La educación sustentable: Un reto en la formación actual

Resumen

El cuidado del medio ambiente es una actitud, que incluye atención, preocupación, y compromiso afectivo hacia los demás. Es prioridad fomentar en los educandos un pensamiento ecológico como parte esencial de la formación integral. Debemos reflexionar que todos somos parte de todo, somos un conjunto, lo que le suceda a nuestro alrededor seguramente también nos sucederá a nosotros. El desarrollo sostenible responde a la habilidad de lograr una prosperidad económica sostenida en el tiempo, protegiendo los sistemas naturales y proveyendo una alta calidad de vida para las personas. La educación superior es esencial para dotar de autonomía a todos los hombres y las mujeres, con miras a la innovación y el cambio. Las universidades deben realizar una labor de más calidad al servicio de la sociedad. Deben innovar para aportar soluciones en materia de desarrollo sostenible. De esta manera nos protegemos a nosotros, al desarrollar un pensamiento ecológico, se busca principalmente que el ser humano este en armonía con la naturaleza.


Palabras clave: pensamiento ecológico, ecología profunda, desarrollo sostenible, sustentabilidad

Abstract

Caring for the environment is an attitude, including care, concern, and emotional commitment to others. Priority is fostering in students an ecological thinking as an essential part of the comprehensive training. We think that we are all part of the whole, we are a whole, what happens around us surely happen to us. Sustainable development responds to the ability to achieve sustained economic prosperity over time, protecting natural systems and providing a high quality of life for people. Higher education is essential to provide autonomy to all men and women, with a view to innovation and change. Universities must perform quality work to society. They must innovate to provide solutions for sustainable development. In this way we protect, to develop a thought of ecological type, is provided for the human being is in harmony with nature.


Keywords: ecological thinking, deep ecology, sustainable development, sustainability


Introducción

Cuidar el planeta, no sólo es un acto, es una actitud, que incluye más que un momento de atención, de celo, de desvelo, de ocupación y preocupación, de responsabilidad y compromiso afectivo con los demás. La forma tan peculiar que tiene el ser humano de relacionarse con su entorno, ha desencadenado una crisis ambiental que afecta a la sociedad, desafortunadamente se ha olvidado que el planeta tierra merece un cuidado especial por ser el único que tenemos para vivir y habitar.

            Hoy en día la educación debe tener como prioridad fomentar en los educandos un pensamiento de tipo ecológico como parte esencial de la formación integral, que contribuya al rescate de hábitos, actitudes y valores ecológicos, para que los estudiantes puedan apreciar la importancia del respeto y cuidado hacia el entorno que los rodea.

            Leonardo Boff (2001) en su libro “Cuidar la tierra”, cita los siguientes fragmentos: “actualmente casi todas las sociedades están enfermas, producen mala calidad de vida para todos; para los seres humanos y para los demás seres de la naturaleza, hay descuido y desatención en la salvaguarda de nuestra casa común, el planeta tierra. Los suelos son envenenados, los aires contaminados, las aguas polucionadas, los bosques diezmados, especies de seres vivos son exterminadas, un manto de justicia y de violencia pesa sobre dos tercios de la humanidad, hay un abandono de respeto, indispensable para el cuidado de la vida y su fragilidad. Boff cuando hace referencia al descuido de nuestra “casa en común”, es porque los seres humanos nos hemos empeñado nos hemos querido hacer la vida más fácil.

            ¿Qué hacemos para qué no suceda este deterioro ambiental? ¿Qué hacemos para no destruir a la humanidad?, Ximena Ortiz dice: “salvar la tierra del desastre ecológico va más allá de ‘algo justo’ o ‘para que nuestros hijos alcancen a conocer un bonito planeta’ detrás de ello existe algo más profundo, un sentimiento y un enfoque distinto que nos afecta como seres humanos”, Leonardo Boff (2001) expresa “existe una actitud que se opone al descuido y a la desatención, es una actitud de ocupación, de preocupación, de responsabilidad y de compromiso afectivo con el otro, hablamos del cuidado”.

            Esta actitud de la que se habla en el párrafo anterior “el cuidado”, sólo se puede alcanzar si tenemos un pensamiento ecológico, que según el naturista Joaquín Araujo, es “un mejor conocimiento de qué es y cómo funciona la vida, para que actuemos sin destruir, es la capacidad de autocontrol, autodepuración y autosostenimiento de ella”, Araujo cita: “pensar ecológicamente es sentirnos en la obligación de nutrir a lo que nos nutre, de hospedar a lo que nos acoge y de comprender a lo que nos comprende”.

            Las ideas de estos autores nos hacen reflexionar que todos somos parte de todo, somos un conjunto, lo que le suceda a nuestro alrededor seguramente también nos sucederá a nosotros, si contaminamos el aire ¿Qué respiraremos?, si contaminamos el agua ¿Qué beberemos?, somos parte de un mundo, al que si no contribuimos a cuidar, es como si no nos cuidáramos a nosotros mismos, este tipo de pensamiento nos ofrece la oportunidad de cambiar la visión que tenemos los seres humanos respecto a nuestro entorno, no sólo es una relación con el medio ambiente, también con nuestra mente, para realmente tener una mejor calidad de vida. Lograr la armonía con nuestro cuerpo, teniendo un pensamiento de autocuidado hacia uno mismo y la naturaleza, cuidándola para que nos aporte beneficios propios de ella.

