La formación del compositor

Resumen

La formación académica que requiere un compositor tiene ciertas particularidades que la diferencian de aquella exigida para los intérpretes. Ésta incluye la profundización en las materias que integran la teoría musical, como la Armonía, el Contrapunto y el Análisis, debido a que constituyen las herramientas básicas para poder crear, desarrollar y plasmar correctamente las ideas musicales. En este artículo se aborda brevemente el desarrollo histórico de la formación académica del compositor musical y cómo es considerada ésta en nuestros días dentro de las instituciones de educación superior.

Palabras clave: composición, compositor, música, armonía, contrapunto, análisis musical, teoría musical, creación musical, formación musical, educación superior.

Abstract

The academic training required by a composer has certain peculiarities that differentiates it from that required for interpreters. This includes the study of the subjects comprising music theory such as Harmony, Counterpoint and Analysis because they are the basic tools to create, develop and successfully capture musical ideas. This article briefly discusses the historical development of the composer's academic training and how it is seen today in higher education institutions.

Keywords: composition, composer, music, harmony, counterpoint, musical analysis, music theory, music creation, music education, higher education.



Cuando se habla de lo que un músico hace, la primera imagen que aparece en la mente es la del intérprete. Sin embargo, dentro de esta disciplina existen otras áreas que son tan importantes como la interpretación musical pero que la mayoría de las personas desconocen o simplemente para ellas pasan inadvertidas. Una de estas áreas es precisamente la composición musical.

En la Música, a diferencia de otras disciplinas como las Artes Visuales, existe una clara distinción entre el creador de una obra (compositor) y el interprete (instrumentista o cantante) de la misma. Por ejemplo, en el caso de la Pintura, el mismo artista es quien concibe la obra y la lleva a cabo. En la Música, una persona concibe la obra pero otra u otras son las encargadas de interpretarla. No obstante, existen casos en que el mismo compositor es el intérprete de su obra, pero la mayor parte de las veces esta tarea se deja a otras personas. Por esta razón, la formación de un compositor tiene características particulares que la distinguen de la requerida para un intérprete.

El compositor

El concepto del compositor musical varía de acuerdo al espacio temporal y cultural en el cual se hace referencia. Dentro de la tradición musical occidental, un compositor es aquella persona que crea ó inventa obras musicales. Este término viene del latín componere, que significa “juntar varias cosas para formar otra” (Moliner, 1988). De esta manera, se puede decir que el trabajo de un compositor consiste en reunir elementos sonoros, organizarlos y construir con ellos estructuras superiores que permitan la transmisión de ideas, emociones y sentimientos.

Al inicio del desarrollo de la música europea, la importancia de la función del compositor no era mayor que la del intérprete, ya que el mismo creador hacia las veces de ejecutante. La autoría de las obras no recibía una gran atención y generalmente se desconocía quién era su creador. Sin embargo, con el paso del tiempo y el perfeccionamiento de un sistema que permitía la correcta notación de la música hacia el siglo X, la relevancia del compositor fue aumentando. La transferencia de la música por medio de la tradición oral, que supone la transformación paulatina de la obra original, se vio entonces rebasada con este sistema que hizo posible la conservación y difusión de un gran número de piezas musicales preservando las ideas originales que su creador había plasmado en su obra, la cual podría ser interpretada por cualquier persona que contase con los conocimientos básicos para la descifrar los símbolos empleados. De forma gradual y debido al desarrollo de la complejidad de la música, el compositor fue especializándose cada vez más en la creación musical y dejando la recreación en manos de los intérpretes que a su vez se enfocaron en la adquisición de un alto grado de maestría en la ejecución de sus instrumentos o voces.

Esta revolución afectó notablemente la manera en la cual se percibía el trabajo del compositor. Ahora era posible identificar al creador de la obra artística y reconocer públicamente su trabajo, lo cual contribuyó a aumentar el prestigio de los autores más destacados en su época y de esta manera, poco a poco se fue construyendo el repertorio que el día de hoy se conoce como clásico.

El nivel de sofisticación que ha alcanzado la música occidental desde el Renacimiento hasta el siglo XXI, ha sido el resultado de una búsqueda constante de nuevas formas de expresión por parte de los compositores y de los intérpretes. Como resultado de este fenómeno, la formación del compositor a lo largo de la historia se ha visto influenciada por varios factores como el desarrollo mismo de las técnicas compositivas y el mejoramiento en la construcción de instrumentos musicales que lleva consigo un avance de las posibilidades interpretativas de los ejecutantes, aunado todo ello a los cambios estéticos, filosóficos, económicos y sociales que han experimentado las comunidades donde se lleva a cabo el que hacer musical.

La creación musical

Una vez que se ha establecido que el compositor es la persona que crea las piezas musicales, es necesario abordar cual es el proceso que lleva a la composición de tales obras.

Álvaro, Miranda y Barros (2006) proponen un modelo analítico del proceso de composición que lo identifica como un proceso cíclico a su vez compuesto por subprocesos diferenciados ejemplificados.




