Palabra y realidad: Una experiencia docente con el ajedrez educativo.
Word and Reality: A Teaching Experience with Educational Chess

Resumen

Este informe de investigación se presenta como un relato de algunas experiencias de intervención educativa, bajo el enfoque biográfico narrativo, en el que el ajedrez se constituyó en una herramienta pedagógica para promover el desarrollo del lenguaje y favorecer la creación literaria a través de la realización del proyecto educativo “Atrapando Palabras”, que inició en noviembre de 2016 y concluyó en julio de 2017. Atrapar palabras utilizando las piezas de ajedrez fue una actividad lúdica para aprender de forma divertida y al mismo tiempo contribuir a la animación sociocultural de la lengua en una Escuela Primaria de la Ciudad de México.


Palabras clave: Ajedrez educativo, Animación Sociocultural de la Lengua, Creación literaria, Enfoque biográfico narrativo

Abstract

Account of some experiences of educational intervention, under the narrative biographical approach, in which chess became a pedagogical tool to promote the development of language and favor literary creation through the realization of the educational project "Atrapando Palabras", which It began in November 2016 and ended in July 2017. Catching words using the chess pieces was a fun activity to learn in a fun way and at the same time contribute to the sociocultural animation of the language in a Primary School in Mexico City.


Keywords: Educational chess, Sociocultural animation of the language, Literary creation, Narrative biographical approach

Introducción

La docencia es un acto amoroso, de relación recíproca, de dar y recibir, en el que nuestra condición humana se expresa en cada acto comunicativo. Es en los espacios escolares y comunitarios donde a través de la docencia podemos construir mejores escenarios para vivir y ser felices. Por ello, ser docente no es sólo una profesión, es toda una experiencia de vida que me ha constituido como persona.

Hacer uso de la palabra me ha dado el maravilloso poder de expresar lo que soy, lo que pienso, lo que me emociona, lo que siento, lo que anhelo para los demás, lo que me preocupa, lo que quiero ser, las expectativas en torno a la realidad que estamos viviendo y cómo transformarla. Con el presente trabajo me propuse hacer uso de la palabra para contar la realidad a través de mi trayecto por la docencia. Para ello fue necesario no perder de vista que la docencia debe entenderse como una actividad reflexiva. Schön estudia la importancia del pensamiento práctico y cuáles son las fases o elementos que lo componen: 1) Conocimiento en la acción, 2) Reflexión en y durante la acción, 3) Reflexión sobre la acción y sobre la reflexión en la acción; sobre esta base se sustenta el profesional reflexivo (Schön, 1987).  La docencia es definida como la actividad de la persona que se dedica a la enseñanza. Para Paulo Freire (2006), quien enseña aprende porque reconoce un conocimiento antes aprendido. En la docencia son inseparables los actos de enseñanza y aprendizaje. Es un proceso de ida y vuelta.

A partir de estas nociones sobre la docencia, doy inicio a este reporte, que forma parte de un relato autobiográfico, en el que recuperé los aprendizajes que he logrado durante mi labor en la enseñanza, para mostrar cómo y por qué ser docente constituye no sólo una experiencia profesional, sino una experiencia de vida, donde situaciones y problemas se entrecruzan para ser parte de mi formación y mi práctica docente.

La Animación Sociocultural de la Lengua (ASCL) es un enfoque en construcción, propio de la Maestría en Educación Básica (MEB) y creado en la unidad 095 de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN). Las casi veinte tesis que ya se han producido, dan cuenta de sus posibilidades en el campo educativo, que es el que nos compete. Este enfoque parte de la animación sociocultural (ASC), pero está focalizado en el lenguaje. Por lo que se puede decir que la metodología de la ASC es utilizada para la ASCL.

La ASC es considerada como “una metodología de la intervención socioeducativa. Acciones de práctica social dirigidas a animar, dar vida, poner en relación a los individuos y a la sociedad en general, mediante la utilización de instrumentos que potencien el esfuerzo y la participación social y cultural”. (Badesa, 1995:49). Para Úcar “es una metodología de acción e intervención social, cultural y educativa que es o puede ser aplicada y desarrollada por los y las diferentes profesionales que actúan en el marco del trabajo social y comunitario” (Úcar, 2006:8).

La ASCL es el enfoque en el que está basado el desarrollo de mi intervención educativa, por ello, sus principios son quienes guían la metodología de trabajo.

Este reporte resume una mínima parte del documento elaborado como resultado de los dos años que dura la MEB, en la especialización de animación sociocultural de la lengua, en él, a partir del enfoque biográfico narrativo, doy cuenta de mi proceso de crecimiento profesional, del proyecto realizado con un grupo de Educación Primaria, pero también del proceso humano por el que transité durante estos años.

El enfoque biográfico narrativo, me ha permitido reconocer cómo las vivencias y las huellas que me dejaron, han forjado mi espíritu de lucha y mi preocupación legítima por contribuir a mejorar la atención educativa, principalmente la que está dirigida a la población más vulnerable de nuestro país. También pude reflexionar sobre mis tropiezos, las malas decisiones que tomé y sus consecuencias. Analizar el sentido que ha tenido en mi vida la docencia y el compromiso que como profesional de la educación tengo para transformar la práctica docente y mejorar la calidad de los servicios educativos.

Para narrar parte de mi historia, fue necesario viajar en el tiempo, seleccionar lo que podría contar, escribirlo y reescribirlo, hacer a un lado la pena para compartir los primeros textos autobiográficos con mis compañeros y asesores de la maestría. Escuchar y leer las experiencias de los otros, me ayudó a recordar eventos y pasajes significativos de mi vida. Decidí la forma en que quería mostrar mi realidad a través de la palabra. y por qué la docencia es una experiencia de vida.  

Considero importante señalar que fuera de la acción pedagógica el profesor puede reflexionar sobre lo que ha pasado en clase, los resultados de su acción, los problemas enfrentados y la selección de nuevas estrategias de enseñanza. La reflexión es “retrospectiva y prospectiva y conecta el pasado con el futuro” (Perrenoud, 2004:35). Así se construyó mi relato, con avances y retrocesos en el tiempo, tal como se mueven en el tablero las piezas de ajedrez.

Por razones de espacio, únicamente incluí en este reporte la descripción de mi intervención educativa como parte de mi formación en la MEB y tuve que omitir la narración retrospectiva de las condiciones de vida y trabajo, así como los aprendizajes adquiridos hasta ahora, incluido el trayecto en la Universidad Pedagógica Nacional durante la MEB y mi acercamiento a la ASCL.

