La conciliación entre los ámbitos laboral y familiar de académicas SNI de la UAEH, desde una perspectiva de género

Resumen

El objetivo general de este trabajo es explorar acerca de cómo las académicas de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo adscritas al Sistema Nacional de Investigadores concilian los ámbitos laboral-académico y familiar-doméstico. Lo anterior desde la perspectiva de género como habitus.

Mediante una metodología cuantitativa se aplicó un cuestionario a 40 académicas y 40 académicos que contemplaba preguntas relacionadas con los roles que desarrollan en su vida cotidiana como hijas e hijos, parejas sentimentales, madres y padres, investigadoras e investigadores; así como los recursos sociales, culturales y económicos con los que contaban en los campos del trabajo y la familia.

En relación a lo anterior se identificó en las académicas una conciliación con mayores divergencias tanto en el campo laboral académico como familiar doméstico, en relación a los académicos que se hallan en las mismas condiciones de carácter académico y personal. Asimismo se logra develar en las académicas SNI pensamientos modernos unidos a conductas “en proceso de cambio” hacia una mayor igualdad con los académicos; tejiéndose elementos que configuran a una mujer emprendedora, idealista y generadora de nuevos conocimientos en el ámbito público que a la par sigue cargando con imaginarios sociales dentro del espacio privado lo que las coloca en el umbral de la tradición y la modernidad.


Palabras clave: Conciliación trabajo-familia, género, habitus, académicas

Abstract

The general objective of this paper is to explore about how the women academicians of the University of the State of Hidalgo attached to the National System of Researchers conciliate de labor-academic sphere, with the familiar-domestic sphere from a gender perspective as habitus.

Trough a quantitative methodology an inquest was applied to 40 women academicians and 40 men academicians, it contemplate questions related to the roles they develop in their normal life as daughters or sons, romantic partners, mothers and fathers, researchers, as the social, cultural and economical resources they count within their family or work sphere.

In relation to the above, conciliation with greater divergences in both the familiar-domestic and labor-academic was identified in the women academicians, in comparison to the men academicians who have the same conditions in both the familiar and the academic field. Also we can find that de women academicians that belong to the National System of Researchers have modern thoughts joined to a “in a process of change” behavior towards a greater equality with the men academicians. Weaving elements that build an enterprising, idealistic woman that generates new knowledge in the public field, and still take on the social imaginary inside the private space, which collocates them under the threshold of tradition and modernity.


Key words: Work-family balance, gender, habitus, woman academician.

Introducción

En la actualidad los hombres y las mujeres de occidente se desarrollan en diversas esferas sociales, idealmente se pretende que tengan un desarrollo integral incrementando sus habilidades, aptitudes y valores desde la infancia. De esta manera mujeres y hombres llegan a la edad adulta, para desenvolverse en espacios públicos como la educación, la cultura, la política, la ciencia y el trabajo remunerado; así como privados con la familia, en la religión y el esparcimiento, con lo que se pretende una verdadera calidad de vida.

Sin embargo, el capitalismo que impera en la sociedad mexicana aunado a los intereses personales de cada agente social los predispone a optar por desenvolverse mayormente en ciertos espacios sociales. La población mexicana, en su gran mayoría, al llegar a la edad adulta opta por formar su propia familia (sin que ésta sea nuclear) y conseguir un trabajo (medio a través del cual consiguen el dinero para sobrevivir) desarrollándose básicamente en éstos dos espacios. Así trabajo y familia se convierten en los ejes transversales sobre los cuales gira la vida de la mayoría de los mexicanos y de los ciudadanos que viven en occidente.

Siendo una temática de interés para la población en general, la conciliación entre la vida laboral y familiar se convierte en un problema social a finales del siglo XX. En México se comenzó a ver como un fenómeno social en los años 50 para convertirse en un problema de relevancia a partir de la incorporación masiva de las mujeres al trabajo remunerado en los años 70 y 80. De esta manera para las mujeres se aperturan dos posibilidades de desarrollo: en la familia y en el trabajo, pero también se comienzan a sentir los efectos que causa el conflicto de estar presente en ambos, ya que las demandas y exigencias de éstos acarrean dobles jornadas y en ocasiones triples jornadas, cuando las mujeres también se incorporan a la educación superior, además de problemas de salud, conflictos y tensiones en la familia, falta de tiempo, recreación y descanso.

Como problema social, la conciliación entre el ámbito laboral y familiar impacta a los agentes sociales que se hallan inmersos en una sociedad donde las condiciones de su estructura imponen mayor dedicación al trabajo remunerado sin dejar de atender las responsabilidades que conlleva un hogar y familia, sobre todo cuando éstas condiciones se atribuyen o asumen, de manera implícita a sólo una parte de esos agentes sociales (las mujeres).