Figura 1. Ciclo de subprocesos de la composición



Este proceso inicia con una intención voluntaria o una emoción, a partir de la cual se conciben elementos, relaciones, estructuras que integrarán la pieza, la cual se imagina y se abstrae partiendo de la experiencia y conocimiento musical del compositor, incluyendo aquí el elemento de la inspiración. Seguidamente, esta idea se concretiza para llevarse a una fase de implementación y de prueba. En esta fase de implementación, se podrá llevar a cabo la simple visualización mental de la obra o podrá realizarse el trazado de bocetos que faciliten su análisis y evaluación. Una vez que ha concluido esta etapa, se puede realizar un análisis del resultado y su relación con el resto de la obra. El ciclo termina con la concepción de nueva ideas y correcciones al resultado inicial que permiten realizar las adecuaciones necesarias.

La creación musical

En la actualidad, la formación del compositor en las instituciones educativas retoma elementos de la tradición musical occidental juntamente con el empleo nuevos enfoques pedagógicos y tecnológicos que buscan la formación integral del individuo. En la Figura 2 es posible apreciar las áreas de formación que se contemplan en la mayor parte de los programas educativos actuales en nuestro país y en el mundo.


Figura 2. Formación del compositor



Las Habilidades musicales (musicianship, en inglés) forman el núcleo toral en la formación de todo músico profesional. Estas habilidades incluyen la lectura de notas y símbolos musicales utilizados en las partituras; el discernimiento auditivo de elementos sonoros tales como intervalos, acordes, melodías y cadencias armónicas; la reproducción vocal de las notas de una partitura sin tener que haberlas escuchado previamente para poder crear una imagen sonora que represente atinadamente los símbolos escritos.



Aunque no se exige que un compositor tenga las mismas competencias en el área de Interpretación musical que una persona especializada en ella, es necesario que se contemple el conocimiento de la ejecución de al menos un instrumento armónico que sirva como herramienta para la creación musical. La formación que el compositor pueda obtener como intérprete le será sumamente útil al momento de componer ya que tendrá de primera la experiencia de recrear los eventos sonoros tanto de forma individual como al hacerlo grupalmente.

En los contextos referidos con anterioridad, pasemos ahora a lo que son los dos últimos párrafos de ésta importante fracción. En el primero de éstos últimos se señala que nuestra entidad Fiscalizadora por ser integrante en su existencia y desempeño, de uno de los poderes de la unión, contara con el apoyo también de los demás poderes, con su auxilio que se les requiera para ejercitar sus funciones, por que en esencia, también el ejecutivo y el judicial estarán absolutamente interesados y convencidos de que se estará trabajando con eficiencia en el ejercicio de los recursos de la nación sin la más minima distracción.

El área de Teoría resulta indispensable para poder comprender cabalmente el lenguaje musical. Dentro de la tradición occidental, los fundamentos de la escritura musical se basan en el aprendizaje de la Armonía, que examina la organización de los acordes, el Contrapunto que se ocupa de las relaciones existentes entre dos o más melodías simultáneas y el Análisis que estudia las formas y estructuras de las obras musicales. Aunado a esto se encuentra la Historia de la música que presenta un marco eficiente para poder comprender aspectos que van más allá de la obra en sí misma desde una perspectiva holística.

La Composición es el área de especialización donde se abordan las distintas técnicas de creación musical y se va construyendo en el aprendiz un lenguaje personal que madurará con el tiempo y la práctica. Otra área que se aborda es la orquestación, que permite al compositor un correcto acercamiento a las posibilidades, técnicas y características de escritura propias de cada instrumento y sus posibilidades de acoplamiento en ensambles de diferentes magnitudes.

Actualmente la Tecnología forma parte de todos los aspectos de la vida, la formación del compositor quedaría incompleta de no tomarse en cuenta cómo el uso de las modernas herramientas informáticas puede aplicarse al trabajo cotidiano en tareas tales como la notación musical. El uso de instrumentos electrónicos y lenguajes de programación musical, ofrecen oportunidades totalmente nuevas de expresión al compositor del siglo XXI que busca sonoridades innovadoras.

Finalmente, un área que hasta hace poco tiempo era poco reconocida en la formación de los músicos académicos es la concerniente a la Gestión. Cada día se hace más necesario que el propio intérprete o compositor cuente con conocimientos y habilidades que le permitan la promoción de su trabajo y la administración adecuada de sus recursos financieros. A pesar de que estos temas salen del campo estrictamente musical, resultan indispensables para el desarrollo de una carrera profesional competitiva.

Conclusiones

Como se puede apreciar, los procesos mentales que integran la composición musical requieren tanto de la imaginación y la intuición como del conocimiento y el análisis racional. Esto refuta la creencia popular de que el compositor solamente necesita tener “inspiración” para escribir música, la cual le llega de una forma casi automática y de manera natural. Ciertamente, el compositor, cuando desarrolla su carrera en un nivel profesional, necesita de una formación sólida en el campo de la música y particularmente especializada en las áreas de teoría y creación musical.

Bibliografía