Reseña del libro "El celibato sacerdotal. Su historia en la iglesia católica" de Jean Meyer



El celibato sacerdotal. Su historia en la iglesia católica es una obra cuyo contenido coloca en la mesa de discusión un tema antiguo y permanente que ha marcado la conformación de una de las instituciones sociales de nuestra sociedad, la iglesia católica. El autor Jean Meyer, desde el año de 1965 ha dedicado su tiempo al estudio de la religión en México, su obra La cristiada (1973) marcó la formación histórica, antropológica y sociológica de diversas generaciones, a partir de entonces en la obra de Meyer podemos encontrar reflexiones sobre la revolución mexicana, el sinarquismo mexicano, las haciendas y el peonaje, la relación del estado y la iglesia. Sus preocupaciones también se extienden al estudio de los cristianos en América Latina, a la relación que el estado Francés ha mantenido con países americanos, en su obra El campesino en la historia rusa y soviética (1991) Jean Meyer asumió el proceso de conformación nacional rusa como otro de sus temas de indagación.

La obra El celibato sacerdotal. Su historia en la iglesia católica es la continuación de un tema eje en la producción de Jean Meyer, para este caso aborda el celibato no como dogma sino como un hecho social que refleja en el tiempo y en el espacio las diversas concepciones del cuerpo y la sexualidad humana.

Al iniciar su exposición, el autor reconoce que la continencia masculina y virginidad femenina son valores exaltados antes del triunfo del cristianismo, pues para hombres y mujeres miembros de las élites romanas, la austeridad sexual resultaba una expresión de autodisciplina y autocontrol, virtudes que distinguían a los filósofos del siglo II (p. 35), así que el celibato no es creación cristiana latina, sino producto de un proceso histórico que una institución religiosa asumió para sus ministros.

El celibato como la condición de no estar casado, especialmente para las personas que han pronunciado un voto, es delimitado en la obra como: “se le llama celibato religioso a la renuncia al matrimonio, a la familia, a todo ejercicio de la genitalidad”. Para el autor, el celibato religioso equivale a la continencia con el propósito de consagrarse a la divinidad por medio del espíritu de sacrificio y/o mayor eficacia espiritual” (p. 277). De tal manera que a lo largo de la obra, se demuestra que el celibato religioso fue prerrogativa no obligatoria para los ministros de la iglesia católica durante los primeros cuatro siglos de existencia de la institución, el antecedente a dicha práctica fue la continencia, es decir, la abstención de las relaciones sexuales que asumían los ministros según el ciclo ritual, así que el resto del tiempo los ministros religiosos vivían como su feligresía.

Así obtenemos el primer eje argumentativo de la obra: si el celibato no fue una condición obligatoria de los ministros religiosos católicos de la iglesia prístina, entonces ¿Qué condiciones históricas ocurrieron para que la iglesia católica impusiera el celibato a sus ministros?

La respuesta la tenemos cuando el autor nos ilustra sobre el proceso de separación de clérigos y seglares, ocurrido en el siglo II y III de nuestra era, la vida clerical se presentaba como una condición de méritos y servicios, de tal manera que a través del impulso del obispo de Milán, la iglesia buscó a sus dirigentes célibes u hombres casados de cierta edad que pudiesen vivir en la continencia definitiva. Entonces a partir de Roma se extendió la renuncia sexual ya no como una opción sino como imperativo, que en términos de la conformación de grupos sociales, la imposición del celibato fue un triunfo de una élite en el seno de la iglesia, que asumió al clero como seres celestiales, por encima de la naturaleza.

Aunque no todo el clero asumió automáticamente la continencia sacerdotal como obligación para la impartición de los sacramentos, porque en Francia y España obispos, sacerdotes y diáconos estaban casados y continuaba una vida conyugal y engendraban hijos -incluso se respetó la orden de mantener el celibato en sacerdotes que fueron ordenados bajo tal condición- según el autor, el celibato se impuso como obligación para todos los niveles clericales de la iglesia latina en el siglo XII, cuando la presión de los laicos señalaba a los sacerdotes casados como indignos. Hecho apoyado por concilios decretados en el siglo XI, que atacaron los matrimonios de los sacerdotes como abominables, a sus hijos como bastardos y al resto de los feligreses se les prohibió entregar una hija a un sacerdote o un diácono, la prohibición se extendió a tomar como esposa a la hija de un sacerdote o diácono.

