El Trabajo embellece. La obra de Gilberto Esparza, el pretexto para hablar de la tecnología

Resumen

Este ensayo pretende brindar un panorama general de la relación hombre-tecnología, y también describir a la sociedad que se ha construido alrededor de los aparatos. Con el objetivo de posicionar a la obra de Gilberto Esparza “El trabajo embellece” como una conjetura critica, que se manifiesta en contra de la sociedad que lo produjo.


Palabras clave:Vida Activa, sociedad del cansancio, aparato, maquina, apropiación.

Abstract

This essay pretends give a general panoramic of the relation man-technology and describe the society that has been built around of the device. With the objective of position Gilberto Esparza´s sculpture “El trabajo embellece” like a critic guess that manifest against of the society than produce it.


Keywords:Active life, society of fatigue, device, machine, appropriation.

I.- Manual de usuario

“People won't be people when they hear this sound”[1]

Es pertinente preguntarse por el quehacer de la tecnología, ya que nuestra sociedad vive cada día más inmersa en un ambiente de aparatos y dispositivos. Estamos viendo nacer a una generación que desde pequeños se vinculan con la tecnología y pareciera que la sociedad vive en la antesala de una utopía futurista. Sin embargo, la tecnología desde su diseño acarrea cuestiones políticas; por ejemplo un celular. Cualquiera puede ser “dueño” de un celular, hacer uso de él, pero cuando se descompone son pocos quienes pueden repararlo, la especialización técnica producto de la modernidad, nos obliga a convivir día a día con cajas chinas, desconocemos la manera que funciona y eso imposibilita al usuario a reparar su propio aparato. Es cuando nos damos cuenta que no somos dueños del celular, los verdaderos dueños de la tecnología son las empresas (que se protegen con patentes). A nosotros, los usuarios, en realidad se nos arrendan los aparatos, y funcionamos alrededor de ellos.

Respecto al progreso técnico, Vilém Flusser opina: “la mente humana es incapaz de comprender (y mucho menos de aprovechar) el progreso que ella misma desencadenó tan livianamente”[2] . Por tal motivo, este ensayo sostiene la hipótesis de que en las obras de arte surgidas de la apropiación tecnológica, son una respuesta clara del hombre en oposición a la sociedad técnica y a la máquina.

II.- El homo faber, la enfermedad de la velocidad y la sociedad del cansancio.

"Cuando no producimos nada concreto nos engañamos con el placebo de la ‘experiencia’, que se produce a sí misma: máquina hermosa y autosuficiente que habría deleitado a Leonardo”.[3]

Vivian Abenshushan, en su libro Textos para desocupados, menciona una interpretación de un pasaje del Génesis bíblico. En donde Adán y Eva reparten labores, hacen una división del trabajo entre sus dos hijos: Abel y Caín. Abel sería un pastor y Caín cultivaría la tierra. Caín representa al homo faber, menciona Vivian Abenshushan:

“Caín del árabe gai, ‘el herrero’…el hombre que fabrica herramientas, el que ejerce su voluntad transformando la materia…Tiene una mano equipada, una mano adherida al trabajo, una mano llena…Gracias a la herramienta, esa extensión rotunda del cuerpo, Caín y sus descendientes logran dominar las extensiones salvajes y crear un nuevo mundo artificial. Son los constructores de las primeras ciudades”.[4]

Mientras su hermano Abel, del hebreo habel: aliento, soplo; representa al homo ludens, dice al respecto Vivian Abenshushan:

“[Abel] pertenece… a la estirpe de nómadas. Abel no depende de ningún lugar concreto, pues su alimento va consigo a todas partes. ¡Y se multiplica sin la necesidad de trabajar! En la primera repartición de la humanidad, al pastor le tocó el lado menos áspero…Abel no se extenúa. Es más libre, más ligero y tiene mucho tiempo para haraganear…él se descubre en medio del tiempo vacío...el tiempo que el homo ludens emplea para sus juegos y meditaciones”.[4]

Abel y Caín son opuestos, por un lado esta quien trabaja y domina a la naturaleza, y al contrario está quien se dedica a sus meditaciones y está seguro que la naturaleza lo preverá. El relato bíblico culmina cuando los hermanos presentan sus ofrendas a Dios, cada cual lleva el fruto de su trabajo y para sorpresa, Dios prefiere la ofrenda de Abel. Porque es hecha de manera generosa, y no como Abel que se apegó a su deber. Caín en un arrebato de ira mata a su hermano. Vivian Abenshushan termina por deducir del relato:

