Los marcadores del sitio arqueológico Xihuingo, Tepeapulco

Resumen

Este trabajo busca dar a conocer la importancia del sitio arqueológico del Xihuingo, en el municipio de Tepeapulco, como centro de observación astronómica. La presencia de los llamados marcadores (cruces punteadas) en este sitio refleja el interés por anotar y registrar los fenómenos celestes y el paso del tiempo.

Palabras Clave: Observación astronómica, Xihuingo, marcadores astronómicos.

Abstract

This work seeks to introduce the importance of archaeological site Xihuingo, in Tepeapulco, as a center for astronomical observation. The presence of so-called markers (dotted crosses) on this site reflects the interest by noting and recording celestial phenomena and the over time.

Keywords: Astronomical observation, Xihuingo, astronomical markers.

El sitio arqueológico del Xihuingo está situado a 3 kms. al norte de la actual población de Tepeapulco. La palabra Xihuingo viene del náhuatl y significa “lugar del año” (de xihuitl-co), o “lugar donde se calcula o se registra el año”. La población estaba conformada básicamente por nahuas, aunque había un gran número de otomíes.

En tiempos prehispánicos, Xihuingo fue un sitio controlado directamente por Teotihuacan, sobre todo por el interés que tenía la metrópoli en regular la explotación de la obsidiana. Además los teotihuacanos se interesaban por su posición estratégica militar, es decir, un microvalle rodeado de cerros al noreste y un gran volcán: el Xihuingo, y con vista al suroeste del Cerro Gordo, a cuyas faldas se extiende al sur la ciudad de Teotihuacan.

Aunque existió una ocupación temprana de la zona entre los años 100 y 200 d. C. durante el periodo denominado Preclásico tardío, su momento de máxima expansión se ubica entre 600 y 700 d.C. en el periodo Clásico (200-900 d.C.). Después de que decayó Teotihuacan, Xihuingo continuó siendo ocupado por un grupo mexica, que se estableció en el sitio y edificó nuevas construcciones al lado de las antiguas teotihuacanas.

Xihuingo funcionó básicamente como un centro de observación astronómica, donde sabios astrónomos se dedicaban a observar y registrar el paso de los astros en el firmamento y anotar ciclos estacionales y grabarlos sobre la piedra. Es interesante que en este sitio existan varios marcadores que nos indican el conocimiento astronómico y calendárico que se tenía en ese entonces. Los marcadores son generalmente figuras circulares, aunque hay algunas ovaladas y cuadradas, con dos ejes en forma de cruz, y a veces presentan círculos concéntricos o algunos otros elementos asociados, como muescas, puntos, espirales, signos de nahui ollín y estrellas.

 

 

 

 

Estas especies de “cruces punteadas” fueron analizadas por el antropólogo Matthew Wallrath, quien se dedicó por varios años al estudio de la arqueoastronomía, es decir, a la relación entre arqueología y astronomía y al registro de ciclos o periodos astronómicos en los restos materiales de antiguas culturas, en este caso los petrograbados del Xihuingo. Wallrath mostró que los marcadores de este sitio indicaban la anotación de solsticios, equinoccios, el paso de Venus en el firmamento, las Pléyades, ciertas constelaciones como la de Escorpión, incluso el estallido de una estrella o supernova, representado por una estrella de cinco picos y en su interior dos círculos concéntricos simbolizando al sol.

 

 

 

 

Algunos petrograbados representan, además, cómputos calendáricos, por ejemplo, se perforaron 260 y 365 puntos que corresponden a los días de los calendarios ritual y civil de los pueblos mesoamericanos respectivamente. El uso de los calendarios en los pueblos mesoamericanos servía para indicar fechas de sus ceremonias religiosas y el inicio de las actividades agrícolas.

Por lo menos se han registrado medio centenar de este tipo de petrograbados en el sitio del Xihuingo..

 

 

 

 

Es admirable que los antiguos astrónomos hayan alcanzado un notable avance en la observación del cielo, el estudio de los movimientos de los astros y el registro calendárico, teniendo como única herramienta sus ojos, aunque a veces se valían de unos palos cruzados que indicaban un punto fijo de observación.

La disciplina de la arqueoastronomía, además de aportar un análisis especializado del estudio de la anotación y registro de fenómenos celestes y ciclos precisos de los astros, provee una herramienta útil para el estudio sistemático de la orientación y planeación de los espacios y estructuras al interior de los centros o ciudades. Anthony Aveni demostró que los marcadores de Teotihuacan, muy semejantes a los del Xihuingo, indican una línea de referencia este-oeste perpendicular a la Calzada de los Muertos, que sirvió de base para determinar el eje principal de la ciudad. Es posible que en el sitio del Xihuingo los marcadores hayan tenido también esta función de orientación y planeación de los espacios y los edificios.

 

 

Podemos resumir que los petrograbados del Xihuingo tenían las siguientes funciones:

 

 

Además, existen en el sitio del Xihuingo otros petrograbados que representan figuras y caras humanas, estructuras, espirales dobles, cruces, lunas en forma de U y formas geométricas, entre otros.

Bibliografía

Aveni, Anthony F, Conceptos de Astronomía Posicional empleados en la Arquitectura Mesoamericana Antigua, en: A. Aveni F. (comp.). Astronomía en la América Antigua, Ed. Siglo XXI, México, 1980.

Lorenzo Monterrubio, Antonio, Carmen Lorenzo Monterrubio y Arturo Vergara Hernández, Catálogo del Patrimonio Cultural del Estado de Hidalgo, Región I, Tomo 2, Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Hidalgo, Gobierno del Estado de Hidalgo, México, 1998.

Wallrath, Matthew y Alfonso Rangel Ruiz, Xihuingo (Tepeapulco): Un centro de observación astronómica, en: Johanna Broda, S. Iwaniszewski, Lucrecia Maupomé, Arqueoastronomía y Etnoastronomía en Mesoamérica, UNAM, México, 1991.

Wallrath, Matthieu, Xihuingo, Hidalgo Revista Arqueología Mexicana, Arqueoastronomía Mesoamericana, Vol. VIII, Núm. 47, Enero-febrero 2001, pp. 42-45.


[a] Doctora en Historia por la UNAM. Durante 23 años fue investigadora del Consejo para la Cultura y las Artes de Hidalgo. Actualmente es profesora-investigadora de tiempo completo y responsable de la creación del programa de Maestría en Historia del Arte del IA. Miembro numerario de la Academia Hidalguense de la Historia.