Globalization regarding to higher education is relevant and appropriate according to the goals that educative duties face from an institutional perspective and their social actors since its complexity.
This investigation reviews the concept of globalization from the different positions of authors but focused in social sciences and from the model of the social construction of the academic reality. The purpose is to propose a lightweight analysis to identify to identify possible predispositions to understand academic institutions in the new political, social and cultural scenarios announced since globalization on societies of risk and uncertainty that generate the diversity of accelerated changes in education also explain and analyze the actions and practices socialization processes of learning in young students in globalizing contexts and effects of postmodernism.
Social cohesion and cultural diversity are trends for the social construction of reality as university space influence of networks, relationships and supportive communities incorporated in the new scenarios of postmodernism. The effects of globalization force and reoriented to new knowledge societies and consequently to the academic regulations of intellectual disciplines that exert pressure on the actions of social subjects, therefore, consist according to the effects of globalization.
Keywords: globalization, social construction, college reality.La globalización respecto a la educación superior es pertinente y apropiada para los retos que enfrenta el quehacer educativo desde las perspectiva institucional y la de sus actores sociales, dado a su complejidad.
Este trabajo revisa el concepto de la globalización desde distintas posturas de autores pero enfocadas en la ciencia social y desde el modelo de la construcción social de la realidad universitaria. El propósito es proponer un análisis ligero para identificar las posibles predisposiciones para entender a las instituciones universitarias en los nuevos escenarios políticos, sociales y culturales anunciados desde la globalización en las sociedades del riesgo y la incertidumbre que generan la diversidad de cambios acelerados en el ámbito educativo además explicar y analizar las acciones y prácticas de los procesos de socialización del aprendizaje en los jóvenes estudiantes en los contextos globalizantes y los efectos de la postmodernidad.
La cohesión social y la diversidad cultural son tendencias para la construcción social de la realidad universitaria como espacio de influencia de redes, relaciones y comunidades solidarias constituidas en los nuevos escenarios de la postmodernidad. Los efectos de la globalización obligan y reorientan a nuevas sociedades del conocimiento y consecuentemente a las regulaciones académicas de las disciplinas intelectuales que ejercen una presión sobre la acciones de los sujetos sociales, por tanto, consistirá de acuerdo a los efectos de la globalidad.
Palabras clave: globalización, construcción social, realidad universitaria.En la propuesta de este trabajo se pretende explicar la importancia de las instituciones de educación superior ante las nuevas exigencias de la postmodernidad. Dichas entidades son pensadas desde la concepción de las estructuras que regulan a través de las disciplinas académicas a los distintos actores sociales quienes a su vez son determinados por acciones y estrategias que despliegan en el espacio social[1].
Las organizaciones escolares universitarias se constituyen fundamentalmente en la dimensión social donde los sujetos del conocimiento reflejan las políticas, decisiones y predisposiciones que asumen las entidades y las regulaciones académicas de las distintas disciplinas universitarias en los nuevos escenarios locales y mundiales. Por ello, requieren oportunidad para adaptarse a los cambios acelerados en los contextos políticos, económicos y culturales.
El papel que desempeñan las instituciones universitarias está siendo rebasado por las nuevas realidades sociales; por ejemplo las nuevas tecnologías y redes que permiten sustraerse de los límites territoriales y espaciales, el nuevo orden mundial así lo disponen. Las expectativas deben ser reorientadas para lograr el propósito de la generación y construcción social del conocimiento a través de sus regulaciones y estrategias disciplinarias.
Dicha propuesta revisa el concepto de la globalización desde distintas posturas de autores pero enfocadas en la ciencia social y desde el modelo de la construcción social de la realidad universitaria. El enfoque y explicación de Ulrich Beck quien define, a nuestro parecer, distintos análisis sobre la globalización asumiendo el concepto de riesgo e incertidumbre[2]. En este sentido haremos una descripción del contexto educativo de nivel superior en los nuevos escenarios de la globalidad y postmodernidad; asumiremos el concepto de las regulaciones académicas y disciplinarias como eje institucional universitario. También se asume a la diversidad cultural y la identidad de los individuos como factores de análisis de los efectos de la aldea global en nuevos paradigmas educativos.
El propósito esencial de este ensayo es proponer un análisis ligero para identificar las posibles predisposiciones para entender a las instituciones universitarias como una construcción social de su realidad en los nuevos escenarios políticos, sociales y culturales anunciados desde la globalización en las sociedades del riesgo y la incertidumbre que generan la diversidad de cambios acelerados en el ámbito educativo.
