El precio de la desigualdad

Resumen

La desigualdad se hace cada vez más evidente en la sociedad del siglo XXI, no importando si se trata de países desarrollados o en vías de desarrollo, dejando tras su paso signos devastadores de pobreza y pobreza extrema, con lo cual los pobres son cada vez más pobres; con la terrible desilusión y confrontación para las nuevas generaciones de que no hay suficientes fuentes de empleo para ellos; los efectos de la globalización apuntan más hacia la balanza de lo negativo vs lo positivo; la gestión de los gobiernos ha causado decepción entre su población, al ver como las políticas públicas que se han aplicado sólo han logrado patentizar aún más la desigualdad, al igual que con la puesta en marcha de teorías económicas con las cuales la ciudadanía sólo ha servido de conejillo de indias para demostrar su falta de efectividad, aunado a ello las fallas del Fondo Monetario Internacional con sus políticas de ajuste estructural, las cuales han tenido repercusiones negativas entre los que menos tienen. Por lo que se necesita que la sociedad y gobierno trabajen de manera conjunta y participativa para erradicar todas estas fuentes que propician la desigualdad, con una reforma de la gobernanza que propicie una mayor igualdad entre la ciudadanía promoviendo una sociedad más eficiente, productiva y justa; la confianza y la buena voluntad recíprocas son necesarias para que se dé un mejor funcionamiento en la sociedad del siglo XXI.


Palabras clave: desigualdad, pobreza, corrupción.

Abstract

Inequality becomes more and more evident for the 21st century society, no matter if they are developed or developing countries, leaving behind devastating signs of poverty and extreme poverty, making poor people poorer; causing disappointment among new generations because there are not enough employment for them; The balance of globalization effects point out the negative side; The management of governments has caused disappointment among its population, as the public policies have been applied to make a bigger emphasis of inequality, in the same way in the implementation of economic theories the citizens have only served as a probe to demonstrate their lack of effectiveness, more over those the failures of the International Monetary Fund with its policies of structural adjustment, which have had negative repercussions among those who have less. It is needed that society and government work together to eradicate all these causes of inequality, making a reform of governance that encourages a greater equality among citizens promoting a more efficient, productive and fair society; Mutual confidence and goodwill are necessary for a better function in the 21st century society.


Keywords: Inequality, poverty, corruption.

1. Introducción

Para que existan los ricos, deben de existir los pobres, asevera Stiglitz (2012). Los ricos no existen por sí mismos, necesitan a su alrededor una sociedad que les mantenga su posición. Esta situación ha creado y mantenido una brecha de marcada desigualdad entre ricos y pobres en pleno siglo XXI teniendo repercusiones en las sociedades de países tanto desarrollados como subdesarrollados.

Derivado de ello nuestra sociedad hoy en día debe de enfrentar grandes desafíos en el tema de la desigualdad como son: la pobreza, ya que los gobiernos capitalistas no han logrado diseñar políticas públicas que logren sacar al sector menos favorecido, esto es a los pobres, de su deplorable condición; el problema inmediato que plantea el elevado índice de desempleo, el cual va cada día en aumento; la discriminación hacia sectores vulnerables como son los niños, las mujeres, los adultos mayores, los indígenas, las personas con discapacidad y los ciudadanos no heterosexuales, quienes experimentan la pérdida de sus propios derechos y una enorme desigualdad para acceder a ellos, siendo objetos de violencia constantemente e incluso de estar al límite de perder su propia vida; los efectos negativos de la globalización produciendo graves estragos en los ámbitos laborales con salarios estancados, tecnológicos, con marcados rezagos en el tema de la innovación y consumo de nuevas tecnologías en países subdesarrollados, y, en los sistemas financieros quienes han contaminado la economía mundial; la mala gestión de los gobiernos y la forma en que el poder político se ha visto envuelto en una nube negra de corrupción; las teorías económicas mal diseñadas y puestas en marcha encaminadas a afectar a los más pobres, y para completar el cuadro, las políticas de “ajuste estructural” del Fondo Monetario Internacional que con sus medidas extremas lo único que han conseguido es castigar a los que menos tienen; todo lo cual en su conjunto propicia un problema a largo plazo: la creciente desigualdad en la sociedad del siglo XXI.

