Geografía del voto en las elecciones presidenciales de 2012: el caso del estado de Hidalgo
Geography of the Vote in the Presidential Elections of 2012: The Case of the State of Hidalgo

Resumen

Este artículo de investigación busca comprender la distribución espacial de la votación en las elecciones presidenciales de 2012. Para ello, se analizan los resultados electorales en las secciones del estado de Hidalgo. Sobre lo que preguntamos: ¿cómo se distribuye el voto en las secciones?, y ¿existe relación entre la votación de los partidos, el abstencionismo y la votación nula? El estudio estadístico utiliza como unidad de análisis a la sección electoral (N: 1705). Los datos para la investigación provienen de los cómputos distritales por casilla de las elecciones presidenciales de 2012 (IFE, 2012). Los hallazgos de esta investigación se insertan, por un lado, en los estudios del comportamiento electoral; y, por otro lado, en el debate teórico y metodológico, que revaloriza el papel del espacio geográfico seccional en el análisis electoral.


Palabras clave: elecciones, geografía, comportamiento, Hidalgo

Abstract

This research seeks to understand the spatial distribution of the vote in the Presidential Elections of 2012. The electoral results are analyzed in the different sections of the State of Hidalgo. We ask: ourselves how is the vote distributed in those sections? And, is there a relationship between the voting of the Parties, the restraining from voting and the null vote? The statistical study uses the electoral section as an analysis unit (N: 1705). The data for the investigation comes from the district´s counting of votes in the 2012 Presidential Elections. The findings of this investigation are inserted, on the one hand, in the studies of electoral behavior; and, on the other hand, in the theoretical and methodological debate that revalues the role of the geographical sectional space in the electoral analysis.


Keywords: elections, geography, behavior, Hidalgo.

Introducción

Las elecciones de 2012 generaron un gran interés, tanto a nivel estatal como federal, debido a las incertidumbres generadas por el proceso postelectoral de 2006 y al posible regreso del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que gobernó México durante 71 años (Gómez, 2013). A pesar de que las encuestas sobreestimaron la diferencia entre Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador, se configura una votación dividida en tres tercios, con una izquierda más fragmentada (cuatro partidos políticos), pero con capacidad de formar alianzas pragmáticas para el acceso al poder. Esto representa un cambio en las formas de competencia electoral, al tiempo que favorece alianzas más pragmáticas que ideológicas con una tendencia a posicionarse en el centro político.

Este proceso electoral mostró que el PRI vuelve al gobierno producto de la alternancia pero con un frágil apoyo tan solo superior al 30% del electorado. Lo que lo obligó a realizar acuerdos y consensos de gobernabilidad como fue el “Pacto por México”, ya que a diferencia del periodo pre-transición, el partido en el poder no tiene una mayoría absoluta en la cámara de diputados, lo que le hubiese permitido controlar la agenda legislativa.

En esta investigación intentamos explicar lo sucedido en las elecciones presidenciales de 2012 en el estado de Hidalgo, determinando la relación de la votación entre los partidos y su posible vínculo con el abstencionismo y la votación nula de las secciones electorales. Al tiempo que también buscamos conocer la existencia de una espacialidad en el comportamiento electoral. Para ello nos preguntamos: ¿Cómo se distribuye el voto en las secciones electorales de Hidalgo? y ¿Existe una relación entre la votación de los partidos, el abstencionismo y la votación nula? Para atender estas preguntas, en primer lugar, buscamos analizar los resultados electorales en las secciones de Hidalgo, en segundo lugar esperamos identificar los efectos del abstencionismo y la votación nula en la variabilidad de la votación por los candidatos y, en tercer lugar, esperamos señalar la relación entre la votación de cada uno de los candidatos a la presidencia en 2012.

