Turismo p2p: Economía Colaborativa

Nombre de lo reseñado: “Turismo p2p: Economía Colaborativa”
Artículo extraído de la revista Hosteltur *
Año: No. 238. Mayo 2014.

Resumen

El turismo "peer to peer" (p2p), es una de las grandes tendencias globales que está transformando el modo de viajar y de consumir, es el caso del transporte por carretera, el alojamiento, experiencias en los destinos, la restauración, prácticamente todos los sectores de la industria turística, excepto la industria de la aviación comercial. Pero tras este “consumo colaborativo” comienzan a consolidarse nuevos intermediarios con presencia internacional, cifras muy considerables y que puede surgir nuevos modelos potenciados por los medios sociales.


Palabras clave: p2p (“peer to peer”), consumo colaborativo, economía de colaboración.

Abstract

Tourism "peer to peer" (p2p) is a major global trend that are transforming the way you travel and the consume, in the case of road transport, accommodation, experiences in the destinations, catering, virtually all sectors of the tourism industry, except the commercial aviation industry. But after this "collaborative consumption" began to consolidate new intermediaries with international presence, a substantial volume and new models can arise powered by social media.


Keywords: p2p ("peer to peer"), collaborative consumption, collaborative economy

DESARROLLO

 La tendencia p2p se ha visto impulsada en los últimos años gracias a la aparición de webs especializadas que ponen en contacto a particulares que ofrecen sus servicios turísticos (alojamiento, visitas guiadas, coches, etc.), con potenciales viajeros.

Pero ¿de donde se deriva esta tendencia turística?; los intercambios entre iguales (“peer to peer” ó p2p) se basan en el concepto del “consumo colaborativo”, término que fue acuñado en 2010 por Rachel Botsan en su libro “What it’s mine is your: the rise of collaborative comsumption”, lo que traducido sería “Lo que es mío es tuyo, el auge del consumo colaborativo”.

De acuerdo a esta autora británica, “las sociedades del futuro darán menos importancia a la propiedad de las cosas y más a su acceso, de este modo, en lugar de acumular posesiones como vivienda, autos, terrenos, etc., la gente optará por compartirlas con otras personas, aunque sean desconocidas, ya que estamos frente a un nuevo patrón de consumo basado en la confianza  y la reputación”, esto conllevará a que el consumo colaborativo será una manera de compartir, intercambiar, prestar y/o alquilar a través de la tecnología moderna y las nuevas maneras de medir la reputación de las personas.

En España, el fenómeno del consumo colaborativo empezó a darse a conocer entre los años 2012 y 2013, especialmente en el segmento turístico.

En la economía de colaboración se tiene un acceso a los productos y servicios de calidad a un precio muy inferior del que tienen en la economía tradicional, que se refleja en lo económico y el medio ambiental, que benefician a los usuarios, a las economías locales, determinando así un uso compartido de productos y servicios ya establecidos en el mercado.

La economía colaborativa tiene sus raíces en la cultura de compartir archivos “peer to peer” (P2P: red entre pares o red entre iguales) a principios de los años 90’s. El término fue acuñado por primera vez por Ray Algar en el boletín Leisure Reporte (2007)[1].

Cardoso (2012) se refieren a este fenómeno como “las culturas piratas”, mismas que adoptan los valores de compartir y al mismo tiempo promueven un cambio social porque posibilitan la creación del valor social de ser parte de una red mayor donde los valores comunes son compartidos y se fomenta la autonomía.

Según Botsman (2010), si el siglo XX fue el del hiperconsumo basado en el crédito, la propiedad individual y la publicidad, este siglo será de consumo colaborativo a través de la reputación, la comunidad y el acceso compartido.

Ahora con el internet se abarata y se hace más fácil que nunca agregar la oferta, la demanda y los móviles de última generación (smarphones), con mapas y geolocalización, se puede encontrar fácilmente el activo que buscas en las proximidades de donde nos encontremos. De acuerdo a Bostman (2010), “Las redes sociales y los sistemas de evaluación ayudan a crear confianza y los sistemas de pago online gestionan la facturación; básicamente estamos reinventando cosas que se hacían en las plazas de los pueblos como compartir, hacer trueque, alquilar e intercambiar, pero ahora se hacen de una manera relevante para la generación de redes sociales (Facebook)”.

La evolución y maduración del internet social ha permitido crear el contexto adecuado para el desarrollo de la economía colaborativa y para generar confianza en sus mercados digitales, en la era de las redes sociales, desde el portátil o los “smartphones”, donde los internautas nos hemos acostumbrado a compartir aspectos más privados de nuestras vidas como fotos, gustos, opiniones, etc., con personas con las que nos unen niveles de amistad o relación diferente y no siempre muy estrechos; hemos aprendido a sentirnos más cómodos gestionando nuestra identidad “online” y privacidad y compartiendo con personas a las que nos unen diversos grados de “amistad”.

Debido a esto, muchas plataformas colaborativas están siendo impulsadas como empresas emprendedoras por jóvenes de entre 18 y 35 años, que les ha tocado vivir, la inseguridad, las crisis económicas, el cambio climático y la inestabilidad política, pero también por las inmensas posibilidades generadas por avances tecnológicos que crean enormes oportunidades a las que no han tenido acceso generaciones anteriores.

Derivado de esto, las empresas colaborativas, principalmente en el sector turístico, están ganando escala y dinero y se empieza a apreciar el valor añadido  y preferir los servicios colaborativos a los tradicionales. En el caso de la oferta de alojamiento, como comenta Marián Muro, directora general de Turismo de la Generalitat de Cataluña, “es una de las grandes áreas de crecimiento del turismo p2p, dado que centenares de webs facilitan el alquiler de viviendas para turistas o incluso habitaciones en casas particulares”.

La iniciativa empresarial pionera en este ámbito es Airbnb[2] que nació en San Francisco, California (EE.UU), en 2008, donde un grupo de amigos que no les alcanzaba el efectivo para pagar su piso, decidieron ofrecer su casa a través de internet para completar el dinero que les faltaba, ofreciendo dormir en colchones de aire y proporcionando desayuno a sus usuarios (air bed and breakfast). Tras seis años de actividad su web cuenta con 600,000 alojamientos registrados en 34,000 ciudades de 192 países, el modelo de negocios de Airbnb se basa en el cobro de comisiones al propietario de la vivienda (del 3%) y al huésped (entre un 6 y un 12% sobre el precio de la reserva), aunque la mayoría de su oferta son apartamentos, el primer hotel que se comercializa a través de este portal es el hotel Drift San José en Baja California, que sólo puede reservarse a través de esta plataforma, lo que libera a su propietario de gestionar reservas, pagos, cancelaciones, ventas y marketing. Otros que han copiado el modelo son Bedycasa, 9flats y Alerkeys entre las generales y otras más específicas: Bizpora, Mister BnB; y redes como Knok, Homeforhome, la mayoría de ellas españolas.

Precisamente el “boom” de esta tendencia tiene su éxito en España, gracias en parte a la nuevas tecnologías que facilitan la comercialización “online” entre particulares, a menudo mediante webs p2p, como se puede observar en la tabla 1, el número de turistas extranjeros que se alojan en viviendas alquiladas ha aumentado un 44% durante los años 2007-2013, frente al aumento del 4.5% de turistas alojados en hoteles tradicionales, según la encuesta aplicada por Frontur, (Operaciones Estadísticas Movimientos Turísticos en Fronteras) y que depende del Instituto de Estudios Turísticos, actualmente Subdirección General de Conocimiento y Estudios Turísticos, creado en 1962; tiene entre sus funciones, el análisis de los mercados emisores de turismo, la elaboración de proyecciones y prospectivas sobre flujos turísticos, pernoctaciones e ingresos por turismo, el análisis de los factores que inciden en la economía turística, la coordinación de la información sobre el sector turístico, y en general la difusión del conocimiento turístico.

 

Tabla 1. Entradas de turistas extranjeros clasificados por tipo de alojamiento utilizado

  2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 Variación acumulada
2007-2013
Hoteles y similares 37,362,049 36,524,003 31,878,578 33,029,725 36,152,619 37,284,791 39,076,051  
+ 4.58%
Vivienda gratuita propia/familiar 12,969,203 12,510,138 12,166,204 11,643,699 11,337,499 11,063,463 11,707,457 -9.7%
Vivienda alquilada 4,378,456 4,561,467 4,676,695 4,635,094 5,323,202 5,782,307 6,319,244 +44%
Otros alojamientos 3,520,139 3,077,119 3,012,409 3,194,618 3,310,074 3,323,446 3,558,321 +1%

Fuente: Frontur, Turespaña. 2008.

 

Como hemos señalado, la economía colaborativa encierra un enorme potencial para contribuir a crear un futuro más sostenible, una utilización más eficiente de activos, un tejido social más robusto, la creación de mercados para productos y servicios turísticos y sobretodo una flexibilidad en el trabajo y la expendeduría.

