Los nuevos migrantes de Tlaxcala: cambios, transformaciones y nuevos escenarios del fenómeno migratorio

Resumen

Se analizan las peculiaridades que muestra el proceso migratorio de los tlaxcaltecas a través de la historia, retomando los aportes que dejó la salida de las 400 familias en 1591, dando el apoyo para colonizar el norte bárbaro durante la colonia española. La segunda etapa se refiere a la migración concertada de la población tlaxcalteca a través de los convenios laborales, uno el Programa denominado “Braceros” con Estados Unidos que duró de 1942 a 1964 y el otro lo es sin duda el Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales con Canadá por su vigencia, normatividad establecida y número de personas participantes ya que dependen directamente más de 2,000 familias, en 23 municipios. La tercera etapa que muestra cambios reflejados en la migración de los habitantes de Tlaxcala, se da a principios de 1970 y culmina a principios de los años 90, cuando se establecen los grandes corredores industriales, como es el caso del corredor Malinche y el Corredor Industrial que va de Zacatelco, Xicohtzingo y Panzacola y por último cuarta etapa considerada como de la migración indocumentada de la población tlaxcalteca a los Estados Unidos, caracterizada por la falta de oportunidades en los lugares de origen, donde se fueron conformando las bases de la migración de las nuevas generaciones de hoy en día.


Palabras clave: Migración, indocumentados, tlaxcaltecas

Abstract

Showing the peculiarities of the migration process tlaxcaltecas through history, returning the contributions left out of the 400 families in 1591, giving support to colonize the barbarian north during the Spanish colony were analyzed. The second stage concerns the concerted migration of Tlaxcala population through labor agreements, one program called the "Bracero" with the United States that lasted from 1942 to 1964 and the other is definitely the Seasonal Agricultural Workers Program with Canada for its validity, established standards and number of participants as they depend directly more than 2,000 families in 23 municipalities. The third stage showing reflected changes in the migration of the people of Tlaxcala, is given in the early 1970s and culminated in the early 90s, when major industrial corridors are established, such as broker Malinche and Industrial Corridor ranging from Zacatelco, Xicohtzingo and Panzacola fourth and last step considered undocumented migration tlaxcalteca population to the United States, characterized by the lack of opportunities in places of origin where they were forming the basis of the migration of new generations of today.


Keywords: Migration, undocumented, tlaxcaltecas

Introducción

El migrar para los tlaxcaltecas ha sido parte de su forma de vida, de su estructura y de la realidad en que han vivido. Muchas son las peculiaridades de su peregrinaje, “una vez tomada la decisión, van siguiendo las huellas de sus familiares, sus vecinos o sus paisanos y emprenden el mismo camino, van como las hormigas haciendo un camino que camina –movilidad silenciosa- formada por puros paisanos”… los tlaxcaltecas vuelven una y otra vez, porque nunca rompen sus lazos con la comunidad de origen. La ausencia no es pretexto  para dejar de contribuir con las organizaciones locales que se hacen cargo de la “fe” y el “progreso”. El reconocimiento social, en el regreso está determinado por la generosidad con la que contribuyen con la familia y con el pueblo” (Jiménez, 2009: 33).

En las últimas dos décadas el tema de la migración ha venido ocupando una de las principales planas de la vida social, económica y política del país, donde hemos sido testigos de un éxodo masivo de personas que han dejado su hogar en busca de mejores alternativas laborales. Este fenómeno coincide con una de las crisis más profundas y largas de la historia que se tengan memoria, y con él, el cambio de paradigma de desarrollo denominado neoliberal. Las oportunidades negadas en el lugar de origen, donde prevalece el desempleo y salarios bajos en condiciones precarias, pero además de las influencias  de los que ya han pasado por este  proceso, es lo que ha propiciado el sueño americano. Directamente se han beneficiado familias enteras e indirectamente a un sector importante de la población que se dedica a los servicios y el comercio por la derrama económica que las divisas de los trabajadores propician. El fenómeno se ha manifestado a nivel nacional, incorporándose población de lugares que no se consideraban de trayectoria migratoria, como es el caso del estado de Tlaxcala, donde el último censo nos confirma que pasó de ser un estado de baja intensidad migratoria a uno de Media. Relatos, anécdotas, estadísticas, forman parte de resultados que hemos encontrado al compartir con ellos sus experiencias, tanto en los lugares de origen como en los de arribo.

El objetivo central de este ensayo es mostrar las características que muestra el proceso migratorio de los tlaxcaltecas y las peculiaridades que se han dado desde las migraciones históricas hasta las que se están viviendo en la actualidad.

La población del estado de Tlaxcala tiene una historia interesante en cuanto a la movilidad de su población  y que es importante  tratar rescatar los elementos que la hacen peculiar. La movilidad del proceso migratorio vivido por  los tlaxcaltecas se analiza en este ensayo en base a cuatro etapas bien definidas,  que se describen en los siguientes apartados.

