Capítulo II: Problemática contemporánea de los problemas socio-psicológicos que se presentan en las relaciones amorosas de los adolescentes

Resumen

En el siguiente capítulo de investigación podemos encontrar parte de la problemática actual que existe sobre el tema de los problemas socio-psicológicos que se presentan o generan dentro de las relaciones sentimentales de los adolescentes; así como un poco de su explicación y sobre todo la violencia (que es el problema social hacia el que está enfocado esta investigación), así como las etapas por las que pasan los adolescentes para consolidar una relación sentimental, que puede ser importante en la transición de la adolescencia, en algunas ocasiones los adolescentes se apresuran a tener una relación, lo que los lleva a problemas, uno de ellos es la violencia que viven en pareja, pues no se conocen lo suficiente. Se debe tomar en cuenta que la mayoría de las personas somos diferentes y los adolescentes no escapan a ello, por lo que, las relaciones de noviazgo varían. Por lo tanto también es importante mencionar algunos de los tipos de noviazgos que son más comunes actualmente y poder identificar sus características y como se pueden generar los problemas socio-psicológicos dentro de estos.


Palabras clave: Socio-psicológicos, relaciones sentimentales, adolescentes, violencia, problema social.

Abstract

In the next chapter of research we can find part of the current problem that exists on the subject of socio-psychological problems that are presented or generated within the sentimental relationships of adolescents; as well as a brief explanation and especially violence (which is the social problem that this research is focused on), as well as the stages that adolescents go through to consolidate a sentimental relationship, which may be important in the transition of adolescence. Sometimes adolescents rush to have a relationship, which leads to problems, one of them is the violence they live with as a couple, because they do not know each other well enough. It must be taken into account that most people are different and adolescents do not escape from it, so, relationships vary. Therefore it is also important to mention some of the types of relationships that are currently more common to be able to identify their characteristics and how they can generate socio-psychological problems within these.


Keywords: Socio-psychological, sentimental relationships, adolescents, violence, social problem.

Problemática actual del noviazgo adolescente

Sin duda una de las etapas más bonitas y disfrutables de la vida del ser humano. Es una relación transitoria entre un hombre y una mujer, la cual les brinda la oportunidad de conocerse más afondo para decidir en un determinado momento pasar a la siguiente fase que es el matrimonio. En el noviazgo se pasa de la mera simpatía o del simple “gustarse” a una nueva relación de mayor conocimiento y que a su vez debe estar inspirada por el espíritu de entrega, de comprensión, de respeto, de delicadeza. Existe muchos tipos de noviazgo, algunos se viven como un juego, otros son más cercanos y profundos. La experiencia demuestra que es mejor que el noviazgo sea breve, entre un año a dos años y medio máximo; más no porque después ya se vuelve una costumbre o se rebasan los límites establecidos, convirtiéndolo en algo ya diferente y no tan satisfactorio como al principio. Pero también muchos adolescentes confunden sentimientos de amistad y amor, queman etapas sin saborear bien lo que es una auténtica amistad y no dan tiempo para que ésta dé frutos. Piensan que porque se entienden bien con su nueva amistad inmediatamente tienen que ser novios.

Lamentablemente la mayoría de los adolescentes no poseen un concepto claro de lo que significa el noviazgo, ya que de acuerdo a la situación real de la sociedad este se toma como algo ligero, un pasatiempo y un entregarme a vivir lo que siento en el momento. Para algunos es una relación que se da a partir de una atracción (que por supuesto debe existir en todo noviazgo) y revolotear de emociones que exigen ser respondidas, pero que no va más allá de esto y en lo cual se fundamenta para dar los argumentos suficientes y establecer así una relación de “noviazgo”. Cabe resaltar que las relaciones de “noviazgo” en los adolescentes es más una ilusión, y un experimentar las primicias de sentimientos de amor de una forma diferente, que un verdadero amor o lo que realmente significaría tener un noviazgo, debido a que para decir que se ama es cuando realmente se tiene una definición clara de lo que significa amar. Sin embargo estudios recientes comentaron que el número de personas que sufren violencia dentro del noviazgo en la adolescencia está en aumento. La Cámara Nacional de la Mujer realizo una encuesta entre jóvenes de 15 a 18 y en esta comentaron 5 de cada 10 que han sufrido violencia en el noviazgo en al menos una de sus relaciones.

El amor en la adolescencia

La mayoría de los adolescentes no poseen un concepto claro de lo que significa el noviazgo, ya que de acuerdo a la situación real de la sociedad este se toma como algo ligero, un pasatiempo y un entregarme a vivir lo que siento en el momento. Para algunos es una relación que se da a partir de una atracción que por supuesto debe existir en todo noviazgo y revolotear de emociones que exigen ser respondidas, pero que no va más allá de esto y en lo cual se fundamenta para dar los argumentos suficientes y establecer así una relación de “noviazgo”. Cabe resaltar que las relaciones de “noviazgo” en los adolescentes es más una ilusión, y un experimentar los sentimientos de amor de una forma diferente, que un verdadero amor o lo que realmente significaría tener un noviazgo, debido a que para decir que se ama es cuando realmente se tiene una definición clara de lo que significa amar.