En el siguiente ensayo podemos apreciar cómo ha ido evolucionando la idea de una educación sustentable que va fortaleciendo la idea de cuidar al planeta porque somos parte ella y no sólo como una moda actual. Prácticas reduccionistas que solo tienen un efecto de cambio de conducta sin tener a conciencia clara de los procesos que vive la humanidad en relación al medio ambiente, para ello la educación deber considerar un enfoque distinto desde una perspectiva interdisciplinar que considere las diferentes dimensiones del desarrollo  del ser humano, siendo de esta manera la posibilidad de entender la conducta sustentable como un conjunto de acciones intencionales, dirigidas y efectivas que responden a requerimientos sociales e individuales que resultan de la protección del medio.

Desarrollo

El término “sustentabilidad” sufrió diferentes transformaciones a lo largo del tiempo hasta llegar al concepto moderno basado en el desarrollo de los sistemas socioecológicos para lograr una nueva configuración en las tres dimensiones centrales del desarrollo sustentable: la económica, la social y la ambiental.

            Desde los años 60’s con Rachel Carson y su “primavera silenciosa” se empezó a realizar investigaciones en torno al tema de la sustentabilidad, actualmente el concepto responde a la habilidad de lograr una prosperidad económica sostenida en el tiempo, protegiendo los sistemas naturales y proveyendo una alta calidad de vida para las personas.

            En nuestro país se han realizado varios intentos de ir trabajando con este reto de formación, relacionado a la idea de lograr una ecología profunda. George Sessions, cita “la ecología profunda es una rama reciente de la filosofía ecológica que considera a la humanidad parte de su entorno, proponiendo cambios culturales, políticos, sociales y económicos para lograr una convivencia armónica entre los seres humanos y el resto de los seres vivos, la esencia de la ecología profunda radica en el hecho de preguntarnos en profundidad sobre la vida humana, la sociedad y la naturaleza”.

La Psicología Ambiental, entre otras cosas, aborda el estudio de los factores psicológicos que afectan y que son afectados por la interacción individuo-medio ambiente. En este contexto, el estudio de la conducta sustentable es una de las prioridades de la investigación psicoambiental. En lo general, se ha concebido a la sustentabilidad como una forma de vida que satisface las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de las futuras generaciones (World Commission on Environment and Development, 1987, p. 43). En esta definición queda implícito el papel del comportamiento ambiental responsable, pero, en ausencia de una delimitación del rol que juega este comportamiento en la sustentabilidad no queda claro qué es exactamente conducta sustentable.

Es posible distinguir etapas bien diferenciadas en la investigación de la conducta sustentable. Se identifican al menos tres:

1. Período inicial. Éste coincide con el origen del movimiento verde en los EE.UU. y Europa, a finales de los años 60s del siglo XX. En esta etapa inicial se empieza a generar una conciencia acerca de la necesidad de vivir en armonía con la naturaleza y de lo limitado que son los recursos naturales, quedando claro que la era de explotación desenfrenada de esos recursos no puede continuar. De acuerdo con Dunlap y Van Liere (1978), en las naciones industrializadas del occidente se experimenta en esos años un cambio de visión del mundo que va de un Paradigma de la Excepción Humana a otro, más pro-ecológico, al que ellos denominan El Nuevo Paradigma Ambiental. Este periodo comprende la década de los 70`s y 80`s, y el conductismo es quien regula el actuar a través de carteles, avisos o recordatorios.

2. Período intermedio. En la siguiente etapa se incorporan nuevas aproximaciones a la explicación del comportamiento proambiental, entre las que predominan las de corte cognoscitivo. Se reconoce la importancia de trabajar de manera interdisciplinaria y se introducen modelos sistémicos explicativos, los cuales involucran variables no psicológicas, entre las que destacan los factores demográficos, y las variables situacionales como instigadoras del actuar proambiental (Berger, 1997; Stern, Dietz y Guagnano, 1995; Guagnano, Stern y Dietz, 1995). Los términos comportamiento proambiental, conducta proecológica, conducta ambiental responsable cobran un uso generalizado y empiezan a darle al área de investigación un toque más distintivo. La mayor parte de la investigación se sigue desarrollando en los EE.UU., seguida por la que se lleva a cabo en Europa Occidental. Esta etapa dura hasta finales de los 90’s, y no sólo se preocupa por el trabajo conductual sino tiene un enfoque de tipo naturalista.