Si bien autores como Ana María Rivas (2006), manifiestan que conciliar trabajo y familia es un problema que resienten mayormente las mujeres en una estructura social de tipo patriarcal donde permean los valores tradicionales. ¿De qué manera impactan al género femenino cuando se trata de mujeres dedicadas a la ciencia y la investigación?; académicas que laboran en instituciones de educación superior; ¿cómo concilian los ámbitos del trabajo y familia éstas mujeres?

Bajo la perspectiva de género, la pregunta principal es ¿cómo es la conciliación que realizan entre el ámbito laboral-académico y familiar-doméstico, las académicas de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, adscritas al Sistema Nacional de Investigadores?

En este tenor el objetivo general de la investigación es identificar desde la perspectiva de género como habitus, la conciliación que realizan entre el ámbito laboral-académico y familiar-doméstico, las académicas de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, adscritas al Sistema Nacional de Investigadores. Asimismo la posición social que ocupan dentro de ambos campos.

Hablar de académicas es referirse a mujeres de alto rendimiento[1] que laboran dentro de las instituciones de educación superior realizando

… actividades profesionales altamente exigentes y absorbentes en términos de formación y dedicación […]. La subjetividad de este conjunto de mujeres está caracterizada por intereses cognoscitivos, necesidades de realización profesional y social, sensibilidad y preocupación por los problemas sociales (Fernández, 2000 en Cerros y Ramos, 2009: 189).

Gil Antón refiere que las académicas establecen con las instituciones

las relaciones laborales que tienden al “full time” –la jornada completa- y, en general, sus funciones no se reducen a la impartición de clases sino que abarcan otras actividades asociadas a la docencia y, en no pocos casos, referidas a la investigación y la difusión de los conocimientos (Gil Antón, 2004).

Según lo establecido por el Programa de Mejoramiento del Profesorado (PROMEP), el trabajo académico que se debe desarrollar en las instituciones de educación superior consiste básicamente en cuatro vertientes, la docencia, la tutoría, la gestión y la investigación, ésta última es medular para el Sistema Nacional de Investigadores, ya que refiere a la producción de nuevos e innovadores conocimientos. A diferencia de las trabajadoras universitarias que realizan otro tipo de trabajo, las profesoras investigadoras desarrollan un trabajo de producción de conocimientos que pueden ser tangibles e intangibles, según cada área de la ciencia, encaminados al servicio de la sociedad.

El estudio es de tipo exploratorio y se sustenta en una metodología básicamente cuantitativa, rescatando alguna información de corte cualitativo y, un enfoque social retomando las categorías teóricas de género (como habitus) y los conceptos de capital y campo de la teoría social de Pierre Bourdieu. El género como habitus es considerado como la interiorización y exteriorización de la construcción social y cultural de la diferencia sexual.

De esta manera se construyó un instrumento de investigación que permitiera explorar acerca de esa interiorización y exteriorización de la construcción social y cultural del ser mujer u hombre cuando se hallan en los ámbitos laboral y familiar al mismo tiempo; acercarse a conocer las prácticas sociales que realizan cuando se desarrollan en ambos campos sociales. Se considera a esas prácticas como las decisiones, acciones y pensamientos producidos en los ámbitos del trabajo y la familia que se manifiestan en los roles sociales que juegan, el tipo de actividades que realizan, los tiempos y recursos que disponen para cada una de éstas, todo ello para conciliar trabajo y familia.

Por conciliación se entiende la compaginación de espacios, tiempos y actividades que implementan los sujetos (académicas) al interactuar en los ámbitos laboral y familiar.

Marco teórico

Identificar la conciliación desde el enfoque de género (cómo un habitus) implica primeramente conocer la categoría género, conocer su génesis, su evolución y las posturas teóricas más representativas, posteriormente tener una visión clara del concepto de habitus que Pierre Bourdie menciona en sus distintas obras por ser eje principal de su teoría social y, de esta manera tratar de enlazar estos conceptos teóricos.


Perspectiva de género

Hablar de género es hablar de un origen y evolución del término, desde su génesis en las ciencias de la biología, la antropología y los movimientos feministas hasta integrarse en la discusión de las ciencias sociales, como una categoría de análisis sobre las relaciones sociales entre hombres y mujeres en los distintos ámbitos en los que convergen.

