Análisis de competitividad sistémica en Hidalgo, 2007-2013

Resumen

En este artículo se argumenta que dados los nuevos desafíos de las economías que son resultado de la creciente globalización, existe la necesidad de crear o bien mejorar las capacidades competitivas así como modernizar los sistemas productivos. A partir de lo anterior, se describe el índice de competitividad sistémica para el estado de Hidalgo, en comparación con entidades cercanas a este, como son Querétaro, Puebla, Distrito Federal y Tlaxcala, durante el periodo de 2007 a 2013. Posteriormente se construye un modelo de datos de panel para las 32 entidades federativas con la finalidad de analizar la relación que existe entre la competitividad y el valor de la producción, como factor determinante del crecimiento económico. El resultado es que el índice de competitividad tiene un impacto positivo en el producto interno bruto per cápita del país.


Palabras clave: Crecimiento económico, competitividad sistémica, entidades federativas

Abstract

This article argues that given the new challenges of the economies that result from increased globalization, there is a need to create or enhance competitive capabilities and modernize production systems. From the above, the rate of systemic competitiveness for the state of Hidalgo, compared to close to the entities described as Queretaro, Puebla, Mexico City and Tlaxcala are, during the period from 2007 to 2013. Later he builds a panel data model for the 32 states with the aim of analyzing the relationship between competitiveness and the value of production, as a determinant of economic growth. The result is that the competitiveness index has a positive impact on the country's per capita gross domestic product.


Keywords: Economic growth, systemic competitiveness, Mexican states

Introducción

La profunda transformación del régimen económico de la mayoría de los países de América Latina iniciado en la década de 1980 dejó en evidencia que la apertura de los mercados internos, la desregulación y la privatización no han bastado para asegurar la competitividad internacional de las empresas y producir un crecimiento económico alto con una mejoría clara en la distribución del ingreso y en los niveles de vida de la población (Silva, I., 2005).

En la actualidad México se enfrenta a la paradoja de la competitividad: es uno de los países más abiertos y de los menos competitivos; mantiene 31 acuerdos de libre comercio con países de tres continentes y su índice de apertura al exterior es de 70% (importaciones más exportaciones respecto al PIB) (Villareal, R., 2001).

En el presente trabajo se aborda el caso particular del estado de Hidalgo, ya que la problemática que enfrenta no es menor. Se encuentra entre los estados con los niveles más bajos de competitividad sistémica a nivel nacional (Aregional, 2013), el índice de marginación de la entidad lo ubica en el sexto lugar en el contexto nacional con un grado de marginación alto (CONAPO, 2010). Este escenario manifiesta que la economía hidalguense ha tenido un magro desempeño en comparación con sus estados vecinos.

La gráfica 1 se muestra el rezago económico de la entidad que presenta una tasa media de crecimiento anual de 3.8 por ciento, no obstante se encuentra por arriba de la tasa Nacional que es de 3.3 por ciento.

 

Gráfica 1. PIB de las Entidades Federativas, Tasa media de crecimiento anual, 2009 – 2014
Fuente: Elaboración de la SEDECO-Hidalgo (2015), a partir de datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI)

 

Entre otros aspectos para que una población pueda desarrollarse se requiere corregir ciertas fallas y proveer las condiciones adecuadas, por ejemplo mantener un ambiente favorable para el desarrollo industrial, adecuadas infraestructuras, la presencia de comunicaciones y redes tecnológicas que se constituyen como algunos de los determinantes clave de la competitividad.

A nivel nacional gran mayoría de los estados del norte presentan un alto grado de competitividad. Tabasco, Quintana Roo, Yucatán y Campeche son entidades con un grado medio de competitividad y con algunas posibilidades de poder insertarse en un modelo globalizado. Sin embargo en la zona centro sur, particularmente los estados de Tlaxcala, Puebla e Hidalgo arrojan un panorama muy desalentador que plantee la posibilidad de mejorar en el nivel de competitividad (Aregional, 2007).

En el mapa 1, se pude distinguir el grado de competitividad sistémica de cada una de las entidades federativas.

