El proyecto anti obesidad PESOEH: de universitarios hidalguenses al reconocimiento internacional

Resumen

Estudios recientes revelan que los niños con obesidad a 7 años de edad, tienen una probabilidad de 40% de ser obeso el resto de sus vidas, con complicaciones de salud, gasto público y social asociados. En niños del estado de Hidalgo la población presenta un incremento sustancial en el tamaño. Con las enfermedades subsecuentes relacionadas y el deficiente rendimiento académico. Las prácticas nutricionales con deficiencia de nutriente en la dieta y el sobrepeso y la obesidad en muchos casos que se unió a la desnutrición, los resultados de consuman grasas, azúcar o hidratos de carbono, reforzado por múltiples factores como la persuasión marketing confusa o la escuela social presión a ingerir comida chatarra, la pobreza de la corte y en muchos casos, la marginación, la tendencia a pasar más tiempo en actividades sedentarias (televisión, video juegos, internet, estar en casa, transporte en vehículos) hacer el nuevo estilo de vida que refuerzan el problema.


Palabras clave: Obesidad, Estado de Hidalgo, comida chatarra, grasas, hidratos de carbono.

Abstract

Recent studies reveal that children with obesity at 7 years old, have a probability of 40% of being obese the rest of their lives, with health complications and public cost and social associated. In Hidalgo´s state children population presents a substantial increase in size. With the subsequent illnesses linked and the deficient academic performance. The nutritional practices with nutrient deficiency in the diet and the overweight and obesity in many cases joined to malnutrition, results from consume fat, sugar or carbohydrate, reinforced by multiple factors as the unclear marketing persuasion or the school social pressure to ingest junk food, the cutting poverty and in many cases the marginalization, the tendency to spend more time in sedentary activities (television, video games, internet, being at home, transport in vehicles) make the new life style that reinforce the problem.


Key words: obesity, State of Hidalgo, junk food, fats, carbohydrates.

Introducción

La población infantil en el Estado de Hidalgo, México, presenta un incremento sustancial en la talla con las subsiguientes enfermedades vinculadas y el deficiente rendimiento escolar: se estima que el 90 % de los casos de diabetes mellitus tipo 2 son atribuibles al sobrepeso y la obesidad y otras enfermedades crónicas relacionadas, como son la hipertensión arterial, dislipidemias, enfermedad coronaria, enfermedad vascular cerebral, osteoartritis, los cánceres de mama, esófago, colon, endometrio, riñón y estómago, insomnio, infertilidad, colitis, caída de cabello, inflamación y ardor de estómago, gastritis, dolor abdominal, náuseas, agruras y problemas psicológicos, entre otras.

Desarrollo

La obesidad infantil se ha vuelto uno de los problemas de salud pública más graves que afectan a la población de México y de muchos lugares del mundo, por su prevalencia y por la rapidez con la que ha aumentado así como por ser causa de muertes prematuras e invalidez con alto costo económico y social.  Este escrito se centrará en el consumo de alimentos, una forma más de consumo que, como cualquier otro, ha aumentado en los últimos cincuenta años y que tiene repercusiones de manera directa en el organismo, pero que, a diferencia de otras investigaciones, presentará no sólo el problema (ya muy conocido y estudiado), sino que propondrá una alternativa de solución.

La obesidad es resultado de un desequilibrio energético, en el que el consumo es mayor que el gasto.  Es decir, puede ser por exceso de comida o por falta de actividad física, o más bien, por ambas cosas al mismo tiempo.

“La publicidad, en este sentido, juega un papel clave en la difusión de nuevos bienes de consumo y desde hace tiempo se ha señalado que ha sido uno de los detonantes en la explosión de la obesidad infantil.”(Dietz, 1985:807-812). 

El consumo satisface los deseos y anhelos humanos, lo que según Bauman (2007) es la fuerza actual del movimiento social, de la reproducción social.  En términos sociológicos el consumo es el momento de ciclo de producción y reproducción social en que se lleva a cabo la expansión del capital y permite la reproducción de la fuerza de trabajo.(García Cancllini, 1995).

