Recolección, cultivo y comercio de la vainilla en Veracruz durante el siglo XIX[1]

Resumen

En este ensayo se analiza la recolección, el cultivo y comercio de la vainilla. En México, desde la época prehispánica, los totonacos comerciaban la vainilla, durante el periodo colonial hasta la primera mitad del siglo XIX se exportó a varios países de Europa. En 1841, al ser descubierta la técnica de la polinización manual, varios países, entre ellos Francia, sembraron la orquídea de la Vainilla planifolia en sus colonias, a partir de entonces, México dejó de ser el principal exportador.

Palabras clave: Recolección de la vainilla, comercio de la vainilla, exportación de la vainilla, polinización natural, polinización manual.

Abstract

This essay analyzes the re-collection, cultivation and trade of vanilla. In Mexico since pre-Hispanic times, the Totonacos traded the vanilla, during the colonial period through the first half of the nineteenth century it was exported to many countries in Europe. In 1841, when the technique of hand pollination was discovered, several countries including France cropped the orchid known as Vanilla planifolia in their colonies. Since that time, Mexico stopped being the main exporter.

Keywords:Collection of vanilla, vanilla trade, export of vanilla, natural pollination, hand pollination.

Audio 

   Audio Ingles    /    Audio Español  

Introducción

En el presente ensayo se aborda el comercio de la vainilla en el siglo XIX, cuando este producto todavía era importante en el comercio internacional, debido a la gran demanda que inició desde el periodo colonial y cuyo negocio logró expandir sus horizontes económicos. La vainilla es un género de orquídea con 110 especies distintas distribuidas mundialmente en las regiones tropicales, solo cinco sirven para la elaboración de extractos aromáticos y dentro de estas se encuentra la Vainilla planifolia. En el caso de México, en la zona tropical de Veracruz es donde crece ésta orquídea de forma natural. Desde el periodo prehispánico ha estado presente en la cultura totonaca, que la denominan tlilxochitl (flor negra). Fue en la región de los bosques tropicales húmedos (de los estados de Veracruz, Puebla y Oaxaca) donde se recolectó tanto en el periodo Prehispánico como Colonial.



Recolección y cultivo de la vainilla


Las orquídeas de la vainilla (Vainilla planifolia) cuando son polinizadas producen unos frutos en forma de vainas, que cuando se secan producen un rico aroma. Éstas suelen medir entre 15 y 30 cm. de largo y pesan aproximadamente 20 gramos. La vainilla es delgada y contiene una pulpa oleosa y numerosas semillas de tamaño minúsculo. Se recolectan cuando aún están verdes, pero al beneficiarlas adquieren un color castaño oscuro y su superficie externa se hace rugosa. De cada vaina sólo se obtiene un 2% de vainilla, el principio aromático que se utiliza desde la época prehispánica para dar sabor a diversos alimentos, sobre todo para el chocolate.

En 1520, a través de los conquistadores y misioneros llegó a España la noticia de una nueva especia. En el siglo XVIII, los españoles, franceses e ingleses se interesaron en la producción de la vainilla, por lo que fue llevada a los invernaderos en Europa. Los franceses empezaron a sembrar las orquídeas en sus colonias, sobre todo en las islas tropicales, pero éstas no generaban vainas (Damiron, 1994). Por casi tres siglos el único productor de vainilla fue México, beneficiándose de dicho monopolio hasta 1841, cuando se descubre la polinización manual. Es importante señalar que la planta sólo crece en un clima tropical y en un suelo adecuado. La floración de la vainilla se da entre los meses de abril y mayo y tiene una duración de un día y solamente las flores polinizadas siguen su proceso; es decir, convertirse en vainas.