Joan Scott expresó que

…género pasa a ser una forma de denotar las “construcciones culturales”, la creación totalmente social de las ideas sobre los roles apropiados para las mujeres y hombres. Es una forma de referirse a los orígenes exclusivamente sociales de las identidades subjetivas de hombres y mujeres. Género es, según esta definición, una categoría social impuesta sobre un cuerpo sexuado(Scott, 1996: 271)

Marta Lamas contempla la construcción del género en un proceso tridimensional: psicoanalítico -a través del inconsciente-, de la biología -representado en el cuerpo-, y cultural-social; señala que “…el uso riguroso del género conduce ineludiblemente a la desesencialización de la idea de mujer y hombre. Comprender los procesos psíquicos y sociales mediante los cuales las personas nos convertimos en hombres y mujeres dentro de un esquema cultural de género…”(Lamas, 1999: 173)

Judith Butler (1990), basada en la teoría de la fenomenología, lo refiere como una manera en que los gestos corporales, los movimientos y las normas de todo tipo constituyen la ilusión de un yo generalizado permanente; en tanto se actúa en la cotidianeidad mediante gestos y comportamientos se adquiere el concepto consensuado del ser hombre o mujer en cada sociedad.

En la teoría social, el hilo conductor del concepto género se centra en la “desnaturalización” de los humanos, la desmitificación de las prácticas sociales y significados de las mismas, demostrar que toda práctica cotidiana está impregnada de símbolos y significados distintos para hombres y mujeres; se trata de desesencializar el género humano.

En relación con la investigación realizada, si bien es cierto que la economía de mercado ha llevado a las mujeres al terreno laboral extradoméstico y en particular a las académicas a las instituciones de educación superior, “las concesiones entre géneros no han sido equilibradas y numerosos resabios machistas marcan aún sus territorios”.(Chávez Gutiérrez, 2009: 380) Por lo anterior la perspectiva de género ayuda a visualizar las diferencias y desigualdades entre hombres y mujeres en los distintos ámbitos en los que se desarrollan por lo que supone revisar, desde cómo se organizan los tiempos y espacios, cuáles son los roles que cada sexo juega, cuáles son los conflictos que se generan al interior de un espacio social, hasta las creencias más enraizadas del sentido de ser hombre o mujer y lo que ello implica.

Según Lamas, la perspectiva de género identifica y se propone eliminar las discriminaciones reales de que son objeto las mujeres, por mujeres, y los hombres por hombres. La perspectiva de género reparte las responsabilidades familiares. No obstante se requiere el desarrollo de una nueva forma de conceptualizar las responsabilidades familiares entre ambos sexos.

El estudio de la conciliación entre el ámbito laboral y familiar de las académicas de la UAEH adscritas al SNI, pretende ser examinado desde la perspectiva de género, donde se retoma dicha categoría desde el concepto de habitus de Pierre Bourdieu y, donde se identifica la coexistencia y compaginación de actividades, espacios y tiempos de estas mujeres en ambos espacios sociales con respecto a los académicos y con ello la posición que ocupan dentro de la academia y la familia.


Referentes del estructuralismo-constructivismo

Pierre Bourdieu desarrolla su teoría social, denominada estructuralista constructivista o también llamada constructivista estructuralista, que se sustenta en tres conceptos transversales: habitus, campo y capital.

La teoría social de Pierre Bourdieu considera que la construcción de la realidad se determina por el proceso dialectico que los agentes realizan tanto de las estructuras sociales como de sus propias concepciones, pensamientos y aseveraciones que dan paso a las acciones y prácticas que realizan en un espacio social determinado.

Los sujetos se encuentran en libertad de elección, son capaces de hacer selecciones dentro de una gama infinita de opciones, son capaces de decidir; no obstante, esas elecciones y decisiones son marcadas o delimitadas por la propia estructura en la que se encuentran sujetos, marcando sus acciones por la época y el entorno sociocultural como producto de la historia social.

En este sentido, la perspectiva de género retomada como un habitus, permitirá explicar a través de las prácticas sociales, (actividades que realizan, roles que asumen, tiempos que destinan y recursos con los que cuentan) la conciliación que realizan las académicas en relación a los académicos, al interactuar en los espacios sociales del trabajo y la familia, permitirá conocer cómo viven esa conciliación en ambos espacios.

Y ¿qué es el habitus?

El habitus incluye las estructuras mentales o cognitivas mediante las cuales las personas manejan el mundo social. Las personas están dotadas de una serie de esquemas internalizados por medio de los que perciben, comprenden, aprecian y evalúan el mundo social […] dialécticamente el habitus es el producto de la internalización de las estructuras del mundo social (Bourdieu, 1989 citado por Ritzer 2002).