Ajedrez y creación literaria: atrapando palabras

“El Ajedrez como la música o el amor, tiene el poder de hacer feliz a la gente”.

Siegbert Tarrasch [1]

La música siempre ha estado presente en mi vida y, siendo el ajedrez el objeto de enseñanza y la actividad que más le apasionó a mi esposo Héctor Gilberto Hellion Puga[2], la asociación que hago con la felicidad es inevitable. Por eso inicio mi relato con la frase de uno de los mejores ajedrecistas del siglo pasado.

Con las palabras encontramos significados, nombramos sentimientos, evocamos recuerdos, construimos historias, recreamos e incluso inventamos el universo. Por ello, atrapar palabras utilizando las piezas de ajedrez fue una actividad lúdica que propuse sin imaginar que sería el inicio de una aventura para aprender de forma divertida y al mismo tiempo para contribuir a la animación sociocultural de la lengua.

A continuación narro algunas experiencias de mi intervención educativa, en la que el ajedrez se constituyó en una herramienta pedagógica para promover el desarrollo del lenguaje y favorecer la creación literaria a través de la realización del proyecto educativo “Atrapando Palabras”, que inició en noviembre de 2016 y concluyó en julio de 2017, período en el que me encontraba cursando la Maestría en Educación Básica, con especialización en animación sociocultural de la lengua, en la Universidad Pedagógica Nacional (UPN).

Cabe resaltar que el trabajo colaborativo fue fundamental para crear colectivamente textos en el aula e integrarlos en un Palabrario como uno de los productos finales de este proyecto. Con esto me propuse que un grupo de niños de sexto grado de Primaria expresaran desde el alma, sus sentimientos y emociones en forma creativa a través de la escritura.

El establecimiento de relaciones de colaboración y ayuda entre los propios alumnos fue un recurso indispensable para favorecer un ambiente de aprendizaje, en el que el aula se convirtiera en un espacio de expresión oral y comunicación escrita para que los estudiantes pudieran exponer y compartir sus ideas libremente.

Desde esta perspectiva de trabajo basé mi intervención pedagógica, la cual llevé a cabo en el Instituto de Desarrollo Infantil Atenea, institución educativa a la que asistí una vez a la semana para realizar actividades con los niños de sexto grado de primaria, -en sesiones de una a dos horas- durante nueve meses.

El grupo con el que trabajé estaba integrado por 14 estudiantes: 9 niñas y 5 niños de entre 11 a 12 años de edad. La escuela pertenece al sector privado y cuenta con un grupo para cada grado escolar de educación básica. Está ubicada en una zona popular de la Ciudad de México.

El recibimiento de los niños fue amigable y cálido, debido a que ya me conocían, porque trabajé con este grupo cuando los alumnos estaban cursando el cuarto grado de primaria (en el ciclo escolar 2014-2015) y mi esposo Héctor colaboró como profesor de ajedrez de todos los alumnos de esta escuela, por un período de tres años. Fue muy querido por los niños, se distinguió entre el equipo docente por su calidez, su vocación para educar a través del juego y por ser un apasionado de este juego de estrategia.

Decidí tocar nuevamente la puerta de esta escuela como una manera de honrar su obra como maestro de ajedrez. Quise promover que sus alumnos continuaran interesándose por jugar ajedrez, y al mismo tiempo, aprovecharlo como un recurso pedagógico. Debo reconocer que no fue nada fácil pasar por el salón donde Héctor jugaba con sus niños y volver a estar en el mismo espacio escolar antes compartido con él.

Aunque resultó muy emotivo mi reencuentro con los alumnos y maestras, fue doloroso ver algunas cartas que le escribieron los niños y que aún estaban pegadas en la puerta del que fuera su salón. Cartas en las que expresaban la tristeza, la admiración y el cariño que sintieron por su maestro, con textos breves pero emotivos y en algunos casos, dibujos de corazones, tableros o piezas de ajedrez, ángeles y caritas con lágrimas.

Comparto una breve selección de estos textos, porque como dijera el escritor Eusebio Ruvalcaba (2004:55) acerca de las cartas: “Quién no ha depositado todo su amor, o su desventura, o su esperanza, en un papel... Las cartas son amigos generosos. Quien recibe una carta, debe tomar aquellas cuartillas con respeto…”. Me conmovió observar cómo a través de la escritura los niños expresaron sus sentimientos en un momento muy difícil para ellos.

La maestra de música me contó que les pidió que escribieran como una actividad terapéutica, porque los niños lloraban mucho cuando entraban al salón de ajedrez. Así que los invitó a escribir lo que sentían por su maestro y les propuso componer, entre todos, una canción para él, retomando algunas partes de sus cartas.

El maestro Héctor era una buena persona, me enseñaba cosas buenas, se reía conmigo y con mis demás compañeros. Me enseñaba a jugar ajedrez. Su pieza favorita era el Caballo y cuando lo necesitaba estaba ahí. Yo lo recuerdo muy amable, muy cariñoso. A él le gustaba que trabajáramos en silencio, que jugáramos, que no peleáramos, que hiciéramos las cosas bien. Pero ahora me pregunto por qué no le hice caso, por qué no aproveché la oportunidad de despedirme de él y por qué Dios no le dio otra oportunidad. Porque él era buena onda y nos quería a todos. Lo extraño, quiero que vuelva y ya no se vaya nunca jamás. (RENATA).

Él era un gran hombre. El ajedrez era muy divertido con el maestro Héctor. El mejor maestro, educado, fuerte de corazón, pelo gris, ojos casi azules. Te extrañamos mucho, era tierno, amistoso y sobre todo amable, lindo gran hombre, bueno, gracioso, se reía con todos. Te extrañamos, me siento mal de que ya no estés. Enséñanos ajedrez desde arriba. Extraño tu risa, eras muy lindo, muy, muy bueno. Adiós. Te amamos, nos sentimos orgullosos de cuando estabas aquí, tú eras un ser querido. No olvidaremos tu risa, eras lindo, fuerte de corazón, lindo. Tengo mucha tristeza de que no estés aquí, eras increíble, asombroso con el ajedrez. Nos vamos a esforzar. Aprendimos mucho de ti, no hay que rendirse. Me esforzaré mucho. Gracias por todo Maestro Héctor. Descansa en paz. (JALIL).