3. Período actual (finales de los 90s hasta la fecha). Se caracteriza por el agravamiento de los problemas ambientales. Aun recursos como el agua, que se consideraban ilimitados, se clasifican ahora en estado de escasez crítica (Brown y Flavin, 1999) y se confirma que el sobrecalentamiento global es una realidad (Gardner, 2002), aunque los políticos traten de minimizar su efecto. La amenaza del terrorismo alcanza a prácticamente cualquier lugar del mundo y algunos la empiezan a ligar a fenómenos de inequidad, pobreza extrema y resentimiento social, junto con la intolerancia y los nacionalismos (Huntington, 1999). Esta es la etapa en la que los términos de conducta pro-ambiental, proecológica o simplemente ambiental empiezan a ser reemplazados por el concepto de conducta sustentable, la cual implícitamente se dirige a buscar no sólo el cuidado del entorno sino también a promover el bienestar humano en todos los rincones del planeta (Schmuck y Schultz, 2002; Bonnes y Bonaiuto, 2002; Pinheiro, 2002).

Hay diversas investigaciones como la de Joel Martínez Soto (2004) quien hace referencia a la Educación Ambiental (EA), la cual finalmente le da sentido a la investigación psicológica. En donde: “La meta de la Educación Ambiental es formar una población consciente y preocupada por el medio y por los problemas relativos a él; una población que tenga los conocimientos, las competencias, la predisposición, la motivación y el sentido de compromiso que le permita trabajar individual y colectivamente en la resolución de los problemas actuales” UNESCO, Conferencia de Belgrado 1975. Sin embargo es esta la principal impulsora de los estudios generados en la investigación del comportamiento ecológico, para una “economía del comportamiento humano centrado en un uso adecuado de sus recursos naturales”, porque de alguna manera estamos haciendo uso de recursos que pertenecen a nuestros nietos, no a nosotros.

En nuestro país para dar cumplimiento a los Compromisos del Decenio de la Educación para el Desarrollo Sustentable 2005-2014 y a los asuntos prioritarios de la Estrategia de Educación Ambiental para la Sustentabilidad en México, las instituciones de educación superior se han sumergido en un proceso de replanteamiento en torno a la problemática socioambiental que enfrenta el mundo y el papel tan primigenio que juegan éstas, para responder así a este importante reto.

La educación superior es esencial para dotar de autonomía a todos los hombres y las mujeres, con miras a la innovación y el cambio. Las universidades deben realizar una labor de más calidad al servicio de la sociedad. Deben innovar para aportar soluciones en materia de desarrollo sostenible.

La Universidad de Guadalajara, como principal institución pública educativa del Estado de Jalisco, cuenta con las condiciones necesarias para generar alianzas estratégicas e impulsar acciones, líneas de investigación y políticas públicas orientadas a transformar la cultura y potenciar la gestión ambientales y contribuir, de esta manera, primero a que la comunidad universitaria se fortalezca en materia de sustentabilidad y reafirme su compromiso social, para después incidir en el desarrollo sustentable de la región y mejorar la calidad de vida de sus habitantes.

Conclusión

            Para concluir es interesante retomar un fragmento de la carta del jefe piel roja Noah Seattle: “esto sabemos: la tierra no pertenece al hombre; el hombre pertenece a la tierra. Todo va entrelazado, como la sangre que une a la familia. Todo lo que le ocurra a la tierra les ocurrirá a los hijos de la tierra. El hombre no tejió la trama de la vida; él es sólo un hilo. Lo que hace con la trama se lo hace a sí mismo”. Nosotros no somos la naturaleza somos parte de ella y si algo le afecta a ella también nos afectará a nosotros, de eso podemos darnos cuenta al observar todas las catástrofes que hay sobre el planeta, en nuestra localidad, los ríos se han secado, los cambios climáticos son excesivos, gran parte de los árboles que existían han desaparecido y esto ha sucedido por la falta de conciencia del hombre, por la falta de cuidado hacia su propia persona y a los que están a su alrededor.

Lo dice María Novo, es necesario  “un cambio en la mirada”, a través de una profunda comprensión comencemos a darnos cuenta de que no sólo estamos creados con carne y hueso, también somos el agua, el aire, la tierra, los otros seres y debemos protegerlos, porque de esta manera nos protegemos a nosotros, al desarrollar un pensamiento de tipo ecológico, se busca principalmente que el ser humano este en armonía con la naturaleza que viva con lo suficiente, lejos del consumismo y de la idea que somos superiores a los seres que son parte del ecosistema.

Bibliografía

Armenta Carmen (2012) PLUS Plan Universitario de Sustentabilidad. Guadalajara, Jalisco, México.

Boff, Leonardo. Cuidar la tierra; hacia una ética universal. Ed. Dabar. 2001.

Calvente M. Arturo. El concepto moderno de sustentabilidad. Socioecología y desarrollo sustentable. 2007. UAIS-SDS-100-002.

Martínez Soto Joel. Comportamiento proambiental. Una aproximación al estudio del desarrollo sustentable con énfasis en el comportamiento persona-ambiente. Theomai, núm. 99, invierno, 2004, p. 0, Red Internacional de Estudios sobre Sociedad, Naturaleza y Desarrollo. Argentina.

Novo María. Cátedra UNESCO de Educación Ambiental y Desarrollo Sostenible. Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). 2009. Madrid, España.

OCDE: México (2010) Perspectivas Políticas Clave para un Desarrollo Sostenible, Octubre


[a] Profesor Investigador de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.

[b] Alumno de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.