El habitus es

…el principio generador de estrategias que permite a los agentes habérselas con situaciones imprevistas y continuamente cambiantes […] un sistema de disposiciones duraderas y trasladables que, integrando experiencias pasadas, funciona en todo momento como una matriz de percepciones, apreciaciones y acciones que hace posible la realización de tareas infinitamente diversificadas(Bourdieu, 2005).

El habitus es una capacidad infinita de engendrar con toda libertad (controlada), unos productos -pensamientos, percepciones, expresiones, acciones- que siempre tienen como límite las condiciones histórica y socialmente situadas de su producción, la libertad condicionada y condicional que él asegura está tan alejada de una creación de novedad imprevisible como de una simple reproducción mecánica de los condicionamientos iniciales (Bourdieu, 2009: 90).

El habitus permite a las personas dar sentido al mundo social y se manifiesta en las actividades practicas diarias como pensar, hablar, comer, caminar o reír y sobre todo la manera en cómo se realizan.

En este orden y en relación con el estudio, cabe cuestionar qué posición tienen estas académicas frente al campo laboral y familiar en los que se desarrollan, si bien todas comparten en el espacio laboral género y trabajo, en el ámbito familiar se diferencian al asumir diferentes roles (esposas, madres, hijas, hermanas, amas de casa) compartiendo algunas de ellas más o menos un mismo habitus que al ser identificado permite conocer las practicas, acciones y estrategias que realizan las académicas para compatibilizar la vida laboral y familiar.

En suma género significa entre otros aspectos, la construcción social de la diferencia sexual y habitus una capacidad de engendrar pensamientos, percepciones, expresiones, es decir, formas de sentir y observar de parte de los agentes sociales. Al conjugarse ambos resulta ver al género como un habitus, tal cual lo afirma Lamas cuando menciona que Bourdieu ve al género como un habitus, un sistema perdurable y transponible de esquemas de sentimiento, pensamiento y acción, como un

…conjunto de relaciones históricas “depositada” en los cuerpos individuales en forma de esquemas mentales y corporales de percepción, apreciación y acción resultantes de la institución de lo social en los cuerpos, la cultura, el lenguaje la crianza, inculcan en las personas ciertas normas y valores profundamente tácitos que se consideran “naturales” (Lamas, 2003: 9).

El habitus reproduce estas disposiciones estructuradas de manera no consciente. Así el

…habitus se convierte en un mecanismo de retransmisión por el que las estructuras mentales de las personas toman forma (“se encarnan”) en la actividad de la sociedad. Para Bourdieu el género está arraigado profundamente en scrips culturales previos y él muestra cómo las diferencias entre los sexos están inmersas en el conjunto de oposiciones que organizan todo el cosmos, la división de tareas y actividades, y los papeles sociales (Lamas, 2003: 9)

Al intentar hilar las categorías de género y habitus se entiende como la interiorización y exteriorización de la construcción social y cultural de la diferencia sexual, como un principio que regula las prácticas sociales en función de la diferencia sexual, se halla en las estructurales mentales y corporales, genera los pensamientos, percepciones, expresiones y acciones en función del sexo. De esta forma se aprecia cómo la interiorización y exteriorización de la construcción social y cultural de la diferencia sexual, se halla en la mente y el cuerpo; por lo que la conciliación entre el ámbito laboral y familiar de las académicas identificada desde el género como un habitus permite escudriñar acerca de las prácticas, acciones, y pensamientos que las académicas enfrentan al interactuar en ambos campos; explorar acerca de las diferencias y desigualdades entre mujeres y hombres en cuanto a las actividades laborales y familiares que realizan y con ello identificar los roles, tiempos, recursos, y tensiones que se pueden estar generando en la sociedad del presente.

El habitus se manifiesta en un tiempo y espacio denominado campo, considerado por Bourdieu como una red o configuración de relaciones objetivas entre posiciones. (Bourdieu, 2005)


Campo

“Campo” es otro de los conceptos transversales de la teoría de Bourdieu que se halla en estrecha relación con habitus. El habitus es el resultado de la incorporación de las estructuras sociales mediante la “interiorización de la exterioridad”, mientras que el campo es el producto de la “exteriorización de la interioridad” (Bourdieu, citado por Giménez, 1997)

El campo debe ser entendido en relación a un sistema de posiciones, donde el valor de la posición se mide por la distancia social que las separa de otras inmediatamente inferiores o superiores, lo que equivale a decir que el espacio social o campo, es un sistema de diferencias sociales jerarquizadas. (Giménez, 1997)

Un campo es “una esfera de la vida social que se ha ido autonomizando progresivamente a través de la historia en torno a cierto tipo de relaciones sociales, de intereses y de recursos propios, diferentes a los de otros campos” (Gilberto Giménez 1997: 14)

En el marco de este trabajo se debe entender a dos campos. El campo laboral, es decir, el espacio del trabajo en la academia que transcurre en la universidad y fuera de ésta. Asimismo el campo familiar, de lo doméstico, que transcurre en el hogar y fuera de éste.