El maestro nos quería mucho y nosotros a él. Nos enseñaba ajedrez, nos enseñó trucos, cosas de matemáticas. Es un gran maestro y yo sé que él va a estar feliz de que sigamos con nuestros estudios. Yo sé que él está con nosotros y siempre lo va a estar. El maestro nos enseñó el cuadrado mágico, sus clases eran las mejores, me gustaba tanto como las daba. Extraño sus risas, sus regaños, lo quería mucho, lo voy a extrañar muchísimo, voy a extrañar su voz, las piezas de ajedrez, siempre voy a soñar con usted, siempre lo vamos a recordar con mucho amor y lo voy a extrañar. Si pudiera daría mi vida, quiero que regrese, que nos enseñe y que nos recuerde con mucho amor. No quiero que se vaya, quiero que esté aquí con nosotros siempre. Quédese con nosotros, se lo pido, no se vaya, quiero verlo, quiero saber que está aquí. A todos nos duele no volverlo a ver, incluso a Axel, a Rafa, a mí y a todos los de la escuela. Lo vamos a extrañar tanto maestro Héctor y a extrañar su tablero. Nos duele tanto que su corazón se detuviera. (VALENTINA).

Querido maestro Héctor: Te extraño, fue mi maestro favorito, ya no quiero tener más ajedrez si no es usted mi maestro. Tú eres el mejor maestro de ajedrez. Lo quiero. Espero que Dios lo acompañe por toda su alma. Mi pieza favorita también es el Caballo. Mucho me divertía jugando, riendo, ganando, perdiendo, etc. Soñaré con usted, nunca lo olvidaré. Siempre estará usted y el ajedrez en mi corazón. Le rezaré a Dios para que esté bien. Toda mi vida lo recordaré. Lo quiero. Es lo mejor que me ha pasado. Lo quiero mucho. Descanse en paz. (AURORA).

Maestro lo quisimos y lo queremos mucho. Aunque no lo vemos yo sé que está cuidándonos. Usted ya está mejor, nosotros siempre lo tendremos en nuestros corazones. Nunca lo olvidaremos, es el mejor maestro de ajedrez. Usted que nos apoyó, usted que nos dio las mejores clases de ajedrez, usted que nos cuidó, usted que nos amó, usted que nos adoró, usted el mejor, siempre inolvidable, siempre irremplazable. (DIEGO Z.).

Para el mejor maestro del mundo: Maestro siempre te recordaremos y espero que seas más feliz allá, pero nunca olvidaremos que siempre fuiste el mejor maestro y gracias por apoyarnos. Te deseo mucha suerte y del ajedrez siempre fuiste la pieza más importante. Tú fuiste más que un amigo, un compañero muy importante que tuve y siempre lo tendré. (ROBERTO).

Lo extraño, la clase de ajedrez jamás volverá a ser la misma sin usted. Aunque no siga físicamente con nosotros, siempre estará en nuestro corazón. La verdad es que todos lo queremos, jamás se irá de nuestra memoria, siempre habrá un espacio en mi corazón para usted y donde sea que se encuentre lo recordaré con toda mi alma. En su salón se sienten escalofríos sin su presencia a nuestro lado. Todas las mañanas me saludaba, todas las tardes me despedía, lo extraño, lo extrañamos. Usted es y siempre será el campeón mundial de ajedrez. Todos los momentos juntos estarán siempre marcados en mi memoria, los momentos dulces, difíciles, divertidos y tristes. Jamás se irá (la vida jamás se olvida). ¿Por qué nos deja si todos lo queremos? “Todo lo que empieza tiene que acabar”, esa frase jamás la entenderé. Es el mejor ángel que hay en el universo. Al principio no tenía idea de quién era y cuando lo conocí, me puse aún más alegre, usted me enseñó cosas nuevas como acertijos, matemáticas, chistes y muchas cosas más. Lo que siento dentro de mí, es lo peor que he sentido en mi vida, una herida no es nada después de esto. No me deje, no se vaya, lo queremos. De: CAMILA. Para: El campeón mundial del ajedrez (nada es lo mismo sin él aquí). “Algún día, todos estaremos juntos en algún lugar del universo”.

Se ganó el campeonato mundial en mi corazón. (SARAHÍ. 5° A).

Tú fuiste mi mejor maestro, tú no sólo me enseñaste ajedrez, me enseñaste que cuando una persona pierde no va a importar, sólo hay que seguir adelante. Tú siempre me dijiste que algún día iba a ser campeón. A ti te contaba cosas que ni a mi mejor amigo. Yo siempre te quise como a un abuelo, a ti siempre te gustaba tomar un café cuando me dabas clase. Cuando yo me caía, tú me decías que me levantara y siguiera adelante, tú nunca me regañaste. Adiós maestro que te vaya bien. Acuérdate de mí siempre, porque yo sí me voy a acordar de ti. Cuando me avisaron que ya habías fallecido no pude dejar de llorar. Tú me enseñaste cosas que otras personas no pudieron. El último día que te vi, te veía muy bien, no sé por qué te pasó esto. Yo siempre dije que cuando yo creciera mis hijos iban a ir a tomar clases contigo y te iba a presumir como nunca… Tu pieza favorita siempre fue el Caballo, con esa pieza tú siempre ganabas. Tú me dijiste que si te queríamos encontrar siempre ibas a tener una pieza en tu bolso, probablemente ahorita la sigues teniendo y yo te voy a seguir buscando hasta el final. Yo no lo puedo creer que todo terminara así. Siempre que iba a tu casa comías galletas con leche. Tú siempre dijiste que era el mejor estudiante del mundo. Adiós, que te vaya bien en el cielo. Yo sé que tú me quisiste mucho, me dijiste que la suerte no existe, pero yo digo que sí existe porque fue suerte encontrarte. Con gusto en conocerte: AXEL.

Escribir y leer cartas nos sitúa ante la literatura. Hay cartas que, como dijera Ruvalcaba (2004), queman las manos. Yo sé que otras cartas nos aceleran el pulso, nos secan la boca, nos arrancan una sonrisa o una franca carcajada. A mí estas cartas me cimbraron y me inundaron los ojos más de una vez. Tuve que tomar distancia en el tiempo para releerlas e identificar la grandeza de cada oración. Para agradecer con todo mi corazón el cariño sincero que estos pequeños alumnos le expresaron a mi esposo. También agradezco a la vida la existencia de las palabras como un recurso para sanar. Un recurso que ha sido imprescindible para mí en estos últimos años.