La cuestión de la globalización respecto a la educación superior no sólo es pertinente sino adecuada y apropiada para los retos que enfrenta el quehacer educativo desde las perspectiva institucional y la de sus actores sociales, dado la complejidad del contexto social implicado. Las instituciones como estructuras sociales y determinantes de las acciones de los agentes que ahí intervienen están siendo rebasadas por las realidades complejas de la modernidad y contextos multirreferenciales.
Estas instituciones son una construcción social de la realidad compleja por las complicaciones de la globalización como efecto de la evolución histórica de las entidades sociales que intervienen en el proceso educativo universitario. En consecuencia, esta realidad compleja, quienes algunos llaman postmodernidad o modernidad tardía como la enuncia Anthony Giddens; se refiere a nuevas formas sociales y políticas inesperadas y nuevas (Beck, 2002) donde las personas actúan e interaccionan con reconfiguraciones no previstas, incluso por la ciencia social. Exige entonces una modernidad reflexiva para enfrentar esos nuevos escenarios.
Dicha construcción social de las instituciones universitarias estarán sometidas a contradicciones y paradojas en un mundo multirreferencial que implican complejidades en los procesos educativos dentro del espacio social universitario pues la globalización recrea el mapa del mundo que impone otras formas de sociabilidad y por supuesto de convivencia humana en los contextos locales e internacionales que deben ser previstos dentro aula y las políticas educativas para nuevas estrategias y acciones por parte de los actores sociales.
La convicción de entender a las instituciones y actores sociales dentro del ámbito educativo del nivel superior como una construcción social a partir de las habituaciones previstas por una sociedad autocritica emanada por la era global del riesgo (Beck, 2002) debe comprender y configurar el nuevo sujeto de la educación superior para elegir, decidir que aspiren a ser autores de su vida, creadores de su identidad es decir, la ética de la autorrealización con el fin de enfrentar la era global.
Ante este escenario, como las tensiones y contradicciones que generan la globalización deben ser entendidas por quienes intervienen en las políticas educativas. La acción educativa en el espacio social universitario debe ser comprendida desde la realidad social compleja, integradora fragmentaria y contradictoria para proponer una ciencia pedagógica multirreferencial y compleja que atienda a esta sociedad del aprendizaje como reto de la globalización y modernidad reflexiva[3],de tal forma crear un nuevo sentido de cohesión social a partir de la individualización institucionalizada, la diversidad no solo de los sujetos sino también de las instituciones adaptadas a estos estados evolutivos.
El desafío de las instituciones de educación superior, en la era global, se centra en la premisa de los valores como eje de transformación para una educación humanizadora a partir de su propia misión, la inserción laboral bajo condiciones de la modernidad y la incertidumbre de las grandes transiciones que impone el capitalismo tecnológico avanzado (Beck, 2002). Convertir esta labor en función de las libertades, los derechos humanos y los valores universales permite generar una institución adecuada a las sociedades del riesgo y la incertidumbre para oponerse la decadencia de las políticas educativas cuyos efectos son la exclusión social y la desigualdad de oportunidades.
La cohesión social y la diversidad cultural son tendencias para la construcción social de la realidad educativa en el contexto universitario como espacio de influencia de redes, relaciones y comunidades solidarias constituidas en los nuevos escenarios de la postmodernidad. En este sentido, estamos obligados a crear paradigmas sobre la incertidumbre y los riesgos que imponen la era global; por eso surge la pregunta ¿cómo reconstruir socialmente las instituciones educativas desde las interacciones de los sujetos inmersos en las sociedades de la incertidumbre y riesgo global? ¿Cuáles son retos de vinculación que enfrenta la sociedad globalizada con las instituciones educativas universitarias?
Hoy los Estados- gobierno no están asumiendo la autoridad total de las decisiones educativas debido a la intervención cada vez mayor de las dinámicas económicas de competitividad y estrategias globales que determinan consecuentemente en los modelos educativos de las universidades, su financiamiento, gobernabilidad y autonomía.
El reto de los países en desarrollo, el nuestro sobre todo, son la defensa de la autonomía de la educación universitaria además de fortalecer su misión (De Niño, 2010) para dar respuestas los nuevos escenarios sociales y políticos de la globalidad que imponen la era tecnológica, los cambios acelerados y la exigencia de la innovación en las sociedades del aprendizaje.
Estos efectos de la globalización en su perspectiva de la incertidumbre y el riesgo de toda sociedad de los países emergentes, se visualizan en los efectos de las universidades como expectativa de empleo y desarrollo, por ejemplo, en México el logro educativo[4] no siempre se traduce en desarrollo de las personas, el nivel de instrucción más alto no necesariamente implica tasas de desempleo más bajas. Las tasas de empleo tienden a ser superiores a la media de la OCDE para las personas con un nivel de estudios inferior a la educación media superior (62% en México comparado con la media de la OCDE de 55%) e inferiores a las medias de la OCDE en los niveles de instrucción más altos (OCDE, 2013).