La categoría “campo” permitirá no solo identificar la posición social sino el valor de la misma que ocupan las académicas tanto en el ámbito laboral como en el familiar que se relaciona y determina en gran medida por los roles que desarrollan en ambos ámbitos, siempre en relación con la posición que ocupan los académicos así como los roles que éstos juegan.

“El campo es un tipo de mercado competitivo en el que se emplean y despliegan varios tipos de capital (económico, cultural, social, simbólico)…” (Ritzer 2002: 495)

Es así que las académicas insertas en los espacios sociales del trabajo y la familia ponen en juego capitales que les permitirán conciliar ambos campos.


Capital

Se entiende por capital a los recursos puestos en juego en los diferentes campos sociales: capital económico, capital cultural y capital social (Bourdieu, 1979 citado por Gilberto Giménez, 1997).

El capital económico refiere al monetario, en este caso al dinero y propiedades con las que cuentan las académicas y los académicos.

El capital social se representa en las relaciones y redes sociales así como las influencias que se establecen entre las académicas y académicos con los diversos agentes sociales que se hallan en los campos del trabajo y la familia

Y el capital cultural es contemplado en tres vertientes:

1.- Capital cultural objetivado: corresponde a todos los objetos, en el estricto sentido de la palabra, con los que cuentan los agentes sociales (libros, pinturas, esculturas)

2.- Capital cultural institucionalizado: es aquel que se posee a través de la academia, de los diplomas, de los reconocimientos escolares, de los grados académicos.

3.- Capital cultural incorporado: es aquel capital que se adquiere con el tiempo, no es transferible y es un trabajo del propio sujeto por cultivarse así mismo. (Ariño, 2003)

La conjunción de éstos capitales que ponen en juego a cada momento las académicas dentro del ámbito laboral y familiar va a conferir a éstas una posición dentro de ambos campos, en relación a los académicos, lo que dará cuenta de las diferencias y desigualdades que persisten tanto en la academia como en la familia.

Marco metodológico


Instrumento de investigación

La idea de aplicar un instrumento de investigación de tipo cuantitativo es explorar sobre el problema de cómo concilian trabajo y familia el total de la población elegida de profesoras investigadoras de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, es decir, todas las académicas que pertenecen al Sistema Nacional de Investigadores que tengan pareja e hijos; o sólo pareja, o sólo hijos. Al estudiar dicho fenómeno desde la perspectiva de género implica necesariamente hacer lo propio con investigadores de la UAEH adscritos al SNI que tengan una situación familiar igual o parecida a las investigadoras, lo cual permitirá tener los elementos suficientes para realizar una comparación y saber cómo están conciliando trabajo y familia desde la construcción social y cultural de la diferencia sexual, es decir, desde el género.

El diseño del cuestionario es a partir de un cuadro relacional, donde se prescriben una serie de categorías, teóricas, conceptuales y empíricas que dieron pie a los indicadores y posteriormente a las preguntas propias del instrumento. El cuestionario final constó de 80 preguntas agrupadas en apartados que cuestionaban sobre el rol que desarrollaron como hijas (hijos), donde adquirían una interiorización de la diferencia sexual; posteriormente rol de pareja o esposa, rol como madre, rol como ama de casa y rol como académica donde van externando lo que internalizaron, sin que ello signifique la simple repetición de lo aprendido sino, en ocasiones, la reflexión y cuestionamiento a ciertas acciones y pensamientos además de la adopción de otras prácticas.

Asimismo el capital (social, cultural y económico) así como el campo resultan cruciales para identificar la conciliación de las académicas, ya que, ello determina la posición en que se hallan las investigadoras dentro de ambos espacios sociales, en relación a los investigadores.


Elección de la muestra

En el año 2012, la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo contó con un total de 184 Profesores Investigadores adscritos al Sistema Nacional de Investigadores, de los cuales 122 son hombres y 62 mujeres, cifras representadas en porcentaje refieren al 63.3% y 33.7% respectivamente, tal como se presenta en el siguiente cuadro.

