Si en nuestro país existe un promedio de lectura de 3.8 libros al año, ¿Cuántos libros habrán leído los alumnos de preparatoria?, ¿Cuál será el posible impacto entre el número de ejemplares leídos con relación a su expresión escrita?, ¿Qué acciones se podrán emprender hoy en día, para contribuir a que los alumnos posean una ortografía decorosa? La investigación que se presenta es un acercamiento al problema del hábito de la lectura y su posible relación la ortografía.
Palabras clave: Lectura, ortografía, número de libros leídos, alumnos de preparatoria, complejidad de la expresión oral y escrita, enseñanza tradicional del español, psicología cognitiva.
If in our country an average of 3.8 reading books a year, have many books will read high school students read?, what will be the possible impact between the number of copies read in relation to their written expression?, what action you can take do today, to help students to possess one it spelling decent? The research presented is an approach to the problem of the habit of reading and spelling his possible relationship.
Keywords: Reading, spelling, number of books read, high school students, complexity of the speaking and writing, traditional teaching of Spanish, cognitive psychology
En nuestro país se lee muy poco. En 2006, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Lectura sólo el 56.4% de la población lee. La segunda ocasión en que se aplicó el estudio en 2012, existió un retroceso y en sentido figurado en el ámbito lector de una “penumbra” nos transportamos a la “oscuridad”, es decir, el porcentaje de las personas que leen disminuyó al 46.2%. En el año 2015, existió un pequeño incremento de los mexicanos que leen al llegar al 57.3%.
Ahora bien, si hablamos en relación con el número de ejemplares leídos, en 2006 fue un promedio de 2.94 libros por persona; en 2012 se conservó esa cifra de casi tres libros y, en 2016 se estimó en 3.8 libros leídos anualmente. Como resultado de lo anterior, la escasa actividad lectora se identifica como un importante problema a nivel nacional.
A nivel internacional, México ha ocupado los últimos lugares en lectura; mientras que en promedio los mexicanos leen 2.8 libros al año, en España se leen 7.5 libros y en Alemania 12 (Villamil, J., 2013).
Si en nuestro país existe un promedio de lectura de 3.8 libros al año, ¿Cuál será el número de libros leídos por los alumnos de preparatoria?, ¿Cuál será el posible impacto entre el número de libros leídos con relación a su expresión escrita?, estos fueron las dos interrogantes que guiaron la presente investigación exploratoria. Como supuesto de investigación se propuso “A mayor número de libros leídos, mejor ortografía”.
Lingüística es la ciencia que estudia a la lengua (Paredes, E. 2014, pág. 81). (Couseriu, E, 1983, pág. 17).
La lengua es un sistema gramatical léxico y sonoro, que organiza y relaciona un conjunto de signos con un orden determinado, formado por 22 fonemas que combinados permiten infinitas combinaciones. A la gramática se le ubica como una rama de la Lingüística y, dentro de la gramática se sitúa la ortografía.
La gramática estudia los elementos de una lengua, así como la forma en que estos se organizan y combinan (RAE, 2017). Los inicios de la gramática se remontan al siglo V a.C. con los aportes de los griegos quienes desligaron a la lingüística como una rama aparte de la filosofía. En 1492, aparece la primera gramática Castellana de Antonio de Nebrija; en el transcurso del siglo XVI, aparecen gramáticas del español, francés y de lenguas indígenas como el quechua y el Nahuátl. Cómo fundador de la lingüística moderna se le considera a Ferdinand de Saussure, teórico suizo y estructuralista; Saussure distingue entre lengua (sistema) y habla (realización) y define el signo lingüístico (significado y significante).
En otras palabras, la gramática se ocupa del estudio de las reglas y principios que regulan el uso de las lenguas y, la ortografía se refiere a un conjunto de reglas que permiten mantener la unidad en la lengua escrita. Ambas son prescriptivas; la gramática con normas para una adecuada utilización del lenguaje y la ortografía para una escritura correcta que permita y facilite la comunicación.
En los inicios de la humanidad, la comunicación se realizaba a través de sonidos articulados, conformando el habla; la expresión oral es mucho más antigua que la escritura, pero ésta surgió de la misma oralidad; se necesitaron varios siglos para el nacimiento y desarrollo de los distintos sistemas de escritura.
Ahora bien, la comunicación se le puede ubicar en dos amplias demarcaciones: la comprensión y, la expresión tanto oral como escrita.