Los alimentos, como cualquier mercancía, cubren una necesidad real y una simbólica, de tal manera que al analizarlos es necesario considerar ambas dimensiones.(Douglas e Isherwood, 1990).  Los alimentos, dice Sidney Mintz (1996), tienen significados que son aquellos atributos socioculturales que sirven para seleccionarlos según la ocasión, la condición socioeconómica, el sexo, la edad, el estado fisiológico, la imagen corporal y el prestigio, entre otros.

Por una parte, los padres son más permisivos, pero por otra, se busca que los niños cada vez sepan más cosas, vayan a más clases, obtengan más conocimientos, sean líderes e independientes.(Schor, 2006).  La condición social de los niños en la sociedad moderna es un proceso reciente en la historia de la humanidad y no aparece bien a bien consolidada la idea de la infancia hasta el siglo XX.  Es decir, hasta ese momento no se consideraba a los niños como un sector social con características y necesidades propias que requerían una atención especial.(Aries, 1986:5-17)  Sin embargo, hoy los niños no sólo son sujetos con derechos jurídicos y protección social, son también individuos con decisión y, sobre todo, con capacidad de compra.(Schor, 2006).

Según la Asociación Mexicana de Agencias de Publicidad, tan sólo en 2006, en México, la publicidad “en línea” creció 62%.( Asociación Mexicana de Agencias de Publicidad, 2006)  Se ha señalado que el número de horas que pasa un niño frente a la televisión es un factor de riesgo para la obesidad infantil, no sólo porque está en una actividad sedentaria, sino también por la cantidad de productos a los que está expuesto (Dietz, 1985:807-812).  En este sentido, lo mismo se puede decir del uso de internet.

En el 91% de los casos, esta publicidad se refiere a elementos con un elevado contenido de grasa, azúcar o sal.(Olivares, Yáñez, Díaz, 2003:36-41).  En México, se estima que los niños ven televisión 4.5 horas al día en promedio.(Hernández, 2000:315-323). 

En estudios recientes se ha observado que casi 20% del tiempo de la programación infantil de los canales mexicanos de televisión abierta está dedicado a la publicidad.  De este 20%, una cuarta parte es de alimentos, con predominio de los anuncios de bebidas con azúcar añadida, dulces y cereales azucarados.  Además se encontró que lo anterior supera lo observado en la programación de la audiencia general.(Pérez Salgado, 2010:119-126)  Según el estudio   de la organización El Poder del Consumidor, que apareció en la prensa en noviembre de 2010, México encabeza a los países de la OCDE(Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) en el número de anuncios de comida de alta densidad energética.  Este trabajo mostró que en una hora de programación infantil se transmiten 11.25 anuncios, lo que implica que un niño está expuesto a 12 mil anuncios de cereales, dulces, botanas, refrescos y pastelitos por año.(La Jornada, 2010).

En Estados Unidos los niños destinan de 21 a 22 horas semanales a ver televisión.  De éstas, alrededor de 3 horas corresponden a publicidad de alimentos.  En México, se estima que los niños ven televisión 4.5 horas al día en promedio.(Hernández, 2000:315-323).

Se ha observado que casi 20 % del tiempo de la programación infantil de los canales mexicanos de televisión abierta está dedicado a la publicidad.  De este 20 %, una cuarta parte es de alimentos, con predominio de los anuncios de bebidas con azúcar añadida, dulces y cereales azucarados.  Además se encontró que lo anterior supera lo observado en la programación de la audiencia general.(Pérez Salgado, et al. , 2010: 119-126).

