La interculturalidad en la educación indígena en México desde la perspectiva de la antropología cultural y social

Resumen

A partir de clarificar conceptos clave en torno a la educación intercultural se analiza el desarrollo de la educación indígena en México y se plantea la necesidad de promover una educación intercultural que permita el desarrollo de la tolerancia y la convivencia social en un país que se caracteriza por su pluriculturalidad.


Palabras clave: educación intercultural, educación indígena, México pluricultural

Abstract

From clarifying key concepts about intercultural education, the development of the indigenous education in Mexico is analyzed and the need to promote an intercultural education is stated, which will allow the development of tolerance and social harmony in a country that is known for its pluriculturality.


Keywords: intercultural education, indigenous education, pluricultural Mexico

Introducción

La historia de México, partiendo de la conquista en 1492, pasando por la castellanización, hasta hoy en día, es muy impresionante, rica de acontecimientos, pero también caracterizada por varias épocas de represión, explotación, dominación y discriminación. México no sólo cuenta con movimientos migratorios, particularmente de España, de África y de Asia, incluso de las Filipinas, sino también con migraciones dentro del mismo país sobre todo de la población indígena, la cual constituye el 30 porciento de la población total. Por ello, se habla de cuatro raíces de México. La mayoría de la población indígena suele sostener su propia cultura, sus costumbres, su manera de vivir y su propia lengua. Además, existen 62 idiomas indígenas que son reconocidos oficialmente, entre ellas Náhuatl, Maya, Zapoteco, Mixteco, Otomí y Tzeltal. Así que México está calificado por su multiculturalidad. Esta gran variedad cultural y lingüística significa una enorme riqueza para el país, aunque desde hace poco tiempo están en el proceso de darse cuenta de ella. Al dedicarse al sector educativo como lugar de encuentro de la gran diversidad cultural y lingüística, uno se da cuenta que es importante que la educación incluya a la interculturalidad para poder crear un ámbito de respeto recíproco, igualdad, fomentos individuales y paz. Entonces, de esa manera, se desarrolla la educación intercultural que es indispensable en un país pluricultural como México. Además, la educación es la parte más importante en la formación del hombre, en la que se socializa, se adapta, se asimila y forma su propia identidad. Por ello, hay que ocuparse intensivamente con el tema de la interculturalidad dentro de la educación indígena.

Es necesario introducir el siguiente trabajo con algunas definiciones antropológicas y educativas de lo que es el/la indígena, la indianidad, el indigenismo, el etnocidio, la/s cultura/s, la multiculturalidad o la pluriculturalidad y la interculturalidad para poder entender el contexto de este trabajo. Teniendo claro estas definiciones importantes, sigue la explicación por qué México está asociado como una nación pluricultural. El estado de la pluriculturalidad y la desigualdad social en México hace resultar varios conflictos los que se presentan también en el sector educativo desde hace muchas décadas. El tercer apartado plantea un panorama cronológico del desarollo de la educación bilingüe intercultural, muy significativo para la nación mexicana.

1. Definiciones

1.1 Indígena

El término indígena significa simplemente “[…]*originario de un país* [y] es empleado oficialmente en las leyes e instituciones [de México ya que] no tiene la carga [peyorativa] que se asocia al término indio (Navarrete, 2008: 7) que fue el nombre dado por los conquistadores españoles en el siglo XVI a los habitantes originarios de América. Escuchando el término indígena, muchas veces va asociado con la idea de que forma la minoría del país, se encuentra en posición subordinada, se define en función de sus diferencias con los demás mexicanos, habla idiomas diferentes, vive diferentes costumbres y tradiciones y tiene características de sus formas acestrales en la vida cotidiana. Pero no hay que olvidar que la mayoría mestiza se compone también de varios grupos distintos, caracterizados por diferencias culturales, sociales y regionales. Es decir que “[…] no existe una mayoria mestiza y una minoría indígena, sino muchos grupos [distintos] con culturas y formas de vidas diferentes, algunos indígenas y otros no (Navarrete, 2008:10)”.