La expresión oral es compleja, que en una situación educativa en términos generales, se relaciona con indicar para pedir la palabra con algún gesto o con alguna señal, tomar la palabra en el momento oportuno, aprovechar el uso de la palabra y saber dejar la palabra a otro. Al respecto Cassany, señala un conjunto de micro habilidades que se encuentran relacionadas con su práctica y dominio, como planificar la intervención, desarrollar el tema y/o las ideas, articular con claridad las palabras, dirigir la mirada y la voz a los interlocutores y resumir las ideas importantes. (Cassany, D., Luna y Sanz, 2005, págs.148-149).
Por otro lado, la expresión escrita posee una complejidad específica que requiere del dominio progresivo de microhabilidades psicomotrices para permitir el trazo de las palabras y, cognitivas que dan lugar a externar las ideas y el conocimiento de forma clara, coherente, con un léxico variado, adecuado y con corrección ortográfica (Cassany, D., Luna y Sanz, 2005, págs.268-300).
La enseñanza de la lengua escrita se ha dado de manera tradicional a través de modelos de textos a seguir, ejercicios que consisten en llenado de espacios, dictados o copias de diversos textos (Lerner, D, 2004, págs. 39-43), (Barbeiro, L., 2005, págs. 77- 96). Sin embargo, a partir de los aportes provenientes de la psicología cognitiva, se ha estado transformando la escritura y la ortografía a un enfoque más comprensivo, reflexivo, de autorregulación del proceso, donde tiene lugar la participación de los alumnos en la corrección de textos en forma de trabajo colaborativo. Se reconoce que es necesario trascender el enfoque tradicional, existen algunos avances, sin embargo, falta mucho por hacer, sobre todo en el contexto latinoamericano: como propiciar el gusto por la lectura, aumentar el número de libros leídos por persona, fomentar la comprensión lectora y, la expresión escrita por medio de la elaboración de autobiografías, resúmenes, reseñas, ensayos, etc. en las escuelas. Cuestión nada fácil, pues en general, el poder adquisitivo se encuentra mermado y el predominio de un ritmo de vida actual acelerado.
Se utilizó un Cuestionario de 23 preguntas, 4 preguntas abiertas y un dictado de 20 palabras, para determinar el número de libros leídos y relacionar con la puntuación obtenida.
32 alumnos de Segundo Semestre de Preparatoria, edad entre 15-17 años.
Libros leídos. De 32 alumnos, la persona que más leyó fue el Sujeto 1 con 25 ejemplares y, el que menos, un estudiante que reconoció que nunca había leído un libro. El promedio de libros leídos en el grupo fue de 7.62.
Resultados de la aplicación del instrumento. El promedio obtenido fue de 7.99, la calificación menor fue de 5.2 y la mayor de 10 (2 casos).
Tabla 1. Libros leídos por alumno y puntuación obtenida.
Alumno |
No. de libros leídos |
Diagnóstico de Ortografía |
MB (9.1-10) |
B (8.1-9) |
R (7.1-8) |
D (Menor que 7) |
1 |
25 |
7.8 |
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2 |
18 |
10 |
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3 |
17 |
9.4 |
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4 |
15 |
8 |
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5 |
15 |
8.8 |
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6 |
14 |
8.8 |
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7 |
13 |
8.6 |
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8 |
10 |
7.4 |
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9 |
10 |
8 |
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10 |
9 |
9 |
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11 |
9 |
9.4 |
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12 |
8 |
9.4 |
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13 |
8 |
6.8 |
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14 |
8 |
7 |
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15 |
7 |
7.4 |
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16 |
7 |
9.6 |
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17 |
5 |
5.8 |
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18 |
4 |
8.2 |
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19 |
4 |
7.6 |
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20 |
4 |
10 |
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21 |
4 |
9.4 |
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22 |
4 |
7 |
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23 |
4 |
5.2 |
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24 |
4 |
7.2 |
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25 |
3 |
6.2 |
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26 |
3 |
7.2 |
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27 |
3 |
7.4 |
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28 |
3 |
6 |
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29 |
2 |
7.6 |
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30 |
2 |
9.4 |
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31 |
2 |
8.2 |
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32 |
0 |
8 |
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En los alumnos (1), (8), (13) y (14), no se observó “a mayor número de libros leídos, mejor ortografía”, Cabe mencionar que el alumno (1) con el mayor número de libros leídos obtuvo en el examen diagnóstico (7.8) (Regular). Sin embargo en algunos casos, alumno(a) s, con un menor número de libros leídos obtuvieron un mejor resultado; con 18 libros leídos la alumna (2) obtuvo (10) (Muy bien) y, el alumno (15) con 7 libros leídos obtuvo (10). El alumno (32) con ningún libro leído logró un (8) (Bien); de manera contrastante el alumno (5) con 5 libros obtuvo en el diagnóstico (5.8).