Para el siglo XII, la reforma de la iglesia católica se basó en la castidad del clero y en la centralización a cargo de Roma, la convocatoria del Papa Calixto II, para el primer Concilio de Letrán realizado en el año 1123, confirmó la prohibición del matrimonio para los monjes y para los ministros ya ordenados. Tal fue el inicio de la configuración del nuevo ministro religioso, que había sido apartado de la vida conyugal, a cambio se le otorgó el poder espiritual para bendecir la vida conyugal y curar el espíritu humano a través de la confesión:

“Toda unión de los cuerpos queda proscrita cuando ocurre fuera del connubium legitimum entre un hombre y una mujer, fuertemente entrelazado por los ritos del mundo y de la iglesia…”

Para el siglo XII, la imposición del celibato sacerdotal se argumentó por la pureza del culto, por el servicio absoluto a Dios y al prójimo y la castración figurada por el amor al reino de los cielos. El problema para la iglesia latina fue el cumplimiento del ideal sacerdotal, porque la vida de algunos sacerdotes nuevamente generarían duras críticas que incluso dividieron definitivamente a la iglesia. En ello, la labor de Martín Lutero en Alemania y Juan Calvino en Francia fue vital en la conformación de la iglesia protestante, cuyas distintas versiones asumieron el sacerdocio como un servicio pastoral sin imponer el celibato para sus pastores.

Así que para el siglo XVI, la obligación del celibato sacerdotal, no solo distinguió a los ministros católicos de los feligreses, también el celibato distinguió a la iglesia católica de la protestante.

Podría continuar exponiendo el contenido de las 325 páginas, pero me parece que lo referido y no mencionado es una invitación a leer esta obra, que está organizada en tres partes según el significado asumido para el celibato dentro de la iglesia católica, cambios de significación que ocurren junto con el sistema político social de las distintas épocas, pues en la primera parte, el clero cristiano está totalmente sometido a los imperios, en la segunda parte, ocurre una autonomía dependiente entre el clero y los señores feudales. En tercera parte de la obra, el autor abunda sobre el enfrentamiento entre el clero y las críticas de los ilustrados formados en las universidades, según el autor, cada coyuntura histórica impuso una lógica dominante a favor de las exigencias de la sociedad más que a la exigencia religiosa.

Este libro al tiempo que aborda una de las cuestiones más polémicas sobre la iglesia católica desde el punto de vista histórico, también nos abre la posibilidad de pensar en la iglesia y su confiabilidad, en un mundo globalizado bajo una lógica económica neoliberal, con una amplia participación femenina en el trabajo remunerado, con el incremento del divorcio o la denuncia de las víctimas de abuso sexual ejercido por los ministros religiosos, todas realidades que colocan temas que involucran directamente a la iglesia católica.

Esta obra tiene varias líneas de interés para los especialistas que abordan la relación de la iglesia y sus ministros, o quienes trabajan la historia de las mentalidades, y por supuesto quienes se interesan en la historia del cuerpo y la sexualidad humana, todo lo cual hace del libro El celibato sacerdotal. Su historia en la iglesia católica una obra que se ocupa de un hecho social que refleja en el tiempo y en el espacio las diversas concepciones del cuerpo y la sexualidad humana a través de los preceptos de una de las instituciones más antiguas de la historia de la sociedad occidental, la iglesia católica.

Bibliografía

1. MEYER, Jean. (2009) El celibato sacerdotal. Su historia en la iglesia católica. México: Tusquets Editores.



[a] Profesora-investigadora del Área Académica de Sociología y Demografía del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades. <<