1.2 Indianidad e Indigenismo

La indianidad o la cuestión indígena nace con la Conquista por los españoles en 1492 y se desarrolla durante el período colonial, siguiendo los contextos nacionales sin que ninguna política logre resolverlo. El indio o indígena, reconocido a través del criterio fenotípico, es decir el hablar una lengua distinta a la lengua oficial, el vivir en una comunidad particularizada por compartir rituales tradicionales y un sistema de reciprocidad económica, la representación simbólica de la tierra y del espacio, caracteriza su identidad que tiene que ver con “[...] el concepto de raza social para definir el status del indígena y mostrar que en las sociedades [mexicanas] la noción de raza no debe entenderse en un sentido biológico sino definirse en términos socioeconómicos (Morin, 1988: 14)” (Navarrete, 2008:13-19).

Además, es un invento por parte del colonizador, producto de la relación colonial y del proceso occidental caracterizado de dominación, represión y explotación. La fuerte dominación del colonizador al indígena impone una política de aculturación provocando una integración forzada del indígena para construir una sociedad nacional. Resulta la eliminación de la propia cultura, dejar de ser indígena para llegar a ser mexicano, la desvalorización de la cultura indígena. Hoy en día, se observa un proceso “[...] de  rehabilitación del indígena histórico, de [...] recuperación [e] [...] idealización de la cultura del indio muerto”; esta ambigüedad representa “[...] la verdadera naturaleza del indigenismo que no es más que un instrumento al servicio de una situación colonial” (Navarrete, 2008:16). El indigenismo se manifiesta  en el artificio del grupo dominante de poder integrar de manera cultural al indígena mientras que sigue dominándolo política y económicamente. En cambio, en caso de la indianidad el indígena se rechaza a este modelo de integración y desea romper esta relación colonial y reivindica una etnicidad (Navarrete, 2008: 16). Por ello, causan formas de resistencia, dura represión y luchas contra esta dominación económica, política y cultural (Navarrete, 2008: 17).

1.3 Etnocidio

El etnocidio trata la problemática de perder la identidad cultural de las poblaciones indígenas en Latinoamérica y tiene raíces históricas, sociales, políticas y económicas. Se refiere a la negación del derecho a disfrutar, desarrollar y transmitir la propia cultura y la propia lengua a un grupo étnico, colectiva. Es decir, que el etnocidio representa la violación masiva de los derechos humanos, en particular del derecho de los grupos étnicos en cuanto a su identidad cultural (UNAM, 1981).

1.4  La/s cultura/s

La cultura representa no solamente algo material o tocable, sino lo social y simbólico de cada grupo. Según Geertz la cultura consta de un sistema de símbolos constituidos en la comunicación y la interacción, o una “urdimbre de significados” (Raesfeld, 2008:182). Además, la cultura como fenómeno plural y multiforme constituye un proceso continuo de creación y recreación colectiva e implica todas las manifestaciones humanas, incluso lo cotidiano. Es evidente mencionar que no existe una sola cultura, sino en realidad son muchas culturas diferentes que expresan las tradiciones, realizaciones y sensibilidades del humano (Elosua, 1994:9).

1.5 Multiculturalidad o pluriculturalidad

La multiculturalidad hace referencia a la simple coexistencia de diferentes grupos étnicos en un solo espacio. No comprende necesariamente una interrelación, es decir un contacto entre cada uno. Así que, se podría tratar de una convivencia como grupos aislados uno del otro (Raesfeld, 2008:183). La pluriculturalidad es casi un sinónimo de la multiculturalidad nada más que marca simplemente la existencia de una situación particular. Los dos términos se usa en las mismas circunstancias, a menos que se quiera subrayar la existencia de varias culturas, es decir un amplio número de culturas, que están en contacto, se pone en relieve únicamente su pluralidad. La multiculturalidad también puede actuar como generador de conflictos entre lo conocido y el otro, que es distinto y parece ser extraño. Por ello se intenta crear mecanismos que eviten el contacto con el otro de lo que en sociedades marcadas por la desigualdad genera la creación de distintos grupos sociales, raciales y culturales. Para ver la multiculturalidad como enriquecimiento se tiene necesidad de una valoración positiva del otro, o sea, ser capaz de comprenderlo a partir de su punto de vista, de sus categorías de pensamiento, sus prácticas y representaciones (Elosua, 1994:15).

