El Divorcio sus Causas y los Efectos en los Hijos

Resumen

La importancia de analizar el tema de divorcio, sus causas y sus consecuencias estriba en aportar una opinión generalizada de los diversos estudios realizados en esta temática, con la finalidad de coadyuvar con las personas afectadas víctimas de la disolución del vínculo matrimonial que reciente el daño colateral del divorcio en lo profesional, familiar y emocional, donde de forma directa los hijos son los que sufren las consecuencias de adaptación ya que en un primer momento cubren roles normales dentro del entorno familiar y el proceso de adaptación a una nueva vida y a un nuevo rol en la familia afecta de forma directa el desarrollo integral de las personas que pasan por el proceso del divorcio.


Palabras clave: Divorcio, Causa, Efecto, Padres, Hijos.

Abstract

The importance of analyzing the issue of divorce, its causes and its consequences is to provide a general review of various studies on this subject, in order to assist the victims affected by the dissolution of marriage that recent collateral damage divorce in the professional, family and emotional, directly where the children are those who suffer the consequences of adaptation as initially cover normal roles within the family and the process of adapting to a new life and a new role family directly affects the overall development of the people going through the divorce process.


Keywords: Divorce, Cause, Effect, Parents, Children.

 

I. Introducción

La disolución del vínculo matrimonial es una de las causas más dolorosas en la vida de las personas tal y como lo manifiesta (Garcés Jiménez), en la investigación el duelo del proceso del divorcio, donde menciona que el divorcio es un acontecimiento en el que están involucrados muchos sentimientos, especialmente de dolor, que impacta no sólo a la pareja sino a toda la familia. El divorcio es la muerte de una relación, y como tal, es necesario vivir el luto de este trauma, de esta pérdida. en virtud de que su efecto produce daños  que impactan en el terreno laboral, familiar y emocional, generando un retroceso en los proyectos de vida del individuo, además de causar daño a los descendientes que forman parte de la comunidad familiar.

Por su parte Mercedes Novo (2003),  manifiesta que los más pequeños tienden a presentar desórdenes conductuales (p.e. conductas regresivas, comportamientos repetitivos, problemas de aprendizaje, dificultades escolares y de rendimiento o depresión), mientras que los mayores suelen manifestar problemas de competencia social (v. gr. comportamiento disruptivos de violencia, agresividad, aislamiento del grupo de iguales o déficits en las habilidades sociales). Sobre la base de estas diferencias mediadas por la edad se concretan las consecuencias y reacciones que los niños experimentan ante la situación de separación y cómo condicionan el desarrollo evolutivo.

Por otro lado Wallerstein (1998), quien refiere que el divorcio ocasiona problemas emocionales que perduran incluso en la vida adulta; Sandford (2006), a su vez, afirma que los hijos de padres divorciados sufren una reducción en su bienestar psicológico, así como problemas emocionales y de conducta. Otro grupo de investigadores sostiene que el divorcio no ocasiona efectos negativos, o que cuando los produce desaparecen a mediano plazo. Dentro de ellos se halla Hetherington (2003), quien encontró que esos efectos negativos del divorcio no siempre se presentan, y que incluso cuando se observan desaparecen por lo general con el paso del tiempo. Shaffer (2007) comenta que las diferencias en las conductas de hijos de padres divorciados y no divorciados son mínimas, y que si bien existen a corto plazo, tienden a desaparecer en el largo plazo.

II. Planteamiento del Problema

 

a) Antecedentes del Problema

 

En los últimos años en México el divorcio se incrementó de forma considerable, En 1980 por cada 100 matrimonios había 4 divorcios; en 1990 y 2000 esta cifra se elevó a poco más de 7 divorcios, para 2005 el número de divorcios por cada 100 matrimonios fue de casi 12 y al 2012 fue de 17 divorcios por cada 100 matrimonios y así sucesivamente con el paso del tiempo ha ido incrementando esta cifra, de este problema general que enfrenta la sociedad lo que ha significado disolver, separar, apartar a las personas que vivían en una estrecha relación causando daños colaterales a los integrantes de una familia. (INEGI. Estadísticas a propósito del 14 de febrero, matrimonios y divorcios en México1).