 

Mapa 1. Grado de Competitividad Sistémica de las Entidades Federativas, 2007
Fuente: Elaboración de aregional.com (2007)

 

En el año 2007, según el índice de competitividad sistémica, el estado de Hidalgo se ubicó en la posición número 26, para el siguiente año la entidad empeoró su situación al encontrarse en el lugar número 28, aunque para el 2009 tuvo un pequeño salto a la posición número 26, del año 2011 al 2013 se mantuvo constante en el vigésimo octavo lugar (Aregional, 2013). Tal como se muestra en la gráfica 2 el índice de competitividad del estado ha tenido un estancamiento del periodo 2011 al 2013.

 

Grafica 2. Evolución de la competitividad sistémica del estado de Hidalgo, 2007 - 2013
Fuente: Elaboración propia con información de Aregional, (2013)

 

Parte de la explicación por la cual la entidad no ha mejorado sus niveles de competitividad se considera el comportamiento de algunas variables: como el producto interno bruto per cápita (PIB p.c.)[3] Que en el año 2007 fue de 43.6 miles de pesos, mientras que el valor nacional resultó de 77.2 miles de pesos para el mismo periodo. En 2013 el PIB p.c. estatal fue de 90.69 y el nacional 128.815 miles de pesos, es decir, aunque aumentó considerablemente, este incremento no se vio reflejado en forma significativa en el grado de competitividad que mostró la economía hidalguense (Aregional, 2013).

Por lo anterior, el objetivo del presente artículo es indagar sobre la competitividad en el estado de Hidalgo, como factor determinante de su crecimiento económico en el periodo de 2007 a 2013, mediante un análisis estadístico a nivel nacional y por entidad federativa sobre los indicadores de competitividad sistémica e innovación. Finalmente se realiza un ejercicio econométrico con datos de panel del producto interno bruto per cápita y el índice de competitividad sistémica.

El documento se organiza en cuatro apartados. La presente introducción constituye la primera parte. El segundo apartado comprende una breve revisión de la literatura. En el tercero se describe la metodología a emplear, haciendo un análisis previo de los estadísticos e indicadores por entidad federativa, para culminar con la definición del ejercicio de datos de panel. En el cuarto apartado se exponen los resultados y conclusiones del modelo econométrico.

Desarrollo

Revisión de la literatura

El actual entorno de globalización ha generado una reconsideración sobre el concepto de competitividad, dejando atrás la idea de que el factor costo es el único que determina la capacidad competitiva de una región o sector, e incorporando una amplia gama de factores dinámicos que definen manera más adecuada la competitividad (Aregional, 2013).

A mediados de los años sesenta del siglo XX se propone la teoría de ciclo de vida del producto, en la que Vernon (1966) explica que la competitividad internacional en cualquier industria, no tiene un comportamiento constante a lo largo del tiempo, además influye el lugar en el que el nuevo producto se introducía.

En primer lugar dentro de la teoría de Organización Industrial Hunt (1972) añade la idea de una agrupación estratégica en el que la formación de clúster de empresas sigue un comportamiento específico de destrezas como base de análisis de competencia. Al respecto, Porter (1979) explica que un grupo estratégico es cuando las empresas dentro de un sector siguen estrategias similares en términos de las variables clave de decisión. Desde esta perspectiva la integración estratégica facilita la información sobre la orientación del mercado, pues al ser compartida crea un mayor conocimiento estratégico de las actividades productivas dando paso a un mayor progreso de desarrollo (Pérez & Navarro, 2006).

En segundo lugar la teoría de Internacionalización analiza los procesos de transferencia de información de la empresa, donde los beneficios resultan de la elusión de los costes que están relacionados con las fallas del mercado externo para la creación de una firma que sobrepase las fronteras nacionales, se reconoce la eficiencia de los costos más bajos (Buckley y Casson, 1979).

Por otro lado, Hamel y Prahalad (1995) señalan que las empresas pueden concentrar sus recursos y desempeño en metas estratégicas gracias a las cadenas productivas enfocadas en mejorar el desarrollo de sus competencias y en incrementar el tamaño de la organización.