“¿Qué tenemos aquí? La forma en que el trabajo reprime finalmente la propensión a lo lúdico, una propensión que sólo puede despertar intranquilidad y sospecha en un mundo que ha llevado la locura hasta el punto de ver la existencia misma como castigo. En un mundo así, la penitencia termina con el juego, la obligación con el placer. Y la esquiva posibilidad de hacer del trabajo una cosa alegre, o por lo menos pasajera, después de la cual el hombre podría dedicarse a lo que le viniera en gana, ha sido cancelada para la gran masa de personas sobre las que se han descargado faenas más serviles y rutinarias”.[6]

En esencia, la sociedad moderna es heredera de Caín, el homo faber, y la vida activa. Vilém Flusser respalda esta postura diciendo que en estos tiempos caóticos: “aún no se vislumbra el fin del homo faber”7. Son tiempos caóticos, porque al peso del trabajo se le ha añadido la necesidad de la velocidad, en pos de la producción y mayor beneficio monetario. En la Revolución Industrial la maquina aportó el factor velocidad, que en ese tiempo fue visto como una nueva droga, ya que al igual del opio alteraba la percepción. Vivian Abenshushan menciona que la fascinación por la velocidad proviene de la seducción de lo trágico, que a la vez que la velocidad concede una experiencia liberadora, también existe la posibilidad de la catástrofe.

Respecto al exceso de velocidad, Vivian Abenshushan menciona: “…la celeridad abstracta y loca ha perdido su dimensión humana y el hombre está fuera de ritmo…La era del microchip se ha convertido también en la era de los hombres exhaustos”.[8]

El hombre exhausto produce una sociedad agotada, el filósofo Byung-Chul Han desarrolla en su libro La Sociedad del Cansancio, un retrato ocre y fidedigno del momento que vive actualmente la humanidad. Byung-Chul Han estipula que se ha superado la sociedad disciplinaria, descrita por Foucault; ahora la sociedad del siglo XXI es una sociedad de rendimiento. Las personas son sujetos de rendimiento, han dejado de ser los sujetos de obediencia que vivía oprimidos por hospitales, fábricas, cárceles… ahora el grillete que copta la libertad humana, se construye alrededor de: “gimnasios, torres de oficinas, bancos, aviones, grandes centros comerciales y laboratorios genéticos”[9]. Se le dice sujeto de rendimiento, porque ahora en esta época de libertad y democracia, el hombre que es dueño de su libertad ha sido manipulado; el hombre emplea su libertad y decide autoexplotarse, es amo y esclavo a la vez. Byung-Chul Han menciona que: “Las enfermedades psíquicas de la sociedad de rendimiento constituyen precisamente las manifestaciones patológicas de esta libertad paradójica”[10]. Además Byung-Chul Han tiene la teoría que los antibióticos del siglo pasado eliminaron a los agentes externos causantes de las enfermedades, y así metafóricamente el hombre se deshizo de la otredad, por lo que ahora se vuelca sobre sí mismo, produciendo sus propias enfermedades (metales).

La sociedad del rendimiento arrasa con todos y nos integra a una dinámica agotadora; quienes se atreven a escaparse del orden estipulado, se convierten para la sociedad en depresivos o fracasados. En esta nueva sociedad tan voraz, la declaratoria del cansancio es el último quejido que puede hacer el hombre carcomido. El cansancio por salud, para reducir la velocidad del tiempo y prestarle espacio al ocio, porque el ocio, la meditación y el aburrimiento forman parte del proceso creativo.

Declarar el cansancio es volver a la vida contemplativa, propia del homo ludens y de manera simbólica revivir a Abel.

III.- El tiempo, el reloj y la maquina

La sociedad agotada es regida por reloj, que es en esencia una máquina que ha conquistado al hombre. Lewis Mumford al inicio de su libro Técnica y civilización da las generalidades culturales que implica el reloj, entendido como una máquina que ha surgido desde el pensamiento monástico de los Benedictinos, que por sus férreas reglas son considerados como la orden trabajadora.