Es por ello que en este artículo se analizan estos siete factores que han propiciado y continúan propiciando la desigualdad.

2. Desarrollo del tema

2.1. La pobreza

Dubois (2001) explica cómo después de la II Guerra Mundial la pobreza se llegó a considerar como una cuestión, si no resuelta, al menos no problemática. En los países desarrollados, con la extensión y profundización del Estado del Bienestar se pensó en la práctica desaparición de la pobreza como un fenómeno social de grandes magnitudes, o, al menos, como una cuestión superada y cuya resolución final vendría con el paso del tiempo.

Sin embargo, la pobreza sorprendió en todos los sentidos. Primeramente, en los propios países desarrollados, ya que en 1962, la obra de M. Harrington, The Other America, mostró el panorama de un país con unos 40 ó 50 millones de personas inmersas en nuevas y viejas formas de pobreza. En tanto que en 1964, el Presidente Johnson anunciaba la guerra contra la pobreza. Por lo que en las últimas décadas del siglo XX el estudio de la pobreza se volvió a impulsar con el redescubrimiento de nuevos fenómenos atribuidos a ella.

Ahora en pleno siglo XXI el fantasma de la pobreza sigue sorprendiéndonos, pero lo hace aún más entre los países desarrollados, para ello Stiglitz (2012) señala que, tocante al tema de la pobreza en Estados Unidos de América:

Estos datos confrontan sin lugar a dudas el viejo mito de “viviendo el sueño americano” en el que se tienen grandes oportunidades para lograr mayor riqueza y en donde los hijos crecen con una buena educación. Durante muchos años Estados Unidos de América se ha enorgullecido de ser una sociedad justa y en donde todo el mundo tiene las mismas oportunidades de salir adelante, pero hoy en día las estadísticas sugieren todo lo contrario. Las probabilidades de que un estadounidense pobre o incluso de clase media consiga llegar a lo más alto en Estados Unidos son cada vez menores que en muchos países de Europa. Siendo su realidad todo lo contrario: pobreza, escasez, falta de oportunidades y el limitado acceso a la educación y a los servicios de salud.

2.2. El desempleo

Sin lugar a dudas una de las principales fuentes de desigualdad es el desempleo. Es de llamar la atención el caso de los trabajadores estadounidenses, quienes han sido víctimas de su propio éxito: su alta productividad ha sido su perdición. A medida que los obreros industriales se esforzaron por buscar trabajo en otros sectores, los salarios de esos otros sectores se resintieron. El boom de la bolsa y la burbuja inmobiliaria de principios del siglo XXI contribuyeron a ocultar la dislocación estructural que estaba viviendo Estados Unidos de América. La burbuja inmobiliaria proveyó trabajo a algunos norteamericanos que habían perdido sus empleos, esta burbuja alimentó un boom del consumo que les permitió vivir por encima de sus posibilidades.

Sin embargo, la crisis ha demostrado lo equivocadas que eran esas ideas acerca del mercado de trabajo. Estados Unidos que supuestamente tiene el mercado laboral más flexible, ha tenido un rendimiento peor que otros países. Y la razón es obvia: los recortes salariales reducen la demanda total y agravan la crisis.

Los enormes aumentos de la productividad en el sector manufacturero, muy superiores al aumento de la demanda, han significado invariablemente que una parte de la mano de obra haya tenido que abandonar ese sector, al igual que los enormes aumentos de la productividad agrícola durante los años previos a la Gran Depresión significaron que una parte de la mano de obra tuviera que abandonar la agricultura y trasladarse al sector manufacturero.

Por lo que para Stigliltz (2012) el cambio en los sectores productivos ha sido uno de los elementos claves en el aumento de la desigualdad en Estados Unidos de América, así como en los últimos sesenta años, en donde la oferta y la demanda de trabajadores cualificados y no cualificados ha variado de tal forma que al principio se redujeron y después se aumentaron las diferencias salariales.