 

Tabla representativa del incremento del divorcio

 

Fuente: INEGI/Estadística/Población, Hogares y Vivienda/ Nupcialidad/ Divorcios/ Relación divorcios-matrimonios, 1980 a 2012.

 

En 1980 por cada 100 matrimonios había 4 divorcios; en 1990 y 2000 esta cifra se elevó a poco más de 7 divorcios, para 2005 el número de divorcios por cada 100 matrimonios fue de casi 12 y al 2012 fue de 17 divorcios por cada 100 matrimonios. En la representación gráfica podemos observar que la tendencia de la disolución del vínculo matrimonial va en aumento, diversas causas originan la ruptura de pareja hoy en día una de las más importantes son los medios de comunicación quienes a través de la difusión oportuna informan a los videntes y lectores las diversas instituciones y leyes encargadas de proteger los derechos humanos de las personas y los procedimientos a los que son sujetos en caso de violentar a un integrante familiar, hoy en día el estado vanguardista mexicano protege a la familia por considerarla como el ente social más importante y establece en disposiciones legales las causas y los medios para desintegrarla en caso de que la convivencia de sus miembros resulte imposible. Sin embargo, dicha desintegración resulta difícil para los miembros que integran la familia ya que pasan por tres etapas sumamente importantes (Garcés Jiménez), Muerte de la relación,  Luto, y  Adaptación  en su desarrollo de vida que por la naturaleza de la ruptura se considera como duelo.

Como anteriormente se menciona las causas de divorcio son enumeradas de forma legal superficialmente dejando de lado el desarrollo físico y emocional de los integrantes de la familia quienes recienten de forma directa la ruptura de la relación de pareja que inicia de forma normal y adecuada y que con el paso del tiempo llega a pasar por crisis, inestabilidad creando un problema difícil de resolver como pareja, originado con ello una ruptura que conlleva a la separación de las personas físicas que ante la imposibilidad de convivir como familia optan por obtener la libertad a través de la disolución del vínculo matrimonial que causa daño colateral en lo profesional y en lo emocional de los hijos, lo que conlleva a impedir un pleno desarrollo en el individuo.

III. Justificación

La idea de realizar el análisis de las diversas investigaciones que se han realizado en materia de divorcio las causas y sus consecuencias, es poder conocer los efectos colaterales que recienten los hijos en relación a la disolución del vínculo matrimonial en lo emocional,  de donde se deriva el impacto que tiene el divorcio en el desarrollo del individuo y a partir de ello realizar la sugerencia anticipada que puede coadyuvar a sobrellevar la ruptura familiar y el impacto en relación a los hijos, quienes presentan problemas de alcoholismo, drogadicción, y deserción escolar por el difícil proceso de adaptación.

IV. Objetivo General

• Analizar el divorcio sus causas y consecuencias para que a partir de las diversas aportaciones científicas se dé a conocer en esta investigación los efectos colaterales en relación a los padres y a los hijos que viven la ruptura familiar a través del divorcio y en base a ello realizar las sugerencias positivas que pueden coadyuvar a un proceso de adaptación adecuado.

V. Objetivos Específicos

a) Analizar las consecuencias del divorcio en relación a los hijos.

b) Realizar la aportación para sobrellevar de forma adecuada la disolución del vínculo matrimonial en los miembros de la familia.

VI. Desarrollo

El divorcio, es la disolución del vínculo conyugal, a petición de uno de los esposos o de ambos dejándolos en aptitud de contraer un nuevo matrimonio.

Se tienen que distinguir dos grandes sistemas: El divorcio por separación de cuerpos y el divorcio vincular.

Fuego Lareni (1959),

 

1. Divorcio por Separación de Cuerpos: En este sistema el vínculo Matrimonial perdura quedando subsistentes las obligaciones de fidelidad, de ministración de alimentos e imposibilidad de nuevas nupcias, sus efectos son la separación la separación material de los cónyuges quienes ya no estarán obligados a vivir juntos y por consiguiente a hacer vida marital (Rojina Villegas 2007).

El divorcio por separación de cuerpos otorga la libertad a los contrayentes de separarse corporalmente, sin embargo, impera el respeto y el mutuo auxilio y socorro en las necesidades primarias como es la obligación alimentaria.