¿Qué se debe hacer entonces? Las actuales estrategias de decir “no, no y no” no sólo no han sido exitosas, sino que pareciera que han hecho que la obesidad aumente, y porque el aprendizaje de los malos hábitos alimenticios se hizo de manera lúdica, el reaprendizaje de los buenos hábitos deberá hacerse de la misma manera:

El proyecto “Prevención de sobrepeso y obesidad en escolares de Hidalgo” (PESOEH),  ejemplo de lo que puede lograrse cuando existe colaboración de instituciones públicas como UAEH, UPT, Consejo Estatal de Salud, DIF Hidalgo, Secretaría de Salud Hidalgo, SEP Hidalgo, COPRISEH y Enutrica en proyectos bien diseñados que cuentan con mecanismos de diagnóstico, seguimiento y evaluación, es reconocido por la experta del Instituto de Nutrición y Tecnología de Alimentos de la Universidad de Chile, Nelly Bustos Zapata como esquema modelo replicable a nivel estatal y nacional.

Lo anterior porque a menos de un año de implementado, los directivos, profesores, escolares y padres de familia se identificaron con el objetivo de disminuir la obesidad infantil y prevenir enfermedades crónicas: las medidas en materia de nutrición implementadas fueron la inclusión de contenidos de alimentación saludable y activación física en el currículo, sin descuidar los aprendizajes establecidos en planes de estudios de la Secretaría de Educación Pública (SEP).

Se realizó investigación formativa en establecimientos de consumo escolar (ECE) de 3 escuelas participantes en el programa de Prevención de Sobrepeso y Obesidad en Escolares de Hidalgo (PESOEH 2012-2013) mediante observación y entrevista a los responsables de los ECE. Se realizaron reuniones de trabajo con los responsables normativos a nivel estatal y se elaboró un check list de verificación de alimentos.   

El reto es incrementar la oferta y venta de comida sana en establecimientos de consumo escolar, ya que ese problema lo tiene la mayoría de las escuelas de América Latina, para cumplir el objetivo deberán adoptar nuevos mecanismos para publicitar y priorizar lo saludable.

Conclusiones

Con la información de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), se observó que en los hogares más pobres el aporte dietético estriba en pocos alimentos, entre los que destaca el consumo del maíz (Martinez Jasso y Villezca, 2003).

La falta de ingresos es una de las causas más importantes que impiden a la población obtener una dieta adecuada. En los hogares que cuentan con alto ingreso, la energía y los nutrientes se adquieren de una variedad más amplia de éstos, entre los que destacan frutas, vegetales y carnes.

La gran mayoría de los niños y los papás en México no distinguen entre nutrición y alimentación, creen que todo es alimentación (Enciso, 2012). Respecto de la nutrición y alimentación, de una marera muy sencilla lo explica Bourges Rodríguez (2010):

“En el ámbito de la nutriología iberoamericana se suele hacer una clara distinción entre alimentación y nutrición: la primera se reserva a la acción de alimentar (proveer sustento)… por la segunda se entiende el conjunto de procesos subsecuentes, finamente entrelazados y regulados, que comienzan con la alimentación y continúan de manera casi automática con la digestión, la absorción intestinal de nutrimentos, la distribución a todo el organismo, la asimilación y el metabolismo por cada célula y la excreción de los desechos. Algunos de estos procesos son intermitentes y sistémicos, como la alimentación, la digestión y la absorción, y otros esencialmente continuos y de carácter celular.”

Esto es, lo que se refiere a los alimentos según Bourges Rodríguez (2010) es lo que ingerimos, lo que comemos de manera indiscriminada, sin saber cuántas calorías son, si son lípidos, si son carbohidratos, o si son minerales, proteínas o vegetales. El mexicano promedio solo ingiere alimentos, sin saber la cantidad (come sin medida).

Ahora se muestra el criterio sobre los nutrientes que da la FAO(Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación):

“¿Qué son los nutrientes?

La gran caloría o kilocaloría (1 Cal=1 Kcal) es la unidad de calor en el metabolismo y se utiliza cuando se refiere al contenido de energía de los alimentos. La kilocaloría es la cantidad de calor requerida para elevar 1 kg de agua en 1 grado centígrado. 