 

 

Profesores Investigadores adscritos al Sistema Nacional de Investigadores en la UAEH 2012
Institutos Mujeres S N I Hombres S N I TOTAL
Instituto de Artes (IA) 0 1 1
Instituto de Ciencias Agropecuarias (ICAP) 4 10 14
Instituto de Ciencias Básicas e Ingenierías (ICBI) 36 76 112
Instituto de Ciencias Económico Administrativas (ICEA) 1 3 4
Instituto de Ciencias de la Salud (ICSA) 11 12 23
Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades (ICSHu) 10 20 30
TOTAL 62 122 184

 

Elaboración propia con base en datos de la Dirección de Investigación de la UAEH en 2012




Perfil de las profesoras-investigadoras que se encuestaron Situación Personal Situación académica
Con pareja (casada ó unión libre) e hijos 27 PTC adscrita al SIN
Con pareja (casada ó unión libre) sin hijos 5 PTC adscrita al SIN
Sin pareja con hijos 8 PTC adscrita al SIN

 

Elaboración propia con base en datos de la selección de la muestra




Entrada al campo

El primer contacto con las académicas fue mediante correo electrónico, explicando brevemente el trabajo de investigación y solicitando a cada una de ellas su colaboración para contestar el cuestionario. En los casos que hubo contacto personal existió una conversación más enriquecedora, donde ellas exponían algunas de sus inquietudes sobre el propio cuestionario, hacían aclaraciones en cuanto a las situaciones que presentaban en la vida familiar principalmente, exteriorizaban algunas de las situaciones, experiencias y retos que pasaron, y/o pasan para poder conciliar el trabajo académico con el trabajo doméstico que implica mantener una casa y el cuidado y responsabilidad de una familia, las estrategias que han empleado para poder estar presente en ambos espacios o simplemente el hecho de exponer que para ellas no representa ninguna dificultad estar en uno y otro ámbito pues cuentan con el apoyo familiar. El rapport fue muy importante en la aplicación del instrumento de investigación.

Como resultado del trabajo de campo se obtuvieron 40 cuestionarios de investigadoras y 40 de investigadores además de 17 conversaciones y/o aclaraciones de parte de académicas, mismas que exponían sus pensamientos respecto del tema.


Análisis de la información

El análisis de los datos se realizó mediante SPSS versión 15.0, programa informático que permite introducir las variables que contempla el cuestionario. Cada apartado del cuestionario, en cuanto al rol que desarrolla cada académica y académico contempla una serie de variables que permiten explorar, no solo sobre dicho rol sino la posición en que se encuentran en los dos campos sociales del trabajo y la familia.


Dificultades en el desarrollo del trabajo de campo

Entre las dificultades que se presentaron se hallan, el tiempo con el que contaban algunas académicas y académicos para contestar el cuestionario, las interrupciones que hubo, en ciertos casos, mientras contestaban el instrumento de investigación, lo que de alguna manera truncaba continuidad a las conversaciones que hubo en algunos casos. Otro de los inconvenientes, que tenía que ver también con el tiempo, fue haberles dejado el cuestionario, para responderlo posteriormente, ya que ello no permitió un encuentro personal más abierto y profundo que dieran pie a relatos en referencia al tema y que pudieron enriquecerlo.

Una de las limitantes fue la resistencia que hubo al contestar preguntas relacionadas con la vida privada de cada investigador o investigadora, principalmente las relacionadas con capital económico y las relaciones establecidas entre pareja.


Resultados y discusiones

El análisis de los datos que se obtuvieron dio como resultado las siguientes aseveraciones:

En el rol de hijas que tuvieron en la infancia y adolescencia se identifica a groso modo la educación que recibieron las académicas; misma que estuvo basada en patrones de conducta tradicional a la par de una motivación para que estudiaran y pudieran desenvolverse en otros espacios. Ya no bastaba sólo ser buenas esposas, madres y amas de casa. Ahora se abrían las puertas para que las mujeres pudieran incursionar en la educación superior.

En lo que respecta al rol de pareja las académicas ocupan una posición desigual en perjuicio de éstas respecto a los académicos, ya que a pesar de compartir las mismas actividades las académicas con sus parejas y los académicos con sus parejas, son las mujeres en general quienes más se responsabilizan y asumen las tareas invirtiendo mayor tiempo.

El rol de madre lleva una carga ideológica y sentimental muy significativa para las académicas, ya que sus conductas identifican a una madre cuidadora, responsable de sus hijos en su crianza, educación y muestras de afecto. En ese sentido, se niega que los académicos no se responsabilicen de sus hijos sino que son las académicas quienes asumen mayormente ese papel. Lo cual nos permite ver que lo tradicional se sigue reproduciendo a pesar del conocimiento.