 

2. Divorcio Vincular:la principal Característica de este divorcio consiste en la Disolución del Vínculo otorgando la capacidad a los cónyuges para contraer nuevas nupcias, dentro de este sistema podemos hacer una división bipartita, a saber: Divorcio Voluntario y Divorcio Necesario. (Rojina Villegas).

Resulta complicado abordar el divorcio vincular, en virtud de que en el divorcio voluntario las personas tienen la facultad de decidir de mutuo acuerdo la disolución del vínculo matrimonial, pero la dificultad empieza cuando se tienen que demostrar las causales que pudieran no ser visibles y no comprobables para una de las personas que integran la relación conyugal, dejando con ello en estado de indefensión a la parte afectada obligándola a mantener una situación de hecho (matrimonio) de afecta su vida personal.  

VII. Estadistas de Divorcio en México

Las relaciones de pareja hoy en día no logran consolidar un matrimonio duradero por causas diversas,  los divorcios en México aumentaron 22.8 por ciento entre 2011 y 2013. La mayoría son solicitados por las mujeres, pero prevalece el mutuo consentimiento como la causa principal.

Los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) revelan, además, que los mayores motivos para que las esposas pidan la separación de sus parejas, son por violencia intrafamiliar, agresión física y psicológica con crueldad (sevicia), amenazas o injurias, así como negativa a contribuir voluntariamente o por sentencia del juez familiar al sostenimiento del hogar.

De la primera causal, es decir por agresiones a las mujeres de sus maridos, en 2011 correspondió el 76.3 por ciento que subieron al siguiente año al 77.2 por ciento, aunque bajaron al 73.2 por ciento en 2013.

Sobre la negativa a cumplir con el sostenimiento familiar, el monto es mayor, con el 90.2 por ciento de las féminas en 2011 y el 91.2 por ciento en 2012. Sin embargo, la tendencia cambió en 2013, pues fueron los hombres quienes de los 633 divorcios por tal razón, presentaron el 44.4 por ciento, mientras las esposas el 36.5 por ciento.

Para 2011 se reportaron 78 mil 086 divorcios entre esposos en nuestro país, de los cuales el 63.4 por ciento fueron por mutuo consentimiento, equivalentes a 49 mil 545. En tanto, el 19.6 por ciento lo solicitaron las mujeres, el 14.4 los varones, y en el 19 por ciento -segunda razón general-, el motivo, separación del hogar conyugal.

Adulterio o infidelidad sexual, apenas representó el 0.65 por ciento ese año, con 515 casos, donde las esposas presentaron la demanda por eso en el 57.1 por ciento, y los maridos el restante 42.9 por ciento.

En 2012 subieron a 86 mil 610, 10.9 por ciento más respecto al anterior, pero bajaron los de común acuerdo en cuanto a porcentaje, que fue de 60.46 por ciento, o sea seis de cada 10, con 52 mil 368; pero en los demás, el 21.4 por ciento lo pidieron las féminas, y en el 15.7 los varones.

Por separación del hogar conyugal, 15 mil 291 casos, el 17.65 por ciento, el 53 por ciento promovidos por las representantes del sexo femenino. Ante adulterio o infidelidad, 482, el 0.55 por ciento, menor al año previo, de los cuales el 58.4 por ciento impulsado por las mujeres, y en el restante 41.6, los maridos.

Ya en 2013, aumentaron a 95 mil 937 separaciones legales en territorio mexicano, el 22.8 por ciento más respecto a 2011, aunque cayeron en nueve puntos porcentuales los consensados entre las parejas, si se toma en cuenta el 2012, y de 11 en relación a 2011. De éstos se reportaron 49 mil 490, la menor cifra en los tres años de medición, y el 51.5 por ciento del total.

Del resto, el 25.7 por ciento lo demandaron las cónyuges; el 19.4 por ciento los hombres. También subieron drásticamente los divorcios por la separación del hogar, con 28 mil 184, el 29.3 por ciento, 12 puntos más a los de la anualidad anterior.

Ante adulterio e infidelidad, se dieron 575 juicios, el 0.60 por ciento general, y aumentaron de manera desproporcionada los presentados por las esposas, con el 83.2 por ciento, por el 16.8 de los varones. (INEGI 2013).