Los mercados de trabajo de Estados Unidos de América se parecen cada vez más a los de Europa, con una tasa de desempleo no solo elevada, sino de larga duración. La escasa demanda provocada por la recisión ha creado pocas vacantes. El resultado es un nivel de salarios estancados e incluso en disminución.

2.3. La discriminación

La discriminación es otra importante fuerza social que influye en la desigualdad. En los últimos tiempos se han generado factores que fomentan conductas discriminatorias como la “discriminación implícita” que si bien no es intencionada, está fuera de la conciencia de quienes la llevan a cabo y que va en contra de lo que esas personas piensan o defienden para su organización (Stiglitz, 2012).

Barba (2012) explica como la discriminación se experimenta cada día con la pérdida de derechos y la desigualdad para acceder a ellos, como un riesgo de ser objeto de violencia e incluso de perder la vida debido a las características específicas de quienes son víctimas de este tipo de prácticas. La discriminación se manifiesta en la negación del ejercicio igualitario de oportunidades, libertades y derechos de cualquier persona o grupo social, cuando son excluidos y puestos en desventaja para poder desarrollar de manera plena su vida, por factores de tipo étnicos, sociales, culturales, religiosos, etarios y sexuales, colocándose en una posición de alta vulnerabilidad.

Las formas que asume la discriminación son muy diversas, ya que se puede discriminar desde distintos ámbitos, desde la familia hasta las instituciones públicas, desde lo laboral hasta lo mediático, pasando por los terrenos de la educación, la salud, el mercado, la sexualidad, entre otros.

Como sociedad no hemos alcanzado la madurez ni hemos tenido la conciencia y la sensibilidad hacia ciertos grupos vulnerables, tampoco hemos puesto en práctica valores como son el respeto, la tolerancia y la prudencia, y como bien reza un proverbio: “mis derechos comienzan donde terminan los tuyos” o como lo señaló el Benemérito de las Américas, Benito Juárez, “el respeto al derecho ajeno es la paz”. Es una urgencia que las sociedades de todo el planeta aprendamos a reconocer que nuestras diferencias no nos hacen diferentes, por el contrario, en medio de una multipolaridad de rasgos y características propias de cada ser humano, debemos aprender a aceptarnos, a respetarnos y a tolerarnos mediante un dialogo abierto, cortes y respetuoso que nos permita crecer a todos por igual como seres humanos y pensantes que somos.

2.4 La globalización

Para Bravo (2012) la globalización es un proceso económico, social y cultural heredado del siglo XX cuyo alcance en todo el planeta hace que todos los países se encuentren interconectados. La interconexión financiera, económica, política, cultural que relaciona a los países, instituciones, pueblos de todo el mundo genera nuevas formas organizativas, nuevas visiones sociales pero también nuevos problemas en cada uno de estos ámbitos.

Las actuales reglas de la globalización están contribuyendo a una creciente desigualdad. Stiglitz (2012) denuncia que la globalización tal y como se está gestionando actualmente, no promueve ni la eficiencia ni la equidad global; tanto la globalización del comercio (la circulación de bienes y servicios) como la globalización de los mercados de capitales (la integración internacional de los mercados financieros) han contribuido el aumento de la desigualdad, en diferentes maneras, causando grandes estragos en el ámbito laboral, en el ámbito de las tecnologías y en los sistemas financieros.

2.4.1. Los estragos en el ámbito laboral

Derivado de las crisis provocadas por el sector financiero, los trabajadores y las pequeñas empresas han tenido que soportar la mayor parte de los costes. Estas crisis han venido acompañadas de altos índices de desempleo, lo que empuja los salarios a la baja, de manera que los trabajadores se ven doblemente perjudicados. La forma en que se ha gestionado la globalización ha conducido de por sí a unos salarios todavía más bajos, porque se ha reducido al mínimo la capacidad de negociación de los trabajadores. Las empresas pueden decirles a los trabajadores sencillamente que sí no aceptan unos salarios más bajos y unas peores condiciones de trabajo, simplemente la compañía se trasladará a otro lugar.

La globalización ha creado un mercado mundial que ha puesto a esos mismos trabajadores en competencia directa con los trabajadores homólogos del extranjero, por lo que ambos factores empujan a la baja los salarios. En muchas ocasiones los mismos trabajadores adoptan la idea de que, “un empleo malo que no implique un salario digno es mejor que no tener empleo”.