La polinización de las flores era de manera natural, se encargaban de ello las abejas sin aguijón. Estas abejas se caracterizan por tener su aguijón atrofiado o no funcional y los ojos compuestos sin pilosidad. Las abejas sin aguijón polinizadoras de la vainilla son las del género Euglossini, principalmente la especie Euglossa viridissima y, en menor medida, a la Eulaema singulata; la primera se caracteriza por su color verde, su lengua larga y amplios ámbitos de vuelo; son las abejas machos las que recogen la substancia de la flor que modifican masticando para trasladarla a unas bolsas especiales situadas en las patas traseras, ésta substancia atrae a las hembras para poderlas aparear (Barceló Quintal, 2011:156.). Cuando el macho de la Euglossa viridissima visita la flor, durante la recolección de los ingredientes que necesita, al ascender para salir de la flor, presiona contra la antera y recoge una carga de polen, cuando visita la siguiente orquídea para repetir el proceso deja una porción de polen en el fértil estigma de la otra flor, polinizando de esta manera, acción que genera las vainas (Ibídem.).

De 1767 a 1830, los vecinos del pueblo Colipa,[2] Veracruz, cuyo ecosistema es el del bosque mediano o subtropical perennifolio, se dedicaban a la recolección de la vainilla. Por el tiempo que le dedicaban a la recolección de las vainas, las tierras que formaban el municipio, fueron compradas por los indígenas a los herederos de Juan López Meilán, en 1767. La cosecha era destinada al comercio, como lo demuestra el testimonio de un oficial indio de ese lugar, en un pliego petitorio que envío al virrey comenta: “los mas individuos de los naturales tributarios de aquel pueblo en los Montes de dichas tierras nuestros vainillares, que hemos sembrado a costas de muchos trabajos” (Kouri, 2000:107).

A principios del siglo XIX, los pobladores de Misantla,[3] Veracruz, también eran recolectores cosechaban la vainilla en las montañas y bosques de Quilates en los meses de marzo y abril, cuando la autoridad del pueblo publicaba el bando que anunciaba que la cosecha estaba permitida a los indios, y duraba hasta fin de junio. Según Alejandro von Humboldt la cosecha anual era de 900 millares (Humboldt, 1979:565). Los naturales pasaban ocho días seguidos en los bosques y a su regreso vendían la vainilla fresca a los españoles, mestizos y mulatos. Los pobladores de Misantla conocían muy bien la técnica del secado de las vainas, que consistía en extenderlas sobre lienzos y las ponían al sol por unas horas. Cuando se calentaban suficientemente, lo arropaban con cobijas de lanas para hacerlas sudar; la vainilla entonces se ennegrece y la ponen a secar, dejándola al sol desde la mañana hasta la noche; lo hacían con tal precisión hasta que éstas obtenían un lustre plateado, luego las ataban para los compradores, que en su mayoría eran extranjeros que las enviaban a Europa. (Humboldt, 1979:294). Por lo que se explica que al término de la guerra de independencia los pueblos del ayuntamiento de Misantla adornaron sus escudos de armas con la enredadera de la vainilla (Kouri, 2000).

En tiempos de lluvia, los naturales de Misantla y Colipa no podían secar las vainas al sol, crearon una técnica interesante. Ésta consistía en formar con tubillos de caña un cuadro suspendido con cuerdas y cubierto con una manta de lana en la cual se extienden las vainas; colocando debajo fuego, a una distancia considerable, el cual las seca. Daban al cuadro un movimiento suave lo que permitía un secado parejo. Este método era conocido como “beneficio de poscoyol”. Según Humboldt, ésta técnica de calor artificial provocaba pérdidas considerables (Humboldt, 1978:294).

En el distrito de Papantla,[4] que en el periodo colonial era una alcaldía mayor, ubicada a 18 leguas de Misantla, producía muy poca vainilla, sin embargo, era considerada la más aromática, por la que muchos compradores la solicitaban.

