Es una rama de la ingeniería que busca mediante la planeación, el control y métodos, optimizar los recursos de un sistema de producción o de servicios para reducir costos sin dejar a un lado la calidad en el proceso y en el producto final, con ello lograr la mejora continua.
La ingeniería Industrial es de gran importancia para una industria, ya que todo departamento cuenta con recursos que se pueden optimizar, por lo que esta se puede desarrollar en cualquier área o sector y así garantizar la productividad de la empresa.
En los años cincuenta que comprende el último cuarto del siglo XVIII y el primero del XIX ocurrieron muchos acontecimientos que hicieron posibles importantes cambios en la sociedad. Con el descubrimiento de la máquina de vapor de Watt, la instalación de una empresa industrial no estuvo restringido a las orillas de los ríos y de las corrientes de agua. El transporte rápido por tierra y por agua se hizo posible. La idea de Eli Whitney del uso de piezas intercambiables facilitó el rápido avance de la fabricación, los inventos y la precisión de la maquinaria de la industria textil acrecentaron notablemente el desarrollo industrial.
Gradualmente, durante el siglo XIX la producción familiar para atender a las necesidades vitales fue reemplazada por la producción en factorías. La especialización del trabajo fue una poderosa herramienta de la industrialización. La demanda de material ferroviario y agrícola estimuló a la industria siderúrgica y a otras empresas manufactureras. A medida que avanzaba el siglo, la velocidad de la revolución industrial aumentaba y las técnicas de dirección de las factorías mejoraban.
Al principio del siglo XX, el sistema de fábricas se había convertido en una cosa natural y habitual. Nuestra población tendió a depender más y más de los salarios como medio de vida y de los productos creados en las fábricas.
Durante la última fase de la revolución industrial caracterizada por la urbanización de la población y el desarrollo de los sindicatos obreros, pocos directivos se interesaron de cerca de los problemas de la producción y de sus obreros. Y unos pocos de esos investigadores fueron lo suficientemente inteligentes y capaces para dejar registrados los resultados de su trabajo, para las generaciones futuras.
En el campo de la ingeniería Industrial ha habido personajes preponderantes: Frederick W. Taylor y Frank B. Gilbreth.
Estudio de tiempos, diseño de métodos de trabajo y selección y formación del personal, fueron las áreas en la que Frederick W. Taylor hizo sus mayores contribuciones. Taylor nació en Filadelfia en 1856. Se graduó como ingeniero mecánico. Al principio de su experiencia industrial se había dado cuenta de que se aplicaba en tanto por pieza, es decir, que los trabajadores eran remunerados en proporción a las piezas que producían. Pero las tarifas estaban basadas en datos históricos y eran casi siempre fijadas por debajo de la capacitación individual. Raramente se le exigía a un obrero trabajar tan rápidamente como le era posible, aunque se le exigía trabajar muchas más horas de las que estamos acostumbrados actualmente.
Taylor también noto que la elección del método de trabajo se dejaba enteramente en las manos de los obreros. Los directivos aceptaban entonces esta forma de trabajar. Ninguno estaba preocupado por estas condiciones; no habían experimentado otra manera de dirección.
Los principios que Taylor dedujo son estos: Una dirección efectiva debe (1) desarrollar una técnica para cada elemento del trabajo de un operario; (2) seleccionar y enseñar científicamente a los obreros; (3) establecer una amigable cooperación con ellos; (4) asumir las responsabilidad en las materias de dirección.
Frederick Taylor estaba interesado en todo aquello que afectaba a cualquier trabajo de producción: en la positiva investigación y desarrollo de una “ciencia” de cada trabajo. Pero fueron los Gilbreth los que pusieron “bajo el microscopio” los movimientos de los operarios.
Frank Gilbreth nació en 1868 sus primeras aportaciones fueron a la edad de 17 años cuando empezó a trabajar como aprendiz de albañil en la construcción. Al observar cuantos movimientos hacían los albañiles al colocar ladrillos resultaban implemento técnicas para reducirlos, los resultados de Gilbreth condujeron a casi triplicar la capacidad de un albañil: de 120 ladrillos por hora se pasó a 350.
Más adelante junto con su esposa Lillian, una psicóloga desarrollo investigaciones técnicas altamente efectivas sobre estudio de movimientos. Una de las técnicas empleadas por Gilbreth, fue fotografiar a los operarios en el desempeño de su trabajo. Pero incluso la fotografía presentaba sus problemas en aquella época. Gilbreth no podía fotografiar una operación a 1.000 imágenes por minuto y después contar cuantas imágenes eran necesarias para realizar un movimiento. Como era muy importante conocer el tiempo de los movimientos para determinar cuáles debían ser eliminados o cambiados, Gilbreth desarrollo un micronómetro.
Una segunda técnica utilizada por los Gilbreth en el estudio de movimientos fue la fijación de una luz en la mano del operario. Fotografiando el movimiento con largas exposiciones, se podía observar luego en la foto el recorrido del movimiento completo.
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[a] Alumna de la Escuela Superior Tepeji Correo electrónico: violet521@hotmail.com