2.5. La gestión del gobierno

En Estados Unidos de América, como en muchos otros países capitalistas, las políticas del gobierno han sido esenciales para la creación de la desigualdad.

La desigualdad es consecuencia de unas políticas gubernamentales que configuran y dirigen las fuerzas de la tecnología, los mercados y las fuerzas sociales. Lo cual lleva en sí una nota de esperanza pero también de desaliento: de esperanza porque significa que si bien la desigualdad no es inevitable sólo mediante un cambio de políticas se puede lograr una sociedad más eficiente y más igualitaria; por otro lado de desaliento, porque los procesos políticos que dan forma a esas políticas son muy difíciles de cambiar.

Entre los fallos de las políticas están los de la estabilización macroeconómica, la desregulación de las industrias y la insuficiente inversión en infraestructuras, en enseñanza pública y en investigación.

En una democracia donde existe un alto nivel de desigualdad, la política también puede ser desequilibrada y la combinación de una política desequilibrada dedicada a gestionar una economía desequilibrada puede ser letal. La desigualdad genera inestabilidad, la propia inestabilidad genera más desigualdad, lo que constituye en sí un círculo vicioso.

Se debe de reconocer que las fuerzas del mercado son reales y están condicionadas por los procesos políticos, y los mercados están condicionados por las leyes, las normativas y las instituciones. De ahí que el gobierno contribuye a conformar las fuerzas del mercado, de manera que ayuda a algunos a expensas de otros, y muy frecuentemente quienes reciben esa ayuda son los de más arriba.

Stiglitz (2012) advierte que los vacíos legales y las disposiciones especiales han desvirtuado los impuestos en tal forma que ha pasado de aportar el 30% de los ingresos de la Administración Central en Estados Unidos de América a mediados de los años cincuenta hasta menos del 9% en la actualidad. Una desigualdad creciente, combinada con un sistema defectuoso de financiación de las campañas, plantea el riesgo de convertir el sistema judicial de Estados Unidos de América en un simulacro de justicia. Puede que algunos sigan llamándolo el “imperio de la ley” pero hoy en día, en Estados Unidos, la orgullosa reivindicación de “justicia para todos” está siendo sustituida por la más modesta “justicia para quienes puedan permitírsela”.

2.5.1. El poder político

Stiglitz (2012) señala que la política es el campo de batalla para las disputas sobre cómo se reparte la tarta económica de un país. Es una batalla, en el caso de Estados Unidos de América, que ha venido ganando el 1%, es decir, los más ricos.

La política configura los mercados; la política determina las reglas del juego económico y el terreno de juego está inclinado a favor del 1%. Por lo menos en parte, eso se debe a que el 1% también determina las reglas del juego político.

Hoy en día en Estados Unidos, cómo en muchas otras democracias de todo el mundo, la desconfianza en el sistema político ha ido en aumento.

Las libertades de todo individuo deben restringirse cuando causan perjuicio a los demás.

La libertad de contaminar de un individuo priva a otro de su salud. La libertad de una persona de conducir a toda velocidad priva a otra de su derecho a no resultar herida. Desafortunadamente en el caso de los ricos, no se les restringe en nada ya que utilizan su poder político para garantizar el mantenimiento de la desigualdad, en vez de encausarlo para lograr una economía y una sociedad más igualitaria y justa.

Por eso el poder –el poder político- es tan importante. Si el poder económico de un país acaba repartiéndose de una forma demasiado desigual, sin lugar a dudas tendrá consecuencias políticas desiguales.

2.5.2. La corrupción

Para Malen (2002) la corrupción ha acompañado el devenir del ser humano desde siempre: en la política, en los actos de gobierno, en el mercado y en la vida social.