1.6  Interculturalidad y la competencia intercultural

El término interculturalidad describe una relación social o sea una interacción entre dos o más diferentes grupos culturales basada en el respeto recíproco. Como la educación de los niños, niñas y de los adultos es un proceso de socialización y de transmisión de la propia cultura tiene gran importancia en la adquisición de distintas competencias y habilidades en el desarrollo en la socialización primaria y secundaria (Raesfeld, 2008:180-183.) Entonces, el objetivo de la educación para convivir de forma intercultural consta de “[...] la equidad [sin que importe] el origen, el respeto para el otro, la competencia de la comprensión [recíproca] y la competencia del diálogo cultural, [esto es] el desarrollo de una competencia intercultural” (Raesfeld, 2008:183).

Esta competencia es entendida como la habilidad que permite a una persona entender y comprender a otra persona que tiene otra cultura. En caso de la competencia intercultural se trata de un proceso vital y permanente de nuevas experiencias e implica una autopercepción diferenciada, una autovalorización realista; es decir, darse cuenta que la propia cultura es solamente una de muchas culturas que existen en el mundo, pero también reconocer varios aspectos y formas de ser de otras culturas que a primera vista parecen extrañas, pero implican una estabilidad emocional, tolerancia, respeto hacia otras culturas y la franqueza de aprender del otro y de aprender formas para actuar en situaciones interculturales. Hoy en un mundo globalizado en el que todos los seres humanos tienen contacto con otras personas, la importancia del desarrollo de la competencia intercultural sigue aumentando (Raesfeld, 2008:182-183.).

2. México – una Nación Pluricultural

México, oficialmente Estados Unidos Mexicanos, tiene una superficie total de casi dos millones de kilómetros cuadrados y cuenta con una población de 110 millones de habitantes que se componen de 60% de mestizos, 30% de indígenas y 9% de gente de origen europeo. El 1% que sobra aún forman grupos de población de otras filiaciones, en su mayor parte del continente africano. La lengua oficial de México es el español aunque no está fijado legalmente. Además del español son reconocidos oficialmente 62 idiomas indígenas como lenguas oficiales (Navarrete Linares, 2008:69). La Secretaría de Educación Pública divide las lenguas habladas en México en 11 familias de lenguas, 68 grupos lingüísticos y 364 dialectos. Según la Comisión del desarrollo de pueblos indígenas (CDI) casi 6 millones de ciudadanos mexicanos dominan una lengua indígena (referente del 2005). Entre las lenguas con el mayor número de hablantes se cuentan el nahua, el maya, el mixteca, el tzeltal, el zapoteca y el tzotzil (Navarrete Linares, 2008: 72). En total existen 16 lenguas indígenas con más de 100 000 hablantes en México, más que en cualquier otro país de América. La mayor parte de hablantes se encuentra en el sur de México en los estados Oaxaca, Yucatán y Chiapas. De ahí se deduce que México es considerado un país pluricultural con base en el segundo artículo de la Constitución Política de los Estoados Unidos Mexicanos:

“[Como en México  viven muchos] pueblos indígenas que son aquellos que descienden de poblaciones que habitaban en el territorio actual del país al iniciarse la colonización y que conservan sus propias instituciones sociales, económicas, políticas y culturales incluso sus lenguas maternas y sus cosmovisiones distintas, [la nación se entiende como pluricultural] […] (Rodríguez Piña, 2009).”

Esta diversidad representa una enorme riqueza dentro del país. Sin embargo, por causas históricas, estos pueblos han sido sometidos por siglos a fenómenos de sumisión, dominación, explotación, segregación, discriminación, incluso etnocidio (Schmelkes, 2010:205). Según informaciones de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos México casi 80% de la población indígena del país vive en pobreza, lo que corresponde a un número de 5,4 millones de personas. El término pobreza en este contexto se refiere al subdesarrollo en el sector de salud, en el acceso a vivienda respetable, seguridad social, puestos de trabajo y educación. Este fenómeno de marginalidad, desigualdad y falta de posibilidades dificulta el desarrollo de esta parte de población (S/N:2013). Actualmente, los pueblos indígenas están siendo incluidos, pero aún no garantiza el respeto total hacia su individualidad y su cultura; es decir que hacen falta más acciones (Rodríguez Piña, 2009).