Desarrollo

1.- El origen de la migración tlaxcalteca: la salida hacia el norte de las 400 familias. La primera etapa de las migraciones se remonta a los primeros años de la conquista española, como parte de los convenios de la alianza establecida, entre los tlaxcaltecas y españoles, que solicitan  en 1591 a través de los señoríos de Ocotelulco, Tizatlán, Quiahuiztlán y Tepeticpan, el apoyo para colonizar el norte bárbaro. Se esperaba que en menos de tres años los nativos transformaran  su vida nómada a una sedentaria, para lo cual ellos se prestarían a enseñar las ventajas que la agricultura ofrecía. En base a las capitulaciones se estableció el convenio para que 400 familias originarias de Tlaxcala fundaran nuevos territorios y así marcharon rumbo al norte.

El Virrey realizó negociaciones con la república de Tlaxcala con  miras a establecer ocho poblaciones de inmigrantes tlaxcaltecas en el camino de Tierra Adentro. Las nuevas poblaciones se formarían a partir de una población mixta, tlaxcalteca y nativa, con  la idea de integrar a los habitantes nativos a la fe católica, a la vida agrícola y a la obediencia. Se sugirió que las colonias tlaxcaltecas se fundaran en el Valle de Parras hacia el este de Saltillo, La Laguna Grande en el oeste, otra en Saltillo y Mazapil y en los centros mineros de Indé y las Charcas.  Las  Capitulaciones*  señalaban que “deberían atraer a los nativos “con amistad y suavidad a la paz y enseñarles a hacer sementera, casas y lo demás necesario, con la finalidad de que se “liberen del riesgo de sus almas y perdición” (Sheridan, 2001: 28). También  se contemplaron garantías de mercedes reales y fueron con las que se evitarían abusos por parte de los españoles. Vivian separados, españoles y tlaxcaltecas, ya que quedó establecido que ningún español o chichimeca podría vivir o tener propiedades dentro de los límites  del poblado tlaxcalteca. La división por lo general se establecía por una acequia que abastecía de agua a ambas poblaciones (ibídem, 32).

En septiembre de ese mismo año se dio asiento y posesión de tierras y aguas a 71 Tlaxcaltecas casados y 16 solteros en un poblado de Saltillo, compartiendo el agua con pobladores españoles asentados.

La Misión de San Esteban de la Nueva Tlaxcala fue, sin lugar a dudas el asentamiento más importante, fundado en 1591 junto a la Villa de Santiago del Saltillo. Para Sheridan (2001) la presencia tlaxcalteca ciertamente responde a una intensión concreta por dominar el espacio y hacerlo habitable, es decir “poblar para usar”, aunque no siempre se logró,  mientras los tlaxcaltecas crecían en la población de San Esteban al habitar el poblado en el año de 1623 con 411 personas, los Huachichiles eran 88, y para 1674 sólo quedaban 5  nativos, ya que generalmente abandonaban los poblados y volvían a los  montes  y llanuras para continuar la vida nómada.

Esta fundación fue trascendental para la historia agrícola e hidráulica y vida colonial del norte novohispano, porque de aquí salieron diversas caravanas de colonizadores durante los tres siglos de la colonia.

Otro grupo de tlaxcaltecas inició su asentamiento en la zona de Mezquitic, habitados por Coras, Huicholes y Zacatecas, la Región del Potosí, que ocupa principalmente la ciudad actual de San Luis Potosí, donde poblaron 5 de los 7 barrios principales de la ciudad, El Tlaxcalilla, San Cristobal del Montecillo, San Juan de Guadalupe, Tequisquiapan y San Miguelito, compartido por familias purépechas,  y que posteriormente en los siglos XVI y XVII, se extendieron a un vasto territorio norteño fundamentalmente a lo que hoy es Nuevo León (Bustamante, Guadalupe, Sabinas Hidalgo y Villaldama).

Mientras que para los españoles los tlaxcaltecas cumplieron el papel de madrineros (indios de paz)** o de modelos de obediencia de la corona, y a las órdenes religiosas; a los tlaxcaltecas les permitió obtener canonjías  y mejores condiciones tanto para los que se fueron, como los tlaxcaltecas originarios que se quedaron, arguyendo a los peligros a que se exponían en ese territorio difícil de conquistar, frente  a los  Chichimecas (compuesto de tribus indígenas como los Pames, Guamares, Zacatecos y Guachichiles), que se mantuvieron alzados por cerca de 50 años rechazando la evangelización y las imposiciones en trabajos rudos como la minería (Martínez, 2008).

Los aportes de la colonización tlaxcalteca. Las familias tlaxcaltecas se fueron con todo, con su cultura, sus formas de organización productiva-económica, política y social, dando inicio a una expansión amplia y divergente en el norte que hoy conocemos. Sin lugar a dudas la transferencia de la tecnología y conocimientos sobre las actividades agropecuarias fue fundamental en este proceso de consolidación de territorios nómadas. Los tlaxcaltecas fueron fieles aprendices de los conocimientos de la agricultura medieval europea, que al mezclarse con los conocimientos locales dio origen al nuevo florecimiento de estos territorios, que posteriormente les permitió ir avanzando a la colonización de nuevos territorios cada vez más alejados de su origen.