La primera medida del tiempo para el hombre fueron los astros. El paso del tiempo que se registró a partir del movimiento de la Luna y el Sol, se tradujo en ciclos agrícolas. Es decir, el primer tiempo fue mítico, de cosecha y celebración.

El siguiente cambio ocurre en la edad media, cuando la bula papal de Sabiniano (siglo VII) ordena que las campanas del monasterio se toquen 7 veces por día. Es entonces cuando las horas canónicas influyen en los poblados cercanos al monasterio, esto crea un tiempo social que sincroniza las actividades.

Sin embargo, el gran salto se da con el primer reloj mecánico, hacia el siglo XIII. Ya que esto significó un cambio en las nociones del tiempo, según Lewis Mumford : “El reloj…por su naturaleza esencial disocia el tiempo de los acontecimientos humanos y ayuda a crear la creencia en un mundo independiente de secuencias matemáticamente mesurables: el mundo especial de la ciencia”[11]. Es decir, se construye una abstracción del tiempo, el tiempo mecánico que es uniforme y cuantificable, y queda relegado el tiempo orgánico (el tiempo de la cosecha y los ciclos biológicos del hombre). Así se da el paso al dominio del reloj en la vida del hombre, como lo señala Lewis Mumford:” El tiempo abstracto se convirtió en el nuevo ámbito de la existencia. Las mismas funciones orgánicas se regularon por él: se comió, no al sentir hambre, sino impulsado por el reloj. Se durmió, no al sentirse cansado, sino cuando el reloj nos exigió”.[12]

El reloj es la cúspide de la técnica y del dominio social, la maquina está incluida en las tareas que realizamos a lo largo del día. En ese sentido, el reloj es el ideal de la máquina, ya que por ende su trayectoria descrita por su movimiento (un circulo perfecto) es un ideal, un movimiento anómalo en la naturaleza y que se escapa de la mimesis, para llegar a ser fruto del pensamiento humano. Ya que el hombre pretende instaurar el orden en la naturaleza. Primero fue Dios, la cristiandad y los monasterios; ahora, desde hace tiempo, este orden lo dicta el propio hombre con el dominio de la ciencia y el reloj.

Porque una vez que el reloj fraccionó el tiempo en cantidades mesurables, estas se pueden incluir en el intercambio económico, el tiempo es algo que se monetiza y que se puede hacer una transacción con él. Se ha diluido el sentido orgánico (y ritual en la práctica) del tiempo. Podrán venir nuevos adelantos tecnológicos, sin embargo en todos ellos irá implícito el ideal mecánico del reloj.

IV.- Vilém Flusser: creación científica y artística.

Vivir sujeto a una máquina es un tema tratado por Vilém Flusser en su texto Del funcionario. En dicho texto se describe como el hombre se relacionan con la tecnología, para ello Vilém Flusser sitúa en el centro al aparato (que puede ser una máquina o un ideal) y al hombre girando alrededor de él. Es decir, la vida del hombre se encuentra prendida al aparato. El hombre ahora llamado funcionario, tiene escaso grado de libertad en ese sistema y su única función es subsistir bajo la voluntad del aparato. Además que el aparato es un sistema cerrado y cuando es inservible el funcionario (hombre), este se puede remplazar sin ningún problema por otro funcionario, y así continuar alimentando a la máquina. El funcionario que si se puede realizar dentro de la dinámica del aparato, es aquel que se ha especializado en una parte especifica del aparato; es decir, la modernidad exige un alto grado de especialización técnica y esto, posibilita al funcionario para que vuelva a tener cierto atisbo de humanidad.

Vilém Flusser es optimista y desarrolla la teoría de que solo la filosofía aplicada a la técnica, eliminará el automatismo en el que el hombre vive inmerso. Por eso se debe repensar a la tecnología, desde los ámbitos de la política y el arte. La ciencia moderna se encuentra en crisis porque su meta es el conocimiento objetivo, carente de ideologías; sin embargo siempre irá implícita la ideología que produjo ese tipo de conocimiento. La crisis existe por esa negación.