Enfocando la educación de los indígenas es necesario añadir que también ha sufrido el efecto de siglos de dominación. Los indígenas son calificados como “los últimos en la fila” por sus avances en escolaridad y por los resultados de aprendizaje, así lo afirman el Instituto Internacional de Planeación Educativa-UNESCO Buenos Aires y el Sistema de Información de Tendencias Educativas en América Latina de la Organización de Estados Iberoamericanos (Schmelkes, 2010:206). En el caso de toda América Latina, los pueblos indígenas acusan los indicadores más bajos de desarrollo educativo, tienen menos acceso a la escuela en la que transitan y permanecen con mayores dificultades y les ocurren problemas mucho más graves en niveles superiores (Schmelkes, 2010). El indicador más evidente referente a la inequidad que existe en el desarrollo de la educación entre población indígena y no indígena, es la alta tasa del analfabetismo. Conforme a la Secretaría de Educación Pública, se cuenta en total con 15 millones de analfabetas en México, en un país de 112 millones de habitantes; lo que significa más del doble de los 6.7 millones que tiene registrado el Instituto Nacional de Educación para Adultos en la década de 1970. Esta alta tasa surge por varias razones diferentes: Hay muchos indígenas que todavía viven en sus comunidades de origen en las cuales los niños y niñas indígenas asisten en escuelas preescolares y primarias denominadas interculturales bilingües. Por ello hace posible la comparación de la educación que reciben y sus resultados con los niños y niñas que van a escuelas regulares. Aunque los docentes de las escuelas interculturales y bilingües son indígenas y hablan la lengua que entienden los niños y niñas, 50% de los docentes indígenas no cuentan con estudios profesionales en docencia.

En la segunda mitad del siglo se observaba un gran ascenso de la migración de los indígenas a centros urbanos. Por consecuencia, ha cambiado el significado del fenómeno de la multiculturalidad, que se entendía como coexistencia de grupos culturales y pueblos distintos en un mismo territorio, a la convivencia entre los indígenas y los mestizos urbanos. Esta convivencia produce situaciones, potencial y realmente, de discriminación.

Generalmente, los indígenas viven al borde de las grandes ciudades, tienen necesidad al empleo formal que es muy complicado debido a la baja escolaridad con la que llegan a la ciudad. La mayoría se dedica a la venta ambulante, a la producción de artesanías, a la mendicidad y a la prostitución. Llegando a la ciudad, son confrontados por la discriminación, ya que la sociedad no ha comprendido aún que la pobreza económica no tiene nada que ver con la pobreza cultural. Por ello, muchas veces prefieren ocultar su origen étnico. Al menos hacen el intento de reservar y mantener su propia cultura, su lengua materna, su estructuración de la vida socio-religiosa para seguir dando sentido a su vida colectiva. De esto se deduce que muchas veces representan grupos de refugio. Con el tiempo aparecen organizaciones de indígenas urbanos que comienzan por ser étnicas y con ello amplían la identidad de la localidad de origen a su etnia por lo que se encuentra en la diáspora. Como es obligatorio para todos los niños y niñas ir a la escuela, éste es un lugar a donde llegan los indígenas. La asistencia en la escuela está acompañada de varios problemas. Primero, los maestros no están preparados a la llegada y enseñanza a los niños y niñas indígenas ya que muchos son monolingües en su propia lengua; algunos de aquellos ya saben hablar un poco el español, pero no lo dominan y por esa razón les da miedo comunicarse. Ya en esta zona están  confrontados con la discriminación (Schmelkes, 2010: 209-216).

3. De la educación indígena a la educación bilingüe intercultural – Un panorama histórico

3.1 Los inicios de la educación indígena en el contexto mexicano

Los principios de la Revolución forman la base de la política educativa en México, mientras que sus orígenes se encuentren junto con la Independencia, en 1810. En esta época, la nueva nación reconoce el español como lengua nacional, ignorando la existencia de varias lenguas maternas que también existen dentro del país, y la impone en el sector educativo y escolar. Según Nolasco en este tiempo, los indígenas no eran vistos como sujetos que necesitaran educación (García, 2004: 63).