Por último de acuerdo a Porter (1990), en la teoría de ventajas competitivas se describen las características del entorno nacional, identificando dos determinantes de las ventajas competitivas: exportar e invertir, pero al hablar de competitividad se especifican cuatro variables, la primera es la disponibilidad de los factores básicos que son todos los recursos naturales necesarios para competir en cualquier sector, además de la infraestructura y la localización geográfica. La segunda variable son las condiciones de la demanda, que hace referencia al comportamiento de la demanda al interior de los bienes. La siguiente son los sectores conexos y auxiliares, que argumenta la existencia o no de sectores proveedores que son competitivos internacionalmente, por último la estrategia, estructura y rivalidad de la empresa que describe el contexto en el que las empresas se organizan, originan y crean una ventaja competitiva. En este sentido Fajnzylber (1998) entiende por competitividad la capacidad que tiene un país para incrementar paralelamente su aportación en los mercados internacionalmente y de forma sostenida, lo cual conlleva a elevar los niveles de productividad y a la agregación del progreso técnico, de modo que mejore la calidad de vida de su población.

Por su parte, Stiglitz (2003) considera que es necesario cambiar el enfoque limitado que solo lucha por controlar la inflación, por uno más desarrollado que se preocupe por incentivar la competitividad, promover el pleno empleo y el fomento al crecimiento. Por último se debe considerar que la competitividad puede ser abordada desde otro contexto, como es el que explica el Foro Económico Mundial en el Reporte Global de la Competitividad 2014 – 2015. Donde México ocupa el lugar 61º de 144 economías, descendió luego de que en el año pasado se ubicara en el lugar 55º. Chile es el país más competitivo de América Latina, al encontrarse en la posición 33º.

Actividades como la innovación, el fortalecimiento institucional y la mejora en el capital intelectual se siguen contemplando como factores determinantes para elegir qué economías son las que se encuentran entre las más competitivas a nivel internacional. Países como Estados Unidos y Suiza han perfeccionado sus niveles de competitividad ya que implementaron mejoras en el aspecto institucional y sobre todo han realizado avances significativos en el campo de la innovación (Reporte Global de la Competitividad, 2014 – 2015).

La posición de México experimenta un descenso importante, de acuerdo con el World Economic Forum (WEF): “Esta caída se debe a un deterioro en el funcionamiento percibido de las instituciones, la calidad de un sistema educativo que no parece cumplir con el conjunto de habilidades que la economía mexicana cambiante exige, y el bajo nivel de implantación de las tecnologías de la información, que es fundamental para la transformación” (Reporte Global de la Competitividad, 2014 – 2015).

Algo que preocupa a las empresas mexicanas es el tema de competitividad. En el caso del estado de Hidalgo, desde una perspectiva sistémica, se encontró que las pequeñas y medianas empresas (PyMES) contribuyen de manera muy significativa a la economía; no obstante estas no han rebasado el nivel de competitividad que se necesita para participar de manera eficiente en el mercado y tampoco se han posicionado como distribuidores de las enormes empresas (Leal, 2007).

En la revisión de la literatura destaca el concepto de competitividad sistémica solamente en algunos sectores de la entidad. Por ejemplo, en el sector turístico se menciona la importancia de implementar un modelo sistémico para la integración de un clúster turístico regional, o bien, para el sector hotelero; estos artículos abordan temas como la calidad, innovación, desarrollo tecnológico y competitividad, factores que se consideran fundamentales para el crecimiento de las PyMES (Montaño Arango, y otros, 2012).

Metodología

En esta sección se presenta una breve descripción de la metodología empleada por el Foro Económico Mundial (WEF), el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) y Aregional (ar), para calcular el Índice de Competitividad, cabe mencionar que el índice que presenta cada uno, está diseñado con base al concepto que manejan de competitividad. A fin de poder dar respuesta a la inquietud de la investigación.