Las proteínas son cadenas largas de aminoácidos necesarias para el crecimiento, funcionamiento y regeneración del organismo; forman los ladrillos del cuerpo y su función es, de manera primordial, estructural. Son los nutrientes más caros de producir biológicamente: un buey necesita 17 kg de proteína de granos vegetales para convertirla a 1 kg de masa corporal; el pollo, sólo 4.5 kilogramos. La parte que les toca en el metabolismo es la formación de enzimas, anticuerpos, hormonas y de tejido de relleno, como el conjuntivo (elastina, colágeno y reticulina).

Las grasas actúan como reserva del organismo (lípidos), además de ser el almacén de calorías de nuestro cuerpo. Tienen las funciones de aislantes térmicos, amortiguadoras de traumatismos (en riñón, y corazón.) constituyen entre 50 y 60% de la masa cerebral; son indispensables para el crecimiento y la regeneración de tejidos, mantienen la temperatura corporal y protegen la integridad de la piel, entre otras propiedades”

(FAO, 1995).

Según la OMS (Organización Mundial de la Salud) la obesidad es:

“una enfermedad causada por múltiples factores (multifactorial) en los cuales se encuentran los sociales, culturales, genéticos, fisiológicos, metabólicos, celulares y moleculares, y es caracterizada por el aumento de tejido adiposo en el organismo, y que es acompañada por una serie de enfermedades concomitantes.”

La obesidad es la acumulación de grasa en el cuerpo en relación con la masa muscular. Las cifras normales de grasa en el organismo para los hombres es de 15-20% y para las mujeres es del 25 al 30%, por lo que por arriba de estas cifras se determinar que el paciente es obeso.

En estos momentos la obesidad debería ser considerada una epidemia, es un problema de salud pública el cual afecta a más de la mitad de la población adulta, y va en aumento alarmante en la población infantil. 

La obesidad –epidemia del siglo XXI: Ministerio de Sanidad de España- en México se da por un sin número de razones (pobreza, ignorancia, negligencia, no consumen fibra, toman poca agua y su alimentación se fundamenta en la ingesta de alimentos ricos en grasa y proteínas, así como refrescos y bebidas azucaradas en abundancia, el sedentarismo, falta de actividad física diaria, alta ingesta calórica por consumo de harinas refinadas, malos hábitos alimenticios, estilo de vida y la genética(Varas, 2012).  Aquí se tratarán solo dos causas que son: la primera es por no saber qué cantidad comer (ignorancia), y la segunda es por no saber la calidad de lo que se come (también por no saber cómo es una dieta balanceada)

Aquí se parte de dos supuestos: que el niño (y tambien adulto) mexicano no sabe la cantidad de ingesta ni la calidad de la misma.

Dada la complejidad de la problemática del sobrepeso y la obesidad y con el objeto de contribuir a su efectiva atención, se propone en este proyecto una metodología rigurosa que borde en todas las aristas de la situación e incluyó acciones de tipo alimentario, persuasivo y educativo mediante un aprendizaje significativo, a través de un proceso que implique: informar, promover acciones de todos los actores involucrados: educadores (profesorado, activadores físicos), autoridades, padres de familia y al niño; inducir la modificación de comportamientos nocivos y promover acciones que sustenten un perfil de valores que motive el cambio a un estilo saludable de vida, con lo cual se alentará la toma de conciencia de su propia situación, además de impulsar los proyectos de investigación aplicada que se desarrollan en la actualidad en esta área del conocimiento.

Se necesita elaborar una lista de verificación de la calidad nutrimental, y no sólo higiénica, de alimentos y un portafolio de herramientas basado en la mercadotecnia social para capacitar al responsable del Establecimiento de Consumo Escolar: se encontró que los responsables de ECE conocen la normatividad de operación pero no la llevan a la práctica, y que existe competencia desleal para la venta de productos saludables y no existen mecanismos de verificación de la calidad nutrimental de la oferta de alimentos en los ECE. Existe disposición por los responsables de los ECE  para vender alimentos más saludables, pero no creen que puedan generar utilidades.    