El siglo XIX está caracterizado por el aislamiento de las comunidades indígenas, su transformación en pequeñas propiedades agrarias, la castellanización y la alfabetización de las escuelas. El concepto de la educación nacional significaba una educación igual para todos, incluso los indígenas, de lo que deduce la creación de una identidad nacional como mecanismo para llegar a la unidad de la nación que constantemente estaba en discurso de los políticos (García, 2004: 63-64.).

No [se trataba de] una política que [discrimina] la realidad india, sino que simplemente no se [veía], no se [consideraba] su peculiaridad: la otra cultura, la otra lengua, que presentes y visibles en el transcurrir cotidiano, no [formaban] parte del hecho educativo, ni siquiera como un problema serio a vencer (Nolasco 1988 en García, 2004: 64).

A partir de la Revolución empiezan a surgir problemas ya que el papel del indígena llega al público, lo que provoca la confrontación con las varias lenguas indígenas y el replanteamiento de  la idea de identidad nacional mexicana en todos los ámbitos políticos a través de las distintas organizaciones indigenistas. En consecuencia ocurre “mexicanizar” a los indígenas, es decir enseñarles a hablar, leer, escribir en castellano y a ejecutar las operaciones fundamentales y más usuales de la aritmética; ese es el objeto de la Ley de Instrucción Rudimentaria que se aprueba en 1911 (García, 2004:64).

Pasando a los años veinte, se instala la Casa del Estudiante Indígena en la ciudad de México que pretende la reunión en una sola institución de jóvenes indígenas  de varios grupos étnicos, para instruirlos de acuerdo con las normas predominantes de la sociedad. En 1921 se forma la Secretaría de Educación Pública que junta con Vasconcelos da impulso a hacer la educación obligatoria y en español que provoca integrar más a los pueblos indígenas y con eso la educación en el medio rural. La creación de las Casas del Pueblo genera una escuela a la comunidad con el objetivo de alfabetizar y apoyar a la comunidad en sectores agrícolas, industriales, administrativos,  educativos, y en tanto en la instrucción individual. Como este proyecto tiene éxito en las comunidades bilingües, menos en las monolingües, años más tarde estas Casas del Pueblo se transforman en la escuela rural mexicana (García,2004:64-65.).

Los años treinta representan un periodo de aumento de interés de la población indígena y de reconocimiento de sus problemas de parte de la sociedad mexicana, entre ellos, el de la educación, por lo cual ven la necesidad de impulsar la alfabetización y la educación formal de los niños y niñas indígenas en su propia lengua materna antes de pasar a la castellanización directa. Aparecido el Instituto Lingüístico de Verano (ILV) implanta la idea de ofrecer a los niños y niñas indígenas un programa para estudiar las lenguas indígenas de México, preparar alfabetos y cartillas para alfabetizar y promover la educación en estas lenguas (García, 2004:65).

Siguen los años cuarenta en los que se instaló el primer Congreso Indigenista Interamericano que conduce a la creación del Instituto Indigenista Interamericano que aspira una asimilación de los indígenas enfocado a la integración, que comprende la promoción de la educación en estas comunidades y el fomento del cambio cultural mediante la acción integral en lo educativo, lo económico, lo político, lo social y los modos de vida (García, 2004).

En 1946 desaparece el Departamento de Asuntos Indígenas y el Instituto Nacional Indigenista (INI), creado en 1948, se hace cargo de algunas de sus funciones. Mientras que el esfuerzo de castellanización continúa, la meta final se define en la integración nacional de los niños y niñas indígenas (García, 2004: 65-66.).

Pasando a los años cincuenta hay que añadir que se implica la idea de un modelo de educación para toda la nación, se manifiesta la discusión de los éxitos de la castellanización directa y de la alfabetización en lengua indígena entendido como paso previo de la castellanización y el aumento de elementos con referencia a la educación indígena como la presencia de promotores, de profesores bilingües, las escuelas albergues, los internados y la creación de material escolar en lenguas indígenas (García, 2004:66).