Amor romántico

El amor romántico surge cuando se combinan la atracción y la intimidad. Muchas relaciones se desarrollan a partir de una atracción inicial un enamoramiento o "amor a primera vista" y luego evolucionan hacia la intimidad. También puede ocurrir que la intimidad de una amistad evolucione hacia la atracción, cuando dos personas se dan cuenta de que su relación no es solo de amigos y que han empezado a sentir un interés romántico mutuo. A una persona que se enamora por primera vez le puede costar detectar la diferencia entre los sentimientos intensos y nuevos de la atracción física y la mayor intimidad que se asocia al hecho de estar enamorado.

Las principales características del amor romántico que se presentan en el adolescente son:

Amor platónico

Es el amor inalcanzable, aquel que por diversas circunstancias no se puede materializar; en él puede haber un elemento sexual que se da de forma mental, imaginativa o ideal y no de forma física. El amar de una manera platónica por lo general se asocia a: Cierta frustración que va unida al mismo tiempo a la esperanza de encontrar a la persona amada en la realidad a través de la fantasía y en la imaginación; Se manifiesta como una necesidad de tener lo ideal sin que sea real; También se manifiesta como una frustración de una realidad no consumada.

Apego y tipos de apego

La conducta de apego tiene la función de hacer sentir a las personas seguras, protegidas, completas, tranquilas, en paz y felices. Además el apego es fácilmente observable y cuantificable ya que el sujeto se vale de todo para lograr y mantener proximidad, contacto y comunicación con sus figuras de apego.

Es decir que las relaciones de apego son los vínculos afectivos que establecemos con otras personas, ya sea amigos, familia, pareja, etc.

Estas relaciones se consideran cruciales para el bienestar de nosotros como personas en nuestro desarrollo emocional y social. Ya que somos considerados como una especie de entes sociales desde el momento en que nacemos, es por ello que el apego va más encaminado hacia  nuestras relaciones interpersonales. El apego afectivo se concibe como un mecanismo pre programado que activa todo una gama de comportamientos, posibilitando una vinculación afectiva intensa, duradera y de carácter singular, que se desarrolla y consolida entre dos personas; por medio de su interacción recíproca y cuyo objetivo más inmediato es la proximidad.

Bowlby (1998) intenta explicarlo mediante su teoría del apego, donde establece que es “la conducta  que reduce la distancia entre las personas u objetos que suministran protección". El primero de tres apegos fuertes que ocurren en la vida es el lazo con los padres, el segundo se daría en la adolescencia, con la búsqueda del segundo objeto que es la pareja, y el tercero sería hacia el hijo o hijos durante la edad adulta.

Los patrones fundamentales son tres:

Pueden ser dos tipos de apego; El apego ambivalente se caracteriza por bajos niveles de confianza en el establecimiento de relaciones afectivas, deseo de mantener proximidad con estas, todo esto acompañado de temor e inseguridad para establecer y mantener relaciones y el Apego evitativo se da cuando se deja de atender constantemente las señales de necesidad de protección, lo que no le permite el desarrollo del sentimiento de confianza que necesita. Se sienten inseguros hacia los demás y esperan ser desplazados sobre la base de las experiencias pasadas de abandono.

Relaciones amorosas durante la adolescencia

Durante la adolescencia, uno de los principales vínculos que se establecen es aquel caracterizado por la atracción física, la necesidad de acompañamiento y la experiencia romántica, nos referimos al noviazgo. A través del noviazgo, se satisfacen necesidades afectivas y sociales; se tiene la oportunidad de desarrollar la preocupación empática y las competencias sociales. Al respecto, Nina (2009) señala que durante la adolescencia las primeras experiencias románticas asumen un rol significativo en el desarrollo de las habilidades para intimar con otros, y es precisamente el noviazgo la oportunidad para ello. En todo tipo de conductas afectivas, el adolescente tiene la necesidad de mantener contacto físico, desarrollar un nivel de intimidad y tener una compañía; de ahí que sea la experiencia idónea para satisfacerla.

Aguirre (1994) puntualiza que para el adolescente, la relación de noviazgo lleva implícita la comunicación, la felicidad y una especie de fecundidad psicológica caracterizada por euforia, entusiasmo hacia la vida y el deseo de juntos madurar; es una forma de vivir el amor. En este sentido, destaca el amor como uno de los elementos fundamentales en las relaciones de noviazgo, dado el involucramiento afectivo existente; para Nina (2009) el amor romántico comprende una serie de pensamientos y emociones en torno a la pareja, satisface una necesidad de empatía, cercanía y solidaridad hacia el otro

Factores para la mala elección de su pareja en las relaciones amorosas

En ocasiones, los adolescentes, sobre todo las chicas, establecen relaciones sentimentales inadecuadas con chicos controladores, dominantes, que ejercen una violencia no necesariamente física, pero sí psicológica, que exigen relaciones cerradas, exclusivas, intentando cortar los lazos con amigas o amigos, incluso con los padres o familiares, erigiéndose en el objetivo de todo el afecto de que es capaz la adolescente. Esta situación conduce al sometimiento en todos los sentidos. Normalmente, la exigencia es progresiva, pero, poco a poco, el círculo se va cerrando sobre todos los aspectos de la vida cotidiana.