La normatividad vigente para los ECE no es efectiva si no se cuenta con mecanismos de supervisión adecuados, y se requiere en los ECE una estrategia de mercadotecnia para posicionar alimentos saludables en la preferencia de los escolares.

Metas del PESOEH

  1. Incrementar la frecuencia y la calidad nutricional del desayuno en casa de los escolares.
  2. Incrementar la frecuencia del uso de la lonchera escolar y el consumo de verduras y frutas.
  3. Diseñar loncheras con agarradera lateral plegable o auto adherible por la parte central  y correa a los costados,  bolsa lateral con cierre de material transparente y sujetador de cilindro de agua de capacidad de 600 ml en la parte superior con medidas de 25 cm de largo x 18 cm de ancho, profundidad 8 cm y de material microfibra con interior térmico con un cilindro de policarbonato para agua de capacidad 600 ml, 1 Sandwichera de plástico, 1 Topper  de plástico de forma cilíndrica (7 cm x 8 cm) con tapa de rosca, capacidad 250 ml., 1 Topper  de plástico de forma cilíndrica (7 cm x 8 cm) con tapa de rosca, capacidad 250 ml., 1 cuchara de plástico y 1 tenedor de plástico.
  4. Disminuir el consumo de jugos o refrescos a menos de 240 ml diarios e incrementar el consumo de agua en los escolares.
  5. Incrementar el tiempo de actividad física en los escolares a 60 minutos diarios a través del Programa Nacional de Activación Física y actividades recreativas.
  6. Contribuir desde el currículo al análisis, reflexión y mejora de las prácticas de alimentación y de actividad física.
  7. Generar iniciativas de ley que apoyen las estrategias del PESOEH.
  8. Incluir gastrónomos y nutriólogos para que los alimentos nutritivos tengan una mejor y más bella presentación.
  9. Rescatar el “pipímetro” del Instituto Nacional de Salud Pública para recordarle a la población que NO es normal que la orina sea amarilla.  Si no es transparente, debe beber más agua simple.
  10. Que las escuelas respondamos a la confianza que nos depositan los padres de familia y sus hijos vendiendo sólo alimentos y bebidas saludables de NO  más de 130 kcal por porción y de no más de 180 kcal por porción en el caso de alimentos preparados, para llevar a la práctica lo que ya establecen las Normas legales  aplicables.
  11. No se puede enseñar lo que no se sabe.  Capacitar y supervisar a profesores, directivos, alumnos, padres de familia y responsables de tiendas escolares, realizando talleres contra el analfabetismo nutricional en general y en lectura de etiquetas y front packs en particular, refrigerio escolar, en activación física recreativa y en mercadotecnia social para mostrar el gran negocio de lo saludable.
  12. Que las escuelas cuenten con filtros y bebederos de agua segura y gratuita, lo que contribuye al consumo de bebidas gaseosas, azucaradas o jugos industrializados.

Referencias

Aranceta, J. Pérez, C. (1999) “Educación nutricional”, en: Muñoz M. Aranceta y J. García-Jalón I. (Editores). Nutrición Aplicada y Dietoterapia. Pamplona, España, Universidad de Navarra, Masson, pp. 757-782.

Aries, P.(1986).  La infancia en Revista de Educación 281:5-17.

Asociación Mexicana de Agencias de Publicidad (2006).  http://amap.com.mx Fecha de consulta:15 de octubre de 2011.

Bauman, Z.(2007).  Vida de consumo.  México, Fondo de Cultura Económica.

Beanquis. A, Camacho. C, Pueyrredón. P, Britos. S.(2006) Alimentacion economica en la familia: Hacia una mejor compra de alimentos. CESNI. Argentina.

