Interacción positiva entre pares en el Seminario de Resiliencia del Área Académica de Ciencias de la Educación de la UAEH

Resumen

Con el objetivo de renovar las estrategias de estudio y el desarrollo de investigadoras se creó el Seminario de Resiliencia cuyo fin fue generar un espacio para fortalecer sus ciclos de formación. Tal y como lo plantea Melillo, la resiliencia se considera la capacidad de los seres humanos para identificar, solucionar y salir fortalecidos ante adversidades. Este ensayo tiene como objetivo dar cuenta de la importancia de la interacción positiva en un Seminario para la construcción de conocimiento y culminación de periodos de formación profesional de cuatro estudiantes de Doctorado y una de Licenciatura. Se identificaron aspectos que pueden fortalecer el desarrollo de habilidades de investigación; como la confianza, respeto, pensamiento crítico y la aceptación incondicional por parte de la líder del seminario como tutora resiliente.

 

Palabras clave: Interacción positiva, Resiliencia, Seminario

Abstract

With the aim of renewing the study of strategies and the development of researchers, the Seminar of Resilience was created, whose purpose was to generate a space to strengthen their training cycles. As posed by Melillo, the resilience is considered to be the ability of human beings to identify, solve and emerge strengthened in the face of adversity. This essay aims to account for the importance of positive interaction in a seminar for the construction of knowledge and conclusion of vocational training periods of four PhD students and one of BA. Aspects were identified that can strengthen the development of research skills such as trust, respect, critical thinking, and the unconditional acceptance by the seminar leader as resilient tutor.

 

Keywords: Positive interaction, Resilience, Seminar

Introducción

Los escenarios de vida se han transformado en las últimas décadas, se ha expandido una fuerte preocupación por la educación en el marco de la globalización, que ha dado origen a una creciente interdependencia y también a marcadas desigualdades internacionales. Han emergido varios cambios profundos en los sistemas de estratificación social que generan un incremento en la clase media, reducción de oportunidades laborales, brechas respecto a equidad económica, lo que influye en crear nuevos desafíos para incrementar la calidad de políticas internacionales y nacionales.

En momentos históricos como los que se viven, resulta imprescindible que la escuela despliegue todo su potencial para lograr la formación de una comunidad inclusiva donde se promueva la capacidad interna de cada sujeto a fin de desarrollar competencias para superar las situaciones difíciles que le ha tocado vivir. Dado que los contextos sociales actuales muestran una pluralidad de situaciones a las que se enfrenta el ser humano en su proceso de desarrollo.

Se pueden encontrar ambientes en los que se observan: casos de familias disfuncionales, pobreza, violencia, inseguridad, desempleo, enfermedades y estrés. Escenarios que una gran parte de la población padece, sin embargo un sector de la misma ha logrado sobreponerse y continuar su plan de vida, ha conseguido desarrollar su capacidad para un devenir resiliente y así poder afrontar ese bombardeo cotidiano de eventos negativos (Suárez, 2004:17).

En enero del 2009, un grupo de estudiantes que cursaron la maestría en Administración Educativa y Orientación Educativa en la Universidad Autónoma de Tlaxcala, ingresaron al programa de doctorado en Ciencias de la Educación de la UAEH. Diez años después de haber concluido sus estudios de maestría, optaron por continuar su preparación a partir de propuestas de trabajo que tenían como tema central la Resiliencia.

La resiliencia juega un papel importante para promover el pensamiento crítico y reflexivo, mejorar la autoestima y sobreponerse exitosamente a la adversidad, razón por la cual alumnas interesadas en el mismo tópico se acercaron a una profesora – investigadora del Doctorado en Ciencias de la Educación de la UAEH para solicitar información al respecto, al ver el interés por el mismo tema, se tomó la decisión de abrir un Seminario sobre Resiliencia con el propósito de reunir un estado de la cuestión a nivel nacional e internacional, que diera cuenta sobre las diferentes metodologías que se habían aplicado en los estudios, los enfoques teóricos a partir de los cuáles hacían sus propuestas, analizaban sus hallazgos, y los contextos en los que se habían realizado estos trabajos.