Como se puede observar en estas emotivas cartas, el juego del ajedrez está presente como el aprendizaje principal y como una actividad que ellos aprecian, porque era divertida gracias a la actitud de su maestro. Todos los niños reconocen lo que aprendieron con él; para ellos lo que define a un buen maestro es: “alguien que te permite aprender en forma lúdica”.

Para ellos, un buen maestro debe ser una buena persona. Y así lo evaluaron: “como un gran hombre, como el mejor maestro, como un hombre bueno que los quería, que los apoyaba y que fue capaz de demostrarles siempre su cariño”.

La escritura les permitió expresar sus sentimientos al recordar a su maestro con vida, pero también su dolor, tristeza, enojo, confusión y frustración -en algunos casos- por su repentina muerte. Algunos hablaron sobre los sentimientos que Héctor tenía hacia sus alumnos y lo que los niños sentían por su profesor.

Las palabras de casi todos los niños expresaron al mismo tiempo gratitud y dolor por la pérdida, pero también la esperanza de que él esté mejor en otro lugar. La mayoría de los pequeños concibe a la muerte como otro espacio donde se puede seguir existiendo y encuentran consuelo al imaginarlo jugando ajedrez en ese otro lugar, e incluso, guardando en el bolsillo de su pantalón su pieza favorita: “el Caballo Blanco”.

Cada carta muestra, en este caso, la labor singular de Héctor, como profesor de ajedrez, pero no sólo eso, sino como persona que rebasa las posibilidades de enseñanza en la cotidianeidad. En el proceso de enseñanza, las actitudes y formas de relación con los docentes van marcando los procesos de apropiación que tienen los estudiantes de manera particular en la conformación de valores (Estrada, 2012). Con estos fragmentos, recordé lo orgulloso que estaba cuando logró certificarse en la Fundación Kasparov. Sé que sus últimos años los vivió muy feliz por haberse dedicado a la enseñanza de este juego. Lo recuerdo preocupado, pero al mismo tiempo entusiasmado por investigar sobre otros juegos y conseguir materiales y recursos que le permitieran apoyar a los niños, principalmente en las matemáticas a través del ajedrez, y otros juegos como el cubo mágico.

Después de releer las bellas líneas que los niños le dedicaron como despedida o como una forma de seguir en contacto con él, puedo entender por qué sin haber tenido una amplia formación profesional o académica en la docencia, fue tan apreciado y logró que sus alumnos aprendieran con alegría.

Él mismo reconoció que había descubierto su vocación –como docente- algo tarde, pero sin duda, su pasión por este juego, su actitud empática y amorosa generaron un ambiente de aprendizaje, con el que además, se ganó un lugar en el corazón de sus alumnos.

Ajedrez educativo: Formas de recrear el lenguaje

El Proyecto “Atrapando Palabras” surgió del interés por poner en práctica actividades para el desarrollo del lenguaje, utilizando el ajedrez como herramienta pedagógica, después de asistir -en el mes de octubre de 2016- a un Congreso Internacional de Ajedrez Pedagógico, Terapéutico y Social, organizado por la Fundación Kasparov para Iberoamérica.

En dicho congreso, confirmé las razones por las que Héctor me invitó a certificarme como profesora de ajedrez y me propuso que realizáramos juntos talleres para niños y jóvenes. Al escuchar las ponencias de los invitados nacionales e internacionales, comprendí que este juego es un bien cultural y tiene un valor educativo extraordinario, porque puede apoyar el estudio de distintas asignaturas en el aula, incluido el aprendizaje de la lengua. El ajedrez en la escuela ayuda a desarrollar la inteligencia y por lo tanto a pensar mejor. Fomenta la formación de valores y la educación de las emociones, como se pudo observar en las cartas testimoniales de los alumnos. Ayuda también a mejorar la didáctica de las matemáticas y el lenguaje, porque el ajedrez enseña a los niños a pensar de manera crítica. Además, estimula el razonamiento lógico y el cálculo numérico. Con base en las experiencias presentadas y de acuerdo con Fernández (2016), es importante incorporar el ajedrez al currículo escolar, ya que motiva a los alumnos, al ser un recurso original e innovador. En suma, es conveniente utilizar este magnífico instrumento educativo con el fin de mejorar la calidad de la educación.

Se ha demostrado (Fernández, 2016)  que el ajedrez ayuda a los estudiantes a desarrollar de una forma natural habilidades tanto de tipo cognitivas como sociales: La memoria, la capacidad de concentración, la toma de decisiones y la aceptación ante el error, la atención y reflexión, la visión espacial de la realidad (táctica y estrategia), la resolución de problemas, el razonamiento lógico-matemático, el pensamiento creativo, la autoestima y el sentido de logro, la capacidad crítica, la iniciativa y la empatía.

Las habilidades cognitivas que son indispensables para el desarrollo del lenguaje como la atención, la comprensión, la elaboración y la memorización se favorecen con la práctica del ajedrez.  Es una herramienta pedagógica porque es un recurso para la enseñanza de la mayoría de las asignaturas, en especial, las matemáticas y el lenguaje.

Es importante mencionar, que aunque se ha tratado de incorporar al ajedrez a la educación formal en México y el mundo, en nuestro país ha sido en la última década del siglo XX cuando el concepto de Ajedrez Educativo ha aparecido en escena. Se está avanzando en el camino de introducir en horario lectivo este juego que ayuda a potenciar muchas de las capacidades que son necesarias para leer mejor, mejorar en matemáticas, promover valores y asumir rutinas de pensamiento previo a la acción que también sirven para la vida. En el Instituto de Desarrollo Infantil Atenea desde el ciclo escolar 2013-2014 se incorporó formalmente el ajedrez como una asignatura más.

Jugar a atrapar palabras: Un ambiente para compartir

Durante los nueve meses en que realicé la intervención, generalmente trabajamos en el aula de sexto grado y, a petición de los niños, en algunas ocasiones jugamos en el salón destinado a las clases de música y ajedrez, el cual, cuenta con mesas rectangulares y permite que los alumnos tengan contacto visual cara a cara.

Cuando el salón se encontraba ocupado, los alumnos proponían jugar colocando los tableros de ajedrez en el piso de su aula y contentos elegían a su compañero de juego. Las sesiones tuvieron una duración aproximada de 60 minutos y se llevaban a cabo una o dos veces por semana, dependiendo de las actividades programadas en el colegio.