Las peticiones se convierten en prohibiciones: “no te vistas así”, “no te pintes”, “no salgas con nadie, solo conmigo”, “has mirado a otro”, etc., estableciéndose una relación de sometimiento asfixiante que puede, incluso, llegar a forzar relaciones sexuales no deseadas. La adolescente tiene sentimientos encontrados; por un lado se siente anulada, un objeto al servicio de la satisfacción y el bienestar de la pareja, pero, sorprendentemente, vive estas exigencias como una muestra de amor, interés y cuidado, y precisamente son estos sentimientos ambivalentes los que la mantienen atada a esta relación, impidiéndole valorar de forma objetiva el maltrato y la violencia que esto supone.

Son las relaciones de los progenitores como pareja y en su papel de padres las que marcan el modelo que los adolescentes van a seguir para organizar sus propias relaciones afectivas. Aunque, en la adolescencia, lo que se percibe de manera más superficial es, justamente, el rechazo de tal modelo. Pero esto no debe confundirnos; los adolescentes son inexpertos y apasionados en el manejo de sus relaciones afectivas y necesitan experimentar, sobre todo en sus primeras relaciones sentimentales. Con el deseo de ser “diferentes” a los padres, sin embargo, reproducen, sin saberlo, el modelo que han vivido en su familia.

El modelo de pareja que los padres ofrecen es el molde en el que los hijos se desarrollan. La forma en la que se tratan el uno al otro, el cariño, el respeto por las características y los deseos de cada uno, la manera que tienen de resolver los conflictos que se dan en el día a día, el modelo interno que el padre y la madre tienen de la relación entre un hombre y una mujer son las características fundamentales que les trasmiten a los hijos.

En otro aspecto, y de forma complementaria, está la relación que establecen con los hijos, la forma en la que se plantean su papel de padres, sus funciones de cuidadores, protectores, fuente de cariño, afecto y autoridad. Características que, indudablemente, tendrán que ir modificando en consonancia con la edad y el desarrollo de los hijos, porque el objetivo final de toda la crianza es conseguir que, llegado el momento, los hijos sean personas maduras, independientes y capaces de resolver sus propios problemas. Saber controlar y controlarse en situaciones difíciles, ser razonablemente felices, dar y recibir cariño y tener unos valores éticos firmes.

El ejercicio de la autoridad con los hijos tiene que ir siempre acompañado del cariño, de la tolerancia por las equivocaciones, del consuelo ante los errores, del apoyo ante los aspectos positivos. El establecimiento de límites que implica la autoridad tiene como objetivo la protección y la progresiva comprensión de la necesidad de autocontrol e independencia. Sin estos aspectos, la autoridad puede convertirse en autoritarismo.

A veces, los miedos que los padres tienen de los posibles peligros del mundo externo llevan a imponer límites demasiado rígidos: prohibiciones para salir, horarios exagerados, controles en las relaciones con amistades, en el vestir, en las aficiones y tiempo libre, etc. Esto puede derivar en una relación de sometimiento contra el que, normalmente, los adolescentes se rebelan pero que, como hemos visto, pueden reproducir en sus relaciones sentimentales fuera de la familia, porque es el modelo de relación de cariño y protección que han vivido.

De igual importancia es la relación de pareja entre los padres. Si lo que hay en primer plano es el autoritarismo del padre sobre la madre o al revés, se produce una situación en la que uno de los miembros de la pareja se dedica a cubrir los deseos y satisfacciones del otro, lo que conduce al olvido de sí mismo y a la anulación como persona de las propias necesidades. Únicamente ofreciéndose totalmente a lo que el otro miembro de la pareja necesita se encuentra el bienestar propio, la identidad como sujeto, pero, indudablemente, se acompaña de una insatisfacción y un sufrimiento muy alto y de una pérdida de independencia.

Las relaciones de pareja de los padres y de ellos con los hijos son vitales para conformar el modelo de identidad y de relaciones afectivas en la vida adulta. Inciden sobre la idea que cada uno tiene de sí mismo, como hombre o mujer, de las capacidades que se pueden desarrollar, de las fortalezas o debilidades que se tienen y cómo se pueden instrumentalizar, de los valores éticos que dirigen la conducta consigo mismo y con los otros.

En general, este tipo de conductas y reacciones son transitorias, y lo más apropiado es tener paciencia y comprender que es el preámbulo de la entrada en la vida adulta. Los adolescentes necesitan este tipo de controversias y conductas de rebeldía para acceder a una identidad más madura. Quieren ser “ellos mismos”, es decir, “diferentes” a sus padres, de los que rechazan lo que piensan que es “negativo”, por tanto, actúan en la mayoría de las ocasiones de forma totalmente opuesta a lo que se les pide o espera de ellos.

Etapas de las relaciones amorosas

Antes de que comience algún tipo de relación, lo primero que pasa es el flechazo. Ves por primera vez a alguien y sientes mariposas en el estómago y crees que cupito te acaba de clavar una de sus flechas en el corazón. En realidad, no es "amor a primera vista", porque el amor es algo que se construye constantemente, es "atracción a primera vista", bien dicen que de los ojos nace el amor. Una vez que hubo coqueteo, pláticas, salidas o una relación previa (como ser conocidos o amigos), entonces llega el momento en que empiezan a andar. Esto no se da mágicamente. Es un mutuo acuerdo y una decisión que ambos toman de querer comprometerse y tener una relación de novios.