Indicadores de Competitividad

Los indicadores de competitividad ayudan a explicar por qué algunos países son más exitosos que otros, cuál es el conjunto de factores que determinan el crecimiento económico de una población y las posibles oportunidades para sus respectivas generaciones. En realidad se emplean una serie de indicadores asociados con temas de eficiencia, innovación, política y del entorno económico para poder construir el índice de competitividad.

Índice global de competitividad del foro económico mundial

El índice global de competitividad es elaborado por el Foro Económico Mundial (WEF), donde se evalúa el escenario de competitividad de 144 economías, contempla el análisis de 12 pilares de competitividad:

 

Tabla 1. Pilares de competitividad
Fuente: Elaboración propia con datos del Foro Económico Mundial, (2014-2015).

 

Estos pilares se encuentran agrupados en tres subíndices; el primero es el índice de requerimientos básicos, el segundo el índice de promotores de eficiencia, por último el índice de factores de innovación y sofisticación. Estos indicadores son provenientes de fuentes oficiales nacionales e internacionales y de la Encuesta de Opinión Ejecutiva (EOE), cada uno de los indicadores tiene un peso específico, que está determinado con procedimientos estadísticos y que fueron obtenidos mediante una regresión del PIB p.c. contra cada uno de los subíndices en los últimos años (Lanzamiento del Informe de Competitividad Global del Foro Económico Mundial, 2009 – 2010).

Índice de Competitividad Sistémica de Aregional

Para el obtener el índice de competitividad sistémica (ICSar), Aregional (ar.) utilizaba cuatro niveles propuestos por el Instituto Alemán para el Desarrollo (IAD); micro o empresa, meso o sector regional, macro o nacional y meta o valores sociales, posteriormente surgen dos niveles más de análisis que ar. ha agregado, los niveles empresario precedente al micro, e internacional posterior al meta. El nivel empresario se determina por la vocación emprendedora del individuo que propician la creación de empresas a partir de las ventajas competitivas del entorno. El nivel empresa lo constituye cada una de las empresas en lo individual y la capacidad de las mismas para formar encadenamientos hacia atrás y adelante.

El nivel meso contempla la parte de conglomerados industriales, que son los grupos de empresas organizadas en redes y que ofrecen servicios específicos. El nivel macro consiste en establecer una conexión efectiva entre los procesos de liberalización y estabilización económica para transformar la industria, es decir se presenta mediante políticas macroeconómicas en el aspecto financiero y social. El nivel meta tiene por objetivo el cumplimiento de una cultura de valores para la exitosa adaptación de actitudes competitivas así como el desarrollo económico. Por último el nivel Internacional considera la capacidad del entorno de enfrentar la competencia internacional (Aregional, 2013).

El ICSar se compone de 139 indicadores duros obtenidos a partir de información pública, de organismos de gobierno, secretarías y de instituciones del sector privado así como de organismos internacionales.

De acuerdo a la tabla 2 ar. define que existe un importante grado de heterogeneidad entre las variables que se incluyen en la construcción del índice, en términos de su escala, frecuencia y dispersión. Dicha heterogeneidad es resultado de la gran variedad de fenómenos económicos, políticos y sociales que se consideran en la construcción del ICSar, lo cual hace necesaria la estandarización de los diversos indicadores antes de integrarlos dentro de cada factor.

 

Tabla 2. Estructura del Índice de Competitividad Sistémica de las Entidades Federativas ar, 2013
Fuente: Elaboración propia con datos de Aregional (2013).

 

El proceso de estandarización se llevó a cabo de tal manera que cada una de las variables se transformó a una escala donde 0 es el mínimo y 100 es el máximo, de acuerdo al siguiente procedimiento:

Donde Zi es el valor de la variable estandarizada para la entidad i, Xi es la variable en su escala normal, y max y min representan los valores máximos y mínimos.