En el papel de responsable de un hogar, las académicas nuevamente hacen gala de su presencia al asumir mayor responsabilidad en la implementación de las tareas domésticas. Sin embargo a diferencia de lo que sucede con otras mujeres, las académicas no se ocupan directamente de éstas labores sino que, es otra mujer quien las desarrolla, sustituyendo el rol que la sociedad les ha delegado en el ámbito privado. Es decir, las investigadoras no son las autoras materiales sino las autoras intelectuales al estar pendientes que el hogar funcione correctamente. La carga de trabajo que realizan a veces reduce su tiempo de descanso y con frecuencia no alcanzan a realizar las actividades que planean hacer durante el día.

Siendo el tiempo uno de los recursos más valiosos para las académicas y académicos SNI, ellos priorizan sus responsabilidades en la academia; así como la academia con respecto a la familia. En ese tenor las investigadoras en su rol de académicas expresan privilegiar el trabajo por la familia (aunque ello depende de la situación y las condiciones). No obstante los datos obtenidos expresan otra situación, y es que las académicas con respecto a los académicos invierten menor tiempo a la investigación, a la gestión y a la docencia lo cual puede significar en cierta manera no anteponer el trabajo por la familia.

El capital social de las académicas refiere que las relaciones sociales que mantienen éstas con respecto a los académicos son de mayor cordialidad y empatía tanto en el trabajo como en la familia. La red social más importante en el ámbito privado es la familia de quien se apoyan para el cuidado de los hijos y, en el ámbito académico son las redes de investigación y las asociaciones a las que pertenecen las que respaldan su labor profesional. En cuanto a los apoyos que han tenido para la superación académica no han sido suficientes. Asimismo ocupan menos puestos de confianza y refieren que la fluencia de los recursos económicos para continuar con el trabajo académico está supeditada a las buenas relaciones que se mantienen con las personas que puedan otorgar dichos recursos. En el plano personal, solo cuatro de las investigadoras y cinco investigadores pertenecen a algún club deportivo o asociación civil.

En relación al capital cultural que tienen se identifica que existe igualdad en la preparación profesional que han recibido académicas y académicos; aunque las mujeres han obtenido mayores experiencias académicas y menos reconocimientos por su labor.

En cuanto al capital económico, las académicas en relación a los académicos disfrutan de una mejor condición económica, ya que ellas expresan tener más propiedades. Aunque los sueldos que perciben los académicos son mayores de acuerdo a la categoría académica que ostentan.

En el campo académico el clima laboral que permea en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo desde la perspectiva de las investigadoras e investigadores es muy bueno por lo que el trabajo colegiado entre pares académicos, sean mujeres u hombres fluye en un ambiente cordial. Sin embargo, la tensión que más resalta para desarrollar el trabajo académico es la poca afluencia de recursos económicos, materiales, de infraestructura y humanos para echar a andar proyectos de investigación, las publicaciones, la realización de eventos académicos entre otros.

Finalmente en el campo familiar se observan conductas “en proceso de cambio” cuando las investigadoras e investigadores, en su mayoría, expresan compartir responsabilidades y toma de decisiones en consenso con su pareja. La percepción del imaginario social tradicional del hombre proveedor y la mujer cuidadora de la familia quedó atrás. Pero en la práctica siguen arraigados ciertos comportamientos y conductas tradicionales, algunas perceptibles y otras no.

Las mujeres siguen siendo entregadas a sus hijos. En cambio los hombres muestran cada vez mayor conciencia y participación de las responsabilidades en el hogar sin llegar a ser una verdadera corresponsabilidad.

Se identifica que las tensiones en las relaciones de pareja entre los académicos y académicas se concentran en la situación económica y de responsabilidad con los hijos.

En este sentido la categoría “ceguera de género” permite entender la poca (aunque cada vez mayor) incursión de los académicos en los compromisos y responsabilidades familiares, sobre todo en las actividades del hogar, cuando asumen, tanto mujeres como hombres, que son las primeras las obligadas a resolverlas.

Con lo anterior, tanto ellos como ellas no se permiten incursionar de manera igualitaria en espacios sociales diferentes, edificantes y enriquecedores que sin duda traerían experiencias diversas y con ello romper esquemas e imaginarios sociales.

Otros de los aspectos que se hallaron en esta investigación al estudiar a las investigadoras e investigadores son:

Se identifica a las académicas y académicos en una posición social distinta a la de sus padres, donde los roles tradicionales de ama de casa y proveedor de la familia no fueron fielmente repetidos por éstos y donde el género fue construyéndose en distinta manera cuando las mujeres se reconocen en el mercado laboral, con la condición de no desprenderse del ámbito familiar.