VIII. Consecuencias del Divorcio

Novo, en su investigación a cerca de Consecuencias y Reacciones Postdivorcio de los Hijos menciona tres procesos de suma importancia en relación al divorcio que a continuación se enlistan:

El proceso, para los padres, tiene al menos tres momentos:

 

a) Progresiva desilusión, desenamoramiento, incompatibilidad, y progresiva toma de decisión de separarse.

Como podemos observar de forma general la consecuencia colateral en los padres es completamente emocional, enfrentarse a la soledad y al proceso de adaptación de saber que quien en algún momento era el protagonista de nuestra vida, después del divorcio pasa a ser nadie y como tal se debe continuar en un proceso de crecimiento en los profesional, emocional y familiar pero con sus respectivos cambios.

b) Decisión de separarse y consumar el hecho, con lo que implica de comunicación a los hijos, familia, cambios, etc. Este momento es fruto del anterior y es esperado como algo lógico o que iba a ocurrir. Cuando se separan había un divorcio emocional.

c) Readaptación a la situación de post-separación o post-divorcio.

 

El proceso, para los hijos, suele tener dos momentos:

a) Conocer la decisión de que se separan, a veces sin claro conocimiento del proceso anterior o sin prever que las desavenencias acabarían así. Cuando esto ocurre se separa a los hijos sin que exista, en general, un “divorcio intra-relacional” previo. Ellos son separados, divididos, el vínculo que se rompe.

La readaptación de los hijos a una nueva vida a un nuevo rol familiar desencadena problemas que impactan en el desarrollo personal tales como alcoholismo, drogadicción, y bajo rendimiento escolar, las emociones encontradas que experimentan con la disolución del vínculo matrimonial de los padres los afectan considerablemente, tal como lo menciona Sandford (2006).

 

b) Re-adaptación a la nueva situación. Menéndez (1994) habla de tres etapas: la etapa aguda, la etapa de transición y la etapa de restablecimiento de la estabilidad. Cada una de estas etapas tiene para los padres y para los hijos diferentes consecuencias, acertadamente el autor habla de este proceso donde manifiesta que la etapa aguda se da en un primer momento que es la aceptación por parte de los integrantes de la familia de manifestar esto termina aquí en este momento en virtud de alguna causa justificada que se describió en el capítulo anterior, posteriormente viene una serie de preguntas el cómo, el por qué, y las sugerencias familiares que son comunes en todos las culturas y familias sociales el decir inténtelo por sus hijos  por el tiempo convivido por el amor, y ante la negativa de hacerlo entramos a la última etapa que menciona el Menéndez, no hay retroceso en la decisión de disolución del vínculo matrimonial y en consecuencia la familia debe adaptarse a su nueva vida, a sus nuevos roles que asumirán al formar parte de una familia desintegrada, que afecta a los esposos y especialmente a los hijos en virtud de que el proceso de desarrollo natural y la temprana edad de los hijos implica que el desarrollo como individuo y las prácticas de valores como persona no se desarrollen en la sociedad de forma normal por los procesos de adaptación de la ruptura familiar.  

c) Régimen de visitas a los hijos de padres separados

Es otro de los aspectos conflictivos de la separación. Hay que establecerlas, pero es aconsejable la flexibilidad en la medida en que se pueda. Se regula bajo el concepto de que ambos siguen siendo padres, lo que supone tiempo, comunicación, régimen de vacaciones, etc. Se regulan los días de la semana, fines de semana y vacaciones.

Conviene que los niños sepan qué va a ocurrir, cuándo tienen que cambiar, qué harán, etc. Deben poder anticipar lo que ocurrirá y recoger sus cosas, quedar o no con sus amigos, planificar sus hobbies.

Son periodos especialmente difíciles para los hijos los que preceden al cambio, así como los inmediatamente posteriores. Las situaciones más comunes y conflictivas son:

 

• Querer la exclusividad a cualquier previo, utilizando manejos emocionales con los hijos y chantajes.

• No cumplir lo pactado, no asistir a buscarlos, hacerlo antes de tiempo o en otros momentos.

• Desinteresarse progresivamente y no compartir la custodia.