Índice de Competitividad del Instituto Mexicano para la Competitividad

El índice que presenta el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), mide la capacidad que tiene una entidad federativa para poder cautivar inversión y mantener capital humano. Para el IMCO, (2014) un estado competitivo es aquel que consistentemente resulta atractivo para el talento y la inversión, lo que se traduce en mayor productividad y bienestar para sus habitantes. Por lo tanto el índice que calcula el Instituto evalúa principalmente los aspectos estructurales y coyunturales de cada entidad federativa. El índice está estructurado por 89 indicadores, clasificados en 10 subíndices.

 

Tabla 3. Componentes del Índice de Competitividad Estatal elaborado por IMCO, 2008
Fuente: Elaboración propia con datos del Instituto Mexicano para la Competitividad, (2008)

 

Después de haber revisado el método que utiliza el Foro Económico Mundial, Aregional y el Instituto Mexicano para la Competitividad, para fines de este trabajo se considera emplear los estadísticos de Aregional, ya que permite analizar el grado de competitividad sistémica por entidad federativa, con especial atención en el estado de Hidalgo.

Existen varios conceptos sobre competitividad sistémica, comenzando con el enfoque de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que supone se concibe como resultado de las exigencias a las ventajas competitivas, además de referirse a factores como la innovación tecnológica, las redes de distribución y la especialización de la economía OCDE (1992). El Instituto Alemán para el Desarrollo (IAD) especifica el concepto de una forma más completa ya que valoriza a la competitividad en las distintas esferas políticas, sociales y económicas. De todo esto depende el nivel de desarrollo industrial que pudiera alcanzar un país (Medina, M., & Naranjo I., 2014).

De modo que el IAD define a la competitividad nacional “al grado en el cual una nación puede, bajo ciertas condiciones de mercado, producir bienes y servicios que la posicione en los mercados internacionales, mientras se mantiene y expande el ingreso real de la población en el tiempo. Esta perspectiva de largo plazo implica la necesidad de reducir el impacto ecológico y la intensidad de la explotación de los recursos naturales” (Aregional, 2007, p. 15).

De esta forma, el concepto de Competitividad Sistémica acepta que un desarrollo industrial exitoso no depende sólo de los factores productivos, o de condiciones macroeconómicas estables, sino también de la existencia de medidas específicas del gobierno y del sector privado orientadas a fortalecer la competitividad de las empresas, vinculando en los diferentes niveles estructuras políticas, económicas y de factores socioculturales presentes en el territorio. Es decir, la competitividad de un determinado ámbito es el resultado de la acción conjunta de una serie muy amplia de factores públicos, privados, sociales y personales que actúan de forma simultánea en un territorio determinado (Aregional, 2013, p. 39).

Villarreal, R. (2001) afirma que México se caracteriza por ser unos de los país con más limitantes para la creación de nuevas empresas, sin embargo se debe aprovechar de la transferencia de tecnologías mediante la inversión extranjera directa (IED), según las aportaciones de Porter (1990) de la naturaleza organizacional y el medio en el que se desarrollan las empresas solo se puede obtener una ventaja competitiva a través del uso de otros factores clave como lo son la innovación no solo en el producto sino también en los procesos, que se postulan como los principales determinantes para alcanzar un mejor nivel de competitividad en comparación con otros factores de producción, por ejemplo la mano de obra que es poco calificada y por lo tanto es barata o bien la materia prima sin ningún valor agregado. Esto significa la transición de la economía hacia nuevas perspectivas en donde el capital intelectual y la nueva era del conocimiento juegan un papel importante para la competitividad internacional de un país.

El estado de Hidalgo se ve inmerso en una situación que limita el alcance hacia un modelo de innovación y de competitividad, por el hecho de que existen ciertas regiones marginadas y con muy poca actividad económica que permita el desarrollo de los municipios y por ende hay pocas oportunidades de crecimiento. El tipo de infraestructura que contribuya a la riqueza de una población así como el buen uso de los recursos naturales para una producción sustentable de bienes y servicios propician un entorno más favorable para mayores niveles de competitividad (Montaño, O., 2012).

Para analizar el comportamiento de la competitividad sistémica en la entidad, el índice permite conocer el desempeño de las entidades federativas dentro de los seis niveles antes mencionados. En el entorno nacional el estado de Hidalgo ha presentado niveles muy bajos de competitividad, como se muestra en la tabla 4.