Según la CEPAL-ECLAC[5] la modernización de la educación sería un aliciente al rezago educativo y el desempleo en los países de Latinoamérica a través de la competitividad y el empleo pero ¿competitividad y modernización desde la perspectiva de las economías de mercado y empresas transnacionales privadas? No lo creo así. Es cierto que debemos atender los efectos de la postmodernidad en el contexto de la globalización y desde las precipitadas transformaciones económicas, políticas y culturales que implican la era global en sociedades de las incertidumbres y los riesgos. (Beck, 2002). Ante todo esto, las instituciones universitarias deben construir realidades sociales para reducir la brecha tecnológica y concebir condiciones con mayor inclusión social en el ámbito universitario a través de redes y comunidades que atiendan la diversidad cultural como predisposiciones de los actores sociales.
Por ello, las instituciones de educación superior se hallan implicadas en la diversidad cultural por el cual deben sustentarse en el valor de la tolerancia además la universidad se constituye en el fundamento de la riqueza humana como diversidad ideológica, más allá de las diferencias de comunidad, raza étnica que por ejemplo, en México nuestra diversidad sociocultural exige correspondencia de la razón y el conocimiento de la identidad social que solo pueden garantizar las instituciones ante las manifestaciones de la globalización.
Construir identidades ante las sociedades globalizadas y dentro de las dimensiones sociales y académicas son tareas fundamentales de las universidades, para fortalecer los tejidos sociales e impulsar las oportunidades de desarrollo de los sujetos en materia laboral, y por supuesto para construir ciudadanía para la comunidad y fortalecimiento de redes solidarias.
Por tanto, las políticas públicas en el entorno educativo universitario deben ser orientadas a la política de identidad (Díaz-Polanco, 2006) que sugiere enfrentar los mecanismos adaptativos de la globalización y el riesgo permanente por ejemplo, los cambios acelerados confabulados con nuevas tecnologías de la información y el modo en que estos son asimilados por los actores dentro de las instituciones que operan como reguladoras de las estrategias y acciones de los que ahí intervienen; es decir las universidades flotan de acuerdo a los efectos de la globalización que son mecanismos individualizadores y consecuentemente aportan a los mecanismos de una economía de mercado además de la homogeneización de las culturas. Este es la construcción social de la realidad educativa universitaria.
Pero ¿cómo identificar la construcción social de la vida universitaria dentro de la globalización? ¿Cómo afecta el nuevo orden mundial desde la perspectiva de la globalización en la construcción de nuevos paradigmas educativos ante la postmodernidad? Estas cuestiones obligan a entender primero, la función del estado-nación[6] dentro del orden mundial, segundo adoptar una postura sobre la función real de las instituciones en el nuevo orden mundial.
Debemos comprender a la instrucción educativa universitaria como una forma de legitimar las acciones de los estados que Hardt llama el imperio como un nuevo orden mundial para el Estado. Esta legitimación es para reducir las complejidades y subjetividades que imponen el nuevo orden mundial. Un mundo unificado por las estructuras dominantes que siguen siendo para la producción y control desde de las fronteras inexistentes. Desde esta perspectiva se requiere una nueva significación de la universidad como espacio social dentro de las disciplinas y a lo que llamamos regulaciones académicas que imponen fuerzas de acción sobre los sujetos del conocimiento.
Ahora bien, el concepto de aldea global se entiende aquí como una estructura social consistente a pesar de las diversidades culturales y sociales bajo un régimen económico compartido impuesto por estados preponderantes, lo que también exige un enfoque multirreferencial de las disciplinas académicas inferidas en las instituciones de educación superior como reguladoras de las dinámicas sociales de los individuos. Por ello, el sujeto del conocimiento debe extender su mirada y desplazar sus referencias hacia una aldea global que no es ajeno a esas culturas debido a la interconexión de una geografía sin fronteras.
La reestructuración de las instituciones universitarias debería ser a partir de un mundo global que es multirreferencial, cognitivamente dinámico donde fluyen las interpretaciones y concebir una nueva delimitación de las facultades y disciplinas académicas. Esta nueva conformación será en la medida de percibir a la universidad como la única sede da la creación y generación del conocimiento (Wallerstein, 2007). Es necesario entender a las universidades en contexto de la extraterritorialidad, exige una reflexión desde una mirada como menciona Octavio Iannni “mirada desterritorializada” para dar paso a nuevos escenarios posibles de cumplir la misión universitaria.