La hibridación tecnológica de los tlaxcaltecas permitió llevar importantes recursos genéticos y tecnologías hidráulicas al norte, sin lugar a dudas como señala Martínez (2009: 332) restos de los aportes se reconocen en “Parras de la Fuente Coahuila, en Saltillo, Santa Fe, Alburquerque, donde hay presencia de la tecnología hidráulica en las presas, cajas de agua y canales de riego”,  que se aprovechaban de todas las pequeñas corrientes de agua que escurrían de la sierra madre oriental u otros manantiales formados.

En San Esteban el sistema hidráulico tuvo un origen doble prehispánico de cultivo de anego, de chinampería y europeo de uso de riego intensivo tipo valenciano. Se conoció de la existencia de acequias madre, acequias secundarias, regaderas, presas, represas, conformando un complejo sistema intensivo de riego, rodeado de espesa cortina de material vegetativo nativo de la región: palma, nogales, nopales, huisache y mezquites. La acequia madre venía del manantial principal desde el Santiago  del Saltillo  Hoy día los injertadores de San Esteban y Parras tienen fama en el norte llevando la tecnología tradicional del manejo de huertos heredada desde la colonia, generando un modelo social y cultural de expansión agrícola mesoamericana, exitoso en base al logro tecnológico del manejo del agua en el desierto (ibídem, p. 337-339).

En Monterrey la presencia de la actividad  intensiva de horticultores y fruticultores (nogales y aguacates) de tlaxcaltecas fue importante para mantener el autoabasto de la población, sobre todo que estos habían emigrado de San Esteban.  En Bustamante todavía sobreviven estructuras culturales alrededor de la imagen del Santo señor de Tlaxcala, como cofradías, ceremoniales del agua, danzas así como estructuras hidráulicas de uso y usufructo de reparto y derechos de agua, pertenece a la diócesis de Nuevo Laredo y sigue celebrando una festividad tradicional de las bendiciones del agua que recuerda su origen tlaxcalteca el día 6 de Agosto en una  ceremonia donde el agua es parte sustantiva de toda la ceremonia. San Miguel es conocido por su feria y sus tradiciones, su Cristo, sus dulces y panes y por su gran sistema de irrigación pero ya no como el huerto del desierto (Ibidem, p. 346).

2.- La participación de tlaxcaltecas en los programas concertados. La segunda etapa importante se refiere a la migración concertada de la población tlaxcalteca y se aboca a dos convenios laborales importantes, uno que ya feneció con Estados Unidos y otro con Canadá que aun sigue vigente.

El Programa Braceros con Estados Unidos. Este convenio se realizó entre las autoridades mexicanas y los Estados Unidos, bajo el Programa  denominado “Braceros” que duró de 1942 a 1964, como una necesidad de la escasez de trabajadores en los campos agrícolas norteamericanos, y una consecuencia de las guerras mundiales donde la participación norteamericana debilitó la oferta de trabajadores.

La demanda por mano de obra inmigrante temporal comenzó a manifestarse por los agricultores californianos desde 1941, sin embargo el gobierno no quiso establecer compromisos que beneficiara por un lado y perjudicara por otro, al perder el control de ingresos de trabajadores extranjeros. El problema siguió y es a principios de 1942, en los estados de Texas, Colorado, Utah y Nebraska, ya se hacía sentir dicha escasez. El presidente en turno Franklin D. Roosevelt se vio comprometido a acceder a dicha demanda de los productores agrícolas.

Por su parte en México, el presidente Ávila Camacho, en julio de 1942 expidió un acuerdo en el que estableció las funciones que las secretarías de Estado que formaban parte de la comisión intersecretarial desempeñarían en lo referente al Programa de Braceros. La Secretaría de Relaciones Exteriores estaría encargada de vigilar que las contrataciones fueran estrictamente laborales, y que los braceros no prestarían servicio militar. Daría protección consular contra cualquier discriminación o actitud racista, e intervendría para evitar el uso de los braceros como esquiroles o para abaratar los salarios vigentes. Vigilaría asimismo que los contratos se apegaran al artículo 29 de la Ley Federal del Trabajo de la República Mexicana. La Secretaría del Trabajo y Previsión Social tenía a su cargo revisar el cumplimiento de todos y cada uno de los principios legales de la contratación, así como la de fijar las cuotas de braceros a cada estado del país. Vigilar que la salida de braceros no lesionara la producción agrícola o industrial, así como crear y administrar un fondo de ahorro campesino con el descuento del 10 por ciento del salario de los braceros, y que se les reintegraría a su regreso para invertirlos en la compra de implementos agrícolas de Estados Unidos, lo cual no ocurrió en la gran mayoría de los casos. A partir de 1949 esta cláusula desapareció del convenio, y aún más el fondo de Ahorro nunca les fue regresado a la mayoría de los trabajadores contratados dentro del programa. En1943, se estableció otro acuerdo bracero para enviar trabajadores al mantenimiento de las vías del ferrocarril, el cual terminó en 1946, y en el que fueron enganchados más de 200 mil trabajadores (Venegas, 2011).

México mantuvo una importante participación de cerca de 5 millones de personas contratadas en los 22 años que operó el programa. Se sabe de experiencias exitosas, como también de aquellas que marcaron a los trabajadores, por la forma indiscriminado como fueron tratados.

Florentino Vázquez Herrerías, de Tlaxcala, en nombre de los migrantes, contó algunas historias de desprecio de que fueron víctimas en Estados Unidos: “Si no pasabas el examen (médico) te regresaban. Querían gente vigorosa, activa, acostumbrada a las friegas. Muy productiva para que les rindiéramos altas ganancias. Querían nuestra juventud y se la dejamos. A cambio recibimos desprecio, explotación y robo”. Una vez contratados, dijo, “nos trasladaban en tráileres, de pie y amontonados, como ganado”. “Sólo faltó que bramáramos”, dijo otro migrante de Zacatecas. “Viajes largos, de muchos kilómetros, de muchas horas. Llegábamos casi muertos a los lugares de trabajoTodo eso fue una falsedad e ignorado en los hechos por los patrones yanquis, con la actitud cómplice de su gobierno, lo cual se explica: se trataba de los suyos. Pero también de nuestro gobierno, que no hizo nada por defendernos. Nos abandonó y dejó a merced de la voracidad de los rancheros que nos esclavizaron. Y permitieron que nos humillaran y despreciaran, guardando silencio nuestro embajador y cónsules, lo que habla de su compromiso e incondicionalidad con el imperialismo, no con nosotros... Con todo, los más malos eran los capataces de origen mexicano, detalló: en la cosecha de betabel, lechugas y otros productos, o en la pizca del algodón, caminábamos agachados. Nos exigían caminar más rápido. Tantito nos enderezábamos, nos la mentaban en inglés. Nos gritaban ‘¡mother fucker!’ A los que se quedaban atrás les daban patadas en las nalgas. Era como si se hubieran puesto de acuerdo todos los patrones gringos sobre la manera de explotarnos y maltratarnos. Nos arreaban como animales para que rindiéramos más, para dominarnos” (La Jornada, 30 diciembre, 2008).

A través del tiempo y muy recientemente brotó la exigencia de los exbraceros por recuperar, dicho fondo que fue retenido y que había quedado en el olvido.  A través del movimiento de exbraceros, encabezados por una organización binacional denominada Corriente Migratoria y que después conformaron la Unión Binacional de Organizaciones de Trabajadores Ex braceros, que ha llevado a cabo diversas acciones en varias partes del país exigiendo del gobierno mexicano el pago de dicho fondo. En mayo del 2000, la dirigencia de Corriente Migratoria apoyada por un abogado en la ciudad de Chicago, Illinois, preparó una demanda legal que exige el regreso del fondo de ahorro a los exbraceros o a sus deudos.

Los tlaxcaltecas se vieron envueltos en ambos procesos, en el laboral y en el de las exigencias por recuperar el fondo adeudado, formando parte de La Asamblea Nacional de Ex Braceros. Interesante sin lugar a dudas fue el señalamiento de Pedro Grande Valencia, ex bracero de Tlaxcala, que señaló,  "Estos documentos ­extiende el legajo­ prueban que el gobierno recibió nuestro dinero. Están en el Archivo General de la Nación (AGN). Los expedientes hallados por integrantes de la Asamblea Nacional de ex Braceros (ANB) demuestran que el gobierno mexicano sí recibió millones de dólares del fondo de ahorro de los "soldados del surco" (10% de sus ingresos obtenidos en Estados Unidos entre 1942 y 1966) y que más de 50 años después les siguen adeudando…  Hay oficios de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) de 1945 que dan cuenta de depósitos por 30 millones de dólares de los braceros. Hay otros de diversos bancos que en 1952 también recibieron remesas” (Ramírez, 2005).

Después de una larga lucha, tanto nacional y binacional de la organización de exbraceros, las cámaras aprobaron se diera cumplimiento a dicho adeudo. Recientemente  la Secretaría de Gobernación Federal (SEGOB), a través del Fideicomiso de Ex-trabajadores Migratorios Mexicanos (SIFEMI) ha informado en su portal que ha logrado pagar sus alcances monetarios a casi al 80 por ciento de los ex braceros tlaxcaltecas que se acogieron al programa de 1942-1946, mismos que hasta el último corte se pagaron a alrededor de 5 mil campesinos o a sus familiares.  Sin embargo, aclaro que en el 2011 se logró finiquitar a 338 ex braceros tlaxcaltecas que con tan solo exhibir su “mica” de registro en el programa en la Unión Americana se les pudo pagar (El OBSERVADOR TLAXCALTECA,  Septiembre 11, 2012).