Bertran Vilá, Miriam (2011).  La obesidad infantil en la sociedad de consumo en Cuadernos de nutrición Volumen 34 Número 3:91-96.

Bourges Rodríguez. H.(2010) “La alimentación y la nutrición en México” Revista de Comercio Exterior, vol. 51, num. 10. México, pp. 897-904.

Dietz, W.H.et al. (1985). Do we fatten our children at the television set? Obesity and television viewing in children and adolescents.  Pediatrics 75 (5): 807-812

Douglas, M. e Isherwood, B.(1990). El mundo de los bienes.  México, Ed.Grijalbo-CNCA.

Enciso L. Angelica. (2012) Coneval. La jornada, 3 de diciembre.

Encuesta de Nutrición de Canarias (ENCA). (1997-1998).  Hábitos alimentarios y consumo de alimentos. Volumen I. www.gobcan.es/  psc/enca.

FAO (1995). Necesidades y recursos. Geografía de la agricultura y la alimentación. Roma, Italia, FAO.

FAO. El derecho a la alimentación en la teoría y la práctica. Roma, Italia, FAO, 2000. Perspectivas a plazo medio de los productos básicos. Proyecciones de productos básicos agrícolas al año 2005. Roma, Italia, FAO, 2000. Sexta Encuesta Alimentaria Mundial. Roma, Italia, FAO, 1996. La política agrícola en el nuevo estilo de desarrollo latinoamericano. Santiago, Chile, FAO, 1994.

Funiber (2012) (Fundación Universitaria Iberoamericana) Mexico. mexico@funiver.org

Galván, et al. (2011). Metodología. En A.-G. A.-R. Galván Marcos, Perfil Nutricional de Escolares de Hidalgo 2010:Estado de Nutrición y Variables del Contexto Familiar, Escolar e Individual. Pachuca, Hidalgo: Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, p.285.

García Cancllini, N.(1995).  Consumidores y ciudadanos.  Conflictos multiculturales de la globalización.  México, Ed.Grijalbo.

Guía Infantil Network.com 2012.

Hernández, Bernardo et al. (2000). Validez y reproducibilidad de un cuestionario de actividad e inactividad física para escolares de la ciudad de México.  Salud pública de México 42(4):315-323.

La Jornada (2010).  8 de noviembre.  Disponible en http://www.jornada.unam.mx/2010/11/08/

Martínez Jasso. I,  Villezca Becerra. P.A. (2003). “La alimentación en México: un estudio a partir de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares”. Revista de información y análisis núm. 21, México.

Mintz, S.(1996).  Tasting food, tasting feedom.  Boston, Beacon Press.

Olivares, S., Yáñez, R. y Díaz, N. (2003).  Publicidad de alimentos y conductas alimentarias en escolares de 5º.a 8º.básico.  Rev Chil Nutr 30:36-41.

Pérez Salgado, D.et al. (2010).  Publicidad de alimentos en la programación de la televisión mexicana: ¿los niños están más expuestos? Salud pública de México 52:119-126.

Rivera Dommarco, J. (2001) Encuesta Nacional de Nutrición. Estado nutricional de niños y  mujeres en México. Cuernavaca, México, Instituto Nacional de Salud Pública. www.insp.mx/enn 

Schor, J.(2006).  Nacidos para comprar.  Los nuevos consumidores infantiles.  Madrid, Paidós.

Varas. J, _(2012).  “Salud180.com”  IMSS. México.

Villezca Becerra, P. A. y Martínez Jasso. I. (2001).  Importancia del consumo de carnes, pescados y mariscos en la alimentación en México. Efectos del ingreso y factores socioeconómicos sobre su gasto. Vol. XX, número 2, noviembre. Monterrey, México, Centro de Investigaciones Económicas de la Universidad Autónoma de Nuevo León, pp. 1-52.

www.clubplaneta.com.mx/cocina/los_beneficios_de_tomar_agua.htm



[a] Profesor Investigador de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo