La industria manufacturera en México: una revisión bibliográfica sobre productividad, eficiencia y cambio tecnológico

Resumen

En los últimos años se ha presenciado una pérdida de participación de la industria manufacturera dentro de las actividades económicas de México; a causa de sus niveles bajos en productividad y competitividad. Por lo anterior y dada la importancia de la manufactura como una actividad generadora de empleos, así como del valor agregado, se hace necesario un recuento de sus antecedentes e importancia en la dinámica económica del país.
Este documento tiene como objetivo presentar una revisión de la literatura sobre productividad, eficiencia y cambio tecnológico de la manufactura mexicana considerando sólo los estudios que utilizan las metodologías paramétricas y no paramétricas, con la finalidad de conocer con más detalle sobre dicha industria que es fundamental en el crecimiento económico, porque proporciona un gran número de empleos y genera un impacto económico favorable a la economía mexicana desde el sector secundario al que pertenece.


Palabras clave: Productividad, Eficiencia, Cambio Tecnológico, Manufactura

Abstract

In recent years have seen a loss of participation in economic activities in Mexico by manufacturing; because of their low levels of productivity and competitiveness. Therefore, given the importance of manufacturing as an activity that generates jobs and value added, it is necessary an account of his background and importance in the economic dynamics of the country.
This paper aims to present a review of the literature on productivity, efficiency and technological change in Mexican manufacturing considering only studies using parametric and nonparametric methods, in order to learn more about this industry that is critical in economic growth, because it provides a large number of jobs and generates a positive impact on the Mexican economy from the secondary sector that belongs.


Keywords: Productivity, Efficiency, Technological Change, Manufacturing


Introducción

El presente trabajo tiene como objetivo exponer la literatura acerca de la productividad, eficiencia y cambio tecnológico de la industria manufacturera en México, enfocándose en aquellos estudios que utilizan las metodologías paramétricas y no paramétricas. De acuerdo al Censo Económico 2009, la manufactura aportó al total nacional un 29.32% en Valor Agregado Bruto, 23.17% en Personal ocupado  y un 21.06% en Formación Bruta de Capital Fijo, mientras que, para el tercer trimestre de 2014 esta industria representó el 26.34% del Producto Interno Bruto (PIB).

Es importante mencionar que se realiza una revisión bibliográfica de fuentes de información confiables, retomando una descripción breve de aquellos trabajos en torno a la industria manufacturera y su productividad.

Después de esta introducción, se tiene un segundo apartado el cual aborda los antecedentes de la industria manufacturera en México, enseguida el tercer apartado que presenta la literatura revisada a nivel nacional, y como último apartado los comentarios finales.

Antecedentes de la industria manufacturera en México

Antes del Porfiriato la economía mexicana era altamente caracterizada por actividades económicas del sector primario, era una economía que se encargaba de producir materias primas o insumos en su mayoría procedentes de la agricultura. En términos de industria solo existía la presencia fuerte de la actividad extractiva desde la época colonial con la explotación de minerales (UNAM, 2010). Fue en el periodo del Porfiriato cuando la industria manufacturera[1] en México comenzó a destacar.

En un inicio la manufactura comenzó a desarrollarse en una economía con proteccionismo a la estructura productiva nacional, con ello incide en que los productos de consumo procedentes de la manufactura eran destinados para comercializarlos dentro del territorio mexicano y desalentar el consumo de productos importados con mecanismos como los aranceles, fue un mercado doméstico altamente concentrado en la capital del país, mercado que concurrió en el régimen de industrialización por sustitución  de importaciones (Guillen, 2013).

Estos patrones de concentración se modificaron cuando el país cambia su modelo económico y permite la apertura comercial, estableciendo una relocalización de la industria manufacturera hacia el norte del país, ajustes que se dieron porque las empresas de la industria siguieron el programa de liberación económica y comercial, saliendo beneficiadas estableciéndose en el norte del país.

El nuevo modelo económico  busca fomentar las exportaciones de productos de la industria manufacturera con el comercio y la integración de México con el mundo, pero aumentó la desigualdad entre empresas de la manufactura, ya que las grandes empresas se beneficiaron y aprovecharon el mercado externo para llevar sus productos al extranjero porque se fortalecieron y elevaron su productividad, mientras las micros, pequeñas y medianas empresas quedaron rezagadas.

Con la liberalización del comercio de inicios de los ochenta, surgió la privatización y desregulación de la economía, debilitando el dominio del Distrito Federal ejercido durante el periodo proteccionista; dejo de ser él de mayor concentración de la industria manufacturera. Antes de ello, en 1970 según Trejo (2008) aportó el 32% del PIB nacional manufacturero, mientras Jalisco, Estado de México y Nuevo León si contribuían de manera significativa pero no eran objeto de competencia para el Distrito Federal.

De acuerdo a Trejo (2008), hubo cambios significativos en el empleo de la industria a partir de los ochentas, pues el 45% del empleo total manufacturero se localizaba en el Estado de México y Distrito Federal, con ello se acarreó un proceso de urbanización y constantes flujos migratorios de las zonas rurales a las urbanas. Además, surge una importante actividad manufacturera en Nuevo León y Jalisco caracterizadas por la industria de Monterrey y Guadalajara.

Debido a los cambios en el empleo y la desconcentración de la actividad manufacturera de la capital del país, entre 1980 y 1989 la participación industrial del Distrito Federal, Estado de México y Nuevo León disminuyó. Mientras que, de 1986 a 1990 las entidades de Coahuila, Chihuahua, Sonora, Tamaulipas y Baja California incrementaron su participación en el PIB nacional manufacturero, sumándose a este grupo los estados en el Bajío como San Luis Potosí y Guanajuato.

La constante redistribución de las actividades manufactureras en el país, originó que el Distrito Federal disminuyera el empleo generado en la industria manufacturera a diferencia de Sonora, Chihuahua y Coahuila que mejoraron sus niveles de empleo de manera significativa.

Algunos estados del sur como Oaxaca y Chiapas si vieron presencia de industria manufacturera en su territorio, con actividades ligadas al procesamiento del petróleo, sin embargo, el auge del petróleo declinó y fue un dinamismo de la industria manufacturera temporal.

Independientemente de la apertura comercial, los estados de la frontera norte ya comenzaban a construir una importante base industrial desde los años setentas, al igual que los estados del Bajío, que iniciaban a fortalecer su manufactura a pesar de no exportar al extranjero, principalmente los estados del norte fueron inicialmente los que desarrollan una manufactura incipiente por la cercanía con los Estados Unidos pese a que el modelo de sustitución de importaciones aglomeraba la actividad manufacturera en el centro del país.

Con lo antes mencionado queda plenamente establecido la existencia de tres núcleos manufactureros plenamente definidos: la Frontera Norte, el Bajío y el Centro, independientemente de una perspectiva dinámica hacía la dispersión  de la manufactura, pero ésta ha sido muy mínima, lo que lleva a decir que con la apertura económica persiste aun una aglomeración central de la actividad manufacturera.

El nuevo modelo de liberalización de los mercados y los tratados comerciales, dieron paso a que muchas de las paraestatales mexicanas se privatizaran, algunas de ellas eran empresas de la industria manufacturera, la privatización fue con el fin de flexibilizar a las empresas y la economía, permitiendo un mayor flujo de inversión extranjera directa, así como la transferencia de tecnología.

Con este paso de flujo de mercados era evidente observar que las empresas manufactureras del país tienen un rezago tecnológico significativo no siendo competitivas con el resto de firmas de la misma industria en el exterior, solo las grandes empresas asumieron el reto de un proceso constante de modernización mediante la adopción de nuevas tecnologías y cambios organizacionales, con el fin de elevar su eficiencia y cambio tecnológico, para alcanzar niveles más altos de productividad y de esta manera ser competitivas las firmas en el exterior.

Según Brown & Domínguez (2004), las tasas de adopción de nuevas tecnologías pueden coexistir con la perdida de eficiencia a causa de una mala implementación de estas tecnologías, trayendo cambios negativos en la productividad total de factores, por lo que el gobierno debió y debe orientar políticas para mejorar las tasas de crecimiento de productividad, dirigiendo instrumentos de política hacia la difusión, adiestramiento y asimilación del nuevo proceso productivo y no solo dirigir políticas que fomenten el cambio tecnológico.

Sino que se requieren también de políticas que permiten generar el aprendizaje tecnológico a las empresas, estableciendo políticas que fomenten la eficiencia a partir del cambio tecnológico. Por tanto, según Brown y Domínguez (2004), es necesario establecer políticas de desarrollo tecnológico para fortalecer la industria manufacturera en México.

Es fundamental reconocer que el modelo económico establecido en los ochentas no del todo es incorrecto, puesto que la apertura comercial permitió mayores ventas manufactureras, la diversificación y aumento de las exportaciones, pero es importante elevar la competitividad de la mano de obra y productos finales a partir de la adopción de nuevos conocimientos y tecnologías.

La industria manufacturera con este cambio de modelo económico se vió beneficiada con la presencia de mayor inversión y productividad, pero fue insuficiente para garantizar que estas reformas económicas tuvieran un efecto importante en el crecimiento y fortalecimiento de la manufactura en todo el país, por ello Ramos y Chiquiar citados en Casanueva y Rodríguez, 2009:18, concluyen que es necesario crear y aplicar reformas adicionales, destinadas a fomentar la productividad y la competitividad de los exportadores del país, en este caso de la manufactura.

Por lo que es esencial promover una mayor flexibilización de los mercados de factores, Casanueva y Rodríguez (2009) proponen una reforma laboral para una mayor flexibilización y calidad del trabajo destinado a la industria manufacturera de nuestro país. Debido a que la productividad de la industria mexicana tiene pérdidas por estar basada en una estrategia de bajos costos de mano de obra, que no ha sido la mejor, ya que en lugar de aumentar la demanda de personal por bajos costos laborales, ha sido todo lo contrario, porque se ha contraído la demanda de personal tanto en México como en los mercados internacionales.

Casanueva y Rodríguez (2009) afirman que la competitividad de la industria manufacturera es posible lograrla por una estrategia basada en productos con mayor valor agregado. Para lo cual la educación y la capacitación de la mano de obra son los ejes fundamentales para cimentar un buen capital humano y calidad en las condiciones de trabajo, teniendo una contribución suficiente para elevar la productividad de la industria manufacturera.

Por tanto, algunos retos de la industria manufacturera de acuerdo a su comportamiento con el paso del tiempo y ante las distintas políticas económicas que ha atravesado son: a) elevar las condiciones de trabajo pues tienen un efecto positivo y significativo en la productividad; b) requiere de personal mejor capacitado porque la educación de los trabajadores contribuyen a elevar la productividad y eficiencia; c) fomentar la inversión extranjera porque promueve efectos positivos al proporcionar la innovación tecnológica y la reorganización industrial que requiere la manufactura mexicana, para ello también se requiere de personal mexicano capacitado que haga frente a un aprendizaje tecnológico y no se requiera de personal capacitado extranjero, a fin de elevar la competitividad, productividad y fuentes de empleo por parte de la industria manufacturera mexicana dentro y fuera del país (Domínguez, 2004).

Es elemental reconocer que la industria manufacturera requiere adaptar mejores técnicas o procesos de producción a fin de elevar su eficiencia más aún en este modelo económico vigente, según Kim, 2003 citado en Ríos, 2013:1; las empresas manufactureras del país requieren de actividades de investigación y desarrollo, ya que tienen efectos positivos y significativos en los niveles de eficiencia, porque para reflejar mayores niveles de crecimiento de productividad se requiere de un mejor uso eficiente de los recursos por parte de la empresa o bien industria.

Literatura a Nivel Nacional

Díaz y et al (2002), analizan la productividad total factorial (PTF) y el crecimiento económico de México, dando mayor importancia al crecimiento endógeno en las economías como factor decisivo del incremento de la PTF. Mediante el índice de Törnqvist-Theil, observan que la PTF se beneficia de la nueva apertura internacional, la revolución de la Internet y la globalización, con lo cual la productividad de las regiones de México se incrementa, sumando a ello que la tasa de crecimiento de la PTF de las regiones norte y central oeste es más de dos veces la tasa de crecimiento del resto del país debido al incremento de tecnología en los procesos productivos.

Sakikawa (2003), realiza la estimación de la PTF regional de México: 1988-1998, utilizando la contabilidad del crecimiento, una metodología poco conocida, que permite descomponer el crecimiento de la producción en el crecimiento de los insumos y de la PTF. Los resultados indican que la disparidad de la tasa de crecimiento de la PTF en los estados es notable, porque partió de un -28% a un 5%. Y las entidades federativas con las tasas de crecimiento de la PTF más bajas son Guerrero, Chiapas y Nayarit.

Brown y Domínguez (2004), analizan la evolución de la productividad en la industria mexicana mediante el índice de Malmquist. Las autoras observan que la adopción de nueva tecnología puede coexistir con la perdida de eficiencia debido a que en México se carece de una política de desarrollo tecnológico, capaz de fomentar la difusión, adiestramiento y asimilación de un nuevo proceso de producción. Con el cálculo de este índice se observó un aumento en el cambio tecnológico y mejoras significativas en el cambio de eficiencia que se tradujeron en un beneficio para la industria manufacturera.

Por otra parte, Díaz, E. (2006), realiza un análisis de la dualidad entre tecnología y formación de capital, porque considera que estos factores son elementos clave para elevar la PTF y lograr que la industria eléctrica y electrónica de México sea competitiva con altos niveles de productividad. Dicho autor utiliza la metodología que corresponde al cambio neutral de Hicks y el índice de Malmquist, determinando que la industria eléctrica es ahorradora en trabajo e intensiva en capital.

Díaz, D. (2006), analiza la tasa de crecimiento de la productividad para el caso de la industria maquiladora a través del cambio técnico neutral de Hicks. Los resultados revelaron que la PTF ha disminuido con el paso del tiempo, mostrando entre 2001 a 2003 las peores bajas debido al cierre de empresas desfavoreciendo la acumulación de capital y productividad de la industria.

Padilla y Guzmán (2010), plantean la función de Cobb-Douglas para estimar la PTF, dando paso a un modelo econométrico y llegan a los resultados de que no se percibe la presencia de un cambio tecnológico que incurra significativamente sobre la PTF. Consideran que el aumento en la PTF manufacturera solo será a través del crecimiento endógeno, sumando a ello la innovación, de igual manera reconocen que en México no hay una inversión significativa en I+D por lo que conlleva a un bajo cambio tecnológico.

Becerril y Álvarez (2012), justifican dicho trabajo a fin de generar literatura que incorpore a la eficiencia técnica y cambio tecnológico como elementos determinantes de la PTF, recurriendo al índice de Malmquist. De esta manera se llega a la conclusión que los estados de Aguascalientes, Chiapas y Tabasco son los líderes de crecimiento en el sector 22: generación, transición y distribución de energía eléctrica, agua y gas, siendo éstos los de mayor productividad total de factores.

Brown y Domínguez (2013), consideran que la productividad es el reto de la industria mexicana, debido que en un periodo entre 1987 a 2002 la PTF ha tenido un crecimiento mínimo o negativo, por ello dichas autoras tienen como objetivo calcular el índice de Malmquist. Los resultados demuestran que la PTF en el periodo de 2003 a 2009 tuvo un mayor crecimiento anual 1.63%, mientras que, en el primer periodo de 1987 a 2002 solo fue de 1.07%, resultados  ocasionados por la falta de reformas económicas en México que contribuyan a establecer una política de desarrollo tecnológico y se vea reflejado un cambio verdaderamente favorable en la PTF.

Ríos (2013), establece un modelo de frontera de producción estocástica para calcular la eficiencia técnica para 31 industrias manufactureras mexicanas durante el periodo 1985-2006. El autor llega a la conclusión que la formación bruta de capital y el número de personas con licenciatura o con posgrado contribuyen positivamente a elevar la eficiencia y alcanzar un mejor nivel de productividad.

Becerril y et al. (2013), determinan la frontera tecnológica y PTF de las regiones socioeconómicas de México mediante el índice de Malmquist, con ello se identificó que la PTF de todas las regiones del país ha mejorado y en mayor medida se debe al cambio tecnológico que a la eficiencia técnica. Los autores recomiendan incorporar innovaciones en los procesos productivos que permitan el mejor uso de insumos, para expandir de mejor manera la producción de las regiones socioeconómicas.

Comentarios finales

Los diversos trabajos han analizado la productividad de la manufactura mexicana desde diferentes perspectivas: a nivel de toda la industria; un subsector específico (industria eléctrica y electrónica; generación, transición y distribución de energía eléctrica, agua y gas); por regiones; por ramas, utilizando tanto métodos tradicionales como de frontera.

Sin embargo, en dicha revisión no se observa un análisis de la productividad para todos los subsectores, por lo que se hace indispensable contar con un estudio de este tipo y contribuir en la investigación de los factores que determinan dicha productividad, específicamente aplicando el índice de Malmquist metodología que permite observar los componentes que propician un cambio en la PTF, así también, establecer comparaciones entre subsectores y periodos de tiempo.

Referencias Bibliográficas

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Brown, F. & Domínguez, L. (2013). La productividad, reto de la Industria Mexicana. Revista Comercio exterior. Vol. 63, Núm. 3. 12 pp.

Casanueva, C. & Rodríguez, C. (2009). La productividad en la industria manufacturera mexicana calidad del trabajo y capital humano.  Revista Comercio exterior. Vol. 59, Núm. 1. Págs.: 16-33.

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[1] Según INEGI(2014), la industria manufacturera hace referencia a una actividad económica que transforma una gran cantidad de materias primas o insumos en diferentes artículos para el consumo, donde necesariamente se involucra un proceso de transformación a partir de máquinas, técnicas, tecnología, conocimientos y  fuerza humana con el fin de llegar al bien de consumo.


[a] Egresado de la Licenciatura en Economía, ICEA-UAEH

[b] Profesora-Investigadora del área académica de economía, ICEA-UAEH