Este ensayo tiene como objetivo dar cuenta de la importancia de la interacción positiva en un seminario de Resiliencia para la construcción de conocimiento y culminación de periodos de formación profesional. Para ello se organizaron cuatro apartados: El proceso del Seminario de Resiliencia en posgrado; en éste se muestran las características y el método que se llevó a cabo en el proceso de construcción de conocimiento de Resiliencia. En el segundo apartado se analiza la interacción positiva desde una mirada de la Resiliencia y su articulación con la producción académica del grupo que participó en el seminario. Posteriormente se presentan los logros y perspectivas de las integrantes del seminario durante su proceso de formación para dar paso a las conclusiones que presentan la utilidad del seminario como un espacio en el que se logró una interacción positiva para fortalecer la formación integral de las cinco estudiantes.

El proceso del Seminario de Resiliencia en posgrado

Para llevar a cabo el Seminario de Resiliencia (SR) en primera instancia, se consideraron los intereses personales de las cinco integrantes, posteriormente se fue formalizando el proceso a partir del significado de seminario de investigación como una estrategia de aprendizaje activo, que facilitara la adquisición de habilidades y responsabilidad para investigar por sus propios medios la información pertinente.

Esta estrategia cumplió una función específica en el proceso de formación de las estudiantes como investigadoras, puesto que las integrantes por una parte, continuaron en su mismo papel de alumnas y por otra, también incursionaron en un papel de profesor - mediador. Con el propósito de que se iniciara un trabajo colaborativo que las llevara a que se complementaran mutuamente.

El seminario investigativo es una actividad o instrucción académica que tuvo su origen en la Universidad de Güttingen de Alemania a finales del siglo XVIII. Con el objetivo de renovar las estrategias de estudio y formación de los investigadores fue creado para demostrar que es posible unir la investigación y la docencia a fin de que mutuamente se integren (Bravo, 2006:4).

El SR implicó pensar de forma reflexiva y actuar para acercar el conocimiento a la realidad, para aprender a investigar. “De ahí el concepto de seminario; del latín seminarium, que significa semillero o sitio donde se siembran las semillas y se cuidan las plántulas, para que algún día, fuera del seminario, produzcan frutos, generen y apliquen nuevos conocimientos. El seminario requiere tiempo, supervisión y cuidados; se aprende a investigar y a razonar investigando, también se considera una técnica y éstas se aprenden practicando una y otra vez” (Molina, 2001:45).

Desde las primeras sesiones se contó con la participación de 5 alumnas: una que esperaba obtener su título en la Licenciatura de psicología de una universidad particular, tres alumnas del posgrado en Ciencias de la Educación de la UAEH y una del Posgrado en Pedagogía de la UNAM.

El proceso que se llevó a cabo fue con el propósito de generar un espacio que favoreciera la colaboración para el desarrollo de las investigaciones de las integrantes del SR por medio del intercambio de experiencias e indagaciones respecto a la Resiliencia. Paulatinamente las reuniones de trabajo mejoraron a través de la identificación de cuatro momentos: 1) Exposiciones de aportaciones relevantes del tema según los intereses particulares de las integrantes, 2) Momentos de discusiones teóricas para reflexionar en cuanto a la pertinencia de las teorías analizadas. 3) Planteamiento de nuevas interrogantes para fortalecer los trabajos de investigación de las integrantes, 4) Productos por escrito de cada SR.

Estos cuatro momentos permitieron favorecer el desarrollo de habilidades de búsqueda, análisis y reflexión por medio del intercambio de roles dentro del SR. Contar con la posibilidad de exponer de forma fundamentada, criticar con argumento, discutir y obtener productos ayudó a fortalecer los planteamientos de investigación de las integrantes del seminario.

Al revisar las propuestas y avances de cada una de las estudiantes se sugirió diseñar una matriz con todas las consultas realizadas de autores que trabajan el tema de resiliencia en diferentes ámbitos y enfoques con la siguiente información: Número de referencia, título, año, editorial, metodología, contenido, aportes para el alumno, aportes para el docente, y forma de evaluar. Con ello se obtuvo un producto importante que facilitó la integración de todas las estudiantes y motivó el trabajo colaborativo.

Un aspecto medular en el desarrollo del SR fue la planeación de los seminarios y la elección de los temas a tratar, los cuales fueron identificados por la líder del SR quien con su experiencia y conocimiento orientó el proceso. De igual forma la líder del SR facilitó la integración de las estudiantes a través de brindarles confianza para vincular productos que se trabajaron en el SR con un proyecto de Fomix Conacyt que en ese momento realizaba. La líder del SR fue a su vez directora de tesis de tres de ellas y además formaba parte del comité tutorial de la alumna de la UNAM. Cabe mencionar que tres de las integrantes fueron sus alumnas con anterioridad en la Maestría en Orientación Educativa de la Universidad Autónoma de Tlaxcala y estaban familiarizadas con su forma de trabajo.

El clima que se logró desarrollar en las reuniones del SR se caracterizó por el intercambio de diferentes roles, fue posible mantener una relación de interés y compromiso con el conocimiento. Se logró generar un espacio sin jerarquías a través de la participación activa y colaboración, para alcanzarlo fue importante el uso de ejercicios estructurados que permitieran a las estudiantes del SR desarrollar competencias básicas de investigador, avanzar en sus proyectos profesionales y personales, así como aportar revisiones propositivas que ayudaran al desarrollo de las investigaciones.

Un elemento que fue constante en el proceso del SR fue la sugerencia sobre la vinculación de la resiliencia con temas con los que estaban más familiarizadas las 5 estudiantes de forma personal y profesional, lo que facilitó la articulación entre la teoría y la práctica. Se recomendó profundizar en la búsqueda de artículos de investigación y libros especializados sobre el tema para tener mayor claridad sobre el planteamiento del problema, definir concretamente la población y analizar diferentes enfoques sobre las teorías.

El SR se mantuvo a lo largo de cuatro años, la interacción positiva fue uno de los pilares que mantuvo este proceso de colaboración durante el trabajo de campo y el acompañamiento que el grupo decidió sostener a lo largo de este período hasta culminar con la titulación de todas las integrantes del equipo de trabajo.

Para alcanzar ese nivel de colaboración fue necesario una toma de consciencia respecto a las fortalezas en cuanto a la formación profesional de cada una de las estudiantes y su vinculación con el trabajo de equipo, reconocimiento de intereses, aceptación de diferentes formas de trabajo, apropiación de la metodología a seguir, una disposición a compartir, criticar y corregir con un sentido de aportación y principalmente el haber detectado rasgos de Resiliencia en los propios espacios personales de las integrantes del SR.

La interacción positiva desde la mirada de la resiliencia

Todas las integrantes del SR tuvieron que enfrentar en sus espacios vitales situaciones problemáticas severas de salud que repercutieron en sus avances en diferentes momentos de su formación profesional. Al respecto Werner (1989), y Vanistendael (2006) establecen en sus investigaciones que la resiliencia es una capacidad, la cual se desarrolla ante situaciones problemáticas donde el sujeto se ve expuesto, decide enfrentarse a la dificultad y aprender de la experiencia.

Los trabajos realizados por Grotberg (1995a), Raffo, Rammsy (1997), Kreisler (1996), y Melillo (2004) consideran a la resiliencia como un proceso de transformación que fortalece al sujeto en situaciones riesgosas. El concepto surgió en la Física y se refiere a la capacidad que tienen los cuerpos para regresar a su forma original, luego de haber sufrido deformaciones, producto de la fuerza ejercida en ellos (Suárez, 2004:14). Su origen es del latín resilio que significa volver atrás, volver en un salto, rebotar.

