Reconsiderando la historia sobre los niños. Reseña de Los niños olvidados: Relaciones entre padres e hijos de 1500 a 1900 de Linda Pollock


Pollock (2004) escribe el libro Los Niños Olvidados: Relaciones entre padres e hijos de 1500 a 1900, argumentando que la historia de la infancia es un área llena de errores, distorsión y malinterpretación; argumento al que llega basado en su investigación documental para tesis doctoral.

Su proyecto de investigación financiado por una beca social Science Research Council fue presentado a la Universidad de Saint Andrews (Escocia) en Julio de 1981, una vez aprobado fue publicado como libro en una primera edición en 1983 en inglés.  Fue traducido en una primera edición en español  en 1990, continuando nuevas publicaciones como es el libro analizado de la edición del Fondo de Cultura Económica en su tercera reimpresión del 2004.

La autora a través de su investigación doctoral buscó identificar el concepto de niñez en un recorrido por el pasado; para ello creo un Estado del Conocimiento consistente en una exposición sistematizada del proceso de revisión y análisis del material bibliográfico y documental más representativo de lo que se conocía sobre el tema, a efecto de fundamentar, ubicar y contextualizar su objeto de estudio  y con ello fortalecer su pertinencia, relevancia y viabilidad analítica sobre  los temas relacionados con la infancia, niñez y crianza; para ello realizó un estudio comparado entre distintos países y épocas. Documentó diferentes manuscritos de autores norteamericanos y europeos de los periodos de 1500 a 1900 encontrando que en los primeros siglos en que ubica su estudio no existía un concepto de niñez como tal; identifica hallazgos importantes sobre el tema de cuidado/maltrato y atención/desatención por parte de los adultos en la crianza, logrando con ello  dar nuevas voces a lo que los padres pensaban y sentían hacia sus hijos y cómo los hijos veían a sus padres en esas épocas, todo ello sin llegar a generalizaciones o falsas ideas. La investigación nos muestra  la importancia de una adecuada consulta de diferentes fuentes para llevar a cabo una investigación académica, razón que nos motivó a compartir este libro en este espacio, proponiéndolo como una fuente de consulta obligada para aquellos que pretendan realizar un proyecto de investigación donde el tema principal sea la infancia.

Descripción de la obra

La metodología empleada para realizar este libro fue partiendo de la construcción de un estado del conocimiento; su construcción fue la puerta o umbral para el inicio de una propuesta de investigación académica,  en este caso, para obtener un doctorado; por ello, su buena construcción es de importancia en la investigación social, incluida la educativa. En la obra se aprecian  los siguientes aspectos:

a) Identifica los alcances de su investigación; b) la temporalidad de las investigaciones consultadas; c) las tendencias y ausencias detectadas en las mismas; d) los procesos de pensamiento y posturas epistemológicas involucradas de sus autores; e) el nivel de profundidad alcanzado; f) los objetivos que guiaron los trabajos; g) los principales resultados obtenidos; h) los referentes  teóricos; metodológicos y contextuales.

Los resultados presentados por la autora en su libro, resultados  analizados, discutidos y categorizados, generaron mayor conocimiento sobre los niños en los siglos estudiados, concluyendo que el cuidado paterno varía de acuerdo con el desarrollo y los cambios de la sociedad como un todo.  Explica que la historia de la infancia es y sigue siendo un área dominada  por mitos; por ello, con base en sus resultados pretende demostrar que algunos mitos e incluso estudios no tienen fundamento; ofreciendo para ello elementos firmes, explicando cómo las sociedades han ido cambiado con respecto a la concepción de la niñez y la crianza a lo largo de los siglos.

Señala que la historia de la infancia es tan compleja como la de la humanidad en general. Por ello Pollock realiza importantes críticas de investigaciones anteriores dónde se generalizaban los conceptos. Sin embargo, desmonta brillantemente las argumentaciones de esas investigaciones y pone en evidencia su injusticia ante el tema, analizando que los autores consultados no buscaban indagar a fondo en la historia de la infancia sino más bien, les interesaba demostrar una idea anticipada; por ejemplo, cita a De Mause quién señaló que: “La historia de la infancia es una pesadilla de la que sólo recientemente hemos comenzado a despertar” (Pollock, 2004:78). Algunos otros de los autores que revisó han comparado la historia de la niñez con la evolución de otras tendencias en la sociedad, por ejemplo: a “Arièsque la relaciona con la evolución de la educación; a Bremner con la evolución de la democracia; otros como Pinchbeck y Hewitt con la evolución de la política pública hacia los niños; y Stone, con el crecimiento del individualismo”.

A lo largo de sus 368 páginas la investigadora empleó distintas fuentes de información documental entre ellas: cartas, diarios de vida y autobiografías; analizándolas de forma crítica, tomando en cuenta el contexto en el que fueron escritas y las deficiencias que pudieran tener;  donde se muestra que la atención, el cuidado y el amor a los hijos han ocupado siempre el primer plano sobre la disciplina rígida, la desconsideración o la violencia.

Analiza cómo los investigadores tomaron de referente documental para estudiar la historia de la niñez, las pinturas y grabados de distintas épocas en las que se observaron las características peculiares sobre su vestuario, posición social y familiar; concluyendo que en el pasado no hubo concepto como tal de niñez, por ello el título de su obra Los niños olvidados. Relaciones entre padres e hijos de 1500 a 1900.  Explica que desde el siglo XII, el niño era un adulto pequeño; por ejemplo, en el mundo medieval no había cabida para los niños, sino hasta el siglo XVII en el que los niños ya eran lo bastante importantes para ser representados.

Continúa en su libro explicando la teoría de la familia como una variable de circunstancias políticas, económicas y sociales, el cómo estaba condicionada por ellas, y  que gracias al triunfo de la libertad y la democracia, se fue transformado la institución familiar; concluyendo que la historia de la familia es también la historia del niño, considerándola como una historia de la liberación.

Cita a otros autores que investigaron los primeros manuales de orientación sobre educación y crianza de los niños, manuales a los que la mayoría de la población no tenía acceso  y que tampoco reflejaban la realidad sino que eran solamente muestras; que al igual que relatos de viajes, sólo muestran momentos anecdóticos de las clases elevadas. Otro dato encontrado que aporta la autora, es que en el pasado, en algunas sociedades eran comunes el infanticidio y el abandono de niños por circunstancias asociadas a la descomposición social y ambiental  reinante. Otra información relevante es cuando aparece la educación no familiar —es decir fuera del hogar— en el siglo XIX y gracias a Juan Jacobo Rousseau, “quién por vez primera en la historia, logró que un buen número de personas creyeran que la niñez merecía la atención de los adultos inteligentes, lo que alentó el interés en el proceso de su crecimiento […] de los organismos públicos que empezaron a pensar en los niños como niños, con necesidades especiales propias de su indefensión y vulnerabilidad, no como adultos en pequeño con el derecho a no alquilarse para trabajar 16 horas diarias o a ser propiedad de sus padres” (Pollock, 2004:25); lo que significó un paso importante para la niñez en general.

Los estudios ratifican que en circunstancias normales ningún niño es desatendido ni maltratado. Para que en general los padres desatendieran o maltrataran a los hijos debería darse un rompimiento social completo. En cuanto sobre si la brutalidad persistente afecta al desarrollo; los estudios muestran que la falta de atención en los niños, la ruptura del vínculo maternal y el maltrato provocan un desarrollo retardado en lo físico, intelectual y social. Si la brutalidad hubiera sido persistente y generalizada, como afirman algunos de los historiadores consultados por ella, considera que ni siquiera podría hablarse de la historia en términos de progreso y liberación, pues hubiera reinado la inadaptación, la falta de capacidad para aprender y comprender, los problemas emocionales, y el desarrollo se hubiera truncado en todos los ámbitos.