Estas interrogantes han sido expuestas en diversas investigaciones que han estudiado el comportamiento electoral en México (Aguirre, 2015; Aziz, 2014; Díaz, Magaloni et al, 2012; López, 2014; Meyer 2013; Crespo, 2010; Gómez-Tagle, 2009; Moreno, 2003;).  De allí que este estudio abone evidencia para comprender, desde una óptica cuantitativa y analítica, la competencia electoral, la diferencia entre los electorados y la prevalencia diferenciada de los partidos políticos en distintas regiones de México. Ello permite plantear como hipótesis la existencia de un comportamiento electoral diferenciado, competitivo y aleatorio respecto a la relación entre la votación nula, el abstencionismo y los votos por partidos. A la vez que estos también tienen una distribución aleatoria en el espacio electoral (secciones) configurando con ello una geografía de las elecciones presidenciales de 2012 en México y el estado de Hidalgo.

Para realizar el análisis estadístico utilizamos como unidad de agregación a la sección electoral, ya que es un espacio controlado poblacionalmente que permite asociar la votación del ciudadano con el dato agregado que representa el voto del mismo ciudadano (Cadena y Campos, 2012). El trabajo a nivel agregado tiene sus limitaciones, sin embargo debido al tamaño de la población (N=1705) es que las probabilidades de error asociado a la agregación se ven consistentemente disminuidas. De esta manera, el análisis electoral a escala seccional favorece las conexiones analíticas entre las variables y permite controlar aspectos que en escalas mayores no es posible advertir (Hernández, 2015). La unidad de análisis seccional constituye un buen espacio para ofrecer evidencia empírica y nuevas explicaciones del comportamiento electoral en México y, particularmente, en Hidalgo durante las elecciones presidenciales de 2012 (Díaz, Magaloni et al 2012, Cordera Campos, 2012).

En los últimos cinco años han aparecido nuevas investigaciones que trabajan con las secciones electorales, lo cual ha sido posible gracias a la disposición de bases de datos desagregados en este nivel geográfico[1]. Esto amplía las posibilidades del análisis estadístico y geográfico electoral (Palma y Morales, 2014). Lo anterior se suma a una creciente tendencia en los estudios electorales mexicanos que ha revalorizado el espacio geográfico en la explicación de los hechos electorales (Vilalta, 2008; 2006; Sonnleitner, 2007; Gómez-Tagle, 2009; Alberro y Suarez, 2011; Lizama, 2012).

Los datos para la investigación fueron tomados de los cómputos distritales por casilla de las elecciones presidenciales de 2012 (IFE, 2012). Con ellos se preparó una base de datos agregada a nivel seccional compuesta por 10 variables y 5 identificadores. En la base de datos se crearon las proporciones de abstencionismo, sufragios nulos y votos por los candidatos a la presidencia, además se construyeron tres nuevas variables (ganador en la sección, segundo lugar en la sección y diferencia entre primer y segundo lugar), adicionalmente se recodificaron dos variables (porcentaje de voto nulo y proporción de abstencionismo) en niveles alto, medio y bajo para realizar un análisis descriptivo. De la base de datos se eliminaron 22 secciones por inconsistencia en la información. De esta manera trabajamos con 1683 secciones electorales (N) del estado de Hidalgo.

En el primer apartado se presenta una descripción del comportamiento de las secciones electorales a nivel federal y estatal (Hidalgo), en la segunda sección se comentan los resultados de la investigación, señalando la importancia de las variables políticas en la explicación del comportamiento de las secciones del Estado de Hidalgo en las elecciones presidenciales de 2012.

Los hallazgos de esta investigación se insertan, por un lado, en la discusión que atiende las implicaciones del comportamiento electoral para el sistema democrático (Colomer, 2004); y, por otro lado, en el debate teórico y metodológico que revaloriza el papel del espacio geográfico seccional en el análisis de los fenómenos electorales.