En las ciencias sociales se ha identificado a través de casos de personas, que a pesar de vivir en condiciones de vida difíciles superan obstáculos, resisten y continúan a pesar de todo. Lo que permite que estas personas sean funcionales socialmente, mientras que otras en las mismas situaciones se hunden o dejan de esforzarse para seguir adelante.

Los primeros trabajos en torno al concepto, fueron aplicados a la psicología por Bowlby, (1958:350-373), quien la defino como: cualidad de una persona que no se desanima, que no se deja abatir y relaciona el apego como génesis de la misma. Señala que el apego es un mecanismo psicológico cuya función es mantener la proximidad del cuidador, y asegura una organización interna estable, cognitiva y emocional.

También las aportaciones del enfoque social, señaladas por Vigotsky (1986:55-78) en el cual la interacción con los otros es de suma importancia para la adquisición de aprendizajes, son compartidas con Blumer (1969: 148) dada la importancia que tiene el lenguaje en las relaciones sociales, identificándolo no sólo como la palabra, sino el lenguaje que se da a través de los gestos y movimientos corporales.

Por su parte Melillo (2004:87-89) destaca la importancia de uno de los pilares de la resiliencia: la capacidad de relacionarse, así como, Cyrulnik (2006:56), identifica la necesidad de contar con una persona significativa que ocupa el papel de tutor resiliente, es decir, con quien el individuo desarrolla su resiliencia.

La propuesta de Vigotsky (1986:16) señala a la educación y el desarrollo como dos fenómenos diferentes pero muy relacionados. Dos procesos que coexisten en uno complejo y dinámico, hace mención del origen y naturaleza del ser humano y de su necesidad e imposibilidad de desarrollarse de forma aislada; la sociabilidad en las personas es el punto de partida de sus interacciones sociales con el medio que les rodea, de modo aislado no somos seres completos.

En este tipo de interacción el papel esencial corresponde a los signos, a los distintos sistemas semióticos, que desde el punto de vista genético, tienen primero una función de comunicación y posteriormente una función individual; éstos comienzan a ser utilizados como instrumentos de organización y de control de comportamiento individual, elemento fundamental en la concepción del autor respecto a la interacción social, la cual, en el proceso de desarrollo, desempeña un papel formador y constructor. Es decir, que algunas categorías de funciones mentales superiores como atención voluntaria, memoria lógica, pensamiento verbal y conceptual, emociones complejas, etc., no podrían surgir y constituirse en el proceso de desarrollo sin la contribución constructora de las interacciones sociales.

El concepto de Vigostky (1986:18) sobre la “zona del desarrollo próximo” se refiere a la relación antes mencionada, educación-desarrollo, en el que planteó dos tipos de desarrollo: a) el desarrollo alcanzado, refiriéndose a lo que el sujeto es capaz de saber y hacer solo, y que muestra su nivel actual, y b) el desarrollo potencial, lo que no es capaz de hacer por sí mismo, no obstante es posible que lo haga con ayuda de otro, lo que muestra su nivel de potencial. En cada circunstancia que se quiere aprender, ya sean conocimientos, habilidades, actitudes y valores, sea en la escuela o fuera de ella, existe una distancia entre el nivel de desarrollo real y el nivel de desarrollo próximo o potencial, al que llamó “zona de desarrollo potencial”. Ésta es una de las propuestas más importantes del autor.

Por ello, no se puede considerar al sujeto como un ser aislado de su medio sociocultural, los vínculos con los demás forman parte de su propia naturaleza. En la medida en que una persona se mueva de su nivel real, actual, a uno posible, potencial-inmediato, hay adquisición de conocimientos, apropiación de habilidades e incorporación de actitudes, valores y por ende educación y desarrollo. En esta visión dialéctica de las relaciones entre aprendizaje y desarrollo, de moverse de un nivel actual a otro deseado, en una espiral ascendente, se puede observar el proceso de aprendizaje que vivieron las integrantes del seminario de resiliencia.