Otro pueblo dedicado a la vainilla era el de San Pedro Teutila,[5] perteneciente a la intendencia de Oaxaca, también su producción era menor que la de Misantla y Colipa, pero célebre por la excelente calidad de la vainilla que recolectaban en los bosques inmediatos. Según Humboldt, la vainilla de Teutila fue la primera que se introdujo en España en el siglo XVI, y era la preferida en Cádiz a todas las demás hasta la primera década del siglo XIX (Humboldt, 1979:295).

Pese a que Papantla aun no era el principal productor de vainilla, la exportación de ésta no experimentó ningún estancamiento, y aunque seguía siendo muy poco lo producido, esta iba en aumento, y con un mercado mucho más relevante hacia Francia, debido a la gran demanda que se tenía en Europa y principalmente en las cortes, además era una gran inversión la comercialización de la vainilla ya que era liviana, muy cara y de fácil cultivo, factor determinante, para que la región de Papantla iniciara el cultivo aprovechando suelo y clima, reemplazando poco a poco a Misantla como la principal zona productora de vainilla.

Según Alejandro von Humboldt, a inicios del siglo XIX, solo alrededor del 10% de la vainilla producida en México, provenía de la región de Papantla, y a pesar de los conflictos internos y externos no se vio afectado el comercio; para comprender la importancia de la vainilla durante dicho siglo, es necesario hacer una comparación con dos de los productos más codiciados en este momento, la grana cochinilla y el añil, ya durante las primeras décadas del siglo XIX, fueron ambas el principal producto agrícola de exportación; la vainilla, en cambio era mucho más valiosa que esta, hasta cinco veces más, y hasta nueve veces que el añil (Kouri, 2000:115). A pesar de la baja producción a principios del siglo XIX de la vainilla, la demanda en Europa y más específicamente en Francia, nos permite comprender como la vainilla era un producto agrícola de gran importancia en México y el impacto económico, político y social debió ser evidente en Papantla y la región.

En 1836, Charles François Antoine Morren (1807-1858), director del jardín botánico de la universidad de Lieja, dió el nombre científico a la vainilla comercial de Vainilla planifolia, además de lograr la polinización manual, obtuvo dos cosechas, posteriormente en 1839 George Samuel Perrottet (1793-1870), botánico, y horticultor francés, trató de crear la técnica en la isla Reunión, ese mismo año, Joseph Henri Neumann (1800-1858), fue quien descubrió que las flores de la vainilla eran polinizadas por las abejas nativas sin aguijón, característica que les valió el nombre de “abejas sociables”, concluyendo que con la ausencia de estas era imposible la polinización; finalmente en 1841 un joven esclavo Edmund Albius (1829-1880), perfeccionó la técnica manual de la polinización y a partir de este año se obtuvieron los primeros frutos fuera de su lugar de origen, lo que llevo a la baja de la producción de la vainilla en México a finales del siglo XIX (Barceló Quintal, 2011:155-157); sin embargo no debería haber ninguna excusa para haber continuado con una producción nacional vigorizante, siendo México antiguamente el mayor productor de Vanilla planifolia en el mundo, además de tener un clima y suelo propicio para su cultivo.

Cabe aclarar que el cultivo de la vainilla requiere de bastante mano de obra, ya que su floración inicia a fines de marzo y concluye en la primera semana de mayo; además de la degradación de suelos, originado por la deforestación de selvas por el establecimiento de potreros; son factores importantes para el decrecimiento en el cultivo de la vainilla, ya que esta requiere para su sostén de árboles (tutores), que además conserven los suelos de las laderas.



El comercio de la vainilla


A finales del siglo XVIII, en Europa, varios países fueron consumidores del chocolate, por lo que demandaban la vainilla ya que daba un sabor y fragancias a esta bebida. Además se utilizan en la confitería, perfumería, alimentos, helados, y refrescos. Fue la segunda especia más cara después del azafrán. A principios del siglo XIX Papantla, Martínez de la Torre, Gutiérrez Zamora, Tecolutla y Poza Rica, solo producía el 10% de la vainilla que exportaba México.