1.- Las elecciones presidenciales de 2012 en México y estado de Hidalgo

Las elecciones presidenciales de 2012 concitaron un gran interés de la opinión pública estatal, nacional e internacional, debido a la incertidumbre generada por el proceso postelectoral de 2006 y a los temas críticos como la violencia, la delincuencia organizada, la pobreza y los medios de comunicación (Rodríguez, 2014; Reveles, 2012; Sandoval, 2012). A lo que se debe sumar una creciente desconfianza en las instituciones públicas y democráticas, según estudios como la Encuesta Nacional de Cultura Política y Prácticas Democráticas (ENCUP, 2012). En este contexto el proceso electoral federal 2012 se desarrolló con normalidad en las 143,149 casillas de las 66,268 (39,515 rurales y 26,753 urbanas) secciones electorales de los 300 distritos del país. El 2 de julio, los ciudadanos mexicanos fueron convocados para elegir al presidente de la república, 128 senadores y 500 diputados federales. Además, se realizaron procesos electorales coincidentes en 876 ayuntamientos y 7 entidades federativas. El padrón electoral fue de 84,464,713 y la lista nominal de 79,454,802, lo que presenta una cobertura del 94%. En este contexto presenciamos una activa participación de 50,323,153 ciudadanos que significa el 63.3% de la lista nominal.

De esta manera, los resultados de los cómputos distritales del IFE (2012) indican que a nivel nacional se impuso, con una mayoría relativa, Enrique Peña Nieto (EPN) candidato de la Coalición Compromiso por México (PRI-PVEM) con 19,226,784 votos (38.2%). El  segundo lugar fue para Andrés Manuel López Obrador (AMLO) candidato de la Coalición Movimiento Progresista (PRD-MC-PT), con 15,896,999 votos (31.5%). En tercer lugar se ubicó Josefina Vázquez Mota (JVM), candidata del Partido Acción Nacional con 12,786,647 votos (25.4%) y, en cuarto lugar quedó Gabriel Quadri de la Torre (GC) del Partido Nueva Alianza con 1,150,662 (2.2%). Respecto de la votación nula, disminuyó consistentemente en relación al 2006, pasando de un 5.4% a un 2.4 % de votos nulos. Asimismo, el abstencionismo electoral con un 36.7% decreció en relación a lo observado en las elecciones presidenciales de 2006 (41.5%) y fue similar respecto al proceso electoral del 2000 (36.1%), lo que representa un cambio en la tendencia al alza observada en el periodo 1994-2006.

A nivel de secciones electorales, en el siguiente mapa se aprecia la distribución de las preferencias obtenidas por los tres principales candidatos presidenciales.

Mapa 1. Candidato ganador en las secciones de las elecciones presidenciales de 2012

Fuente: Elaboración propia con datos de IFE (2012), Sistemas de cómputos distritales 2012.

En el mapa se observa que la concentración espacial del voto es diferenciada con zonas específicas de mayor competitividad electoral, en donde la votación de la izquierda es menos competitiva en el norte, a diferencia de lo que sucede en el sur. A su vez, el Partido Acción Nacional es más competitivo en zonas específicas del país. En cambio, el Partido Revolucionario Institucional tuvo una alta competitividad electoral en la mayoría de las secciones electorales, lo que le permitió alcanzar la mayoría de los votos.

De esta manera, se observa una dinámica territorial de concentración de electores, ya que se aprecia una competencia concentrada en espacios concretos. Así en el sur y sur-oeste del país la votación de Andrés Manuel López Obrador fue mayor que en el resto del territorio, lo que fue una limitante importante para obtener el triunfo. Mientras en el caso de Josefina Vázquez Mota obtiene el triunfo en secciones electorales de los Estados del centro de la república (Bajío) y el sur-este, en particular en la zona del golfo de México (Veracruz). Por el contrario, el PRI es competitivo en buena parte del país, ya que obtiene el triunfo en la mayoría de las secciones y éstas se distribuyen aleatoriamente en todo el territorio mexicano.

En el estado de Hidalgo, el 2 de julio de 2012 se instalaron 3,423 casillas en las 1,705 secciones electorales, en donde votaron 1,225,262 ciudadanos y el resultado fue similar a los sucedido a nivel nacional. Como se observa en el grafico 1, en Hidalgo EPN consiguió la primera mayoría con el 42.2% (517,344 votos), en segundo lugar quedó AMLO con 33.6%, (412,315 votos), JVM alcanzó el 17.5% (215,204 votos) y GC quedó en último lugar con 4.1% (50,225 votos). En el caso de la votación nula, alcanzó el 2.4% (29,862 votos) y la participación electoral se elevó a 65.7%.