Para ello se requirió de relaciones interpersonales, comunicación-diálogo, que favorecieron la interacción entre las estudiantes del seminario que mostraron interés por aprender y construir conocimiento, con el apoyo de una líder mediadora que ofreció las orientaciones, sugerencias y ayudas necesarias a partir del nivel real de desarrollo de cada persona y el objetivo a alcanzarse; nivel de desarrollo potencial deseado.

Con lo anterior se fortalece el punto de vista de investigadores sociales como: Manciaux, Vanistendael, Lecomte, Cyrulnik, (2003:78) quienes afirman que la Resiliencia; “es el fruto de la interacción entre el propio individuo y su entorno, entre las huellas de sus vivencias anteriores y el contexto del momento en materia política, económica, social o humana. Fruto de la interacción de factores de riesgo y de factores de protección”.

Por consiguiente es posible visualizar que la resiliencia se concibe como un proceso dinámico en el que las interacciones con los otros y las adversidades permiten que el ser humano desarrolle su capacidad para enfrentar situaciones difíciles y además salir fortalecido de éstas. Los pensamientos y comunicación proactiva que se desarrollo al interior de los diferentes momentos del seminario de resiliencia a través de la palabra y los gestos promovieron interacción positiva lo que a su vez generó sinergia y es en ésta donde la cooperación creativa surgió como un elemento transcendental para innovar y construir conocimiento.

Logros y perspectivas de las integrantes del seminario

En la primera etapa del SR la líder mediadora, con un sentido de confianza e integración compartió con las 5 estudiantes del SR productos y logros de un proyecto financiado por CONACYT, el cual consistió en la elaboración de materiales didácticos para promover aptitudes resilientes en el espacio de orientación y tutoría de secundaria en el estado de Hidalgo. Dicha acción incrementó la identidad del SR y llevó a delimitar las perspectivas que cada estudiante trabajaba en ese momento:

Martínez (2010) disertó respecto a los factores protectores que promueven funcionalidad en la vida de los jóvenes en su educación secundaria. Analizó textos de autores como Llovet (2005), Manciaux (2001) y Grotberg (2006). Puso a consideración del grupo un instrumento para detectar alumnos con aptitudes resilientes en secundaria y abrió un espacio para reflexionar en torno a la importancia del tutor resiliente en este período de la vida de estudiantes.

Por otra parte Mendoza (2011) intervino con su avance sobre los factores resilientes en alumnos del último semestre de la escuela de nivel medio superior de León y su relación con el logro académico a partir de investigaciones realizadas en jóvenes preparatorianos por diferentes autores. Abrió un debate sobre los enfoques de los factores de riesgo – vulnerabilidad y factores protectores de acuerdo a las aportaciones de Grotberg. Kotliarenco, Cáceres y Fontecilla (1997), Rutter (1990) Manciaux, Vanistendael, Lecomte y Cyrulnik (2003).

Velázquez (2013), en su investigación respecto a las actitudes resilientes en los estudiantes universitarios de Tlaxcala, menciona los factores asociados al estrés psicosocial y como la resiliencia actúa. Se apoyo de teóricos como Rutter (1985), Grotberg (2006), Werner(1989), Klotiarenco (1997), Vanistendael (1994), Brokss y Goldstein (2004) y Casullo (1998).

Ruiz (2009) realizó su investigación con el tema “Desarrollo de competencias resilientes en padres de niños con discapacidad del Cam 4 de Pachuca H.”, se apoyo principalmente en aportaciones de Cyrulnik (2003) y Wolin (1995).

Respecto a la investigación de Benítez (2013). Quien pertenecía a una generación posterior a la de las anteriores, abordo la resiliencia desde la mirada de Cyrulnik (2004), Vanistendael (1994), Melillo (2004), Suárez(2004) y Blumer (1969), destacó en su investigación el desarrollo de las competencias resilientes a través de los factores protectores y de riesgo en estudiantes de ingeniería. Su trabajo fue de corte mixto, tuvo tres momentos, uno cuantitativo y otro cualitativo, para su validación utilizo como estrategia el Alpha Cronbach y la triangulación.