 

Tabla 4. Índice de Competitividad Sistémica de los estados cercanos a Hidalgo
Fuente: Elaboración propia con datos de ar, (2013).

 

El estado de Tlaxcala ha disminuido considerablemente el índice de competitividad, en el 2007 el PIB p.c. de esta entidad fue de 39.6 miles de pesos, en 2013 fue de 68.73 miles de pesos, sin embargo el índice no mejoró, en cambio el estado de Querétaro presentó en el año 2007 un PIB p.c. de 83.9 miles de pesos al 2013 este fue de 158.2 miles de pesos y el PIB p.c. de Hidalgo para el año 2007 resultó de 43.6 miles de pesos en el 2013 fue de 90.69 miles de pesos, el Distrito Federal tuvo un PIB p.c. en 2007 de 174.5 miles de pesos y para el 2013 aumento a 277.4 miles de pesos. Esto quiere decir que los estados con un PIB p.c. más alto desde el inicio del periodo de estudio han demostrado tener un nivel sobresaliente del índice de competitividad sistémica. No obstante, aunque los estados de Tlaxcala, Puebla e Hidalgo también hayan aumentado el PIB p.c. no alcanzaron una posición favorable a nivel nacional.

Modelo econométrico

Debido a que en el presente trabajo se trata de analizar la competitividad sistémica en Hidalgo, en este apartado se describe el método econométrico con datos de panel para las 32 entidades federativas de la república mexicana, en el periodo de 2007 – 2013; teniendo un total de 224 observaciones. Se propone modelar el producto interno bruto per cápita PIB p.c. de los 32 estados como variable dependiente y el índice de competitividad sistémica como variable independiente. Pues el objetivo es estimar la relación que guarda el nivel del índice de competitividad sistémica con el PIB p.c. por entidad federativa, con la intención de probar si el índice de competitividad sistémica tiene un efecto positivo en el PIB p.c. diferenciado por entidad y temporalidad. Cabe precisar que conforme a la revisión de la evidencia empírica, no se encontró, hasta este momento, algún trabajo que estime tal relación para el estado de Hidalgo. Por lo que se considera pertinente realizar el ejercicio econométrico.

Datos de panel

Para el análisis empírico están disponibles los tipos de datos; de series de tiempo, de corte transversal y de panel. En los modelos de regresión con datos de panel, la misma unidad de corte transversal se estudia a lo largo del tiempo, en los datos de panel está la dimensión del espacio y la del tiempo. Las ventajas de datos de panel según Baltagi (1995) son las siguientes:

1.- Ya que los datos de panel hacen referencia a individuos, empresas, estados, países, etc., a lo largo del tiempo, lo más probable es la presencia de heterogeneidad en las observaciones. Por lo tanto las técnicas para la estimación de datos de panel toman en cuenta de manera explícita tal heterogeneidad, al permitir la existencia de variables especificas por sujeto. Se utiliza el término sujeto en un sentido genérico para incluir microunidades como individuos, empresas, estados y países.
2.- Los datos de panel proporcionan al armonizar las series de tiempo de las observaciones de corte transversal, una mayor cantidad de información, así como más variabilidad, grados de libertad y mayor eficiencia, otra ventaja es que reduce la colinealidad entre las variables.
3.- Al analizar las observaciones en unidades de corte transversal repetidas, los datos de panel son los más adecuados para considerar la dinámica del cambio.
4.- Los datos de panel manifiestan y miden mejor los efectos que ni siquiera se detectaban en datos de corte transversal o de series de tiempo.
5.- Los datos de panel permiten analizar mejor la naturaleza de modelos más complejos, como por ejemplo los fenómenos de las economías de escala y el cambio tecnológico que resultan ser más manejables mediante los datos de panel que con series de tiempo o de corte transversal.
6.- Otra característica importante es que al hacer disponibles datos para varios miles de unidades, los datos de panel reducen el sesgo posible si se clasifican individuos o empresas en conjuntos numerosos.
En conclusión, los datos de panel arrojan mejores resultados enriqueciendo el estudio empírico, esto no sería posible con datos de corte transversal o de series de tiempo. Sin embargo un modelo de datos de panel no resuelve todos los problemas (Gujarati, D., 2010).