Gráfico 1. Resultados de las elecciones presidenciales (2012) en México y el Estado de Hidalgo

Fuente: Elaboración propia con datos de IFE (2012), Sistemas de cómputos distritales 2012.

En el anterior gráfico se observa que el comportamiento electoral en Hidalgo fue similar a lo ocurrido a nivel federal, sin embargo en la entidad la votación para EPN fue mayor en 4 puntos respecto al país. De igual forma AMLO incrementó su votación en 2 puntos, JVM disminuyó en 8 puntos y GC aumentó en el doble su votación respecto a lo sucedido a nivel federal. Por último, los votos nulos se mantuvieron igual y la participación creció en 2.4 puntos respecto a la media nacional. Estos resultados muestran la fuerte influencia del PRI en Hidalgo, esto se explica debido a que este partido tiene una estructura territorial con mayor capacidad para movilizar a los electores, lo que se traduce en un aumento de los niveles de participación (Gómez Tagle, 2009). A pesar de estas características específicas, consideramos que en el estado de Hidalgo se presentó un comportamiento similar y alineado a los resultados a nivel nacional.

A nivel nacional encontramos que en las elecciones presidenciales de 2012 EPN fue ganador en 35,173 (53.3%) secciones electorales, seguido por AMLO quien triunfó en 19,114 (28.8%), en tercer lugar quedó JVM con 11,663 (17.5%) espacios seccionales con mayoría de votos[2].  En el estado de Hidalgo el triunfo  de EPN fue muy amplio, ya que consiguió ser la primera mayoría en 1,210 (71%) secciones electorales. Más atrás aparece AMLO con 427 (25%) secciones en las que resultó ganador. La caída de la votación del PAN a nivel nacional tuvo una expresión concreta en Hidalgo, ya que su candidata JVM logró imponerse en tan sólo 37 (2.1%)  de las 1,705 secciones electorales.

En el estado de Hidalgo, el mapa 2 muestra que en la mayoría de las secciones electorales ganó Enrique Peña Nieto, siendo su competidor más cercano Andrés Manuel López Obrador, mientras Josefina Vázquez Mota logra el triunfo en muy pocas secciones. Esto es evidencia de la hegemonía del PRI y su estructura de operación político-electoral en la entidad (único partido que ha gobernado el Estado de Hidalgo).

Asimismo, se observa la presencia focalizada de la izquierda en regiones como la sierra hidalguense, el valle del mezquital, la zona metropolitana (Pachuca y Mineral de la Reforma) y zonas de la huasteca.

Mapa 2. Resultados de las elecciones presidenciales de 2012 en las secciones del Estado de Hidalgo

Fuente: Elaboración propia con datos de IFE (2012), Sistemas de cómputos distritales 2012.

En la siguiente gráfica de dispersión se observan cada una de las secciones electorales de Hidalgo distribuidas según la votación de los principales candidatos a la presidencia. Con lo que se aprecia la diferencia entre el ganador y los demás competidores.

Gráfico 2. Las secciones electorales de Hidalgo según los resultados de los candidatos presidenciales en 2012

Fuente: Elaboración propia con datos de IFE (2012), Sistemas de cómputos distritales 2012.

En el gráfico 2 se aprecia el predominio de la votación de EPN, ya que en la mayoría de las secciones en las que AMLO tiene un bajo porcentaje de votos (menor a 30%) existe un grupo importante de secciones que con alta votación para EPN, también presentan una baja votación para JVM. Esto evidencia electorados divididos políticamente en dos grandes campos en el estado de Hidalgo. Por un lado, la votación históricamente vinculada al PRI la cual constituye una mayoría histórica, y por otra parte, existen electorados que identificados con el cambio político y la alternancia tienden a votar, ya sea por el PAN o el PRD (en los extremos del eje izquierda-derecha) dependiendo de las posibilidades reales de ganar respecto al PRI. Lo que implica una alta movilidad de actores políticos y configura escenarios más propicios para la configuración de una política electoral de alianzas.   