Rifkin (2000) comenta que en la Era del Acceso, la gente “compraría acceso a una experiencia vivida” y que las nuevas industrias que dominarían la economía global serían “las industrias de las nuevas experiencias” como la cultura y el turismo (viajes). El turismo es una de las pocas industrias que crece, incluso durante la crisis, en todos los países occidentales, globalmente la industria del turismo es tan grande como la del petróleo; y por lo tanto, éste segmento es un potencial para el turismo “peer to peer” o “P2P” y para el desarrollo de nuevas ofertas más sustentables. Según el experto Jeremy Smith, el turismo P2P es la mejor manera de “compartir conocimiento y co-crear experiencias que son más gratificantes para todos”[3]. Ahora la mayoría de la gente que ha viajado a lugares típicos busca alejarse de los trillados recorridos turísticos para tener experiencias que imiten la autenticidad y que será una tendencia que va en aumento.

El ejemplo de Airbnb destaca cómo un modelo de economía colaborativa, su cuenta web dispone de 600 mil alojamientos registrados en 34 mil ciudades en 92 países; este modelo de negocio se basa en el cobro de comisiones al propietario de la vivienda y al huésped sobre el precio de la reserva, generando así más de 100 000 millones de dólares, según la web Infobae, con base en The Wall Street Journal, de ser así este modelo superaría a Hyatt Hotels Corp., que tiene un valor de mercado de cerca de 8 400 millones de dólares[4]

Por otro lado, Airbnb ha generado su propio ecosistema y dinamizado la economía local: personas que limpian la casa, coordinan la entrega de llaves, preparan los alimentos para el anfitrión y los huéspedes, toman fotos de los espacios que se alquilan y personas que se convierten en conductores o guías turísticos de los huéspedes.[5] Estamos hablando de una generación de personas que rechazan la producción industrial y buscan lo que esta empresa juvenil ha sabido identificar y utilizar eficazmente, una nueva tendencia social para crear un nuevo mercado con beneficios e impacto más allá de lo que recibe la empresa.

Aunado a esto la economía colaborativa está ahora instalada en  estos elementos claves del turismo:  

1. El transporte, para compartir o alquilar el coche.

2. Dormir, para intercambiar casas, alquilar una habitación o tu casa entera.

3. Comer, particulares que cocinan en su casa invitando a personas que pagan por la experiencia o chefs que viene a tu casa a cocinar para ti y tus amigos.

4. Visitas, una vez en el destino, puedes utilizar un guía local fuera del circuito tradicional turístico.

Aun esta tendencia en nuestro país es todavía embrionaria pero algunos gobiernos e instituciones están creando grupos de trabajo para analizar el impacto y potencial de este nuevo modelo de una manera integral e inclusiva, principalmente en un marco regulatorio  adecuado y facilitador. La colaboración del gobierno, académicos, sociedad civil, empresas y usuarios es de suma importancia para concienciar, analizar y facilitar el desarrollo  de políticas públicas para la economía colaborativa, esto conllevará a aprovechar las nuevas oportunidades como una palanca fundamental para el sector emergente del turismo.

Referencias bibliográficas

Bostman, R. y Rogers, R. (2010). What’s Mine Is Yours: The Rise of Collaborative Consumption, Londres (Inglaterra): HerperCollins.

Cardoso, Gustavo (2013). “Sociología de las Pantallas”. UOC Ediciones, pp. 177.209.

Holestur, Revista Española edición 2014. No. 238. Pp 6-19.

Rifkin, J. (2011). The Third Industrial Revolution, Nueva York (Estados Unidos): Palgrave McMillan.

*Euromonitor [en línea] (2013): “Airbnb.com Redux: Competition from Vacation Rentals” Euromonitor 07 junio, 2013. Ultima visita 08 de Julio del 2014.
Link aqui

*Ouishare [en línea] (2014) “Comunidades, ¿las instituciones del siglo XXI?” Entrevista con Rachel Botsman. Ultima visita 06 julio 2014.
http://magazine.ouishare.net/es/2014/04/entrevista-rachel-botsman-comunities-ouishare-fest/

Estudios:

Airbnb (2012): San Francisco Impact Study

http://assets.airbnb.com/press/pressreleases/Economic_Impact_Study.pdf   



[1] Collaborative Consumption. Leisure Report pag. 16 (mar 2007),

[2] https://www.airbnb.com

[3] http://ouishare.net/2013/01/waht-more-can-p2p-travel-offer-tourism/

[4] Infobae. Empresas corporativas. Fecha 21 de marzo 2014.

[5] http://blog.euromonitor.com/2013/06/airbnbcom-redux-competition-from-vacation-rentals.html

 

* Revista Española, editada desde 1994. En 1996 fue certificado su liderazgo dentro del segmento turístico. Actualmente cuenta con 11,779 ejemplares mensuales. Con el cambio de paradigma de los medios de comunicación del siglo XXI, ha enfocado sus contenidos hacia la información en profundidad que busca la reflexión y el conocimiento en el ámbito turístico.


[a] Profesora Investigadora ICE - UAEH.