En la última lista que muestra la Secretaría de Gobernación Relaciones Exteriores se señala el pago a 855 beneficiarios con dos montos uno de 34 mil pesos y otro de 38 mil, según el tiempo  de haber laborado en los Estados Unidos en el Programa Bracero (http://consultaexbraceros.segob.gob.mx/) y con ello señala finiquitar el adeudo que se tenía con estos trabajadores.

El Programa  de Trabajadores Agrícolas en Canadá.El otro programa importante lo es sin duda por su vigencia, normatividad establecida y número de personas participantes, el Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales con Canadá, aún cuando el número de participantes no es de  la magnitud alcanzada con el Programa Braceros, para las familias mexicanas y en especial las tlaxcaltecas es de gran significancia ya que de ella dependen directamente más de 2,000 familias, en 23 municipios tlaxcaltecas. Inicia desde el año 1974 y se envían trabajadores a cuatro provincias, pero fundamentalmente a la de Ontario y Quebec a trabajar en la agricultura bajo la modalidad de cielo abierto e invernadero, con contratos de 2 a 8 meses, con una participación nacional de poco más de 16,000 trabajadores al año.

Para expresar una opinión es conveniente señalar que existen diferentes versiones y puntos de vista y depende lo que se quiera utilizar como referente. Desde el punto de vista comparativo de la posición de nuestros trabajadores con los que son nativos de Canadá, es claro que hay desventajas y los salarios que devengan son mucho más inferiores, pero si lo vemos en relación a los salarios locales que obtienen en México-Tlaxcala, indudablemente son mucho mejores los que perciben en Canadá, por el diferencial salarial de la paridad cambiaria peso-dólar canadiense. En cuanto al esfuerzo laboral creo que en cualquier lugar que sean contratados va existir una exigencia de cumplir las horas para lo que es requerida la mano de obra. Respecto a la discriminación existente, no veo el por qué no tengamos que preocuparnos de esa situación, si se trata de un derecho humano, pero es una situación que sucede tanto en los campos mexicanos, como en los canadienses. Quizás uno de los elementos que se pone poca atención es lo referente a lo que sucede al migrar el jefe de familia y que tiene que ver con los cambios de roles que asumen sus miembros y que se pierde de vista que existen factores que hacen que la gente opte por buscar alternativas fuera de su territorio y que el estado deje de tener interés en su solución.

En el estudio realizado por Martínez (2010) en la localidad de San Antonio Atotonilco de Ixtacuixtla Tlaxcala, rescato una cita de un ex trabajador en Canadá llamado Félix Guzmán, quien hace señalamientos interesantes: “Es que, como todo el tiempo tuve buenos patrones y todo el tiempo me fue bien, pues me convenía mejor estar allá que estar aquí. Y luego, da pena de que llegas al mercado y no lo quieren ni regalado, mejor sigo emigrando, ¡pa’ qué le hago al cuento! (…) porque no hay apoyos del gobierno, dejan caer, que te mueras solo, por eso ha emigrado mucha gente. Si no, créelo que no habría la  emigración que hay aquí (…) Yo qué voy a dejar a mi familia abandonada por irme tan lejísimos a ver caras diferentes, yo me quedo aquí”

En base al proyecto desarrollado (por este autor)* para conocer las bondades y deficiencias del programa se pudo constatar más factores positivos que negativos en la práctica de este programa, desde los cambios que la familia ha experimentado a partir de mantener un  dinero proveniente de las remesas de Canadá que les permite contar con el sustento adecuado en la familia  y con ello mejoras en las condiciones de vida (en la educación, alimentación, vivienda, etc.), como una alternativa a las condiciones adversas existentes en las comunidades de origen para emplearse y obtener el ingreso necesario para la subsistencia (hemos corroborado que los ahorros anuales van de 5000 a 10000 dólares canadienses por año, ya que no cuentan con muchos gastos en alimentación y ninguno en vivienda porque esta es proporcionada y existen otros gastos pero no son tan onerosos, como el pago de boleto de avión de regreso o los referentes a la preparación de los alimentos).

También en la experiencia de haber evaluado las condiciones laborales en el lugar de arribo en las granjas canadienses, no podemos más que señalar que existen las condiciones para que pueda vivir en condiciones humanas y adecuadas, bajo supervisión constante de los consulados mexicanos en Canadá, eso no quiere decir que todo sea homogéneo de forma positiva, pero son condiciones que se han podido solventar, tampoco quiere decir que no se puedan o deba mejorar, sin embargo de los aspectos negativos existentes en Canadá, es posible encontrarlos también en los campos de nuestro país. Con el seguimiento que se ha dado al programa es posible considerar que hay buena experiencia en la exportación de mano de obra para el campo en Canadá, y un buen modelo que puede servir de referente para ser tomado en cuenta en los Estados Unidos  en referencia a nuestra población migrante y así evitar  otro tipo de problemas que se enfrentan los trabajadores que migran en forma indocumentada.