El gráfico 3 muestra las diferencias entre el primer y segundo lugar de votación en las secciones electorales de Hidalgo, en donde la distancia promedio entre los candidatos presidenciales fue de 17.9 puntos porcentuales.

Gráfico 3. Diferencia entre los candidatos en primer y segundo lugar en las secciones electorales de Hidalgo en 2012.

Fuente: Elaboración propia con datos de IFE (2012), Sistemas de cómputos distritales 2012.

En el anterior histograma observamos la existencia de competitividad electoral en las secciones del Estado de Hidalgo, por ejemplo en el 40% de las secciones, la diferencia entre el primero y el segundo fue de 10 puntos porcentuales o menos y tan sólo en un 10% de las secciones existió una diferencia del 50% o más entre el primer y segundo lugar en las pasadas elecciones presidenciales de 2012. Esto contrasta con los diferenciales que presentaba en elecciones anteriores el Partido Revolucionario Institucional, ya que en promedio existían diferencias de al menos 20 puntos porcentuales en anteriores elecciones.

2.- Comportamiento de las secciones del Estado de Hidalgo en las elecciones presidenciales de 2012

a) Abstencionismo electoral

La participación es fundamental para los sistemas políticos, ya que de ella depende la constitución legítima del poder y la integración de los ciudadanos a un cuerpo de autoridad (Córdova, 2007; Nohlen, 2004; Salazar y Temkin, 2003). En México en los distintos niveles de gobierno y representación, la participación electoral ha sido un elemento que ha definido la transición a la democracia (Merino, 2003). Por lo anterior, la preocupación por el abstencionismo es fundamental en el análisis del comportamiento electoral tanto a nivel nacional como estatal (Lizama, 2012).

En el estado de Hidalgo, el abstencionismo en las pasadas elecciones presidenciales alcanzó el 34.3% de la votación, 2.5 puntos por debajo del promedio nacional de 36.7%. De esta manera, esta entidad presenta niveles medios-bajos de abstencionismo electoral, lo que refrenda la posición participativa de Hidalgo frente a otras entidades federativas. Lo que en buena medida depende de la estructura de operación política y de la movilización del electorado, la cual es mayor en entidades que no han experimentado alternancia en el poder.

Cuadro 1. Tabla de contingencia: Abstencionismo en las elecciones presidenciales de 2012 en el estado de Hidalgo.

Fuente: Elaboración propia con datos de IFE (2012), Sistemas de cómputos distritales 2012.

En el cuadro anterior y el gráfico 4, observamos en Hidalgo que 516 (30.8%) secciones tienen un abstencionismo bajo [30% o menos], 842 (50.3%) tienen una abstención media [30-40%] y 316 (18.9%) presentan un alta [40% o más] ausencia de votantes en las urnas. Asimismo, en las secciones en donde ganó JVM, en un 94% tienen un abstencionismo medio-bajo, por el contrario los espacios que ganó EPN presentan en un 70% un nivel de abstención medio-alto y un 81% de las secciones en las que AMLO resultó ganador tienen un abstencionismo medio-alto. Lo que indica que la ausencia de electores no favoreció ni perjudicó a ningún candidato en las elecciones presidenciales de 2012.

Gráfico 4. Niveles de abstencionismo en las elecciones presidenciales de 2012 en el Estado de Hidalgo

Fuente: Elaboración propia con datos de IFE (2012), Sistemas de cómputos distritales 2012.

b) Votación nula

En México la votación nula[3] ha sido constante en torno al 2.5%, salvo en 2009 cuando los votos nulos alcanzaron un 5.4%.Una de las causas del crecimiento de la votación nula en 2009 se debió al llamado de Organizaciones de la Sociedad Civil y líderes de opinión para anular el voto como expresión del descontento “contenido” con el sistema político y en particular con los partidos.