Trejo (2010) explica que la corrupción puede ocurrir en cualquier momento y lugar, ya sea que en una empresa se lleve a cabo una colusión con algún proveedor para dejar de manera ilegal fuera del mercado a algún tercero o para establecer distorsiones de precios que aumenten sus propios beneficios, o bien, que un funcionario haga uso de información privilegiada para mejorar su situación o que un político abuse de su posición a fin de obtener beneficios para sí o para terceros. Si bien muchos de estos actos poseen ya una denominación particular en las distintas legislaciones o en normas ético-morales no escritas como lo son el soborno, el cohecho, la extorsión, la prevaricación, el abuso de poder, la colusión, entre otros, siguen siendo en sí mismos actos corruptos.

Para Rose-Ackerman (2009) la corrupción puede producir ineficiencia y falta de equidad, pudiendo socavar la legitimidad de un Estado. Tanto el sector público como el privado están involucrados de lleno en la corrupción (Stiglitz, 2012).

La corrupción es per se una fuente de desigualdad, pues crea una separación entre quienes tienen el poder para actuar, de decidir o de obligar, y los que no lo tienen; o entre aquellos que poseen dinero y pueden hacer uso discrecional de él, y aquellos que sólo dependen de la ley para cumplir sus objetivos (Trejo, 2010).

De ahí que resulte importante que los gobiernos en coordinación con el sector privado desarrollen estrategias anticorrupción que permitan propiciar un ambiente de igualdad y equidad en la sociedad, lo cual ha quedado entredicho con una serie de escándalos en gobiernos tanto de la Unión Europea como de América del Norte.

2.6. Las Teorías económicas

La puesta en marcha de la teoría económica del goteo en Estados Unidos de América: “dar más dinero a los de arriba, beneficia a todo el mundo porque da lugar a un mayor crecimiento”, ha generado el aumento de la desigualdad, como resultado se tiene un menor crecimiento y el tamaño de la porción que ha recibido la mayoría de estadounidenses ha ido en pique. Por lo que se debe de invertir la economía del goteo pero hacia arriba, dándole más a los de abajo y a los de en medio.

Como resultado de esta teoría económica del goteo, Stiglitz (2012) maneja cifras alarmantes que contrastan el estatus entre ricos y pobres en la unión americana:

Teniendo graves consecuencias, ya que Estados Unidos de América tiene el nivel más alto de desigualdad entre los países industrializados avanzados, y este nivel de desigualdad está aumentado en términos absolutos. Por lo que el reto de dicho gobierno es crear una sociedad más equitativa que pueda generar una economía más dinámica.

2.7. Las políticas del Fondo Monetario Internacional

El Fondo Monetario Internacional (FMI, 2013) fue creado en 1945 con el propósito de mantener la estabilidad de la economía mundial así como para evitar otra crisis como la que se vivió en 1929. Entre sus funciones destacan el fomentar la cooperación monetaria internacional, afianzar la estabilidad financiera, facilitar el comercio internacional, promover un elevado empleo así como un crecimiento económico sostenible, reduciendo la pobreza en el mundo entero.

El evitar las crisis financieras y el reducir la pobreza en el mundo entero, son dos puntos que han quedado entre dicho, ya que a lo largo de la historia, el FMI ha impuesto unas políticas de contracción a los países que han afrontado una crisis económica, aplicando las llamadas políticas de “ajuste estructural” –que fuerzan la privatización y la liberalización-, y que a menudo no han generado crecimiento, sino por el contrario, graves dificultades económicas, sobre todo entre los pobres.

Martone (2004) ha denunciado que las políticas del FMI han contribuido de manera determinante a llevar a todo un continente a la pobreza y a la inestabilidad social y política. Los efectos desestabilizadores de los modos y las estrategias de intervención del FMI en América Latina, y la ampliación desmedida de su competencia institucional, comprueban la urgencia de una recomposición de los sistemas económicos y financieros globales, a través del desarrollo de normas que puedan distribuir de forma equitativa derechos y obligaciones entre los países acreedores y los países deudores.

Para hacer frente a los males de siempre: excesivo endeudamiento del Estado, monedas artificialmente sobrevaluadas, parálisis de empresas estatales, excesivo proteccionismo y desequilibrios fiscales, el FMI ha dictado una serie de políticas que a menudo han fracasado, motivo por el cual no se puede hablar de la posibilidad de desarrollo humano ni de la justicia social para los países de Latinoamérica, sino de una marcada desigualdad.