Por lo tanto se eligió un modelo econométrico de datos de panel para analizar la relación que existe entre el índice de competitividad sistémica y el PIB p.c. en las 32 entidades federativas en especial la del estado de Hidalgo a lo largo del tiempo.

Resultados y conclusiones

La ecuación 1, representa un modelo logarítmico.

Donde:

Logaritmo natural del pib per cápita PIBpc por entidad federativa y periodo LICSit

Logaritmo natural del índice de competitividad sistémica por entidad federativa y periodo intercepto

β parámetro

uit término de error

Donde el parámetro β es una elasticidad del producto interno bruto per cápita (PIB p.c.) con respecto al índice de competitividad sistémica, es decir cuando el índice de competitividad sistémica crece en 1 por ciento el PIB p.c. se incrementa en 0.02 por ciento, lo resultados demuestran que los coeficientes estimados son muy significativos desde el punto de vista estadístico, sus valores p˃׀t׀ son muy pequeños, el ICS tiene un efecto positivo para el PIB p. c., y el valor de F también es estadísticamente muy significativo, el valor del intercepto resulto de 10.32034, no obstante el valor de R2 es de 0.3718. Se realizaron 3 diferentes estimaciones cuyos resultados se observan en el cuadro 1. El modelo I es una regresión, que omite las dimensiones de espacio y tiempo, mediante el método de Mínimos Cuadrados Ordinarios (MCO). Sin embargo este modelo no es el más adecuado, dada la naturaleza de los datos, por lo que se decide presentar las diferencias con los demás.

El modelo II es con efectos aleatorios, es consistente aunque el verdadero modelo sea el estimador agrupado. Sin embargo, si el verdadero modelo es de efectos fijos, el estimador de efectos aleatorios es inconsistente (Gujarati, D., 2010) y permite suponer que cada observación de corte transversal (entidades federativas) no tiene un intercepto fijo, sino que es una variable aleatoria, es decir que se presentan efectos individuales en las observaciones. El modelo II supone que el intercepto de la regresión es la misma para todas las unidades transversales. Sin embargo, es muy probable que sea necesario controlar el carácter “individual” de cada estado. El modelo de efectos aleatorios permite suponer que cada unidad transversal tiene un intercepto diferente. Después de que se estimó este modelo, fue necesario aplicar la prueba del multiplicador de Lagrange para efectos aleatorios que es desarrollada por Breusch – Pagan (1980), con el objetivo de saber si se debe usar el modelo I o II. En la prueba la hipótesis nula es que la varianza del error es cero Ho= = 0. Si se rechaza Ho, los resultados entre los modelos son diferentes por lo que se debe aplicar el método de efectos aleatorios. En este caso con la prueba Breusch-Pagan la probabilidad es mayor que chi2, se rechaza la hipótesis nula de que los resultados en ambos modelos son iguales, los datos agrupados de MCO no es la mejor regresión, por lo tanto se concluye que es preferible usar efectos aleatorios.

El modelo III es de efectos fijos, es otra manera de modelar el carácter “individual” de cada estado es a través del modelo de efectos fijos. Este modelo no supone que las diferencias entre estados sean aleatorias, sino constantes o fijas, es decir, se consideran las características individuales de cada unidad de análisis (estados), y supone que las diferencias entre estas son constantes. Comparando ambos modelos, se concluye mediante una prueba F la viabilidad de este modelo con el I, bajo la hipótesis nula de que las variables dicotómicas por entidad son iguales a cero. Se procede a rechazar dicha hipótesis, por lo tanto, es preferible utilizar el método de efectos fijos en lugar del modelo de MCO.

Por lo anterior, tanto el modelo II como el III resultaron ser mejores que el I, ahora, mediante una prueba de Hausman se define qué método usar: efectos aleatorios o fijos (Baum, C., 2006).