Durante el proceso de investigación de las 5 estudiantes, se observó que los trabajos se desarrollaron en diferentes contextos y por lo mismo enfrentaron diferentes adversidades, lo que las llevó a fortalecer su aprendizaje, imaginación y a crear durante las diferentes etapas de su vida vínculos significativos con personas cercanas a ellas.

Fue evidente que una parte importante de sus necesidades cognitivas, emocionales y relacionales encontraron en el ámbito escolar un medio para satisfacerlas, en el caso del SR se logró que las estudiantes se comprometieran a tal grado que aún a pesar de haber pasado momentos adversos con diferentes características pudieron encontrar un apoyo en el SR que les motivó a continuar y aplicar los conocimientos que estudiaron para hacer más sólida su formación integral.

La situación personal y profesional de las cinco estudiantes, promovió su interés por considerar como unidad de análisis en sus investigaciones a estudiantes de diferentes niveles escolares. Por lo que en cada una de las muestras los alumnos investigados se consideraron sujetos activos que interpretaron su propio entorno personal, familiar y escolar, esta última entendida como instancia de mediación cultural entre los significados, sentimientos y conductas de la comunidad social y el desarrollo particular de nuevas generaciones, Pérez (2004).

Lugar donde los alumnos desarrollan sus habilidades sociales, académicas y donde tienen que aprender a lidiar con diferentes problemas, presiones y conflictos entre compañeros, con autoridades y con profesores que no son siempre satisfactorias. Donde los jóvenes tienen que desarrollar estrategias que les permitan ser funcionales, para que puedan permanecer y concluir sus estudios.

En las diferentes investigaciones durante el proceso del SR se encontraron alumnos que abandonaron sus estudios al no poder cubrir los requerimientos que las instituciones de educación les piden, y otros que a pesar de vivir situaciones adversas, lograron desarrollar factores resilientes, entendidos como características que les permitieron enfrentarlas y salir enriquecidos de esa experiencia.

Los problemas de investigación de las cinco integrantes del seminario se plantearon de acuerdo al contexto y el enfoque que cada una eligió. Se realizó una búsqueda asociada al rendimiento académico desde la perspectiva de la resiliencia realizada por Peralta, Ramírez y Castaño (2006) en la Universidad de Sucre, en Colombia. El estudio les permitió concluir que existen, estadísticamente, diferencias significativas entre los estudiantes de bajo y alto rendimiento; éstas se encuentran en las variables de introspección, interacción, iniciativa, independencia, moralidad y pensamiento crítico, identificadas por Melillo (2004:87-89) como los pilares de la resiliencia. De acuerdo con la media y desviación estándar de estas variables, son los estudiantes con buen rendimiento académico quienes tienden a tener puntajes más altos en estos factores, lo que permitió considerarlos como estudiantes resilientes.

Lo anterior permitió observar que los estudiantes que viven situaciones en las que tienen que enfrentar factores de riesgo, se apoyan en factores protectores los cuales les permiten enfrentar la adversidad. Se consideró como factor protector las influencias que modifican, mejoran o alteran la respuesta de una persona a algún peligro que predispone a un resultado no adaptativo Rutter (1985ª:598-611), en este sentido Melillo y Suarez (2004:83) sostienen que los estudiantes en ocasiones se protegen a través de su buen humor, capacidad de relacionarse, iniciativa y de su creatividad que son factores protectores que apoyan al estudiante para que continúe su etapa de formación.

Las cinco investigaciones realizadas en el SR iniciaron con una etapa cuantitativa para hacer un diagnóstico preliminar que permitió explorar a la población con la que trabajo cada una de las integrantes del SR a fin de indagar si existían rasgos resilientes, lo que llevó a diseñar posteriormente diferentes opciones metodológicas que apuntaron a comprender la lógica interna de los estudiantes del nivel educativo que les ocupó a cada una. En la etapa cualitativa cada una de las estudiantes del SR asumió un enfoque distinto que permitió un acercamiento a mayor profundidad de los sujetos de estudio que fueron delimitando su población.