Antes del movimiento de independizarse México de España, éste último país controlaba el comercio de la vainilla. La vainilla se exportaba en mazos de cincuenta vainas; por consiguiente un millar se componía de 20 mazos. Los comerciantes clasificaron la vainilla en cuatro clases, aunque el producto era de una sola especie: vainilla fina —en la que entraban las subdivisiones de grande fina y chica fina o mancuerna, obviamente estas dos últimas tenían que ver con el tamaño de la vaina—, el zacate, el rezacate y la basura. Cada clase era fácil de reconocer en España por el modo en que los mazos venían atados; la grande fina tenía comúnmente 22 centímetros de largo y cada mazo pesaba diez onzas y media en Misantla y en Colipa, de nueve a diez. La chica fina era cinco centímetros más corta que la precedente y se compraba a mitad de precio. El zacate, eran vainas muy largas, delgadas y acuosas. La basura, cuyos mazos contenían cien habas cada uno, servía para llenar el fondo de las cajas que se exportaban a Cádiz, era muy barata. La peor calidad de vainilla de Misantla era la llamada cimarrona o vainilla de palo, que se caracterizaba por falta de jugo; todavía existía una sexta variedad, la vainilla pompona, llamada así por ser la vaina grande y hermosa.

Según noticias de Cádiz, el beneficio que en Colipa daban a la vainilla era superior al de Misantla. Cuando en este puerto se abrían los paquetes de vainilla, en los de Colipa apenas se encontraban un desfalco de seis por ciento; mientras que, en el de Misantla se pierde el doble, a causa de las vainas podridas por falta de un mal secado. Otra de las explicaciones era que la variedad de vainas; la de Misantla se recogían en sabanas y no en montaña, la llamaban vainilla de aceguales.

El comercio de la vainilla estaba en manos de algunos sujetos que se llamaban habilitadores; denominados así, porque adelantaban dinero a los cosecheros, que con este motivo quedaban sujetos a los primeros. Muchas veces, los habilitadores sacaban provecho, porque pagaban a los indios en aguardiente, cacao, telas de algodón; además compraban la cosecha por una cantidad ínfima y la vendían a mejor precio ya clasificada.

Cuando se exportaba, un experto viajaba con las cajas de vainilla para revisar la carga constantemente. Una sola vaina húmeda podía echar a perder toda una caja durante el viaje a Europa. Cuando se descubría mojo en las vainas se separaban éstas. Llegada la mercancía a España, los compradores examinaban bien los mazos. El Consulado de Veracruz hacía publicar anualmente el estado de Comercio, para guiar a los comerciantes en sus especulaciones. En 1802, la exportación de la vainilla fue de 60,000 pesos (Humboldt, 1978:472).

En 1840, varias familias españolas o hijos de españoles como los Vidal, Bustillo, Fuente, Danini, Collado, Fontecilla, Naveda, Silvera, fueron algunos de las familias que dominaron el negocio de la vainilla en esta época (Kouri, 2000:107). Para estos años México era el principal exportador de la vainilla. A partir del descubrimiento de la polinización manual, todos los países con posesiones en áreas tropicales fueron plantando vainilla, los holandeses en Java en 1841, los franceses en Madagascar en 1842, Tahití en 1848, e Islas Comoros en 1873. Más tarde, en 1890, los ingleses sembraron la vainilla en las islas Mauricio y Seychelles; y en 1900, los estadounidenses lo hicieron en Puerto Rico. (Damiron, 1994).

En 1861, Agapito Fontecilla, uno de los más importantes beneficiadores y comerciantes de vainilla en el siglo XIX, publicó el primer estudio, sobre el cultivo y la preparación de esta especie, donde nos indica “al principio solo se cosechaba la producida espontáneamente en los bosques, y es de creer que según su disminución descendente y aumento progresivo de consumo, se fue sintiendo la necesidad de cultivarla, y se distinguió en todo el Estado de Veracruz, que fue el primero y acaso el único que hasta ahora la cultiva en América” (Kouri, 2000:107).