El arte ayudará a superar esa crisis, porque incentiva a jugar con el aparato, en un sentido lúdico que explora y resignifica las maneras en que nos relacionamos con los aparatos. Es decir, el funcionario que se apropia de la tecnología y rompe con el automatismo, puede llegar a restituirse como humano. En un futuro utópico, Vilém Flusser vislumbra la abolición de la técnica, que es:

“…romper las barreras entre ciencia y arte, hacer que las facultades de ciencias y arte se confundan…Técnica será nuevamente sinónimo de arte, como lo fue antes de la Edad Moderna; tecnología será sinónimo de estética, y el peligro de la tecnocracia habrá sido conjurado…De manera que todo parece apuntar a la solución de la crisis: síntesis de ciencia y arte bajo el signo de la política”.[13]

V.- Apropiación tecnológica.

Tener una postura crítica frente a los aparatos, es una acción que se le conoce como apropiación tecnológica.

La apropiación es la síntesis entre la relación afectiva del uso y la relación de derecho, es decir, apropiación significa usar cierto objeto con todo el derecho de ejercer la libertad de manejarlo como se le dé la gana al operario, el aparato ya no puede subordinar al operario. Hay una ruptura con la relación de poder operario-aparato, en donde el aparato regía. Existen tres tipos de apropiación tecnológica:

“(1) Apropiación simbólica de la tecnología: se usan las herramientas productivas como herramientas creativas- apropiacionismo, remix, cc-. (2)Apropiación material tecnológica: Modificación del uso originario de los procesos técnicos para su uso con otros fines –hacking-. (3) Apropiación de los medios tecnológicos: Reorientación de la tecnología, y los medios productivos, hacía formas más humanas de producción, democratización y socialización de los medios, remediación ambiental –televisión comunitaria-“.[14]

Como ejemplo de apropiación simbólica está el fotógrafo, que es la persona que se vincula de una manera sana con el aparato. Interactúa con él como un juego, su relación es lúdica, forzando al aparato a hacer funciones diferentes para las que fue diseñado. El fotógrafo tiene una postura de apropiarse del aparato. Sin embargo, en ningún momento el fotógrafo desarma la cámara para modificar sus componentes (lo que sería apropiación material) o bien, en ningún momento el fotógrafo construye una red propia para compartir sus fotos al instante (apropiación tecnológica).

El fotógrafo se apropia de la tecnología de manera casi incidental y a contra posición, existen artistas que tienen el génesis de su obra en la apropiación tecnológica.

VI.-“El trabajo embellece”, la obra de Gilberto Esparza

“El trabajo embellece / Instalación/ Lijadora eléctrica, bajo relieve sobre duela. Medidas variables

2007. La obra consiste en una lijadora eléctrica que devasta la frase de José Martí: ‘El trabajo embellece’, que fue escrita en bajo relieve sobre la duela del Laboratorio de Arte Alameda, durante el Festival Transitio Mx. Dicha frase fue escrita por Martí en una carta tras la muerte de Carlos Marx haciendo alusión a las ideas de Marx sobre el trabajo como autorrealización personal. La lijadora destruye el sentido poético de la frase para imponer la idea del trabajo mecanizado y esclavizante que promueve la sociedad moderna e industrial. Así, a lo largo de dos meses la frase desapareció paulatinamente”.[15]

Boceto digital de la obra “El trabajo embellece” de Gilberto Esparza

La obra de Gilberto Esparza representa los ideales que Vilém Flusser formuló en el siglo pasado, el funcionario (la lijadora) trabaja alrededor del aparato (el trabajo mecanizado). “El trabajo embellece” diluye la frontera entre quehacer artístico y científico, debido a que se le puede considerar como una escultura dinámica que funciona con lenguaje de programación, un interruptor que cambia el sentido de rotación de la lijadora en un tiempo determinado.

Con esta obra se hace alusión de que si se descontextualiza un objeto de su función, este se desprende de una de sus cualidades, que ya sin la cualidad de su función se puede entender que aquello no es lo único que lo define. Y en esta sociedad tan pragmática, una herramienta-utensilio-máquina que no produce nada concreto o que se aparta de su función para lo que fue diseñado; brinca como una llamarada, como un error que debe ser resuelto o en el mejor de los casos: contemplado. La lijadora concentra la velocidad de hacer una tarea, pero con ironía se ve diezmada a hacer la misma función sobre el suelo del museo. Es el culmen de la producción del homo faber, que paradójicamente permite la contemplación, ver a la lijadora para vernos a nosotros mismos y el largo trayecto que hemos recorrido como humanidad. La lijadora se vuelve un objeto ambiguo y se rodea de una metáfora de fuentes inagotables. La lijadora vuelta cosa poética, que es en sí obra de arte.