Encontraron que el concepto de resiliencia se ha aplicado en investigaciones de pobreza, salud, violencia intrafamiliar, y desastres naturales. En el campo educativo se han realizado estudios interesantes desde el nivel preescolar hasta la educación superior. Se han indagado aspectos socioculturales y de educabilidad para determinar a través de la resiliencia a jóvenes sobresalientes Valdivieso (2004), algunos otros donde se observa el proceso de construcción del auto concepto académico en estudiantes universitarios resilientes de alto rendimiento (Villamil 2010).

Los estudios de resiliencia en diversos niveles educativos constataron que ésta provee información valiosa sobre el actor principal de la educación: el estudiante. En el tramo de la educación secundaria, por ejemplo, Martínez (2010) identificó el pensamiento crítico como factor resiliente en los alumnos y estudió la forma en que éste fortalece la toma de decisión para continuar a pesar de vivir situaciones difíciles.

En este sentido, una persona que ha desarrollado su pensamiento crítico es alguien que utiliza criterios específicos para evaluar razonamientos y tomar decisiones. En otras palabras, la persona comprende el asunto y evalúa los argumentos subyacentes para sacar conclusiones con las cuales pudieron resolver los problemas y salir enriquecidos de situaciones adversas (Distler, 1998:24).

Conclusiones

El desarrollo y seguimiento durante cuatro años del Seminario de Resiliencia permitió que las cinco estudiantes concluyeran sus ciclos de formación; una de ellas obtuvo su título de licenciatura y las otras cuatro su grado de doctor. De forma aleatoria se solicitó a una de ellas escribir respecto al impacto que tuvo el SR en su formación profesional, al respecto se transcribe parte de su testimonio como producto de su reflexión:

Todo comenzó con un sueño; que ahora es real, estoy terminando y al mismo tiempo empezando, la vida es apasionante y me ha dado tanto que lo que me resta, no bastara para agradecerlo. Mírame; justo aquí escribiendo las líneas que concluyen una etapa de mi vida, un objetivo alcanzado y que descubrí a través de la resiliencia. De alguna manera la conocía porque he disfrutado tanto mis desafíos, mis errores y mis aciertos; sin embargo, ahora sé cómo llamarla, comprendo su concepto y también su aplicación.

Al sumergirme en la lectura e investigar sobre resiliencia me encontré a un ser fantástico, Cyrulnik quien despertó en mi la pasión por buscar para tratar de entender que es lo que hace que personas como yo, que a pesar de vivir situaciones adversas que crean un trauma continuamos y logramos lo que yo creo es lo más importante en la vida: el vivir en paz.

Cyrulnik al igual que la líder del SR me acompañaron en este fantástico viaje donde algunas veces la tempestad cubría por completo mi barco al punto de hundirlo, sin embargo, gracias al viento que representado por la presencia y palabras de la líder me mantuve a flote, me ayudo a encontrar nuevamente el rumbo y que ahora me permite arribar a este último puerto.

A partir del testimonio presentado es posible aseverar que, para poder apoyar a un estudiante y ayudarle a ocupar un lugar en el que sea reconocido social y personalmente es indispensable realizar una labor de construcción de sentido mediante el reconocimiento, aceptación y una comunicación clara y asertiva; la capacidad de poder organizar las palabras con sentido y significado claro, mediante representaciones verbales que permitan compartir imágenes y emociones experimentadas, a fin de darles un sentido que pueda ser comunicado y así fomentar en los estudiantes sentirse como personas únicas y valiosas. Aprender a valorar los porqués de las situaciones problemáticas es un factor de resiliencia muy poderoso.