Etapa 1. Enamoramiento. Va de mes 1 hasta los 3 meses. Siempre hemos escuchado que los primeros meses son lo más padre y lo más romántico de la relación, donde todo es color de rosa y felicidad máxima. ¡Es verdad! Tu relación es muy nueva, hay muchísima atracción entre ustedes y en automático ves todo lo bueno de tu galán y dejas pasar los aspectos negativos. Durante esta etapa, las endorfinas invaden el cerebro y tenemos sensaciones súper intensas. (Por eso creemos que ya lo amamos después de un mes). Normalmente quieren estar todo el tiempo juntos (literal todo), hacer todo juntos y casi no hay peleas porque uno busca complacer al otro o porque simplemente tienes miedo de que vaya a afectar tu relación.

Etapa 2: Conocimiento. Va de mes 3 hasta los 6 meses. En esta etapa comienzas a conocer más a tu galán. Platican por horas en las madrugadas y las cosas se vuelven un poco más cursis. Normalmente aquí salen los apodos y también puede haber una que otra muy pequeña discusión porque se van dando cuenta de qué les gusta y qué no.

Etapa 3: Acoplamiento. Va de los 6 meses hasta 1 año y medio. Esta etapa es la más difícil pero también la más bonita. Aquí es cuando las peleas empiezan, pero no tiene que haber peleas en todas las relaciones, pero son muy comunes porque empiezan a conocerse mejor y adaptarse el uno al otro. Muchas parejas no pasan esta etapa porque es una racha de pleito constante y también porque para acoplarse, hay cosas en las que tendrá que ceder uno y hay cosas en las que tendrá que ceder el otro; y muchas veces no estamos dispuestos a ceder. La clave para superar esta etapa es la comunicación. Habla todo lo que sientes y dile las cosas claras y directas.

Etapa 4: Estabilidad. Desde 1 año, hasta 2 años y medio. En esta etapa los problemas se resuelven hablando y ya no les dan la misma importancia que antes. Esta etapa es bonita porque es cuando realmente se siente feliz y ya la relación es un poco más seria. Se darán cuenta que están conectados y que ya no preguntan qué plan los fines porque ya saben que pelis en tu casa es el plan perfecto.

Etapa 5: Reafirmación. (Puede sentirse desde el segundo año y su duración varía). Es cuando empiezan a compararse con otras parejas y llegan a la cabeza del adolescente preguntas sobre su futuro, aquí es donde podrían surgir las dudas sobre infidelidades y podrían llegar a cuestionar tu amor.

Etapa 6: Amor. Si pasaron por todas las etapas anteriores, es probable que duren mucho más. Aquí es cuando los planes y las visiones a futuro comienzan a verse más reales. Se conocen a la perfección, tienen un idioma de gestos y señas que solamente los dos entienden, miles y millones de chistes locales y se disfrutan al 100%. En esta etapa se siente otra vez un poco como en la etapa 1, donde se está feliz y plena.

Elección de una pareja

La elección de pareja está dad según el mapa interno individual (Estrada, 1990), se ve guiada inconscientemente y por eso es que las posibilidades de elección se ven limitadas. La elección de pareja también está orientada por la familia de origen. Lo que importa es el estilo de relación interpersonal que se establece.

En lo profundo las relaciones interpersonales dependen mucho de la adecuada relación que se establece con las personas queridas de la infancia. Los patrones fundamentales madre-hijo, padre-hijo y entre hermanos son los prototipos con los cuales se miden inconscientemente los encuentros posteriores que son en buena medida recapitulaciones de la dinámica, las tensiones y las gratificaciones que tuvieron lugar dentro de la familia de origen.

Tipos de noviazgos

Cada nueva relación es una puerta abierta a diferentes posibilidades, y cada noviazgo que puedes entablar te enseña nuevas cosas para ser cada vez un mejor novio. Por eso, debes saber algunos parámetros para entender algunos tipos de noviazgo que podemos tener. Las relaciones tóxicas son esas que parecen perfectas para quien lo ve de afuera y puede que no tengan nada de malo en verdad, pero que tú odias y quieres dejar, te sientes frustrado y enojado y no saber por qué. Y sin duda alguna, dentro de las relaciones desastrosas bastante común también, están las relaciones trofeo, esas en las que uno está con el otro para sacar algún tipo de provecho dinero, o porque es una mujer bonita.

Comportamientos durante los noviazgos adolescentes

El noviazgo, como toda relación amorosa, se forma por dos personas que están viviendo una situación muy especial de atraccióny enamoramiento; y como es de esperar, estas personas se comportan de diversas maneras según puedan o sepan expresar lo que están sintiendo. Los comportamientos que podemos observar en un noviazgo son:

Termino de un noviazgo en la adolescencia

Las parejas pasan por crisis, por enfrentamientos, por situaciones complicadas; momentos de insatisfacción; donde el dolor y el sentimiento de abandono es frecuente. En algunas parejas de adolescentes, la relación puede concluir cuando las cosas que eran importantes para ambos miembros de la pareja van cambiando a medida de que ambos van madurando. O tal vez cada persona espere cosas diferentes de la relación. A veces los dos miembros de la pareja se dan cuenta de que la relación ha llegado a su fin, pero otras veces esto es algo que solo siente una persona.