En Hidalgo, durante las elecciones presidenciales de 2012, la votación nula, tanto a nivel federal como estatal, alcanzó el 2.4% del total de sufragios emitidos. Como se observa en el cuadro 2 y gráfico 5, del total de secciones electorales un 23.6% (395) tienen una votación nula baja, un 32.2% (538) media y un 44.2% (739) presentan una proporción de votos nulos alta. De esta manera, en el estado de Hidalgo EPN tienen una votación nula media-alta en el 79.7% de las secciones en las que resultó ganador. De forma similar, AMLO presenta un 66.8% de secciones ganadoras que además presentaron una votación nula media-alta y JVM en un 75.7% de las secciones que ganó tuvo un nivel medio-alto de votos nulos. 

Cuadro 2. Tabla de contingencia: Votos nulos en las elecciones presidenciales de 2012 en el estado de Hidalgo

Fuente: Elaboración propia con datos de IFE (2012), Sistemas de cómputos distritales 2012.

Gráfico 5. Niveles de votos nulos en las elecciones presidenciales de 2012 en el estado de Hidalgo

Fuente: Elaboración propia con datos de IFE (2012), Sistemas de cómputos distritales 2012.

c) Correlaciones entre los votos nulos, el abstencionismo y la votación por los candidatos.

El análisis estadístico del comportamiento electoral en las secciones del estado de Hidalgo se realizó por medio de un análisis de correlaciones (descriptivo). Con ello se busca conocer la relación entre la votación de cada uno de los candidatos a la presidencia, el abstencionismo y la votación nula. En el siguiente cuadro (3) se aprecian los respectivos coeficientes y los niveles de significancia para las variables seleccionadas.

Cuadro 3 Correlaciones: votación nula, abstencionismo y votos por partido en Hidalgo

**. La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral)

*. La correlación es significante al nivel 0,05 (bilateral)

Fuente: Elaboración propia con datos de IFE (2012), Sistemas de cómputos distritales 2012.

En el cuadro 3 se observan valores negativos significativos mayores en valor absoluto a -0.5 entre EPN y AMLO (-0.68). Esto significa que en las secciones donde hay más proporción de votos por EPN hay menos por AMLO. A su vez, JVM en la medida que aumentó su votación disminuyó la votación de EPN (0.34) y AMLO (-0.39), estos resultados muestran la existencia de electorados divididos en el Estado de Hidalgo.

Estos resultados son coincidentes con la distribución de los partidos en el eje izquierda–derecha, en donde esperamos que mientras más se alejan del centro, sus electorados se encuentren divididos. Por lo cual es esperable que en la medida que la votación de la derecha aumente, la de izquierda disminuya y mientras más se acercan al centro del eje este efecto tienda a disminuir o desaparecer, ya que teóricamente en este punto se encuentran la mayoría de los electores, cuestión que ha sido llamada como “votante mediano” (Colomer, 2004). Los resultados plantean que en el estado de Hidalgo tanto AMLO como JVM tienen un electorado más alineado en los extremos del eje izquierda-derecha[4], en cambio los votantes de EPN se encuentran más al centro, menos ideologizados pero identificados con el priismo.

La relación entre la votación por los partidos y el abstencionismo es central en las democracias modernas, ya que delimita la estructura y la estrategia de incentivos y de acción política de estas organizaciones en el espacio. Por ello es esperable que la abstención no beneficie ni perjudique a ningún partido político, en otras palabras esperamos que el abstencionismo se distribuya aleatoriamente entre la votación de los candidatos (Lizama, 2012).

En las correlaciones del cuadro 3 no se muestran relaciones significativas entre el abstencionismo y la votación de los candidatos o los votos nulos, lo que es evidencia de la aleatoriedad de este fenómeno y, por ende, podemos afirmar que en las elecciones presidenciales de 2012 el abstencionismo no perjudicó ni favoreció a ningún candidato en el estado de Hidalgo.   

Por último, el cuadro 3 muestra los efectos de los votos nulos en los resultados de los candidatos a la presidencia, de esta forma apreciamos que únicamente los votos nulos perjudicaron la votación de AMLO (-0.19), ya que cuando aumentaron los votos nulos disminuyeron los votos por AMLO, en el resto de los casos no existen correlaciones significativas en las secciones electorales de Hidalgo.