En los años sesenta se observa otra visión a los problemas nacionales a causa de la movilización política masiva y entra en debate el asunto de la educación y de la multietnicidad de México. Se reconoce un fomento de la alfabetización en lengua indígena y la enseñanza de estas lenguas durante los primeros años de la educación primaria antes de pasar a niveles primarios superiores. Por estas razones se detecta un aumento de instituciones y profesionales y se da un gran impulso a elaborar los textos escolares para la enseñanza del español a hablantes de lenguas indígenas lo que se nota más a finales de los años setenta e inicios de los ochenta cuando se realiza una serie de textos en más de veinte lenguas indígenas llevados a la práctica (García, 2004).

Finalmente, esta propuesta educativa parece destruir la identidad étnica y cultural de los pueblos y su posibilidad de reproducirse como tal. Es decir que los pueblos indígenas no participan en la elaboración de estas políticas educativas, las lenguas indígenas son reemplazadas por el español como lengua nacional y la educación bilingüe bicultural lo promueve como objetivo en sí mismo (García, 2004:66-67.).

3.2 De la educación indigenista a la educación bilingüe intercultural

Partiendo de esta dicha educación indigenista y de los intereses y conceptualizaciones referente a la educación escolarizada que se habían construido y operado por el Gobierno Federal, se fundó un nuevo planteamiento, la Educación Indígena Bilingüe Bicultural (EIBB) que funcionó como política frente a la indigenista conocida como “pilar de la educación indígena (García, 2004:67). Esta nueva posición enfocó una nueva educación indígena nacional que no era sólo un caso indígena por lo que se hablaba de una educación nacional reconociendo la multietnicidad de la sociedad mexicana (García, 2004). Así, la EIBB tomaba más en cuenta el etnodesarollo como resultado de las propias necesidades y las aspiraciones de las comunidades indígenas y quería crear las condiciones necesarias para enriquecer la identidad de cada cultura y la sociedad en general. De esta manera el bilingüismo y el biculturalismo enseñaban manejar dos lenguas y desarrollarse en dos culturas distintas, es decir que la diversidad, la diferencia y la pluriculturalidad constituían un aspecto positivo referente a la unidad de la nación mexicana. Este replanteamiento de la definición del modelo educativo enfocado a la población étnica nacional provocó el inicio y la actividad de diversos proyectos educativos interculturales tomando en cuenta las sociedades multiculturales referente a su diversidad cultural y lingüistica (García,2004:68).

4. La educación intercultural

La educación intercultural surge de la idea de tomar en cuenta la interculturalidad en el sistema educativo; es aquella que se propone ayudar a la construcción de un país en la que las relaciones entre los miembros de diferentes culturas son marcadas desde posiciones de igualdad, respeto y encontrar su relación como riqueza. Es indispensable en un país pluricultural, como México, perseguir la finalidad de fortalecer la diversidad del país y fundarse en la tolerancia y el respeto al otro diferente. Entonces, la educación intercultural es para todos los miembros de una sociedad, incluso para la población indígena. Tomando en consideración los años de opresión, explotación y dominación, la educación intercultural actualmente significa algo diferente para la población indígena que para la población mayoritaria (Schmelkes, 2010a).

4.1 La educación intercultural en el medio indígena

Como la lengua es el vehículo más importante para expresar su propia cultura, la educación intercultural para los indígenas es caracterizada por el bilingüismo coordinado; es decir implica la enseñanza de las dos lenguas con la misma importancia utilizando la metodología de la enseñanza de una segunda lengua o cualquiera que sea. En adelante, enseñar a hablar con corrección, a leer y a escribir en ambas lenguas. Actualmente, en la mayoría de las escuelas indígenas ocurre directamente la castellanización, o a lo más la lengua indígena recibe un uso instrumental. En escuelas realmente excepcionales se enseña la lengua indígena como segunda lengua. Enfocando a los indígenas, la educación intercultural empieza entre ellos mismos de manera intracultural para situarlos en una posición de orgullo de lo propio y para partir su conocimiento y comprensión. En las escuelas indígenas en general no se cuenta con el estudio de la propia cultura. La escuela presenta un lugar del encuentro de la diversidad cultural, lingüística, de la enseñanza y aprendizaje; debe convertirse en un lugar de acogimiento, respeto, seguridad y del bienestar para los niños. Por ello, la escuela intercultural en el medio indígena representa una institución que necesita hacerse atractiva, en donde el clima de aprendizaje sea propicio y la autoestima ponga a los niños en disposición de aprender. Pero hay que añadir que estas propiedades no son caso de todas las escuelas en el medio indígena (Schmelkes, 2010a).