La permanencia de un trabajador en el programa esta dependiendo de su buen desempeño en las granjas y de que cuente con una carta de aceptación o reporte favorable, por parte del granjero, situación que indudablemente se convierte, en muchas ocasiones, en motivo de explotación y de subordinación.  También observamos presiones de sindicatos que buscan dar protección a este tipo de trabajadores y que aun cuando no lo han logrado, ha servido para poner más atención a sus demandas y evitar existan anomalías que muestren dudas del desempeño del programa.

Autores como Binford (2004: 47) hacen señalamientos fuertes que nos dicen que “tanto el Memorandum, como el anexo “Acuerdos para el Empleo, de Trabajadores Agrícolas Temporales Mexicanos en Canadá”, así como las reglas informales, están sesgadas para asegurar una fuerza de trabajo estable y con experiencia para los empleadores canadienses, aún cuando esto implique el sacrificio de la salud y el bienestar de los trabajadores temporales mexicanos”.

3.- La migración pendular y la industrialización. La tercera  etapa que muestra cambios reflejados en la migración de los habitantes de Tlaxcala, se da a principios de 1970 y culmina a principios de los años 90, cuando se establecen los grandes corredores industriales, como es el caso del corredor Malinche que va de San Pablo del Monte a Santa Ana Chiautempan y el Corredor Industrial compuesto por los parques Zacatelco, Xicohtzingo y Panzacola  o las conocidas como  Ciudades Industriales Xicohténcatl (I, II y III).

El cambio de lo rural a lo urbano se concretiza con la creación  de estos corredores industriales que traen consigo cambios en las vías de comunicación, en la diversificación de actividades económicas y  de manera irremediable  la demanda de las necesidades de las urbes, agua, electricidad, drenaje, etc. Los habitantes rurales de las faldas del Volcán La Malinche, se incorporan a este proceso, transformándose en asalariados de la industria y aquellos que no encontraban cabida en estas actividades económicas, se incorporan al amplio contingente de actividades en el sector servicios en las grandes urbes (comercio informal), sobre todo en las ciudades de Puebla y México. Se convirtieron de la noche a la mañana en asalariados migrantes de retorno, donde la actividad agrícola seguía su curso, pero ahora en los ratos libres como una actividad secundaria.

Los que se establecían a mayores distancias que no les permitían el retornar en forma diaria, como el Distrito Federal, retornaban a sus comunidades los fines de semana, estableciendo de esta manera un movimiento pendular importante entre éstas urbes y los lugares de origen aquí en Tlaxcala.

Entre 1980 y el año 2000 los emigrantes consolidan sus actividades integrados a esta dinámica laboral en una diversidad de actividades de las que unos ya contaban con conocimientos en sus lugares de origen y otras que fueron adquiriendo en el proceso y debido a la propia necesidad, como obreros en la industria y en los servicios, trabajadores en supermercados, aire acondicionado, ayudantes de mecánicos, ayudante de maquinaria en túneles del metro, empleados en restaurantes, policías, profesionistas, archivista en bancos, vendedores de pulque, ayudante de albañil, albañiles, barrenderos, panaderos, peones, agua potable, oficiales en obras de drenaje, choferes, estudiantes, domésticas, carpinteros y vendedores ambulantes, entre otras.

Los desplazamientos se daban de hombres solos y mujeres solas y en pocas ocasiones el grupo familiar. El tiempo de estancia entre el trabajo permanente y el regreso a la comunidad eran a los 8, 15 o 30 días… (al) tener como ventaja,  la cercanía entre el estado de Tlaxcala y el Distrito Federal.  En los años sesenta aumentó la emigración pero en los años setenta tiende a disminuir  debido a la creación de los parques industriales y aparecen nuevas oportunidades de empleo en la recién industria de Tlaxcala  (Varela, 2006 en Carrazco, 2008 p: 11).

Sin lugar a dudas estos cambios los caracteriza claramente Romero (2008, p: 40),  al desenmascarar no sólo esas transformaciones de la vida socieconómica al pasar de lo rural a lo urbano,  sino además en inmiscuirse en comerciantes de actividades ilícitas como la prostitución y tratantes de blancas, que el propio mercado demandaba: 

puede decirse que hoy en día, la mayor parte de los campesinos nahuas de estos lugares se encuentran inmersos en actividades de comercio y en trabajos asalariados, de hecho muchas veces  combinan su ejercicio con las agrícolas y forestales. Hay campesinos, comerciantes, albañiles, obreros y profesionistas, además de hombres y familias enteras que migran cotidiana y semanalmente a las ciudades y áreas fabriles del entorno regional y la ciudad de México, o bien otros con estancias más duraderas hacia los puntos transfronterizos como Estados Unidos y Canadá. Las salidas cotidianas y semanales de los lugareños es para trabajar en las ciudades cercanas y en los corredores industriales de la región: Puebla, Apizaco, Chiautempan y Tlaxcala, donde se emplean como obreros, albañiles, peluqueros, alfombreros, trabajadoras domésticas y trabajadoras sexuales, además de quienes van a trabajar profesionalmente en los sectores productivos, privado y público”.

4.- La migración indocumentada a los estados unidos. A partir de principios de los 90´s la crisis nacional condujo a la debacle del sector industrial manufacturero, sobre todo por el estancamiento y la inoperatividad, ante el encarecimiento de  las materias primas y los altos costos de operación en que se veía envuelta la industria, producto de la depreciación en que el peso se mantenía y con ello una dependencia importante con el extranjero, propició la configuración de un nuevo modelo  de desarrollo tendiente al libre mercado y con ello la transformación de la  economía tlaxcalteca hacia la configuración del establecimiento de la industria maquiladora, auspiciada por el estado con la idea central de generar empleos, sin importar bajo qué condiciones. El cambio se caracterizó por los bajos salarios, la restricción de la seguridad social y la pérdida de garantías laborales para los trabajadores, mientras que los efectos de la crisis se manifiestan en despidos masivos de trabajadores a la par de una baja generación de empleos insuficientes a la demanda de la Población Económicamente Activa (PEA). 

Es con ello que se inicia una cuarta etapa, la considerada como de la migración indocumentada de la población tlaxcalteca a los Estados Unidos, la cual es caracterizada por la falta de oportunidades en los lugares de origen, surgiendo como alternativa este proceso, donde se fueron conformando las bases de la migración de las nuevas generaciones de hoy en día. Grupos importantes inician su peregrinar en las zonas agrícolas de California (Oxnard, Costa Meza, Los Ángeles, etc.)  y  particularmente el caso de la conquista de Idaho-Wayoming por los habitantes de Hueyotlipan, como caso muy especial de ésta migración y que autores como Herrera (2006)  y Morillón (2006)  han contribuido de buena manera a su comprensión de la conformación de las estructuras migratorias. Posteriormente se observa un avance hacia la Costa Nor-Este., poblando de esta manera  los estados de  New York, New Jersey, Connecticut y sus alrededores. De los factores que propiciaron que grupos de migrantes cambiaran de dirección fue sin lugar a dudas el endurecimiento de las formas de vida de los lugares cercanos a la frontera y propició que diez años se establecieran en estos espacios más alejados de sus lugares de origen tlaxcaltecas.

También es frecuente encontrar tlaxcaltecas en diferentes espacios de la geografía norteamericana, sin embargo la diáspora se concentra principalmente en esos tres grandes territorios (ver figura 1).

 

Figura 1. Principales destinos de los migrantes tlaxcaltecas a Estados Unidos

Fuente: Elaboración propia en  base a entrevistas de migrantes tlaxcaltecas,  2008

 

A la par de la nueva configuración espacial, se observa que el empleo en la agricultura comenzó a perder importancia, hasta observar que en la actualidad las principales actividades que desarrollan en los Estados Unidos, son en el sector terciario. Los primeros migrantes tlaxcaltecas sobre todo los que se establecieron en la región de California y  Idaho-Wayoming,  lograron de una manera u otra la amnistía de 1986, y con ello la ciudadanía que les permitió y  establecerse para vivir en los EUA.

A partir de la primera generación de migrantes que tienen alrededor de 30 años de haber iniciado su peregrinaje, se establecieron los  clubs de migrantes y con ello, la conformación de las redes, sirviendo como eslabón a las nuevas generaciones que siguen intentando penetrar en los Estados Unidos, bajo el sueño americano.

Tlaxcala es uno de los ejemplos de cómo los migrantes a través de estructuras bien organizadas contribuyeron a la construcción de obras, requeridas en sus lugares de origen. Actualmente se observa que esta función ha ido perdiendo relevancia y la contribución está más encaminada a la familia, que al beneficio social comunitario.

Estos cambios se vieron reflejados en las estadísticas nacionales hasta los Censos del 2010, donde se muestra que en lo que se considera la Intensidad migratoria del 2000 al 2010,  Tlaxcala experimentó un cambio importante al pasar de un estado con Baja Intensidad a uno de Intensidad Migratoria Media. En el contexto del análisis nacional, cambios importantes por ejemplo son aquellos que muestran que de contar con un solo municipios de Alta Intensidad Migratoria pasó a tener 4 municipios y son: Hueyotlipan, Lázaro Cárdenas, San Lucas Tecopilco y Santa Catarina Ayometla.  Con intensidad migratoria media pasó de 6 a 13 municipios, mientras que la de la Intensidad Baja aumentó de 29 a 38 y la de Muy Baja disminuyó de 24 a 5 municipios, aumentando los otros rangos de intensidad migratoria (figura 2).