Esta construcción de sentido permitió desarrollar un sentimiento de pertenencia y proteger las identidades en el SR ya que las incorporó a un grupo que empleaba las mismas palabras en ese momento y las mismas imágenes que observan los ritos que teje la solidaridad. La forma en que se rememora el pasado para disponer los recuerdos y tratar de sentir satisfacción con las metas e ideales identificados. El relato que narra sobre lo que ha pasado y la historia que se formula de la felicidad que se espera, introdujeron en las cinco estudiantes un mundo que aún no estaba ahí, sin embargo las motivó a concluir sus ciclos de formación.

Es preciso añadir que la forma en que el entorno familiar, escolar y cultural habla de la situación adversa, puede atenuar el sufrimiento o agravarlo, en función del relato con que ese entorno envuelva al estudiante golpeado. Esto equivale a decir que ciertas familias, ciertos grupos sociales y ciertas culturas facilitan la resiliencia, mientras que otros la impiden. Experimentar una mirada positiva desde la resiliencia en el SR, dio otra pista y otra posibilidad; la de generar redes en las que al conectarse con otros que sienten parecido por haber enfrentado adversidades, sea posible que al pensar objetivos comunes y trabajar colaborativamente por ellos. Sea factible conformar una red de profesionales resilientes que impacte en la formación de alumnos que aún no han descubierto su potencial.

Durante el proceso del SR fue posible observar el valor que tiene la interacción positiva tanto para el desarrollo de la resiliencia en las personas como para fortalecer la motivación como motor que dirige y abre el camino para concluir ciclos de formación profesional como es una licenciatura y un doctorado, situaciones que se vivieron en el SR. Por tal razón se sugiere que un seminario se puede enriquecer a través de los siguientes aspectos: Al dirigirse al estudiantado, se identifiquen los aspectos positivos que posee y que éstos sean reforzados, ya que es la única forma de favorecer su desarrollo integral, puesto que al descalificarlo por su nivel económico precario, dificultades específicas, enfermedades o bien pertenecer a familias disfuncionales (características encontradas en los estudiantes resilientes), dan pie a etiquetar a los jóvenes por las características que los rodean y caer en actitudes sobreprotectoras que lejos de ayudarlos a crecer, los invalidan como personas.

Los factores de riesgo pueden convertirse en factores resilientes siempre y cuando el estudiante cuente con el apoyo de un “tutor resiliente” lo que implica aceptar al estudiante de forma incondicional, aspecto que llevó a cabo la líder del SR. Fue importante fomentar el pensamiento crítico dentro del espacio del SR, empezando por la líder, puesto que al fomentar los principios de la reflexión, la participación de las integrantes del seminario en la construcción de contenidos a partir de ideas compartidas, permitió que pudieran identificar y respetar las diferencias individuales.

En la medida en que dentro de los grupos escolares se aprenda a mirar al estudiante más allá de lo que se percibe hoy, a lo que potencialmente puede ser mañana, se le da la oportunidad de adquirir pensamiento crítico, apropiación de habilidades y conocimientos e incorporación de actitudes, valores y, por ende, aspiraciones para mejorar su desarrollo humano.

Un aspecto prioritario que se ha olvidado en la formación docente es la de prepararse para ejercer un liderazgo positivo entre sus estudiantes, de tal forma que los ambientes se impregnen de una interacción positiva para manejar asertivamente situaciones conflictivas, apropiarse de estrategias comunicacionales y así promover permanentemente la resiliencia como parte de la cultura escolar para convertir a los docentes tutores en verdaderos tutores resilientes, conscientes de la responsabilidad y el compromiso que implica educar al otro.

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[a] Profesora de la Universidad Politécnica de Pachuca. Doctorado en Ciencias de la Educación, Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades, UAEH. Contacto: reyna@upp.edu.mx

[b]Profesora-investigadora de tiempo completo, Área Académica de Ciencias de la Educación, Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades, UAEH. Contacto: leticia_canales@hotmail.com

[c]Profesora de la Universidad Politécnica de Pachuca. Doctorado en Ciencias de la Educación, Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades, UAEH. Contacto: lybeco@upp.edu.mx