Monogamia sucesiva

Es frecuente oír que durante la adolescencia es muy habitual la promiscuidad. Y muchos padres y madres de adolescentes observan con preocupación que sus hijos e hijas parecen cambiar de novio o novia continuamente. Es lo que los expertos llaman monogamia sucesiva, una forma de relación amorosa que es muy habitual durante la adolescencia.

La monogamia sucesiva es el cambio frecuente de pareja. Las personas que practican este tipo de relación se embarcan en una aventura amorosa que no dura mucho pero durante la que son fieles. Eso sí en cuanto se produce la ruptura, comienza una nueva relación. Y este tipo de comportamiento es muy frecuente durante la adolescencia. Es una etapa de experimentación. Una de las características más claras de la adolescencia es que se trata de una etapa en la que prima la experimentación. Las chicas y los chicos a esa edad están construyendo su propia identidad y descubriendo cómo es el mundo. En ese descubrimiento y esa construcción necesitan experimentar, probar, ensayar todo lo que tiene que ver con su vida. Y entre esas pruebas también se incluye la búsqueda de pareja.

Están en pleno desarrollo sexual. Sobre todo en la primera etapa de la adolescencia, chicas y chicos viven su despertar sexual. Eso provoca que tengan emociones y sentimientos nuevos y el descubrimiento del deseo sexual. También aparece por primera vez en sus vidas la relación romántica, el amor. Todo ello hace que sus relaciones de pareja sean más sexuales, están más basadas en el deseo que en un interés más profundo por el otro. Esto segundo suele llegar sobre los veinte años, cuando los adolescentes han madurado. Los propios cambios de esta etapa. La vida de los adolescentes está en continua transformación y eso afecta a sus relaciones amorosas. Es muy frecuente que sus aficiones, sus intereses y hasta sus ideas y opiniones cambien y eso influye mucho en las relaciones de pareja. No es raro que en una pareja que comenzó teniendo gustos comunes las cosas se transformen en poco tiempo y eso los distancie. La falta de madurez propia de la adolescencia haca más frecuente que a los chicos y chicas de esta edad, también en la primera etapa de la adolescencia, les cueste más mantener el compromiso que es una de las características clave para el mantenimiento de la pareja.

Trastorno de la personalidad por necesidades emocionales

La dependencia emocional es la necesidad afectiva descomunal que una persona siente hacia otra en sus diferentes relaciones de pareja. Así como la dependencia del “trastorno de la personalidad por dependencia” era de tipo práctico o instrumental, para desenvolverse en la vida, en la patología que ahora nos ocupa la necesidad es puramente afectiva, es decir, por un amor mal entendido en forma de obsesión.

Las personas con trastorno de la personalidad por necesidades emocionales acostumbran a tener una relación de pareja tras otra con algún periodo en soledad, porque no siempre resulta tan fácil saltar de una relación a otra, suponiendo que exista ruptura, algo que, generalmente, estará propiciado por el compañero o compañera del dependiente. Se enganchan de tal manera al otro que por muy mal que éste se porte, permanecerán en la relación llevados por su miedo a la ruptura y a la soledad.

Lo malo es que el perfil que les gusta como pareja es el de personas engreídas, narcisistas y presuntuosas a las que puedan idealizar, o el de personas conflictivas, con problemas y centradas en sí mismas a las que idealizan de la misma manera que “salvan” de sus calamidades, sin darse cuenta de que están profundamente enganchados a estas personas.

En caso de ruptura, como hemos dicho, saltan a otra relación lo más rápido que puede, pasando la nueva pareja a ser la persona importante, mientras que la anterior ocupa el papel de “rey destronado”. Los dependientes emocionales hacen girar su vida en torno a otra persona, en medio de relaciones profundamente desequilibradas en las que asumen el papel subordinado, de satélite que gira alrededor de su compañero o compañera.

Obedecen de muchas maneras a sus miedos, que son, como hemos dicho, a la ruptura y a la soledad. Para evitar la ruptura hacen lo que sea, incluso aceptar infidelidades o malos tratos, por ejemplo. Para evitar la soledad buscan otra pareja o llaman continuamente a amigos u otras personas con cualquier pretexto.

El desánimo ocupa también un lugar predominante en la vida de las personas aquejadas de trastorno de la personalidad por necesidades emocionales; de hecho, dichas necesidades indican un serio déficit de autoestima, una mala relación de esas personas consigo mismas que abona el terreno del desánimo y de la compensación del sufrimiento que supone el enganche a las parejas y su idealización correspondiente.

Una tendencia persistente a las relaciones de pareja caracterizadas por el desequilibrio entre ambos miembros, la necesidad afectiva claramente excesiva hacia la otra persona y el sometimiento inapropiado hacia ella, que empieza al principio de la edad adulta y se da en diversos contextos, como lo indican cinco (o más) de los siguientes ítems:

1. Búsqueda constante de relaciones de pareja, planteándose la vida siempre al lado de alguien.

2. Necesidad excesiva de la pareja, que deriva en contactos muy frecuentes y a veces inapropiados, y que no se debe a dificultades cotidianas, toma de decisiones o asunción de responsabilidades.

3. Elección frecuente de parejas egoístas, presuntuosas y hostiles, a las que se idealiza con sobrevaloraciones constantes de sus cualidades o de su persona en general.

4. Subordinación a la pareja como medio de congraciarse con ella, que facilita el desequilibrio entre ambos miembros de la relación.

5. Prioridad de la relación de pareja sobre cualquier otra cosa, que puede ocasionar una desatención prolongada de aspectos importantes del sujeto como su familia, su trabajo o sus propias necesidades.

6. Miedo atroz a la ruptura de la pareja aunque la relación sea desastrosa, con intentos frenéticos de reanudarla si finalmente se rompe.

7. Autoestima muy baja, con menosprecio de las cualidades personales o minusvaloración global del sujeto como persona.

8. Miedo e intolerancia a la soledad.

9. Necesidad excesiva de agradar a las personas, con preocupaciones continúas sobre la propia apariencia física o sobre la impresión que ha generado en ellas.

Violencia en el noviazgo

La violencia en el noviazgo tiene diferentes formas, según los Centros para el Control de Enfermedades. La violencia física incluye empujones, patadas, golpes y otros actos físicos agresivos. El abuso emocional incluye abuso verbal, avergonzar intencionalmente, aislar y deshonrar a la pareja. El abuso sexual consiste en forzar a alguien a participar en un acto sexual en contra de su voluntad. Cada año, el 10% de los estudiantes en EE.UU. reportan que la pareja los ha abusado, física, emocional o sexualmente en los últimos 12 meses, de acuerdo con CDC. El CDC recomienda educar a los adolescentes sobre los peligros de la violencia adolescente durante el noviazgo haciéndolos participar en los programas de prevención, como el programa Citas Seguras en las escuelas. Para obtener ayuda y asesoramiento, los adolescentes víctimas pueden contactarse con la violencia nacional domestica por teléfono.

Si la pareja agredida en la época de la adolescencia empieza a ver estos problemas de una forma temprana y le da la importancia que tiene y no lo deja pasar es bastante probable que se pueda solucionar todo de forma positiva y evitar problemas mayores en el futuro. Hay que estar muy atentos en la época del noviazgo por si acaso aparecen evidencias de que pueda haber un problema de violencia de género más adelante una vez que se haya casado la pareja. A pesar de lo que podamos pensar la realidad es que este problema de la violencia de género se da en todas las razas, géneros, clases sociales y edades en todos los países de tal forma que no podemos acotarlo, puede sucederle a cualquiera.

El término de violencia en las relaciones de pareja adolescentes o violencia en relaciones de noviazgo es el que se está usando a la hora de estudiar este problema específico dentro de lo que es la temática de la violencia de género. La definición que se ha dado para este problema y que parece más acertada es la de aquellas conductas que implican agresiones físicas, psicológicas o sexuales entre los miembros de una pareja en el noviazgo.

Parece que no hay gran cantidad de estudios que se dediquen exclusivamente al problema de la violencia de género en adolescentes y muchos de los que hoy tratan de explicarlo desde teorías de la agresividad acercándose al problema desde la misma perspectiva que en el caso de los adultos.

Entre las teorías más conocidas podemos destacar en primer lugar la Teoría del apego. Esta teoría da una gran importancia a la clase de relación establecida y desarrollada en la edad temprana con el padre y la madre que son en definitiva las principales figuras de apego. Esta relación definirá y explicará nuestras relaciones futuras según esta teoría. Para concluir de forma sencilla con esta teoría de los apegos podemos decir que aquellas personas que sufrieron malos tratos por parte de sus padres en la infancia pueden desarrollar más fácilmente este problema de la violencia de género en la adolescencia.

Por otro lado la teoría del Aprendizaje Social se centra más en la imitación de las conductas que se observan en las personas que rodean al niño desde la infancia. De esta forma un entorno en que la agresividad es habitual acaba siendo imitado en edades más avanzadas como la adolescencia creando episodios de violencia de género.

La violencia en el noviazgo ocurre en una relación amorosa cuando una de las personas abusa física, emocionalmente o sexualmente para dominar y mantener el control sobre la otra. De acuerdo a la Encuesta sobre Violencia en el Noviazgo (ENVIN 2007), 76% de los jóvenes mexicanos entre los 15 y 24 años sufrió episodios de violencia al menos una vez en el noviazgo. Sobre los motivos que ocasionan el enojo con la pareja, 41% de los hombres respondió que se molesta por celos; 25.7% porque su pareja tiene muchos amigos y 23.1% señala que su pareja se enoja de todo sin razón aparente. En tanto, 46% de las mujeres dijo que se molesta porque siente celos, 42.5% porque su pareja queda en algo y no lo hace y 35% porque considera que es engañada.

Datos recientes sobre violencia arrojaban sobra la mesa datos tan alarmantes como que siete de cada diez jóvenes sufre violencia en su relación de noviazgo (un 76% de violencia psicológica, 16.5% de violencia sexual y 15% de violencia física). En cuanto a la violencia en la familia, sólo el 34%de las mayores de 15 años no atestiguaron violencia física entre sus padres. El 66% restante ha vivido al menos una de las formas de violencia.

Violencia física-sexual1

Los adolescentes en las relaciones de noviazgo identificaron y condenaron la violencia física, pero 40 por ciento de los varones consideró "normal" forzar a sus compañeras a tener relaciones sexuales, determinó un estudio que analizó los vínculos afectivos entre personas de 15 a 20 años.  El 80% de las chicas reconocen y rechazan la  violencia sexual y en los varones ese porcentaje es sólo del 38, uno de los datos significativos que nos muestra que la igualdad de géneros está pendiente en las relaciones afectivas de las nuevas generaciones.

La ONG junto al Instituto Abierto para el Desarrollo y Estudio de Políticas Públicas realizó la investigación “Jóvenes, las relaciones de pareja y malos tratos en el noviazgo”, en base a encuestas online y talleres con 472 jóvenes, varones y mujeres de entre 15 y 20 años, de Ciudad de Buenos Aires, el conurbano bonaerense, Tucumán, Córdoba y Entre Ríos. El documento reveló que a estas edades las mujeres "son quienes, sin ninguna duda, viven situaciones de relaciones sexuales forzadas o no consentidas con sus parejas estables u ocasionales" y que "la transgresión de las chicas a las expectativas de género es mucho más condenada que la de los varones".

Surgimiento de problemas psicológicos

En la adolescencia las relaciones familiares y las relaciones con los amigos sufren transformaciones. Una de dichas transformaciones se centra en la consolidación de las relaciones de tipo romántico, en las cuales se introducen nuevos elementos como la intimidad y la sexualidad y se mantienen otros como el cuidado, la protección y la responsabilidad. Es por esto que algunos autores han planteado que durante la adolescencia y la adultez las parejas románticas pueden ser concebidas como figuras de apego y que dos de los componentes fundamentales de estas relaciones es precisamente el cuidado y la protección. Estas relaciones también son importantes en la socialización, la formación de la intimidad y la identidad. Otra de las características de los adolescentes es que  sus relaciones amorosas son cortas, los adolescentes suelen ver a las relaciones románticas como un factor de estatus, sin embargo, al comprender que satisface necesidades emocionales y no tanto sexuales,  en ocasiones suelen prolongarlas  (Papalia , Wendoks y Duskin , 2009).

Un punto de gran importancia en esta etapa de la vida se pasa de ser un receptor de cuidado y atención por parte de los padres a poseer el potencial de brindar este cuidado a otros. Esto nos permite ver cómo, los adolescentes buscan compañía, aprecio y aceptación, sin embargo, puede ocurrir el apego y comienzan a tener fantasías que pueden producir lapsos de depresión y enojo que frustran la confianza del adolescente y lo hacen aislarse. La dependencia en las relaciones románticas produce daños físicos y emocionales, estas personas creen que amar es poseer u ofrecerle todo, justificando las conductas de la pareja de manera idealizada y suelen tener celos irreales ante la ansiedad de perderle (Franco, Sánchez ,2005).

El hecho de involucrase en relaciones románticas provee a los adolescentes de contextos en los cuales la sexualidad y la intimidad son abordadas convirtiéndose en un punto central para el desarrollo de la identidad del adolescente. La adolescencia es en general una etapa de transformaciones, uno de los cambios que se presentan es el que se da en la jerarquía de las relaciones afectivas, pues aparte de los padres, entran a jugar un papel importante los grupos de pares y por otro lado se incursionan en las relaciones románticas.

Los celos

Los celos son una emoción que manifiesta la ansiedad ante la posible pérdida de una figura de apego. Según la teoría de J. Bowlby, el apego es la seguridad afectiva o psicológica con la que las personas, en este caso bebés, se relacionan con su vínculo primario. Según esta teoría, una persona a lo largo de toda su vida siente celos cuando supone que está en peligro la relación con aquellos a quienes ama profundamente.

Los celos normales son aquellos donde el sujeto es capaz de “echar mano” a sus objetos internos para que se le haga más tolerable la espera o la separación de sus objetos de amor. Según Bowlby, aquellos bebés que han sido cuidados por madres afectuosas y preocupadas desarrollarán este apego seguro, que les permitirá estar en calma o reaccionar de mejor manera ante la pérdida momentánea o definitiva de un objeto de amor.

En la época adolescente los celos se desplazan hacia los amigos y las primeras relaciones sentimentales. Los cambios hormonales y psicológicos que acontecen a esta edad hacen que todos los sentimientos sean vividos con gran intensidad y sufrimiento. Por ello un adolescente celoso, puede vivir con gran intensidad esta emoción y transformarla a una situación patológica que le marcará en sus relaciones sentimentales adultas.

Lo importante es que a lo largo de todo el proceso de desarrollo los padres enseñen a sus hijos a que la persona amada no es un objeto exclusivo de pertenencia, que tiene intereses propios y libertades individuales y que esto no implica un engaño o una traición. De esta manera se conducirá a que los incómodos celos aparezcan de manera normal y no invadan la psiquis del sujeto como una emoción incontrolable.

A medida que se va creciendo es importante que los sujetos aceptemos los celos como un sentimiento natural e inevitable que no es necesario reprimir ni negar. Esto sólo se logra con un trabajo familiar que respalde esta emoción, la expresión justa de sus celos dándoles de esa forma el encause más satisfactorio para la formación de sus hijos. En el adolescente, un mal manejo de la emoción, hace que este se cierre y no sea capaz de hablar de lo que le pasa. Esta forma inadecuada de expresar los celos puede llevar a dejarse de hablar con un amigo o con la pareja, sin que estas personas se enteren realmente de sus verdaderos sentimientos ni puedan ayudarle a sentirse mejor.