El análisis de las secciones electorales arroja resultados para una mayor comprensión de las votaciones presidenciales de 2012. Las cuales muestran que existen relaciones específicas entre la votación de los partidos, los votos nulos y el abstencionismo electoral. Al tiempo que se observa -a nivel espacial- apoyos diferenciados a los candidatos en diversas regiones del país. Estas tendencias tienen una expresión concreta, tanto en magnitud como en intensidad, en el estado de Hidalgo. Esto permite reconocer que las entidades federativas tienen dinámicas políticas y electorales en algunos casos diferenciadas y en otros similares a lo que sucede a nivel nacional.  

Finalmente, el análisis electoral que se presenta en esta investigación se inserta en el debate teórico y metodológico que revaloriza el papel del espacio geográfico seccional en el análisis electoral (Hernández, 2015; Palma y Morales, 2014; Lizama, 2012; Cadena y Campos, 2012). Lo que también permite visualizar un reciente auge de la geografía electoral, debido a la importancia del territorio para conocer las relaciones políticas y el comportamiento electoral.

Conclusiones

Los resultados del estudio muestran que el comportamiento electoral en el estado de Hidalgo en 2012 fue similar a lo sucedido a nivel federal, específicamente notamos que el apoyo a Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador fue mayor al alcanzado por ambos candidatos a nivel federal. En cambio, Josefina Vázquez Mota disminuyó su votación respecto a la media nacional, llama la atención que Gabriel Quadri de la Torre en Hidalgo logró doblar su votación respecto al promedio federal, posiblemente esto se deba al peso organizativo y político del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) en la entidad.

En el estado de Hidalgo identificamos que existió competitividad electoral en la mayoría de las secciones, ya que la diferencia en casi la mitad de las secciones fue cercana al 10% entre el primer y segundo lugar. En la entidad la competitividad fue principalmente entre AMLO y EPN. Lo anterior nos habla de un creciente multipartidismo efectivo que será factor clave para propiciar la alternancia en el poder y el decaimiento de la cultura política hegemónica que, según Vargas (1990; 1998), ha caracterizado el comportamiento electoral en el Estado de Hidalgo.

En el proceso electoral 2012 la participación presentó un leve repunte respecto a 2006 y considerable respecto a 2009, en donde el estado de Hidalgo mantiene tendencias favorables de participación electoral. Asimismo,  se identificó que los niveles de abstencionismo en el entidad distribuyeron aleatoriamente entre los partidos, ya que no favorecieron a ninguno de los cuatro candidatos presidenciales[5]. Ahora bien, una posible hipótesis que pueda explicar la alta participación en el estado de Hidalgo es que, siguiendo a Gómez Tagle (2009), los procesos electorales con alta participación son producto de una mayor capacidad de los partidos políticos para movilizar ─legal o ilegalmente─ a los votantes y no representan un alto interés de la ciudadanía por los asuntos públicos (Gómez Tagle, 2009: 27). De esta manera, buena parte de los flujos de participación en la entidad se explican por la capacidad estructural que tienen los partidos para operar políticamente; en Hidalgo el PRI es el único instituto con capacidad operativa para movilizar a los electores en cada uno de los 84 municipios. Coincidente con lo anterior, identificamos que el PRI moviliza a los electores más convencidos y muestra la consolidación de su llamada votación dura o histórica, la misma que ha permitido que el gobierno estatal no conozca otro color político diferente al del PRI. Una muestra de ello es que en Hidalgo la votación de EPN superó en 2.4 puntos a la media nacional.

En el proceso electoral 2012 la votación nula recuperó sus niveles históricos cercanos al 2.5%, disminuyendo considerablemente respecto al 5.4% alcanzado en 2009, tras una movilización en la opinión pública a favor del anulismo como señal de protesta ante los partidos políticos. En 2012 los niveles de votación nula  en el estado de Hidalgo por un lado, fueron iguales a los resultados nacionales (2.4%), y por otro lado, se distribuyeron aleatoriamente entre los candidatos, con excepción de AMLO quien se vio perjudicado por el aumento de votos nulos en las secciones electorales.