La construcción social del conocimiento concierne primordialmente también a las instituciones educativas y estas deben ser explicadas desde las nuevas posturas y paradigmas de las ciencias sociales que correspondan a un nuevo orden mundial y no solamente local, todo esto con el fin de construir la educación superior para asumir los nuevos retos de la era global y postmoderna. Debemos interpretar a la realidad universitaria con sentido social comprendida en el contexto de la globalización.
Los efectos de la globalización en el ámbito educativo universitario obligan y reorientan a nuevas sociedades del conocimiento y consecuentemente a las regulaciones académicas de las disciplinas intelectuales que ejercen una presión sobre la acciones de los sujetos sociales. De tal modo se debe construir estrategias para las políticas educativas que lleven a sociedades del aprendizaje para afrontar los retos de la nueva aldea global.
El acelerado avance de las tecnologías agregadas a la basta y fluida información, las nuevas condiciones laborales surgidas de la economía de mercado aunado a las transformaciones identitarias de las culturas en estados-nación inducen a construir un nuevo paradigma educativo que responda a la acumulación del conocimiento cuya renovación se da cada cinco años; asimilar a la escuela no solo como único centro de generación de saberes donde las competencias y destrezas también deben replantearse.
La diversidad cultural y la identidad en las naciones deben reconsiderarse en función del individualismo para una comunidad más solidaria y al mismo tiempo auténtica. Por ello, ante una sociedad postmoderna, las instituciones han de generar espacios y ejercer dimensiones sociales donde los sujetos del aprendizaje sean predispuestos a los valores universales. Una educación inclusiva promisoria seria el resultado para reducir la brecha social y tecnológica.
La construcción social de la realidad de las instituciones de educación superior consistirá de acuerdo a los efectos de la globalidad y todas sus consecuencias que la misma postmodernidad transfiere dentro del espacio social universitario a través de las regulaciones académicas y disciplinarias. Lo que parecería una amenaza promete a la vez la oportunidad de crear una educación humanizadora de calidad, para todos y permanente.
La labor esencial de las instituciones universitarias, más allá de oportunidades de inserción laboral y de prestigio social, es la formación de predisposiciones en los sujetos de aprendizaje para la competitividad que propone la educación de calidad pero además la exigencia de atender la cuestión de las identidades en la diversidad adecuados a la aldea global. La construcción de ambientes sociales en el espacio universitario impregnados de valores humanizantes ante la polaridad de las prácticas culturales locales y las globales atendiendo las particularidades de los educandos en los procesos pedagógicos.
La propuesta es elaborar un estudio sobre las regulaciones académicas y las disciplinas universitarias sometidas las políticas institucionales para explicar y analizar las acciones y prácticas además de los procesos de socialización del aprendizaje en los jóvenes estudiantes en los contextos globalizantes y los efectos de la postmodernidad.
Finalmente, reconstruir socialmente las dimensiones escolares dentro de las universidades sumidas en los distintos escenarios de la globalización y las consecuencias de los avances tecnológicos de la información y comunicación deben ser oportunidades para el redefinir la pertinencia y eficacia de las instituciones educativas en la era global de tal forma que sean oportunidades para reducir la brechas tecnológicas y económicas para una cohesión social en las sociedad postmoderna al cual pertenecemos.
Beck, U. (2002). la sociedad del riesgo global. Madrid: siglo XXI.
De Niño, L. (2010). Globalización: el contexto de las políticas educativas. En CEPAL, Educación y globalización: los desafíos para América Latina .
Díaz-Polanco, H. (2006). Elogio de la diversidad. Globalización, multiculturalismo y etnofagia. . México D.F.,: : Siglo XXI. .
OCDE. (2013). ttp://www.oecd.org/edu/Mexico. Recuperado el 10 de octubre de Octubre de 2013, de ttp://www.oecd.org/edu/Mexico: http://www.oecd.org/edu/Mexico_EAG2013%20Country%20note%20(ESP).pdf
Wallerstein, I. ( 2007). .Abrir las ciencias sociales. México, D.F.: Siglo XXI.
[1] Concepto para definir el espacio donde se despliegan las estrategias y las acciones delos actores en Bourdieu, P. (2001). El capital social, Apuntes provisionales. Zona Abierta, 83-87
[2] Anthony Giddens también elabora este concepto
[3] Según Beck es la postmodernidad.
[4] Este concepto propuesto por el autor en trabajo “La autonomía del estudiante dentro del espacio social y académico en la Universidad Veracruzana”
[5] Globalización: el contexto de las políticas educativas. En CEPAL, Educación y globalización: los desafíos para América Latina
[6] El concepto se refiere al nuevo orden mundial en función de los estados y gobiernos territorialmente establecidos.
[a] Profesor de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, Escuela Superior de Huejutla.