VII.- Conclusiones

Se puede juzgar la vida que llevamos como humanidad, sin embargo es casi imposible romper el dinamismo tecnológico en el que estamos inmersos. Vilém Flusser mencionó que anteponerse al modernismo requería de una filosofía existencial; pero en esta época de capitalismo tardío, ir contra la máquina y la ciencia, es una cuestión heroica, propia del romanticismo.

La sociedad plantea su existencia como un caleidociclo que repite la misma cara en momentos diferentes. Ahora la tecnología es el catalizador que acelera estos cambios. Primero fue la conquista de la naturaleza por medio de la tecnología, la nueva encrucijada del hombre es la conquista de la tecnología. En la manera en que el hombre se apropie de la tecnología, este se restituirá como humano. Y el arte puede ser el medio.

 

[1]Batlles “Atlas” En https://www.youtube.com/watch?v=IpGp-22t0lU. Fecha de consulta: 24 de Octubre de 2016.

[2]Flusser, Vilém. “Del funcionario” en Kozak, Claudia Arte y Técnica. Vilém Flusser sobre arte, aparatos y funcionarios .Argentina. Revista Artefacto.2007

[3]Saldaña París, Daniel. “La máquina autobiográfica”.México. Bonobos Editores. 2012.

[4]Abenshushan, Vivian. “Escritos para desocupados”.Oaxaca. Surplus Ediciones.2013.

[5]Ibíd.

[6]Op. Cit.

[7]Op. Cit.

[8]Abenshushan, Vivian. “Escritos para desocupados”.Oaxaca. Surplus Ediciones.2013

[9]Han, Byung-Chan. “La sociedad del cansancio”. España. Herder. 2012.

[10]Ibíd.

[11]Mumford, Lewis. “Técnica y civilización”. España. Alianza Editorial. 1992

[12]Ibíd.

[13]Flusser, Vilém. “Creación científica y artística” en Kozak, Claudia Arte y Técnica. Vilém Flusser sobre arte, aparatos y funcionarios .Argentina. Revista Artefacto.2007

[14]Aranda, Leonardo. “Apropiación tecnológica en el arte”. En Medialab en http://medialabmx.org/dispositivos-radicales/2015/08/21/presentacion-del-tallerseminario/. Fecha de consulta 14 de Septiembre de 2016

[15]Esparza, Gilberto.” El trabajo embellece”. En Gilberto Esparza en http://gilbertoesparza.blogspot.mx/2009/02/el-trabajo-embellece.html . Fecha de consulta 21 de Noviembre de 2016.

Bibliografía:

Abenshushan, Vivian. Escritos para desocupados. Oaxaca. Sur+ Ediciones.2013.

Aranda, Leonardo. Apropiación tecnológica en el arte. En Medialab en http://medialabmx.org/dispositivos-radicales/2015/08/21/presentacion-del-tallerseminario/. Fecha de consulta 14 de Septiembre de 2016

Dispositivos Radicales: Metodologías de apropiación tecnológica en el arte. Taller impartido en el Distrito Federal. En el CENART. 20-24 de Julio de 2015

Flusser, Vilém. Del funcionario en Kozak, Claudia. Arte y Técnica. Vilém Flusser sobre arte, aparatos y funcionarios .Argentina. Revista Artefacto.2007 Consultada el 21 de Noviembre de 2016, http://medialabmx.org/dispositivos-radicales/

Mumford, Lewis. Técnica y civilización. España. Alianza Editorial.1992

Han, Byung-Chan. La sociedad del cansancio. España. Herder. 2012.

Paz, Octavio. Apariencia Desnuda. México. Alianza Editorial.2008

Zumano-Hernández, Fermín. Nosotros los prometeicos: El viaje imaginario de los autómatas. Seminario de Estudios sobre la imagen. Pachuca. Centro de las Artes.8 de Julio de 2016.

[a]Estudiante de la Licenciatura en Artes Visuales, Instituto de Artes, Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.