Pollock concluye que

sólo una parte muy pequeña de la tesis de los historiadores es correcta: algunos padres del pasado carecieron del concepto de niñez y algunos fueron también crueles con sus hijos... pero parece ser imposible, si consideramos la evolución y función de los  cuidados paternos para proteger la descendencia, que todos y ni siquiera la mayoría de los niños hayan sido maltratados. Para justificar este supuesto, De Mause y otros tendrían que explicar cómo y por qué se presentó el maltrato; y por qué, si los padres hoy en día poseen un concepto de niñez, el maltrato de los hijos sigue estando presente en la sociedad del siglo XX y ahora la XXI (Pollock, 2004:49).

Es así como Linda Pollock  resume los planteamientos de los investigadores de la niñez, que con algunas excepciones “afirman que los padres consideraron a sus hijos con indiferencia, que no se pensó que la niñez fuera un estado separado de la edad adulta, y que la disciplina severa era la suerte que normalmente esperaba a los niños” (Pollock, 2004:49).

Por lo tanto, en la historia de la infancia ha predominado la continuidad en el trato adecuado por encima de la desatención y el mal trato, y de los cambios en las distintas épocas. Lo que ha evolucionado y  experimentado cambios es el discurso sobre la infancia, llenándose progresivamente de un contenido más considerado y comprensivo con la niñez, y no la conducta habitual de los padres con los hijos que no registran alteraciones tan trágicas como las apuntadas por algunos historiadores.

Aportaciones y limitaciones de la obra al campo académico

Este libro permitió conocer el proceso para la elaboración de un estado del conocimiento, Jiménez, Moreno y Ortíz (2011) argumentan que su construcción representa para quien investiga, la conformación de una panorámica que ayuda a mirar más allá de los límites de su frontera disciplinar, donde la recuperación de las diferentes informaciones permite lograr una identificación de los procesos de pensamiento, involucrados en la construcción de sus aportes científicos respecto a los fines, motivos e intereses que guiaron a dichas investigaciones.

Esta lectura abarca el campo académico de las ciencias sociales, analizando la educación familiar en su contexto social tras un abordaje histórico buscando conocer más sobre el concepto de niñez, siendo en contextos diferentes al mexicano se puede establecer un comparativo con la historia de la niñez mexicana. Finalmente es importante que consideremos que convertir una tesis de obtención de algún grado y transformarlo en un buen libro, es porque su autor encontró algo importante y  novedoso que compartir con todos, por ello hacemos la invitación a todos los interesados que se propongan a leer este texto y otros libros sobre temas básicos, lo importante es conocer, crear, aprender e imaginar a través de la lectura, creando una cultura lectora.

Referencias bibliográficas

Jiménez, J. M.; Moreno, M.G. & Ortiz, V. (2011). “Culturas de los estudiantes de investigación en Programas de Doctorado en Educación.  Reflejos de un campo en definición” en Revista Mexicana de Investigación Educativa (RMIE). Vol. 16 (50), pp. 919-933.

Pollock, Linda (2004) Los niños olvidados: relaciones entre padres e hijos de 1500 a 1900, 1ª ed. 3ª. Reimp. México: Fondo de Cultura Económica.

Otras lecturas relacionadas con el tema:

Makarenko, A. (1997). Conferencias de educación Infantil. México: Ediciones Quinto Sol.

Meyer,  E. (2007). Niños de ayer, niños de hoy. México: CONACULTA, INAH.

Smith A.B.; N. J. Taylor & M. M. Gollop, coordinadores (2010). Escuchemos a los niños. México: Fondo de Cultura Económica.

 


[a] Profesor investigador del Área Académica de Ciencias de la Educación, Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades, Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.

[b] Estudiante del 8° semestre de la Licenciatura en Ciencias de la Educación, Área Académica de Ciencias de la Educación, Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades, Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.