La austeridad del FMI ha convertido las crisis económicas de Asia Oriental y de Latinoamérica en recesiones y depresiones; actualmente, la austeridad autoimpuesta y forzosa en numerosos países europeos (Reino Unido, Letonia, Grecia, Portugal) está teniendo exactamente el mismo efecto.

La crisis de Europa no es fortuita, la ha provocado un exceso de austeridad –unos recortes en los gastos del gobierno que, como era previsible, condujeron a la recesión de 2012- y un ordenamiento monetario defectuoso: el euro. Los países únicamente fueron capaces de ponerse de acuerdo en apretarse aún más el cinturón, lo que ha empujado a Europa a una segunda recesión.

Si se echa un vistazo por toda Europa, entre los países a los que mejor les va están Suecia y Noruega, con sus sólidos estados del bienestar y sus grandes gobiernos, pero esos países decidieron no incorporarse al euro. Reino Unido no está en crisis, aunque su economía está pasando por un mal momento: decidió no incorporarse al euro, pero también decidió aplicar el programa de austeridad, y recientemente a través del “brexit” separarse de la Unión Europea.

3. Conclusiones

El gobierno de Estados Unidos de América no ha logrado diseñar políticas públicas que logren sacar al sector menos favorecido, esto es a los pobres, de su deplorable condición. Su mala gestión macroeconómica en todas sus manifestaciones ha sido y es una importante fuente de desigualdad. Replicándose estas fallas en países tanto desarrollados como subdesarrollados.

Si bien es posible vender bienes en el mercado, también pueden venderse las ideas, y sobre todo las ideas en las que se sustentan las políticas que están generando la desigualdad no solo en Estados Unidos de América, sino en todos los países del mundo entero.

Resulta urgente diseñar nuevos procesos que sean más equitativos y transparentes para la prevención de las recurrentes crisis financieras, la erradicación de la pobreza, el desempleo, la discriminación y la corrupción, que contribuyan a contrarrestar los males del siglo XXI.

4. Referencias

Barba, C. (2012). Encuesta Nacional sobre Discriminación en México 2010. (Spanish). Espiral, 19(54), 261-270. Recuperado de: http://web.ebscohost.com/ehost/detail?vid=4&sid=65815a53-c8e5-4014-93e4-993ce44da029%40sessionmgr111&hid=112&bdata=JnNpdGU9ZWhvc3QtbGl2ZQ%3d%3d#db=zbh&AN=85973047

Bravo, E. (2012). Globalización, innovación tecnológica y pobreza. Aproximación a las nuevas conceptualizaciones en Latinoamérica. (Spanish). Espacio Abierto. Cuaderno Venezolano De Sociología, 21(3), 543-556 http://web.ebscohost.com/ehost/pdfviewer/pdfviewer?sid=9423f28a-78c4-47aa-b3ec-314fd5f7f025%40sessionmgr115&vid=4&hid=114

Dubois, A. (2001). La tensión entre medición y definición en el concepto alternativo de pobreza y bienestar del desarrollo humano. En: Ensayos sobre el desarrollo humano. Barcelona. Icaria Editorial SA.

Fondo Monetario Internacional FMI. (2013). Ficha técnica. Recuperado de: http://www.imf.org/external/np/exr/facts/spa/glances.htm

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Rose-Ackerman, S. (2009). Corruption. Center on International Cooperation. Recuperado de: http://www.cic.nyu.edu/archive/pdf/E4AntiCorruptionMeasureSRAckerman.pdf

Stiglitz, J. (2012). El precio de la desigualdad. España.Taurus.

Trejo, A. (2010). Corrupción y desigualdad en la Unión Europea. (Spanish). Revista De Estudios Sociales, (37), 106-120. Recuperado de: http://web.ebscohost.com/ehost/detail?vid=3&sid=6904b013-87ef-4c21-95ef-d7a3875eaebb%40sessionmgr110&hid=108&bdata=JnNpdGU9ZWhvc3QtbGl2ZQ%3d%3d#db=zbh&AN=58103282

5. Imagen del libro

[a] Profesores de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.