• Desvincularse de la familia extensa del progenitor no custodio. La tarea educativa se realiza en todo momento, también en el tiempo libre, vacaciones, fines de semana, etc. Son momentos de mayor convivencia, que permiten más la ideologización y que conllevan más dedicación, pero en general menos disciplina. La vida cotidiana con la regularidad de los horarios académicos y de actividades extraescolares exigen una puesta de límites rutinaria y más explícita.

 

Es importante que los cónyuges, que deciden disolver el vínculo matrimonial comprendan que la relación de padres e hijos debe quedar intacta, sin embargo en la realidad se observan los daños que sufren los hijos al mezclar los problemas de pareja con la relación paterno – filial. Que va desde los desacuerdos de visitas a los hijos, los horarios de visitas, decisiones en relación a la educación que reciben y las relaciones que pareja que llegaran a tener en lo futuro, ya que después del divorcio los ex esposos emiten opiniones diferentes en relación a los hijos lo que conlleva a confundirlos aún más en las metas trazadas a lo largo de su vida.

IX. Sugerencias

Un pensamiento positivo sobre lo que se tiene y con lo que debe continuar es muy importante, las personas que sufren la ruptura familiar a través del divorcio deben realizar un listado de las cosas buenas que tienen materiales y no materiales (los hijos, la casa, el trabajo, los bienes), y entender que la vida es un proceso de desarrollo donde el individuo debe entender que solo viene de paso y que es indefinible el tiempo de vida que le queda después de los sucesos positivos o negativos por los que pasa, entender que somos únicos que las cosas dependen de nosotros mismos, y que realmente si analizamos siempre hemos estado solos que las convivencias solo se realizan para formar parte de una sociedad obligatoria y que con el paso del tiempo si no se alcanza la felicidad en una convivencia matrimonial, con el paso del tiempo se podrá tener otra relación en la que se satisfagan necesidades y expectativas del individuo, aprender a separar de esta situación la relación de pareja con la relación de padres e hijos, para no afectar el desarrollo de los integrantes de la familia evitando que los daños colaterales del divorcio sean menores en los hijos por la separación de pareja.

 La “pócima para rehacer la vida” requiere, al menos, cuatro ingredientes: voluntad de cambio, confianza en que seremos capaces de hacerlo, pensamiento positivo y apoyo del entorno. (Vega).

Si bien es cierto ya no contamos con la pareja en el desarrollo de los proyectos como personas pero aún se cuentan con infinidad de recursos personales para darle un giro positivo a la relación y una de las cosas más importantes son los hijos.

Tal y como lo manifiesta (Vega), la Voluntad de cambio significa estar convencido de querer comenzar una nueva vida y de luchar firmemente por lograrla.

X. Conclusiones

En el presente tema se analizó el divorcio, las causas que pueden originarlo y las consecuencias que representa la disolución del vínculo matrimonial, donde pudimos encontrar que la doctrina establece de forma superficial la separación de cuerpos atendiendo responsabilidades primarias derivadas del  parentesco por afinidad que se crea con persona distinta, sin embargo, diversos estudios han demostrado el daño colateral que causa el divorcio en relación a los hijos, así mismo observamos las estadísticas en México de divorcio que en la actualidad han aumentado en un 22 por ciento de acuerdo al reporte del Instituto de Estadística y Geografía.

Por lo anterior se considera importante que las personas adultas que han llegado a tomar la decisión de separarse deben aprender a separar la relación conyugal con la relación de padres e hijos en virtud de no causar daños colaterales en el desarrollo emocional de los adultos y los menores que conforman la familia, para ello se sugiere tomar un tratamiento que anteceda a la decisión final de la ruptura matrimonial y con ello prepararse emocionalmente para enfrentar el suceso del divorcio.

(Francescato, 1995). Es frecuente que tras la separación y divorcio, los padres tengan hacia los hijos otras formas de conducta y relación, lo que implica, en no pocas ocasiones, un cambio de roles relacionales, roles que afectan de forma significativa a los hijos en virtud de que los individuos por naturaleza muestran resistencia al cambio y sobre todo si ese cambio daña su estabilidad familiar, causando estragos en su desarrollo emocional y  social, sin duda alguna para el individuo tener un sentido de pertenencia ser y con posterioridad no ser, afecta de forma significativa su formación donde se refleja el daño colateral del divorcio.  

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[a] Profesores/as investigadores/as de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.