Evaluación de los Aprendizajes Escolares

Resumen

La evaluación es un proceso que implica descripciones cuantitativas y cualitativas de la actuación de los alumnos. En el primer momento, se reúne la información; y en un segundo momento se trabaja para el análisis y la interpretación de los datos que hemos obtenido para formular, en un tercer momento posterior, juicios de valor. En este sentido, la evaluación de los aprendizajes es muy importante puesto que los resultados que podamos obtener nos servirán para orientar la enseñanza, conforme a lo que nos hemos propuesto que nuestros alumnos aprendan.
Es importante tener claro qué se desea evaluar para luego poder diseñar los instrumentos que mejor nos permitan conocer lo que queremos saber. Si el instrumento para evaluar consiste en una prueba escrita, ésta podrá tener igual grado de dificultad para todos los alumnos del mismo grupo. El docente también podrá elaborar dos o más pruebas con diversos grados de dificultad para administrar a diferentes alumnos dentro del mismo grupo.
Recordemos que no es lo mismo evaluar actitudes, conocimientos o procedimientos; así como también son diferentes los procesos que los alumnos tienen que poner en juego para resolver cada consigna que les presentemos (en el caso de que elaboremos una prueba escrita). De igual forma tomar en cuenta la normativa dictada por el MINED, ya que esta la que orienta a los docentes, referente al proceso que se debe llevar para poder promocionar o no a los alumnos.


Palabras clave: Evaluación, prueba, organización, competencias.

Abstract

Evaluation is a process that involves quantitative and qualitative descriptions of the students' performance. At the first moment, the information is gathered; in a second moment we work for the analysis and interpretation of the data we have obtained to formulate value judgments at a later time. In this sense, the evaluation of learning is very important since the results we can obtain will serve to guide the teaching, as we have set to our students to learn.
It is important to be clear about what you want to evaluate and then design the instruments that best allow us to know what we want to know. If the instrument to evaluate consists of a written test, it may have the same degree of difficulty for all students in the same group. The teacher can also develop two or more tests with varying degrees of difficulty to manage different students within the same group.
Remember that it is not the same to evaluate attitudes, knowledge or procedures; as well as the different processes that the students have to put into play to solve each order that we present to them (in the case that we elaborate a written test). In the same way take into account the regulations issued by the MINED, since it is the one that guides the teachers, referring to the process that must be carried out in order to promote or not to the students.


Keywords: Evaluation, test, organization, competences.

Introducción

Muchos son los autores que han ido definiendo el concepto a lo largo de la historia, la evolución del concepto ha permitido su construcción, integrando los nuevos enfoques o definiciones que a su vez se han ido construyendo a partir de las diferencias, carencias y perspectivas paradigmáticas en ocasiones contrapuestas, conduciendo a la elaboración de concepciones evaluativas diferentes a lo largo de la historia. No es el objetivo del presente hacer una revisión exhaustiva de este proceso, para ello sugiero revisar la reseña realizada por Ramos, Perales y Pérez (2009).  

La evaluación de los aprendizajes escolares, es un aspecto muy importante en el  sistema educativo, los  resultados de las evaluaciones se utilizan para obtener información sobre los estudiantes, programas y también para tomar decisiones importantes que van a afectar la vida de la institución. Por lo tanto es muy importante que estas evaluaciones sean válidas y apropiadas según su propósito. Este curso está dirigido a todos aquellos individuos (profesores, directivos e investigadores) que tienen la responsabilidad de diseñar, adaptar o adoptar diferentes tipos de instrumentos para evaluar el aprendizaje de los estudiantes.

La evaluación de los aprendizajes es un proceso permanente de información y reflexión sobre los aprendizajes, es importante tomar las mejores decisiones como institución en base a la recolección y selección de información sobre los aprendizajes de los alumnos, a través de la interacción con ellos, la aplicación de instrumentos, las situaciones de evaluación, etcétera; interpretación y valoración de los aprendizajes en términos del grado de desarrollo de los criterios de evaluación establecidos en cada área y, por ende, el grado de desarrollo de la competencia. La valoración debe darse en términos cualitativos; toma de decisión, que involucra el establecimiento de un plan de acción que permita al alumno conocer, reforzar y estimular los aprendizajes que debe desarrollar con la ayuda del docente, quien deberá planificar nuevas estrategias de enseñanza-aprendizaje, según las conclusiones a las que se llegue en la evaluación.

Dentro de la educación integral en nuestro país, el objetivo principal de la evaluación del proceso de aprendizaje del alumnado es conocer si ha alcanzado, las capacidades, habilidades, aptitudes, con la finalidad de valorar si dispone de la competencia profesional.

En el proceso de evaluación, se  involucran las dimensiones intelectual, social, afectiva, motriz y axiológica del alumno; comprometiendo a los docentes, directores, estudiantes y padres de familia en el mejoramiento de los aprendizajes, a través de la autoevaluación, coevaluación y heteroevaluación. Toma en cuenta las características del contexto donde se desarrolla el proceso educativo, las particularidades, necesidades, posibilidades e intereses de cada estudiante, así como sus diferentes ritmos y estilos de aprendizaje para la adecuación de las técnicas, instrumentos y procedimientos de evaluación.

Evaluación de los aprendizajes escolares

El sistema de evaluación de los aprendizajes tiene por finalidad contribuir a la mejora de la calidad de los procesos de enseñanza y aprendizaje, la evaluación de los aprendizajes asume que su objeto lo constituyen los criterios e indicadores de cada área curricular, que funcionan como parámetros de referencia para determinar los progresos y dificultades de los educandos. Dichos criterios se constituyen en la unidad de recopilación, registro, análisis y comunicación del proceso evaluativo, dándole así su naturaleza de criterio.

La escuela ha tendido a través de su historia a anclar sus propósitos en la alfabetización inicial, es decir, enseñar las letras para saber combinarlas y formar palabras y luego saber construir oraciones. Pareciera que luego de la alfabetización hubiese que adelantar grandes campañas para formar lectores, como si el lector se constituyera en una fase posterior y no paralelamente. Leer “a medias” es leer desde una dimensión local del texto (leer palabras o frases) y no desde la coherencia global (cfr. van-Dijk, 1982); leer “a medias” es también leer sin una actitud dispuesta hacia la interpelación del texto, hacia su interrogación y su réplica, lo que presupone una incomunicación con el texto.

Qué es ser un lector, pregunta que se planteaba Pedro Salinas (1955), cuando invitaba a distinguir entre el leedor (el que lee a medias) y el lector (el que lee desde una actitud interrogadora y bucea en la profundidad del texto). Ese lector que bucea en la profundidad del texto es el lector crítico, un lector que resulta extraño y díscolo para una sociedad que busca homogenizar a todos sus miembros. El lector crítico dialoga con el texto porque al interpretar actualiza el repertorio cognitivo y experiencial (la Enciclopedia del lector, que llamara Eco) y entreteje relaciones diversas que convergen en puntos de vista, en posicionamientos frente al texto y frente al mundo.

Que tan importante es saber leer, comprender, analizar y reflexionar ya que el aprendizaje de la lectura presupone el aprendizaje de la escritura, si bien los ritmos para el dominio de una y otra no son equivalentes: la escritura como acto productor de conocimiento se caracteriza por la morosidad. Esta morosidad es natural, pues se trata de proyectar el pensamiento en una representación exterior: la escritura, que resulta siendo una representación, (el pensamiento es representación).

La escritura constituye la mejor estrategia para evaluar los grados de apropiación semántica (la lectura) de los textos, dado que no se escribe desde un lugar cero sino desde múltiples y diversos lugares; estos lugares son los textos aprehendidos por los lectores; no de otro modo se puede leer y se puede escribir: desde ciertos lugares (es el repertorio de cada lector).

El origen de la escritura constituye el mejor testimonio de las intenciones pragmáticas de su uso. Puede decirse que la escritura, a través de su historia, ha estado determinada por dos extremos: como forma de poder y como forma de democratización; como forma de poder, porque las leyes están reguladas por la escritura de alguien o de un grupo y porque quien sabe escribir está en condiciones de manipular a otros; como forma de democratización, porque ejercer la escritura y, por supuesto, vivir la lectura, posibilita establecer relaciones intelectuales con alguna igualdad y, por lo tanto, estar en condiciones para la concertación y para reconocer las diferencias ideológicas con los demás; democratización porque la escritura y la lectura presuponen el acceso al saber universal y, con ello, la comprensión de los fenómenos sociales y políticos.

La escritura es un instrumento poderoso en la potenciación del pensamiento, por cuanto implica un razonamiento muy fino y un modo de obrar cauteloso y ponderado con las palabras. Es paradójico, sin embargo, que hoy cuando la educación escolarizada ha arropado a índices amplios de la población, la escritura y la lectura no hayan logrado sus efectos en la formación de un ciudadano crítico y comprometido con un determinado proyecto social.

En la actualidad para quienes trabajamos en el espacio de la educación escolarizada (escuelas y universidades) propiciar el salto hacia la asunción de la escritura,  como una práctica decisiva para la emancipación y para dar sentido a la existencia. Con la lectura, y más con la escritura, se afianza el criterio y se gana en convicción y en argumentación. Pero en la actualidad sabemos que la  escritura abre camino para comprender lo complejo que son los discursos mismos, por cuanto el leer, el leer como producción de sentido, es un acto de escritura, o un acto de representación simbólica en nuestro pensamiento: al leer reconstruimos la escritura que ha suscitado el acto del leer, porque el acto de interpretar es de cierto modo un acto de escritura.

La evaluación de la  lectura  y la escritura para poder  evaluar es necesario esclarecer lo que ha de entenderse por el rol del lector y el rol del escritor, es necesario definir lo que ha de entenderse por evaluación.  Definir la evaluación es un asunto complejo. La evaluación es una condición inherente al pensamiento y a la comunicación, al considerarla como un proceso valorativo (nadie asume una posición neutral respecto a lo que escucha o lee, pues de algún modo comprende desde valoraciones); por eso, la evaluación propicia interacciones; al contrario del examen canónico que pregunta por definiciones unilaterales, la evaluación ha de concebirse en una dimensión polifónica, dialógica, en tanto que en el escenario de la interacción se representan los puntos contrapuestos sobre un determinado saber, las posibilidades y las conjeturas, las comparaciones y las analogías, todo ello posible gracias a las potencialidades de los sujetos.

Desde este ángulo de la evaluación la escritura, aparece como una vía para evaluar los niveles de comprensión de lectura. Más que la estructura del test, necesaria para evaluaciones masivas, la producción escrita del evaluado pone al descubierto las propias lógicas del pensamiento en el modo de recuperar los conocimientos y lo aprendido desde los textos mismos; como lo hemos insinuado, la escritura, cuando funciona como tal, es el lugar donde convergen los textos que han sido transitados por quien escribe.

La escritura permite identificar la apropiación semántica de los textos con los cuales se ha formado quien escribe y posibilita caracterizar los niveles de dominio en el modo de conducir  mensajes relacionados con el uso adecuado de las categorías fundamentales de la lengua escrita, como lo es la concordancia gramatical, el uso pertinente de signos de puntuación y la cohesión entre las proposiciones, la discriminación y el enlace entre los párrafos. Ya que la escritura va relacionada con la  evaluación y la pedagogía de las  aulas.

En el contexto escolar nos enfrentamos con el dilema sobre cómo evaluar la escritura de los estudiantes sin caer en una evaluación generalista o en una evaluación que no rebasa la impresión individual del maestro evaluador. Si hemos de aceptar que la subjetividad es inevitable en los procesos de valoración, esta subjetividad puede ser menor si se tienen unos criterios explícitos y una plantilla, que puede ser conocida incluso por los mismos evaluados. Frente a la masificación de las aulas, la plantilla (planilla le llaman en SERCE) constituye una posibilidad para que los estudiantes de grados superiores evalúen a los de los grados inferiores y con esta labor se evaluaría a la vez a los estudiantes evaluadores.

Todas evaluaciones académicas que buscan ser consistente y coherente con unos principios pedagógicos presupone una estructuración de las categorías (el objeto de la evaluación) y de los niveles de logro (los resultados esperados de la evaluación), apuntando hacia la caracterización de los estados de competencia en que se encuentran los sujetos evaluados; y este punto es fundamental: no se trata de evaluar para recriminar o para excluir sino para ayudarle al evaluado a identificar por dónde van sus procesos y a reflexionar sobre qué necesitaría para ponerse a tono con los demás, o simplemente para avanzar en sus propios procesos.

Entre los años 1998 a 2002, en Bogotá se desarrolló el proyecto “Evaluación Censal de Competencias Básicas”. El proyecto fue liderado por el Grupo de Investigación en Evaluación, de la Universidad Nacional de Colombia; el proyecto se propuso: Elaborar pruebas en las que se integraran áreas básicas, como lenguaje y matemáticas; Asumir la escritura como una práctica inherente a los distintos campos del conocimiento (matemática, ciencias, lenguaje), identificando rejillas específicas para el análisis de la escritura en cada una de las áreas; Hacer públicos los instrumentos luego de su aplicación, con el objeto de usarlos como material pedagógico en el aula;  Desarrollar procesos de acompañamiento in sitú a las instituciones, orientando la formación permanente de los docentes, propiciando condiciones para la investigación cooperativa y buscando otras formas de evaluación, distintas al test, desde las cuales se puedan caracterizar las competencias; Promover la investigación entre los maestros, contrastando los diseños y los resultados de la evaluación interna y externa.

Que tan importante es considerar, comprender, analizar, reflexionar la escritura y la lectura ya que de ello depende que nuestras ideas sean plasmadas de una manera coherente, creativa, analítica, emotiva y además positiva. Ya que actualmente los grandes escritures y los lectores son escaso, porque los alumnos copian y pegan información de interne sin saber si está bien escrito o simplemente si son textos fundamentados, que garantice una investigación de calidad.

Actualmente son pocos los docentes  y alumnos, que tienen una estructura profunda en discursos escritos con anomalías sintácticas revela un compromiso y una actitud pedagógica consecuente con el oficio de ser maestro, el compromiso de ayudar a cualificar, progresivamente, la escritura de los estudiantes compromete a los profesores de todas las áreas curriculares porque se aprende a leer y a escribir según los códigos recurrentes en cada disciplina (en cada área curricular) y no como se cree le competería únicamente al área de lengua.

En "el entorno natural del aprendizaje" se trata de aprender a interpretar los múltiples textos de la cultura en un proceso de interlocución para luego producir otros textos; un interlocutor fundamental, insistamos, es el maestro. Finalmente, es necesario reiterar lo inútil de ofrecer cursos compensatorios para resolver los problemas con la escritura; estos problemas no se resuelven con cursos remediales sino viviendo la escritura desde el interés por un campo y desde la interacción en el seno de una comunidad una comunidad es la que se constituye en un salón de clase.

La evaluación tendría que analizar la escritura (cfr Bajtin, 1982),  esto compromete al profesor como experto en lectura quien puede sugerir los textos fuentes para producir el nuevo texto. El potencial intuitivo, inherente a la formación pedagógica del profesor, es definitivo para saber cuándo el estudiante copia, bajando información de Internet y sin procesarla; en estos casos el problema no es del estudiante, sino del profesor que no lo detiene para explicarle que como tal escritura no es suya no es posible evaluarlo. Considero que esto pasa porque hay maestros que no están comprometidos con su labor docente. Cuando esto ocurre se revela cómo el profesor no es un experto ni en lectura ni en escritura; seguramente se ha equivocado de profesión, porque esta es una condición de todo profesor, sea de física, de química, de matemática, de historia o de filosofía: es idóneo en el acceso a los textos y en el modo de producirlos.