El propósito del proyecto fue promover la función liberadora de la cultura escrita (Meek, 2004) ofreciendo a los niños actividades para el ejercicio de la imaginación y la oportunidad de expresarse creativamente, por lo que el énfasis estuvo en la expresión libre y el juego con las palabras más que en los aspectos gramaticales, el uso adecuado del léxico, la ortografía y la puntuación.

Las actividades de lectura y escritura que se realizaron a lo largo del proyecto estuvieron relacionadas con el juego de ajedrez. Esto pudo hacerse de manera natural -sin forzar su vinculación- gracias al conocimiento e interés que los niños tenían por este juego y a las clases que habían recibido desde que estaban cursando el tercer grado de primaria.

Inicialmente, se invitó a los niños a que escribieran cuentos cortos, empleando las palabras que estaban escritas en papelitos de colores sobre los tableros y que ellos atrapaban jugando ajedrez con las piezas que elegían: principalmente torres, caballos o alfiles.

Las primeras palabras que atraparon fueron sugeridas por mí, con el fin de ofrecer diversidad de vocabulario para construir frases u oraciones que les permitieran crear los cuentos cortos. Las palabras hacían referencia a nombres de animales, lugares, elementos de la naturaleza, alimentos, instrumentos musicales, muebles y objetos diversos.

El juego consistió en inventar un cuento corto con base en las frases u oraciones construidas con las palabras que cada uno ganó. Este juego fue propuesto a partir de las actividades sugeridas en el texto Rumbo a la lectura, del que recuperé la actividad llamada “Las palabras, las cosas y las historias interminables” (Cirianni, 2007), con algunas variaciones que tomaban en cuenta la edad de los niños de este grupo.

Después de que algunos alumnos leyeron sus cuentos y sus compañeros les devolvieron algún comentario sobre sus textos, felicité a quienes quisieron compartir sus primeras producciones y los invité a seguir participando. Es importante mencionar que, debido a que eran las primeras sesiones del taller de creación literaria, decidí no evaluar las producciones de los niños, ni asignar calificaciones. Esto con el fin de no inhibir o desalentar su participación.

Al inicio del proyecto, fue muy evidente que los niños necesitaban tener oportunidades para leer e identificar las características de los cuentos. Por ello fue importante favorecer la corrección entre pares con el fin de desarrollar el lenguaje escrito y promover la ayuda mutua; sin embargo, un factor que afectó el desarrollo de las actividades fue la limitación de tiempo de las sesiones semanales. No obstante, compartir sus textos (independientemente de la calidad de los mismos) les ofreció la oportunidad de expresar sus emociones y que la alfabetización emocional también es fundamental para lograr aprendizajes.

El Palabrario. Una creación colectiva

La principal aspiración a lo largo del ciclo escolar fue lograr que los niños pudieran leer, comprender e interpretar diversos textos y producirlos creativamente, por lo que, como parte fundamental de este proyecto, los invité a que participaran en un Taller Permanente de Creación Literaria y a elaborar un Palabrario.Ambas actividadescon el fin de coleccionar los textos creados en el taller que constituyó uno de los productos finales del nuestro proyecto.

Durante el período enero-marzo de 2017,  las palabras fueron propuestas por el grupo a partir de los tipos de palabras que les interesaba integrar en esta colección: científicas, divertidas, estratégicas, raras, deliciosas, interesantes, culturales y deportivas. Los textos para elaborar también fueron sugeridos por los niños. Principalmente, cuentos, poemas, chistes, adivinanzas, anagramas, trabalenguas, recetas y acrósticos de temas diversos, dependiendo de las palabras que ellos atrapaban en las partidas de ajedrez.

Les expliqué que el Palabrario era un juego, un diccionario, una colección, un inventario de palabras y las cuatro cosas a la vez. Las palabras que lo conforman surgieron como un juego de encuentro de imágenes, significados y emociones. La forma de organizar la colección fue por tipos de palabras y en cada apartado se presentan en orden alfabético. En el desarrollo de las actividades del taller, invité a los niños a divertirse y disfrutar la escritura de sus textos.

Para la construcción del Palabrario, se tomaron acuerdos en el grupo sobre la forma de realizarlo y tuvimos más clara la forma de organizar una colección de palabras. Cada palabra que se integraba se organizaba en tres secciones:

  1. “Para entendernos”, 2) “Para saber un poco más” y 3) “Para jugar”.

En la primera, “Para entendernos”, se incluyó la definición de un diccionario, su traducción a otro idioma y una imagen de la palabra; en la segunda, “Para saber un poco más”, se dio información interesante o datos para tener nuevos conocimientos; y la tercera sección es una invitación “Para jugar”, estuvo compuesta por juegos de palabras, trabalenguas, acrósticos, anagramas, adivinanzas, poemas, canciones, cuentos, recetas de cocina y chistes.

Con relación al trabajo colaborativo, tomé en cuenta que en la conformación de equipos de aprendizaje cooperativo es fundamental la contribución de todos los miembros, para el éxito del equipo, así como un liderazgo compartido y el reparto de responsabilidades. Por lo que para lograr aprendizajes, el desarrollo de habilidades comunicativas y conductas pro sociales fueron indispensables la interdependencia positiva entre los miembros del equipo, el mantenimiento de un clima de respeto y la valoración de las capacidades de los niños.

En este sentido, pude constatar que la cooperación se da cuando se tiene una meta común y se trabaja en conjunto para obtener esa meta. Que el núcleo del trabajo colaborativo es la interdependencia positiva, que significa realizar esfuerzos para que el equipo resulte beneficiado en su totalidad.

Al reanudar las actividades, el 10 de febrero de 2017, y con el fin de incluir la lectura de textos en el taller de creación literaria, les leí el “Cuento de Ajedrez” de Rubens Filguth (2007), en el que el autor narra de forma divertida el origen de este juego de estrategia y explica claramente en doce lecciones básicas cómo se juega. El texto resultó interesante para los niños, quienes se mostraban entusiasmados al descubrir todo lo que ya sabían del ajedrez. En cada explicación que les fui narrando, reafirmaron sus conocimientos sobre este juego y muy animados me explicaban cómo su profesor Héctor les había enseñado a aplicar algunas tácticas y estrategias. En esta sesión aprendí a sonreír con un nudo en la garganta y a contagiarme de la alegría de los niños, además de reconocer que para identificar las características de un buen profesor, es necesario desarrollar la empatía y los procesos autonómicos en sus estudiantes, desde la propia práctica educativa del docente (Freire, 2012).