Lo anterior, permite expresar que existió una relación de libros leídos con un rendimiento en ortografía de Regular en 13 casos (Tabla No. 4). Y no necesariamente a mayor número de libros leídos se tiene una mejor ortografía, como se observa en la Tabla general de resultados. Sin embargo, en ocasiones con menos número de libros leídos, existieron alumnos que obtuvieron un nivel de Muy bien (Tabla No. 2).
Tabla 2. Casos de alumno(a) s con “MB”. Frecuencia: 6.
Alumno |
No de libros leídos |
Diagnóstico de Ortografía |
2. |
18 |
10 |
3. |
17 |
9.4 |
10. |
9 |
9.4 |
12. |
8 |
9.4 |
15. |
7 |
9.6 |
20. |
4 |
9.4 |
Tabla 3. Casos de alumno(a) s con “B”. Frecuencia: 7.
Alumno |
No de libros leídos |
Diagnóstico de Ortografía |
4. |
15 |
8 |
5. |
15 |
8.8 |
6. |
14 |
8.8 |
7. |
13 |
8.6 |
10. |
9 |
9.0 |
18. |
4 |
8.2 |
31. |
2 |
9.4 |
Tabla 4. Casos de alumno(a) s con “R”. Frecuencia: 14.
Alumno |
No de libros leídos |
Diagnóstico de Ortografía |
1. |
25 |
7.8 |
8 |
10 |
7.4 |
9. |
10 |
8 |
13. |
8 |
6.8 |
14. |
8 |
7.0 |
15. |
7 |
7.4 |
19. |
4 |
7.6 |
22 |
4 |
7.0 |
24. |
4 |
7.2 |
26. |
3 |
7.2 |
27. |
3 |
7.4 |
29. |
2 |
7.6 |
31. |
2 |
8.2 |
32 |
0 |
8 |
Tabla 5.Casos de alumno(a) s con “D”. Frecuencia: 4.
Alumno |
No de libros leídos |
Diagnóstico de Ortografía |
5. |
5 |
5.8 |
23. |
4 |
5.2 |
25. |
3 |
6.2 |
28. |
3 |
6.0 |
La ortografía, depende de varios factores que se interrelacionan de forma dinámica. No solamente depende del número de libros leídos, quizás apresuradamente; también se relaciona con el vocabulario que se va adquiriendo y la comprensión de su significado, así como la memorización visual de la escritura correcta. Aunado a lo anterior, en la enseñanza de la ortografía hay reglas complejas, letras engañosas como la “c” y la “s”, la “b” o “v” entre otras.
Por otro lado, es imprescindible la formación docente en la disciplina del español, tanto para el dominio de los diversos temas que se abordan, así como la mejor manera de trabajarlos en clase, tomando en cuenta el contexto, edad y características de los alumnos. Superar la enseñanza tradicional propiciando la reflexión de las reglas ortográficas, partiendo de la ejemplificación misma, ejercitar más la expresión escrita y la corrección grupal y/o en equipos. Quizás si hacemos los cambios necesarios con el tiempo cuando los alumnos lleguen a su primer trabajo o a la universidad posean una expresión oral y escrita decorosa.
Barbeiro, L. “Enseñar y aprender a escribir en la escuela: algunas líneas de investigación”. En Camps (2006), págs.77-96
Couseriu, E. (1983). Introducción a la lingüística”. Obtenido de www.artnovela.com.ar.
Paredes, E. (2014). Prontuario de lectura, lingüística, redacción, comunicación oral y nociones de literatura. México: Limusa.
Camps, A. (Coord). (2006). Diálogo e investigación en las aulas. Investigaciones en didáctica de la lengua. España: Grao.
Cassany, D. (1999). Construir la escritura. Papeles de pedagogía. Barcelona: Paidós, Ibérica.
Cassany, D., Luna, M, Sanz, G. (2005). Enseñar lengua. España: Grao.
Encuesta Nacional de Lectura (2006). México: Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
Encuesta Nacional de Lectura.de la penumbra a la oscuridad. (2012). México: Fundación Mexicana para el Fomento de la Lectura, A.C. Obtenido de ENL_2012.pdf.
Lerner, D. (2004). Leer y escribir en la escuela. Lo real, lo posible y lo necesario. SEP/Fondo de Cultura Económica.
Programa para la evaluación internacional de alumnos (PISA). Resultados. (2015). Obtenido en www.oecd.org.edu/pisa.
Real Academia Española (2017). Obtenido de www.rae.es
Robbins, R. H. (1992). Historia de la lingüística en Panorama de la lingüística moderna. Madrid: Paraninfo.
Villamil, J. (23 de abr, 2013) “Entre 108 países, México es penúltimo lugar en lectura”. México: Proceso. Obtenido en www.proceso.com.mx
[a] Profesor Investigador de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. Escuela Superior de Tizayuca