 1995), De acuerdo a la teoría propuesta por Stryker, el self tiene distintos componentes, llamados identidades de roles, para cada una de las posiciones del rol que la sociedad ofrece al sujeto y que éste puede ocupar; así las identidades de rol, son autoconcepciones, auto-referentes, cognitivos o autodefiniciones que las personas se aplican a sí mismas, como consecuencia de la estructura de posiciones de rol en una categoría social particular. (Maldonado, 2010: 223)

En el aspecto teórico el enfoque de las representaciones sociales se retoma para el entendimiento de la construcción de la identidad así como los desafíos educativos en la construcción de la identidad profesional como lo establece  (Castorina et al., 2006)[7]

La autoafirmación en un rol particular viene acompañada, como en el caso de la SIT, por consecuencias o beneficios según sea el caso. Tener un rol particular provee al sujeto de un significado que va más allá de la función, dado que le permite distinguirse o diferenciarse de otros ocupantes de roles diferentes y le ayuda a distinguir a quienes son como él  (Hogg et al., 1995)

De acuerdo a Stryker (1980), hay cinco principios que se enmarcan en el interaccionismo simbólico que fundamenta la IT a) el comportamiento es dependiente de un nombre o mundo clasificado y éste nombre incluye un significado así como un conjunto de expectativas y comportamientos que deben cumplirse en las interacciones sociales, b) las clases nombradas son símbolos que son usados para designar posiciones en una estructura social, c) las personas que actúan en el contexto de una estructura social nombran a otras para reconocerlas como ocupantes de roles diferenciados cuyas expectativas también deben cumplirse, d) las personas actuando en el contexto de una estructura social, se nombran a sí mismas y crean significados internalizados y expectativas hacia su propio comportamiento social y e) estos significados y expectativas forman las bases los intercambios y negociaciones con otros. (Maldonado,2010: 251)

Referencias Bibliográficas  

Banchs, María Auxiliadora (1990), “Las representaciones sociales: sugerencias sobre una alternativa teórica y un rol posible para los psicólogos sociales en Latinoamérica”, en B. Jiménez (ed), Aportes críticos a la psicología en Latinoamérica, Universidad de Guadalajara, Guadalajara, pp. 193-221.

Becerra, Vázquez Emmanuel (2006), Identidades Juveniles a través de la migración en una comunidad Oaxaqueña, México, pp 17-32.

Castorina, José Antonio, Alicia Barreiro y Ana Gracia Toscazo (2006), “Dos versiones del sentido común: las teorías implícitas y las representaciones sociales”, en José Antonio Castorina (coord.), Construcción conceptual y representaciones sociales. El conocimiento de la sociedad, Miño y Dávila Editores, Buenos Aires.

Giménez, Gilberto, La identidad social o el retorno del sujeto en sociología, in:III Coloquio Paul  Kirchhoff, Identidad, México D.F.: UNAM –Instituto de Investigaciones Antropológicas p.3

Gutiérrez Alberoni, J.D. (1998), “La teoría de las representaciones sociales y sus implicaciones metodológicas en el ámbito psicosocial”, en Psiquiatría Pública, vol.10, núm. 4, julio-agosto [disponible en: www.dinarte.es/salud-mental/pdfs/art-esp.pdf]

Mercado Maldonado Asael, Alejandrina Hernández Oliva. Convergencia Revista de Ciencias Sociales, núm. 53, mayo - agosto 2010, pp. 229-251

[1]  Mercado Maldonado Asael, Alejandrina Hernández Oliva. Convergencia Revista de Ciencias Sociales, núm. 53, mayo - agosto 2010, pp. 229-251

[2] Giménez, Gilberto, La identidad social o el retorno del sujeto en sociología, in:III Coloquio Paul  Kirchhoff, Identidad, México D.F.: UNAM –Instituto de Investigaciones Antropológicas p.3

[3] Banchs, María Auxiliadora (1990), “Las representaciones sociales: sugerencias sobre una alternativa teórica y un rol posible para los psicólogos sociales en Latinoamérica”, en B. Jiménez (ed), Aportes críticos a la psicología en Latinoamérica, Universidad de Guadalajara, Guadalajara, pp. 193-221

[4] Becerra, Vázquez Emmanuel (2006), Identidades Juveniles a través de la migración en una comunidad Oaxaqueña, México, pp 17-32.

[5] Gutiérrez Alberoni, J.D. (1998), “La teoría de las representaciones sociales y sus implicaciones metodológicas en el ámbito psicosocial”, en Psiquiatría Pública, vol.10, núm. 4, julio-agosto [disponible en: www.dinarte.es/salud-mental/pdfs/art-esp.pdf]

[6]   Mercado Maldonado Asael, Alejandrina Hernández Oliva Convergencia Revista de Ciencias Sociales, núm. 53, mayo - agosto 2010, pp. 229-251

[7] Castorina, José Antonio, Alicia Barreiro y Ana Gracia Toscazo (2006), “Dos versiones del sentido común: las teorías implícitas y las representaciones sociales”, en José Antonio Castorina (coord.), Construcción conceptual y representaciones sociales. El conocimiento de la sociedad, Miño y Dávila Editores, Buenos Aires.

 

[a] Profesor de la Escuela Superior de Actopan, UAEH, fcuevas@uaeh.edu.mx