Dependencia patológica

Sucede cuando uno es dependiente y el otro miembro no satisface las necesidades de la pareja y existe insatisfacción y frustración. El que es dependiente se enoja, se incomoda y se frustra ante la sensación de no ser autosuficiente y como sus necesidades son apremiantes, requieren que el otro esté presente exactamente en el momento que se le necesita. No hay tolerancia ni a la demora ni a la frustración.

Frente a la posibilidad de perder a la pareja se angustian y se vuelven exigentes y demandantes. Pueden utilizar la agresión finamente. En su dependencia se mezcla el enojo. Necesitan ayuda hasta para tomar decisiones sencillas. Su pareja reacciona con paternalismo, deseos de protección, agresión frente a la dependencia y ambivalencia. Además pueden sentirse aburridos e impacientes.

La simbiosis normal es una fuente de satisfacciones que dan seguridad y sentimientos de ser amado. La simbiosis hostil es una relación disfuncional en donde predominan los sentimientos de abandono, descuido, desconfianza y hostilidad. Hay incapacidad para cuidar al otro, para empatizar con él. Hay un desequilibrio emocional en la pareja. Predomina la insatisfacción constante. No se sienten apaciguados con el otro. Una relación de pareja que se realiza sin amor puede transformarse en una relación de rencor. La pareja es vista como enemigo pues se proyectan los elementos agresivos propios y los vividos (real o fantasía) en la relación temprana con los padres. Se elige al otro por lo que frustra, desagrada y produce insatisfacción. Se vive la sensación de ser atacado por la pareja. Se declara la guerra, se hostiliza al otro para minar su autoestima y su confianza en sí mismo.

Los adolescentes con rasgos paranoides establecen este tipo de relaciones. Siempre registran los signos de rechazo, por mínimos que sean. Predominan la desconfianza y la hostilidad; se enojan con facilidad y responden con exageración ante cualquier estímulo, son sarcásticos y no perdonan con facilidad. Creen que su novio (a) quiere hacerles daño y causan enfado, desesperación y temor en su novio. El eje dominio-sumisión gobierna sus vidas y ven al otro como un controlador potencial por lo cual hacen una formación reactiva. El control va a querer saber qué hace el otro, con quién, a dónde, etc. hasta sus últimos pensamientos. Aíslan sus emociones, no hacen contacto emocional; son rígidos y constreñidos, insatisfechos, dudan compulsivamente. Aunque también son leales, cooperativos, bien arreglados y alineados. Causan fastidio y aburrimiento.

La codependencia es una forma inconsciente del proceder conductual que favorece la persistencia de un trastorno. Opera en las adicciones y el alcoholismo o enfermedades crónicas. El codependiente se considera poco valioso. Su conducta gira alrededor de un padre o madre enfermo. En su familia cada uno actuaba en función de la necesidad de mantener un equilibrio familiar enfermo. El codependiente quiere agradar, cuidar, proteger, controlar al enfermo para no enfrentar su propio conflicto. Tiene la necesidad obsesiva de controlar la conducta, sentimientos y forma de pensar del otro. Vigilan a su pareja de manera obsesiva. Adoptan el papel de víctimas, se sacrifican por el otro. Son manipuladores. Demoran su autosatisfacción indefinidamente. Su conducta es pseudoprotectora pues le impiden al otro crecer. Se quejan de desatención. No ayuda al otro ni a sí mismo. Gastan su energía en emociones como el enojo, frustración, amargura, miedo, tristeza, desesperación y culpa.

Parejas competitivas y celosas

Las personas competitivas interpretan la vida como un juego de ganar o perder. Quieren triunfar para no sentirse humillados aunque sea por encima de su novio (a). Si se sienten derrotados se vuelven agresivos, destructivos y castrantes. Pueden echar a pelear a otros para ellos ganar. En el fondo anhelan llevarse bien con los demás y entenderlos pero no lo logran. 

Los celos evidencian conflictos no resueltos en el individuo y en la forma de relación de pareja. Los celos son el temor a que el afecto depositado en la pareja mude y se deposite en otro, que nos cambien y dejen por otro. No es igual que la envidia. El celoso es seductor, manipulador, simpático. En los celos patológicos se desea aislar al novio(a) para apropiarse de él (ella) y poseerlo con exclusividad. La infidelidad es propiciada por el individuo celoso.

El celoso deja crecer la duda silenciosa, la sospecha de que su pareja puede querer más a otro que a él. Teme que le fallen, lo dejen de querer, lo cambien. Busca rivales más atractivos y se compara como defensa a su núcleo homosexual. Detrás de los celos hay temor a la intimidad y a la dependencia en la relación. Los celos son la señal de angustia, puede ser frente al temor a perder el amor del ser querido. Hay celos orales (por la dependencia) anales (por el control), fálicos (porque el supuesto rival es mejor). Frente a la idea del engaño, la personalidad se desorganiza y se gesta el deseo de venganza y destrucción.

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[a] Escuela Preparatoria No. 3 UAEH, ORCID es 0000-0002-7010-5778, cccorzar@gmail.com

[b] Escuela Preparatoria No. 3 UAEH, cccorzar@gmail.com