Para asumir la evaluación de la lectura y la escritura desde esta perspectiva se requiere entonces que los maestros vivan y sientan la necesidad de escribir, para lo cual es una condición participar en proyectos, tener medios disponibles para publicar (revistas, periódicos, portales virtuales, edición de libros) y socializar a través de ponencias en congresos y simposios las reflexiones sobre las prácticas o sobre las disciplinas del currículo. De este modo los estudiantes también sentirán esa necesidad y asumirán la escritura no como un deber sino como un deseo.

Que tan importante es darle un enfoque metacognitivo de la evaluación incrementa significativamente la validez ecológica porque puede valorar y retroalimentar continuamente el  método de enseñanza aplicado en función del contexto educativo,  teniendo en cuenta el esquema axiológico de los alumnos y permitiendo el auto-registro del nivel de logros incluso en objetivos no previstos inicialmente.  La identificación tradicional de la evaluación con los exámenes sumativos centrados en el producto final ha hecho que, a veces, se pierda la perspectiva de la evaluación como una parte integrante del mismo proceso educativo; de esta forma se comprueba si hay aprendizaje a partir del producto sin comprobar la auto-elaboración de estrategias metacognitivas y sin tener en cuenta que la evaluación independiente del proceso no existe por si misma sino que depende de dicho proceso evaluativo.

La evaluación de los proyectos curriculares de los centros  precisa de una evaluación previa a su implementación que establezca las necesidades de toda la comunidad educativa.  Es necesario averiguar qué expectativas tienen los alumnos, las familias, los profesores y las propias instituciones. Estas demandas pueden responder, en parte pero de forma significativa para la evaluación de necesidades de los agentes educativos, del medio ecológico de la enseñanza de las instituciones, que exista interacción cultural con la comunidad, para poder transformar el contexto social y educativo, en los sistemas con eficacia de viabilidad.

La evaluación para la educación en los diferentes sistemas deberá ser controlada con fines de calidad, en sus productos sumativos dentro de las aulas, aplicando las competencias de una manera positivista y constructivista en nuestra labor académica. Actualmente la nueva reforma nos marca la utilización de los diferentes modelos educativos para que los alumnos puedan ser evaluados de una manera significativa de forma individual y colaborativo, con materiales curriculares apropiados para los diferentes sistemas.

Las evaluaciones tendrán que ser libres de cátedra, tanto para el maestro como para el alumno, de manera cuantitativa y cualitativa aplicando diferentes tipos de pruebas o con actividades relacionadas a su plan de clase o programa de las diferentes asignaturas. No olvidemos que la educación en nuestro país, las evaluaciones de enseñanza deberán ser con una organización estructurada, formales, semánticas, con lenguaje propio del alumno que permita desarrollarse de una manera integral y significativa para su vida profesional.

Conclusión

La evaluación deberá ser planificada y  efectiva en la enseñanza-aprendizaje, centrada exclusivamente en el alumno de acuerdo a sus habilidades, aptitudes, actitudes, capacidades basadas en competencias de una manera equitativa, motivacional, autónoma y colaborativa, donde los alumnos sean preparados de forma integral.

De acuerdo a los resultados de las evaluaciones las instituciones deberán de tomar estrategias, de retroalimentación, asesorías, psicológicas, sociales y culturales de los diferentes alumnos, hasta poder logar el progreso y los logros de los estudiantes en vez de sus fracasos, y no pasar a las grandes estadísticas de deserción y abandono de estudios (NINIS).

Toda  evaluación deberá promover la motivación en los alumnos y ello en vista que debe servir para el progreso del alumno. En ese sentido es importante no realizar comparaciones a los alumnos con aquellos que han tenido mayor  existo.

Es importante que nosotros como docentes promuévanos  la comprensión de metas y criterios. Ayudando  a los alumnos a saber cómo mejorar. Por tanto se deben usar métodos que fomenten la autonomía del estudiante y que le permitan cierta elección y oportunidades de auto dirección, y que puedan desarrollar sus capacidades en el aprendizaje.

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