Respecto a la relación entre los partidos (atracción o rechazo), las correlaciones muestran que en las secciones en donde crece la votación de EPN disminuye significativamente la votación por AMLO, JVM y GC. Esto muestra a electorados de apoyo divididos en el eje izquierda-derecha y que en la medida que aumenta la distancia es mayor el rechazo entre ellos. Nuestra lectura de este fenómeno es que esta división y repartición del poder es beneficiosa para las democracias emergentes como la mexicana, ya que aumentan los contrapesos para la rendición de cuentas, obliga al consenso en la acción gubernamental y mejora la representación de todos los sectores de la sociedad. Sin embargo, esto se debe acompañar de procesos de alternancia en el poder y cambios políticos que aún no se presentan en el poder ejecutivo del estado de Hidalgo.  

El análisis de las elecciones presidenciales de 2012 a nivel de secciones permitió identificar que EPN ganó gracias a la consolidación de su votación dura o histórica obtenida en las elecciones intermedias de 2009, mientras que AMLO no logró retener toda su votación de 2006 y ganar votos de otros sectores del centro y la centro-derecha. A su vez, JVM estuvo lejos de ser una candidata competitiva con posibilidades reales de ganar la presidencia de la república, lo que era previsible debido a la caída constante de la votación del PAN desde el año 2003. En Hidalgo la mayoría del PRI fue significativa y ello no muestra cambios en el comportamiento electoral de los últimos 20 años, en donde los hidalguenses se han inclinado más por la continuidad del PRI que por la alternancia y el cambio político.

De esta manera, los resultados de las elecciones de 2012 muestran a nivel federal que la democracia mexicana se encuentra en una etapa de consolidación de su transición, en donde el comportamiento electoral indica una división y repartición del poder, una mayor competitividad en las secciones electorales y una ampliación de la diversidad política entre los electores. En el estado de Hidalgo esto se ha expresado con menor velocidad e intensidad, sin embargo, los resultados de las elecciones presidenciales muestran que se están generando pequeños cambios que se expresan en un aumento de la competitividad electoral, por ejemplo la oposición en conjunto sumó un 51.1% de los votos, superando el 42.2% de la votación obtenida por Enrique Peña Nieto. Esta incipiente diversidad en el estado de Hidalgo nos habla de los avances en el proceso de transición en la democracia local y de la incipiente formación de un comportamiento electoral que paulatinamente favorezca el multipartidismo, la alternancia y el cambio político en todos los niveles de gobierno.

Referencias

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[1] Entre los nuevos sistemas de información geográfica destaca el proyecto Estadísticas Censales a Escalas Geoelectorales elaborado en conjunto por el IFE y el INEGI en 2010.

[2]Gabriel Quadri de la Torre consiguió el triunfo en 4 secciones electorales del país.

[3] La votación nula puede ser interpretada en dos sentidos, el primero como expresión de rechazo o malestar contenido con la oferta política de candidatos (partidos) en un momento coyuntural (Crespo, 2010). El segundo es que una parte de la votación nula se debe a errores de los electores a la hora de emitir el sufragio y no representan un desencanto con el sistema político.

[4] A pesar de estas diferencias en el estado de Hidalgo, tanto el PRD como el PAN han estado vinculados en torno a la oposición al PRI, en varios procesos electorales locales se han presentado con candidato único para intentar derrotar al PRI.

[5] La problemática asociada a que el abstencionismo favorezca a un partido es que se genera una estructura de incentivos contraria al impulso de la participación electoral. Más bien, en estos espacios se despliegan prácticas de cohecho y coacción del voto, por medio de compra de votos, entrega de ayudas, condicionamiento de los programas sociales, etc.

 

[a] Doctor en Geografía por la Universidad Nacional Autónoma de México. Profesor-Investigador en el Área Académica de Ciencias Políticas y Administración Pública. Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades. Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. E-mail: guillermo.lizama@gmail.com