 

Figura 2. Municipios de Tlaxcala por grado de Intensidad Migratoria a Estados Unidos, 2000 a 2010

Fuente: Elaboración propia con Estimaciones del CONAPO con base en el INEGI, Censo de Población y Vivienda, 2000 y 2010

 

A pesar del endurecimiento de las fronteras y las dificultades que encierra el proceso migratorio los tlaxcaltecas siguen migrando y sólo se puede explicar a partir del fortalecimiento de las redes migratorias que tienden el puente de comunicación entre los que están establecidos en Estados Unidos y los que quieren hacer el trayecto para irse. A la par vemos que estas redes no sólo ayudan en el cruce, si que también ayudan a su establecimiento brindando todo su capital social con el que cuentan.

No cabe la menor duda que esto ha servido para que la actividad de migrar se convierta en un negocio, donde se ofrece la venta de un servicio especializado y como tal ha aumentado los costos, pero que garantiza de mejor manera el objetivo pretendido. Un mal necesario, una alternativa indeseada.

Conclusiones

Los tlaxcaltecas se han caracterizado por peculiaridades en su peregrinar, conformando por un lado, las formas organizativas que hacen donde quiera que estén que se  identifiquen como un territorio bien definido, por sus redes, su integración y la permanencia de aspectos culturales, ya sean sus costumbres, o sus tradiciones, sobre todo en las relacionadas con sus creencias religiosas que siempre  están con ellos y de esta manera reconfiguran las relaciones de paisanos, que al venerar sus determinados santos de la localidad, fortalecen los lazos de solidaridad y hermandad. Nada los detiene para lograr el objetivo de trabajar en el extranjero, han vivido procesos sumamente complejos en la política migratoria para detener el avance de indocumentados, sin embargo la realidad muestra todo lo contrario, que siguen saliendo nuevos migrantes.

No cabe la menor duda de su identidad y la manera de mantener esos lazos entre ellos y con  los que se quedan, forma parte de los mecanismos que les garantiza un estatus en los lugares de donde son y  nunca olvidan que sólo están de paso, que sus raíces están en los lugares de donde salieron y que un día retornarán un día.

Cada momento histórico que ha acontecido permite reconformar la visión de quienes son estos migrantes tlaxcaltecas, la manera de moverse y replantear las relaciones sociales con los que están allá, y con los que se quedaron, la manera de cómo articulan los escenarios venideros, pero también el valor de lo que llevan consigo y que buscan la forma de cómo sacarlo de su individualidad y socializarlo. Los tlaxcaltecas de hoy, tienen toda la herencia de sus antepasados, por su forma de ver la vida y la manera de cómo se la plantean, pero también el aprecio por mantener su herencia cultural.

Su cosmovisión les ayuda a integrarse, pero hay un respeto a lo que dejaron en sus lugares de origen, saben por qué se fueron, pero también tienen claro que un día regresaran, por eso invierten en su futuro construyendo las nuevas viviendas en los estilos que les atraen por donde andan. Contradictoriamente viven hacinados, pero poco a poco han ido construyendo la mansión que un día volverán a ocupar, cuando regresen.

Por su dedicación al trabajo los tlaxcaltecas, les  ha permitido que sean una mano de obra bien apreciada en el extranjero, ganándose puño a puño la confianza donde están laborando. Son desconfiados pero no es motivo para que se crea no se pueda lograr penetrar el círculo de amistades que conservan.

Referencias bibliográficas

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* Entre los privilegios pactados con los tlaxcaltecas se les garantizó perpetua hidalguía para ellos y sus descendientes, así como la exoneración de todo tributo, pecho alcabala y servicio personal , además se señalaba “doy permiso a los indios y principales de ella que fueren a las dichas poblaciones y a sus descendientes para poder (…) traer armas de fuego, como si fueran españoles y andar a caballo ensillado y enfrenado” Collin (2006) señala  que los tlaxcaltecas gracias a su participación como soldados al lado de los conquistadores, de las mujeres en el mestizaje (en Tlaxcala nació el primer hijo de Cortés, considerado el primer mestizo) y del aporte de la agricultores en la colonización de los territorios de frontera, pudieron mantener su independencia… “en los comienzos de la colonia y en agradecimiento a su lealtad, España tuvo con Tlaxcala distinciones muy especiales, como las de permitirle conservar su antiguo gobierno indígena y sus tierras sin la intromisión de los españoles, nombrarla sede del primer obispado de la Nueva España y el titulo de Leal Ciudad de Tlaxcala”

**  En el mismo artículo Sheridan (op cit. 47), hace una aseveración importante al señalar que “más que madrineros de la civilización occidental, los tlaxcaltecas fueron pieza clave en la consolidación del norte novohispaño

*** Datos que se obtuvieron en el proyecto denominado “Migración y pobreza: remesas, condiciones de vida  y trayectorias laborales de migrantes tlaxcaltecas en Estados Unidos y Canadá”, dirigido por un servidos y financiado por Fomix Tlaxcala (2005-2009).

 

[1] Profesor Investigador del ICEA - UAEH