Con relación a la función de la lectura en el desarrollo del lenguaje, pude reflexionar sobre el “modelo transaccional de la lectura y la escritura” en el que se menciona que todo acto de lectura es un acontecimiento o una transacción que implica a un lector y un patrón de signos en particular. Un texto, que ocurre en un momento y dentro de un contexto particular en una situación dinámica, en la que el significado se despierta durante la transacción entre el lector y el texto. (Rosenblatt, 2002). Esta transacción sin duda hace que la lectura sea siempre un evento de animación sociocultural de la lengua, por ello es relevante.

Al concluir la lectura del cuento, Adriana, quien fue una alumna muy participativa, preguntó cuándo íbamos a elaborar el Palabrario, por lo que les pregunté con cuál palabra deseaban iniciarlo y a coro respondieron “¡Ajedrez!”.

Esta fue la primera palabra que se investigó y sobre la que produjeron diversos textos. A partir de este juego y empleando las piezas que los niños escogían para atrapar las palabras (principalmente torres y caballos), los niños investigaron su significado y crearon textos que compartieron con el grupo en el Taller. Cabe mencionar que los niños expresaron su interés por compartir el Palabrario con sus padres, cuando estuviera concluido y así lo hicimos al finalizar el Proyecto, con una presentación y la realización de una partida amistosa de ajedrez entre los niños y sus papás.

Luego se pusieron de acuerdo sobre el texto que cada uno realizaría acerca de la palabra Ajedrez:

Para entendernos Para saber un poco más Para jugar
Definición: Ivana y Camila
Traducción: Adriana y Joel
Investigación sobre grandes jugadores: Noé, Gabriela y Diego
Historia del Ajedrez: Ivana.
Adivinanzas: Omar y Romina
Chistes: Joshua
Trabalenguas: Fabiola
Cuento: Fernanda y Fabiola
Acertijo: Iris
Acróstico: Fátima.

Recordamos las tres secciones para organizar los textos y cada quien eligió en qué quería participar. Esa fue la tarea que tenían que elaborar para la siguiente sesión. Al preguntarles qué tipo de palabra era Ajedrez, los niños comentaron que es una palabra estratégica, pero también es divertida, interesante y deportiva, por lo que se decidió que después la ubicaríamos en el apartado correspondiente, tomando en cuenta los tipos de palabras que ellos habían elegido incluir en el Palabrario desde diciembre de 2016.

Fue así que decidimos iniciar con la palabra ajedrez. Con ella cada quien trabajaría y presentaría en la próxima sesión sus producciones. La sesión del viernes 17 de febrero se inició como siempre con un saludo a coro, amplia y franca sonrisa de la mayoría del grupo. Después de recordar lo que habíamos hecho en la sesión anterior y los compromisos para este día, algunos niños compartieron lo que cada uno investigó y elaboró. Fabiola y Fernanda, leyeron un cuento que escribieron entre las dos:

CUENTO: UNA HISTORIA MÁS DEL AJEDREZ

Alejandro y Andrés eran hermanos, y cada vez que salían de la escuela se iban con su abuelito Paco, pero ellos tenían un problema, tenían totalmente diferentes gustos.

Alejando era muy intenso y le encantaba el color negro, mientras que a Andrés le encantaba razonar mucho y le gustaba el color blanco.

Y eso los hacía pelear todo el tiempo, harto de la situación, su abuelo, un gran inventor de juegos, trató de unir las pasiones de cada uno y convirtió sus colores favoritos en un tablero de esos dos colores, y luego creó las reglas combinando las agilidades de cada uno de ellos y finalmente combinó los nombres de los dos y así quedó Ajedrez.

El abuelo les mostró el juego, y a ambos les encantó, jugaron horas y horas, desde ese momento se volvieron inseparables, y jamás volvieron a pelear y un día a los dos niños se les ocurrió que su abuelo sacara al mercado el juego, y obvio, su abuelo feliz lo sacó.

Desde ese instante el ajedrez se volvió muy popular. Y claro, los niños siguieron siendo muy buenos hermanos.

Los niños aplaudieron a sus compañeras y opinaron que les hubiera gustado que el cuento fuera más largo. Yo también les hice algunas sugerencias para corregir su texto, por ejemplo, modificar la oración: “tenían totalmente diferentes gustos”, por “tenían gustos totalmente diferentes”, para que fuera más claro el sentido. Luego les di orientaciones sobre el uso del punto y seguido, así como del punto y aparte, en lugar del uso frecuente de comas, para que su cuento se pudiera leer y fuera más claro. También las invité a describir un poco más lo sucedido en su historia, empleando algunos adjetivos y dejando volar su imaginación.

Romina compartió una adivinanza, Iris leyó un chiste y Fátima elaboró un acróstico.


Acróstico
Ajedrez es el
Juego de
Estrategia, para tomar
Decisiones, y para poder
Recrear una batalla y
Elegir como
Zafarse del Jaque.
(Fátima C. Rodríguez González)
Adivinanza
“No lo parezco y soy pez, y mi forma la refleja una pieza de ajedrez”.
Respuesta: El caballito de mar.
(Andrea Romina Ramírez Gutiérrez).
Chiste
¿Por qué en Estados Unidos no pueden jugar ajedrez?
Porque les faltan las Torres.
(Iris M. Sarabia Galán)

Con el chiste cruel que contó Iris, algunos niños movieron negativamente la cabeza y otros rieron. Situación que propició que comentáramos sobre la violencia en México, España, Francia, Inglaterra y en muchos países del mundo. Reflexión que nos invitó a proponer formas de cuidarnos y seguir disfrutando de la vida.

Ivana investigó la definición y también llevó un texto sobre la historia del ajedrez. Noé compartió un fragmento del texto sobre los exponentes de este juego, principalmente los grandes maestros.

Joel y Adriana investigaron cómo se escribe la palabra Ajedrez en diferentes idiomas: Chess – inglés; Xadrez – portugués; Scacchi – italiano; Schach – alemán; Échecs – francés.