La división sexual del trabajo es el imperativo que prevaleció en la construcción del género en ambos sexos. Desde la infancia y adolescencia fue inculcado y es en la edad adulta cuando las académicas y académicos lo reflexionan y reproduce en conductas “en proceso de cambio”.

El tiempo es el recurso más importante para las investigadoras e investigadores SNI de la UAEH, ya que de acuerdo a lo expresado por ellos mismos, la buena administración de éste les resulta vital para poder compatibilizar trabajo y familia.

Las diferencias que aún persisten siempre son en perjuicio de las mujeres lo que las coloca en una posición de subordinación en relación a los académicos.

Por la anuencia de todo lo anterior, se desprende que las prácticas sociales que se retratan en las conductas y pensamientos tanto de académicas como de académicos se hallan “en proceso de cambio”, es decir, se hallan entre la tradición y lo moderno.

El género como habitus persiste como una jerarquización entre los sexos en todos los espacios sociales y en todos los niveles, siempre en menoscabo de las mujeres.

A pesar de los esfuerzos políticos y académicos, los roles tradicionales se reproducen a pesar del conocimiento, creando diferencias y desigualdades sobre todo en el ámbito privado.

La conciliación o compaginación entre el ámbito laboral y familiar vista desde el género como habitus, es uno de los fenómenos donde se manifiestan las formas de organización de los campos, la jerarquización de las prioridades para ambos sexos y con ello las desigualdades sociales que marcan un desafío para la sociedad del presente.

Conclusiones

La particularidad de esta investigación radicó en considerar al género desde lo que Bourdieu plantea como un habitus. Es decir, entender al género como la interiorización y exteriorización de la construcción social y cultural de la diferencia sexual. En ese tenor, se consideró que las académicas y académicos exteriorizan la construcción de la diferencia sexual en los roles sociales que juegan en uno y otro espacio.

Por lo antes expuesto la conciliación -entendida como la compaginación de espacios, tiempos y actividades que implementan los sujetos al interactuar en los espacios sociales del trabajo y la familia- desde la perspectiva de la perspectiva de género -como habitus, entendida como la interiorización y exteriorización de la construcción social y cultural de la diferencia sexual- de las académicas de la UAEH, adscritas al Sistema Nacional de Investigadores, se identifica con mayores divergencias tanto en el campo laboral académico como familiar doméstico, de acuerdo a los recursos sociales culturales y económicos con los que cuentan, en relación a los académicos que se hallan en las mismas condiciones de carácter académico y personal.

De forma general se van tejiendo una serie de elementos tradicionales y aspectos de modernidad que van trastocando los ámbitos familiar y laboral. No se puede hablar de la mujer tradicional, sumisa y obediente; pero tampoco de la mujer moderna, emprendedora y liberada del imaginario social que carga a cuestas. Se trata más bien de una reconfiguración y re significación que hacen mujeres y hombres de los espacios y roles sociales al pensar y actuar en otros ámbitos.

Toda acción manifiesta el género (construcción social y cultural de la diferencia sexual) que se denota en cualquier espacio social enmarcado en un contexto geográfico y un periodo histórico. En ese sentido, en el espacio laboral-académico y familiar-doméstico, mujeres y hombres adoptan roles y manifiestan prácticas sociales “propios de cada sexo” o “en proceso de cambio” que alimentan el imaginario social por una parte y por otra reconfiguran los espacios y roles sociales.

Es decir, cuerpos sexuados (mujeres y hombres) realizando actividades distintas a las tradicionales reconfiguran el imaginario social, dando paso a concepciones que mueven lo habitual e impuesto.

Por lo anterior se concluye que las profesoras investigadoras de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, adscritas al Sistema Nacional de Investigadores son mujeres que transitan entre el umbral de la modernidad y la tradición asumiendo roles tradicionales en el campo familiar como madre y pareja, responsable del hogar a la par de ser mujeres científicas, creadoras de conocimientos y emprendedoras en el campo académico.

Referencias

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[a] Maestra en Ciencias Sociales, ICSHu, UAEH. anabel3891@gmail.com


[1] Se les denomina académicas de alto rendimiento dado su alto nivel de producción científica y tecnológica, reconocidas a nivel nacional por los programas de evaluación docente como el programa de Estímulo al Desempeño del Personal Docente (ESDEPED), el Programa de Mejoramiento del Profesorado (PROMEP) y el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) (Elisa Cerros Rodríguez y María Elena Ramos Tovar, 2009)