En 1873, los italianos Domingo Gaia Tossi, Pedro Tremari, y Francesco Arzani Sartirana adquirieron terrenos para cultivar vainilla, cuyas flores eran polinizadas manualmente. Los tres se dedicaron al comercio e implantaron la tecnología en el curado de la vainilla, quienes asentaron sus negocios en la localidad de Gutiérrez Zamora. El primero, en el año de 1898, construyó el primer horno para beneficio de la vainilla, y fundó la primera empresa iniciando así la producción de extracto de vainilla (Terra Brockman website, 2012).

En 1880, Pedro Tremari y Francesco Arzani adquirieron terrenos en Papantla, colocando a esta localidad como una de las principales exportadoras de vainilla con el casi 60%, y para finales de este siglo. Tremari y Arzani lograba dos terceras partes de la producción, cabe mencionar que el auge en el cultivo de la vainilla en Papantla fue principalmente el resultado de una expansión de la superficie dedicada al cultivo pasando de ser una actividad secundaria en la región, a ser base fundamental de su economía; permitiendo a los comerciantes italianos, exportar su cultivo hacia otras latitudes como Francia y mas tarde hacia los Estados Unidos; las dos últimas décadas estuvieron caracterizadas por altas y bajas en la producción de la vainilla debido, a varias sequías, y heladas, así como el auge en el cultivo de la vainilla en otras regiones del mundo, gracias al descubrimiento de la polinización manual. Pedro Tremari, se convertiría en el empresario más rico y poderoso de la comarca, alcalde, jefe político, terrateniente, comerciante, y prestamista. Por su parte Francesco Arzani Santirana hace lo propio en la región de Gutiérrez Zamora, la construcción de sus primeros hornos para el mejoramiento en el proceso en el curado de la vainilla.

La producción que dió inicio a mediados del siglo XIX en varias regiones del mundo, tuvo un impacto en la producción de la vainilla en México y más específicamente en Papantla, pero también es cierto que deben estudiarse diferentes factores que propiciaron el desplome de la producción y comercialización de la vainilla, como el corte prematuro que origino sin duda la baja calidad del producto (Damiron, 1994), quizá por tratar de continuar el auge vainillero lo que debió ocasionar el abandono del cultivo, así como plagas, los problemas ambientales, económicos, políticos y sociales que propiciaron la caída en el cultivo de la vainilla en la región de Papantla a finales del siglo XIX (Soto Arenas, 2006:4).

La demanda de la vainilla a finales del siglo XIX, fue decreciendo porque sus principales países consumidores como Francia, adquirían la vainilla de sus colonias, sobre todo de las Islas Reunión e Indonesia. Pese a ello Veracruz siguió exportando, el 90% de la producción anual de México, y el resto lo produce Puebla, Tabasco, Chiapas, San Luís Potosí, Oaxaca y Quintana Roo (Martínez Elorza, 2007:229).



Conclusiones


El siglo XIX fue la edad de oro de la comercialización de la vainilla pese al descubrimiento de la polinización manual a mediados del siglo antes citado, cuando se rompió el monopolio del cultivo de esta especia en México; sin embargo, este descubrimiento no detuvo la comercialización de la vainilla con los países de Europa y con los Estados Unidos en este periodo.