Después de que algunos alumnos leyeron sus creaciones acerca de la palabra ajedrez, sus compañeros les devolvieron algún comentario sobre sus textos y los felicité por las producciones con las que habíamos dado inicio a la construcción del Palabrario. Siempre tomando en cuenta que la narración y la lectura en voz alta son recursos para enriquecer y diversificar la expresión oral y escrita, las cuales están asociadas al afecto y a las gratificaciones (Cirianni, 2007). Además, los exhorté para que todos compartieran sus trabajos en la próxima sesión.

Nuestra siguiente tarea fue seleccionar el tipo de palabras en la que cada uno deseaba participar. Adriana y Joshua eligieron palabras científicas; Iris, divertidas; Noé, estratégicas; Gabriela y Romina, raras; Fernanda y Fátima, deliciosas; Omar y Diego, interesantes; Camila e Ivana, culturales; Fabiola y Joel, deportivas.

Posteriormente, Omar me preguntó si traía el cuento de Ajedrez que les había leído en la sesión anterior, señalando mi mochila. Los niños festejaron cuando les mostré el cuento y en esta ocasión ellos quisieron realizar la lectura. Me sorprendió gratamente su iniciativa y su capacidad para organizarse por binas; respetaron turnos al participar y colaboraron con sus compañeros al explicar al grupo las 12 lecciones básicas del ajedrez. Uno utilizaba el tablero y las piezas de ajedrez al realizar los movimientos que correspondían a cada lección para mostrar a todo el grupo lo que su compañero iba leyendo.

En la sesión realizada el 10 de marzo, platicamos sobre la diversidad cultural y lingüística de México[3]. Omar y Noé comentaron que sus abuelitos hablaban otra lengua además del español, dijeron que tal vez era mixteco y que son originarios del Estado de Oaxaca. Les sugerí que investigaran con su familia, cuáles son las lenguas que hablaban sus abuelos además del español y que les pidieran apoyo para traducir sus palabras, no sólo del español a una lengua extranjera, sino también a una lengua indígena.

Adriana compartió al grupo la palabra que le pareció interesante: “Bonsái”. Leyó su definición: “Árbol en miniatura que, mediante una técnica japonesa de cultivo, conserva las mismas características que tendría cuando estuviese totalmente desarrollado”. También compartió un bello poema escrito por ella:

“El árbol es pequeño, bello y hermoso como un sueño donde yo veo tus ojos”.

Como actividad final de esta sesión, todo el grupo participó en la elaboración de listas para cada tipo de palabra. Les pasé hojas en blanco donde sólo estaba escrito el título. Uno por uno iba escribiendo una palabra en cada una de las listas. Se acordó que en la siguiente sesión jugarían a atraparlas con los Caballos.

Las listas de palabras propuestas por los niños, según su tipo, quedaron de la siguiente manera:

DIVERTIDAS CIENTÍFICAS ESTRATÉGICAS RARAS
Ajedrez
Trompo
Yo-yo
Chewbacca
Mojojojo
Popote
Bob Esponja
Espiral
Cacahuate
Churrumais
Dominó.
Hemorragia
Nitrógeno
Cloruro de sodio
H2O
Hidrógeno
Gasolina
Oxígeno
CO2
Químico bacteriológico
Tabla periódica
Na2
Mover
Frente
Pensar
Trullo
Trinchera
Esquivar
Zarpar
Patinar
Clave Morse
Barrera.
Tlacuache
Esfumarse
Zombi
Zurupeto
Metate
Trufa
Avestruz
Ornitorrinco
Parangaricutirimícuaro
DELICIOSAS DEPORTIVAS CULTURALES INTERESANTES
Enchiladas
Fresas
Azúcar
Chocolate
Coctel de frutas
Pastel
Cereza
Malteada
Pay
Crepa
Miel
Football
Motocross
Buceo
Basquetbol
Tae Kwon Do
Futbol americano
Tenis
Tiro al blanco
Balón
Gimnasia
Patinar
Kung-Fu.
Música
País
Arte
Estado
Museo
Catedral
Comida
Municipio
Danza
Escultura
Coliseo.
Acidez
Magia
Alfabeto
Palabrario
Bon-Sai
Inefable.

En la siguiente sesión, llevé escritas en papelitos las palabras propuestas por el grupo para colocarlas en los tableros de ajedrez y que jugaran a atraparlas. Formando parejas, cada niño elegía con cuáles piezas de ajedrez jugar (torres, caballos o alfiles) y el color de sus piezas (negras o blancas).  En cada tablero coloqué los papelitos que los niños acomodaron en las casillas para jugar a atraparlos, realizando los movimientos correspondientes a cada pieza, conforme a las reglas del juego de ajedrez: En línea recta por las filas o columnas, en “L” o en diagonal. Al terminar de atrapar los papelitos, cada quien escribió una lista de las palabras que habían ganado. De esta manera obtuvimos una lista de palabras con las que cada alumno trabajaría durante los siguientes meses del ciclo escolar.

Debido a las diferencias en el número de palabras atrapadas, la Profesora Rosario –Maestra titular del grupo- y los niños propusieron dividir equitativamente las palabras, así que en la siguiente sesión realizaron algunos cambios en sus listas y al final cada uno tendría la responsabilidad de investigar y proponer textos de 6 palabras:

ADRIANA DIEGO ROMINA IRIS IVANA NOÉ CAMILA
Chocolate
Basquetbol
Alfabeto
Miel
Pluma
Kung Fu
Película
Avestruz
Enchiladas
Zombie
Ornitorrinco
Acidez
Museo
Bacteria
Patinar
Catedral
Popote
Trinchera
Mucosidad
Trompo
Música
Tenis
Movimiento
Danza
Tae Kwon Do
Hidrógeno
Palabrario
Hemorragia
Gasolina
Clave morse
Coche
Churrumais
H2O
Tlacuache
Crepa
Cereza
Barrera
Cloruro de sodio
Música
Popote
País
6 6 6 6 5 6 6
FERNANDA FABIOLA OMAR JOEL FÁTIMA JOSHUA GABRIELA
Trufa
Magia
Océano
Inefable
Pudín
Oxígeno
Fresa
Chewbacca
Espiral
Arte
Suspenso
Nitrógeno.
Fuerza
Sable
Esquivar
Gimnasia
Zurupeto
Motocross
Perro
Serpiente
Terror
Lucha AAA
YouTube
Futbol americano
Parangaricutiri-micuaro
Mojojojo
Llave
Buceo
Pastel
Na2
Nieve
Ladrillo
Motocros
Motor
Virus
Dominó
Malteada
Bon- Sai
Videojuegos
Azúcar
Oso panda
CO2
6 6 6 6 6 6 6

Fue emotivo observar y escuchar a los niños cómo compartían en cada sesión la recopilación de textos que escribieron y cómo se fueron organizando para construir colectivamente el Palabrario. Además de escribir lo que correspondía en cada sección, ellos quisieron elaborar sus propios dibujos para ilustrar las palabras.