Las pruebas de Breusch y Pagan para efectos aleatorios, y la prueba F de significancia de los efectos fijos indican que tanto el modelo de efectos aleatorios como el de efectos fijos son mejores que el modelo agrupado. Hausman demostró que la diferencia entre los coeficientes de efectos fijos y aleatorios pude ser usada para probar la hipótesis nula de que y las variables X no están correlacionadas. Así pues, la Ho de la prueba de Hausman es que los estimadores de efectos aleatorios y de efectos fijos no difieren sustancialmente. Si se rechaza la Ho, los estimadores sí difieren, y la conclusión es que el modelo de efectos fijos es más conveniente que efectos aleatorios. Si no podemos rechazar Ho, no hay sesgo y se prefiere efectos aleatorios, la prueba de Hausman determina lo siguiente; la hipótesis nula en que se basa la prueba es que los estimadores de efectos aleatorios y fijos no difieren considerablemente, el estadístico de prueba desarrollado por Hausman tiene distribución asintótica.

Como el modelo II supone que la correlación entre los errores individuales y los regresores es igual a cero. La hipótesis nula es que los estimadores de efectos aleatorios y efectos fijos no difieren sustancialmente, por lo tanto se utilizará el método de efectos aleatorios, que es más eficiente. En este caso viene la regla de decisión es que la Ho es que la diferencia entre los coeficientes no es sistemática, es decir se rechaza la Ho y se acepta la alternativa, de que si hay diferencia sistemática en los dos modelos por lo tanto se escoge el método de efectos aleatorios.

Cuadro 1. Modelos econométricos

 

Cuadro 1. Resultados de las estimaciones econométricas
Fuente: Elaboración propia con base en resultados del software STATA

 

En los tres modelos, la elasticidad del PIB p.c. con respecto al índice de competitividad es positiva y estadísticamente significativa, no obstante disminuye con la aplicación de efectos aleatorios y también con el método de efectos fijos, lo que quiere decir que el índice de competitividad sistémica incide de manera positiva en el PIB p.c. En el estado de Hidalgo de acuerdo a los estadísticos de Aregional, (2013), se observó que en los periodos en los que el índice de competitividad sistémica aumentaba un poco, el total del PIB p.c. incrementaba considerablemente, no obstante la entidad se encuentra entre las entidades con un grado bajo de competitividad, por diferentes problemas económicos, de acuerdo al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), durante 2012, la economía hidalguense se caracteriza por mostrar una alta proporción de población en pobreza entre 45.2 y 57.2 por ciento.

En gran medida esto se debe a la existencia de mercados con falta de vocación industrial que estén basados en el desarrollo tecnológico, y a una limitada atracción de la inversión que pueda incentivar las actividades productivas vinculadas a la generación de valor agregado. Por otro lado se encuentra la falta del fortalecimiento del sector empresarial y creación de centros de investigación. Entre las distintas mediciones de la competitividad, se concluye que el atraso en la infraestructura de educación, salud, la carencia de inversión, las deficiencias en las políticas y otros rezagos son un gran obstáculo para que la entidad mejore su posición de acuerdo al índice de competitividad sistemática y que a su vez ofrezca un entorno más apropiado para el desarrollo económico y social desde la perspectiva sistémica.

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[1] Estudiante del noveno semestre de la licenciatura en economía y becaria del proyecto “Estructura productiva, capital humano y cambio tecnológico en la industria manufacturera, como factores determinantes del crecimiento económico en el estado de Hidalgo”, financiado por la Secretaría de Educación Pública en México, convocatoria 2014 (número DSA/103.5/14/7117).

[2] Profesora Investigadora de Tiempo Completo del área académica de economía y responsable del proyecto de investigación. UAEH – ICEA

[3] Producto Interno Bruto per cápita es la relación entre el valor total de todos los bienes y servicios finales generados durante un año por la economía de una nación o estado y el número de sus habitantes en ese año (Panorama Educativo de México 2009)