A pesar de que la Vanilla planifolia, no requiere de insumos inorgánicos, lo que permitiría un cultivo natural, es necesario analizar los factores que a lo largo del siglo XIX originaron que en la actualidad exista una reconversión productiva para zonas que anteriormente eran destinadas al cultivo de la vainilla, y que hoy tienen como prioridad otros cultivos como el litchi, guanábana y café, originando que México ocupara el último lugar en producción mundial de vainilla; además de lo antes mencionado, es necesario estudiar el impacto que ocasiono el descubrimiento de campos petroleros en la región vainillera como economía de enclave, y a la transformación de los cultivos de vainilla en potreros, provocando la deforestación de la región; aunado al poco financiamiento, teniendo que recurrir al empleo de la vainilla artificial, por la poca valoración de la agricultura tradicional, apoyados por políticas de Estado lo que llevó a problemas entre productores y comerciantes, no permitiendo el desarrollo de técnicas de cultivo adecuadas, factores que ciertamente influyeron en el estancamiento en el cultivo de la vainilla lo que determinó el deterioro en la comercialización de esta a pesar de tener los suelos, climas propicios y una excelente mano de obra.

Bibliografía


1. Barceló Quintal, Raquel Ofelia (2011), “La historia de la comercialización de la vainilla: de las abejas sin aguijón a la polinización manual”, en Cuadernos de Nutrición, Vol. 34, núm. 4, Julio-Agosto, pp. 151-157.
2. Damiron, Rafael (1994), El cultivo de la vainilla, México, Dirección General de Agricultura y Fitosanitaria.
3. Humboldt, Alejandro von (1979), Ensayo político sobre el reino de la Nueva España, México, Editorial Porrúa.
5. Kourí, Emilio H., (2000), “La vainilla de Papantla: agricultura, comercio y sociedad rural en el siglo XIX”, en Signos Históricos año 1, vol. 1, junio, pp. 105-130.
6. Martínez Elorza, (2007), “Efecto del tipo de tutor sobre el contenido de vainillina y clorofila en vainas de vainilla”, en Revista UDO Agrícola vol. 7, núm. 1, pp. 228-236.
7. Ramírez, Carlos; Brino, Rapidel y José Mattey (1999), Principales factores agronómicos restrictivos en el cultivo de la vainilla y su alivio en la zona de Quepos, Costa Rica. pp. 309-313.
8. Soto Arenas, Miguel Ángel (2006), “La vainilla: retos y perspectivas de su cultivo”, en. Revista Biodiversitas, CONABIO, núm. 66, pp. 1-9.
9. Sosa Palomino, Maclovio, consultado 7 de mayo de 2012, en http: http//culturaenpapantla.blogspot.mx/2012/02/beneficio-de-la-vainilla-en papantla.html,
10. http://www.vainilladepapantla.com/espanol/quienes.html, consultado 27 de agosto de 2012.
11. Terra Brockman Website, “Profunda fascinación en los bosques del centro-este de México” consultado en internet el 28 de agosto de 2012, en: http://articles.chicagotribune.com/2008_06_11/entertainment/0806090165_1_vanilla-beans-roads.




[b] Alumno del 7mo semestre de la Licenciatura en Historia de México, Área Académica de Historia y Antropología, ICSHu, UAEH. <<


[1] Ensayo para la materia, “Independencia de México, siglo XIX”, del sexto semestre de la Licenciatura en Historia de México, Mayo 2012, catedrática Dra. Raquel Ofelia Barceló Quintal. <<

[2] Se localiza en la zona centro montañoso del estado. Sus coordenadas son 19° 55’ latitud norte y 96°43’ longitud oeste, a una altura de 200 metros sobre el nivel del mar. Colinda con los municipios de Misantla, Yecuatla, Juchique de Ferrer y Vega de Alatorre. Su distancia aproximada por carretera a la capital del estado es de 45 Km. <<

[3] Tiene su ubicación en la región montañosa de la zona centro del estado. Sus coordenadas son 19°55′ latitud norte y 96°51′ longitud oeste; está situado a una altura de 300 sobre el nivel del mar. <<

[4]Se localiza al norte del estado de Veracruz, en las coordenadas 20º 26’ norte y 97º 19’ longitud oeste y a una altitud de 186 metros sobre el nivel del mar. <<

[5]Se localiza en las coordenadas 17º 58' de latitud norte y en los 96º42' de longitud oeste a 1,020 metros sobre el nivel del mar. <<