Algunos de los textos que los niños habían producido hasta ese momento me mostraban que no habían tenido oportunidades para elaborar creativamente textos libres, ni para imaginar e inventar historias con el fin de compartirlas a los demás oralmente y a través de la escritura. Sobre esta situación que observé, me resultó interesante el planteamiento de Walter J. Ong (1993) acerca de que la oralidad debe y está destinada a producir escritura, y que el conocimiento de la escritura es indispensable para el desarrollo de la lengua.

Lo expuesto anteriormente, me invitó a replantear mi forma de trabajar la lectura y la escritura en el aula. Pensé que debía mostrar al grupo algunos modelos de creaciones literarias, que los guiaran en su elaboración, pero respetando su creatividad, es decir, sin imponerles estilos de escritura.

Conclusiones y recomendaciones

Promover la lectura de cuentos o la narración de historias y poner en práctica algunas orientaciones para la intervención con la estrategia de proyectos, ofrece ricas posibilidades formativas, por ejemplo: textualizar el aula según la actividad, seguir preguntando a los niños qué les gustaría que hiciéramos en la siguiente sesión y al término de cada día de trabajo, evaluar colectivamente el trabajo realizado para valorar los aprendizajes individuales y del grupo (Jolibert, 2015).

También me interesó seguir incorporando en las actividades el juego de ajedrez para rescatar los conocimientos que poseen los niños y la riqueza que aporta este juego como herramienta pedagógica, la cual puede ir de la mano con la animación sociocultural de la lengua, porque ambas ofrecen posibilidades para modificar el trabajo en el aula y requieren que se conciba al docente como un mediador donde los alumnos sean los protagonistas de su propio proceso de aprendizaje, mediante el trabajo colaborativo y la expresión de su creatividad.

Considero que a través de las actividades para el ejercicio de la imaginación y un ambiente de aprendizaje donde los niños tuvieron la confianza para expresarse creativamente, se logró promover la expresión libre y el juego con las palabras. Los niños además pudieron disfrutar de la lectura, expresarse oralmente y en forma escrita, para compartir ideas, sentimientos y deseos, trabajaron colaborativamente para construir colectivamente su palabrario.

La lectura, la escritura y la expresión oral son herramientas fundamentales para el desarrollo de actividades en la escuela y la vida cotidiana, por ello es indispensable lograr vínculos significativos entre los alumnos y la cultura escrita. Es un reto acercar a los niños a la lengua escrita, desde un sentido distinto, desde la posibilidad del deseo y de la voluntad de leer y escribir.

Pienso que es fundamental ofrecer a los niños oportunidades para hablar y escribir sobre asuntos o temas que les interesen; promover el deseo de leer, más que la lectura obligada. Un gran reto del docente es lograr que la lectura sea un acto personal y gratificante.

Referencias

Badesa, M. (1995). Perfil del animador sociocultural. España: Narcea. Primera edición.

Cirianni, G. (2007). “Con los que aún no leen; “Lo que sabemos de la lectura antes de aprender a leer” y “Llegaron las letras” en: Rumbo a la lectura. México: IBBY de México.

DOF (2003). México: Secretaría de Gobernación. http://www.inali.gob.mx/pdf/LeyGeneralDerechosLinguisticosdelosPueblosIndigenasadaptacion.doc

Estrada, O. (2012). El profesor ante la formación de valores. Aspectos teóricos y prácticos. Teoría de la Educación: Educación y Cultura en la Sociedad de la Información. 13(3), 240-267, Recuperado el 06 de marzo de 2017: http://campus.usal.es/~revistas_trabajo/index.php/revistatesi/article/view/9140/9373

Fernández, J. (2016). Las transversalidades del ajedrez. Balaguer (Lleida): Balàgium.

Filguth, R. (2007). Cuento de Ajedrez. México: Paidotribo.

Freire, P. (2006). Cartas a quien pretende enseñar. P. 28. México: Siglo XXI.

Freire, P. (2012). Pedagogía de la autonomía: saberes necesarios para la práctica educativa. México. Siglo XXI.

Jolibert, J. (2015). “Apoyémonos en una Pedagogía por Proyectos”. En: Interrogar y producir textos auténticos: Vivencias en el aula. Pp. 36-54. JC Sáez.

Meek, M. (2004). En torno a la cultura escrita. México: Fondo de Cultura Económica.

Perrenoud, P. (2004). Desarrollar la práctica reflexiva en el oficio de enseñar, P. 35. España: Grao.

Rosenblatt, L. (2002). “El dominio de la literatura”, en: La literatura como exploración. Pp. 13-79. México: Fondo de Cultura Económica.

Ruvalcaba, E. (2004). Primero la A. Arte y oficio de la palabra escrita. México: Palabra y Realidad del Magisterio, A.C.

Schön, D. A. (1987). La formación de profesionales reflexivos. Hacia un nuevo diseño de la enseñanza y el aprendizaje de las profesiones. Barcelona: Paidós.

Úcar, X. (2006). Dimensiones y valores de la animación sociocultural como acción o intervención socioeducativa. Barcelona: Ceac.

Walter, O. (1993). “La oralidad del lenguaje” y “La escritura reestructura la conciencia”. En: Oralidad y escritura. Tecnologías de la palabra. México: Fondo de Cultura Económica.

[1] Siegbert Tarrasch (1862-1934) fue uno de los mejores ajedrecistas, teórico del ajedrez y uno de los líderes más influyentes a finales del siglo XIX y a inicios del siglo XX.

[2] Fue más conocido en el ámbito ajedrecístico como “Morphy Hellion”, se certificó como profesor de ajedrez en la Fundación Kasparov y falleció a los 55 años el 30 de agosto de 2016.

[3] En México se hablan 68 lenguas indígenas y el español. Las 69 lenguas son reconocidas como lenguas nacionales, a partir del 2003 en la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas.

 

[a] Egresada de la Maestría en Educación Básica -Animación Sociocultural de la Lengua. Universidad Pedagógica Nacional -Ajusco. E-mail: abadilloch21@gmail.com