No sólo es importante tener claro la idea en qué se define la educación intercultural en el medio indígena y qué características debe cumplir la escuela, sino hay que examinar qué figura tiene el docente. Tiene el deber de tomar decisiones en relación con contenidos educativos y junto a eso enfatizar el desarrollo de habilidades básicas y superiores de valores de convivencia. Entonces, debe trabajar con los alumnos, en un ambiente significado por respeto, temas que les despierten interés, alegría al aprendizaje y que les parecen importantes. Enseñando se debe dedicar a desarrollar las habilidades de lectura, escritura y de solución de problemas. Además es necesario que se adapte el material de clase a la edad, al nivel cognitivo y emocional de los alumnos que tiene que ver con las capacidades de analizar, sintetizar, hipotetizar, pensar matemáticamente y lógicamente, deducir, inducir y discernir. Para las escuelas indígenas el contenido curricular es prescriptivo. Desde la perspectiva docente la participación en el aprendizaje debe ser un privilegio, es decir debe crear un ambiente que haga posible al alumno aprender a aprender, que demandae una serie de procesos como los siguientes: descubrir, investigar,  observar, explorar, experimentar, preguntar y criticar. En adelante, debe enseñar de manera colaborativa para aprender a participar, a escuchar al otro y respetar las formas propias de aprender. Entonces, los métodos en las escuelas indígenas parecen representar transmisiones y memorias de parte del docente.

Otro aspecto muy importante es la calidad intercultural que facilita la educación indígena ya que promociona de manera continua el diálogo entre el conocimiento que se tiene y el que se adquiere, entre lo cultural propio y lo universal, entre lo conocido y lo ajeno. De ahí se deduce desarollar la capacidad de tener respeto y aprecio al otro, lo que provoca el conocimiento y crecimiento de uno mismo. Nótese que la educación indígena en cuanto a la calidad de intercultural es igual que la educación intercultural para el sector mayoritario. Concluyendo, es constatar que la educación intercultural siempre está interrelacionada con educación de calidad. Eso implica la prioridad de la formación y de la actualización de todos los docentes, el aseguramiento que las escuelas favorezcan y fomenten la calidad docente, el fortalecimiento de las estructuras de supervisión refiriéndose al control de normalidad mínima y apoyo pedagógico y por último el desarrollo de políticas educativas con la visión compleja de la calidad. Eso aclara que la base de la educación intercultural de calidad para los indígenas forma la equidad educativa (ibíd.).

Comentario final

Se puede constatar que hay un camino muy duro y largo, desde los años sesenta —década significativa para el desarrollo de la Educación Indígena— hacia la interculturalidad, hasta llegar a la conciencia de la necesidad de implantar la interculturalidad en la educación indígena de hoy, en tanto que la educación constituye la parte más importante en la formación del hombre, en la que se socializa, se adapta, se asimila y se forma la propia identidad. Entonces, es indispensable en una nación pluricultural como lo es México incorporar esta interculturalidad no solamente en la educación en el medio indígena sino en toda la educación en general para poder crear un ambiente sin discriminación, o sea  un ambiente de respeto recíproco, tolerancia, igualdad, fomento de individuos y paz. Como se nota en este trabajo la interculturalidad poco a poco no solamente gana más importancia en particular en nuestro mundo globalizado sino también está más incluida en la vida cotidiana del sector educativo. Sin embargo, falta todavía mucho trabajo hasta que se encuentre en una nación imparcial y de las mismas oportunidades educativas para todos.

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[a] Universidad de Münster, Alemania.