El patrimonio intangible mexicano

Resumen

Miles de años de civilización han pasado desde el establecimiento del hombre por primera vez en territorio mesoamericano, su origen parece ser de dos tendencias especificas en cuanto a los rasgos étnicos: unos de corte oriental con ojos rasgados, mancha mongólica , ritos y organización social parecida a lo largo de donde se presentan, probablemente de origen euroasiático que cruzaron por el estrecho de Bering, otros el grupo de gruesos labios y de pelo rizado y frente más ancha los que se presentan en las zonas más cercanas al ecuador, de un probable origen étnico de la parte sur oriental de lo que ahora es Oceanía y que llegaron a América por el océano Pacifico a través de piraguas muy grandes y de navegación de isla en isla., Fueron diversas las culturas que habitaron en el territorio mexicano desde la zona del altiplano central, el Pacifico sur, toda la zona de la península de Yucatán, el actual estado de Chiapas y la Republica de Guatemala, Honduras y Parte de El salvador.
Dentro de este pasado indígena que aún está vivo, del que se dice le pertenece a la nación mexicana la libre administración de sus tierras y la garantía del respeto de las mismas, sus ritos o lugares de peregrinación ya que en el caso de los indígenas Huatlecos, de Huatla de Jiménez Oaxaca y por la construcción de la presa Miguel Alemán en 1947, miles de Huatlecos perdieron muchos de sus lugares sagrados y de vivienda en las profundidades de la presa, de una fase de la luna a otra vieron cómo se creaba una laguna donde antes era su territorio sagrado, o el caso de los Wixarikas , Huachichiles y Raramuris, que enfrentan la destrucción de la zona sagrada de Wirikuta hogar del bisabuelo cola de venado, Tamatz Kauyumari, el sagrado hikuli y el lugar donde nació el sol y que se ve amenazado por el hambre de las compañías mineras canadienses, se considera su concepción con el mundo , su cosmovisión y desarrollo como parte de este patrimonio intangible, también sus representaciones pictóricas y artesanales aun cuando ahora se cuestione si este tipo de representaciones de la cultura, mal llamada cultura popular, caben dentro del criterio de Patrimonio Intangible de la sociedad mexicana.


Palabras clave: patrimonio intangible, transformación, cultura

Abstract

Thousands years of civilization have passed since the establishment of the first man in Mesoamerica, its origin seems to be two specific trends in ethnic oriental features: a cut slanted eyes, Mongolian spot, rituals and social organization similar to along where you have probably Eurasian origin who crossed the Bering Strait, are another group of thick lips and curly hair and wider front which occur in areas closer to Ecuador, a probable origin Race of the south eastern part of what is now Oceania and came to America by the Pacific Ocean through very large and navigation from island to island canoes., were diverse cultures that inhabited the Mexican territory from the area Central Highlands, the South Pacific, the entire area of the Yucatan Peninsula, the state of Chiapas and the Republic of Guatemala, Honduras and El Salvador.
Within this indigenous past that is still alive, which they say belongs to the Mexican nation is free to manage their lands and ensuring respect thereof, rituals or places of pilgrimage since in the case of indigenous Huatlecos of Huatla Jimenez Oaxaca and the construction of the dam Miguel Alemán in 1947, thousands of Huatlecos lost many of their sacred sites and housing in the depths of the dam, a moon phase to another they saw it created a lagoon where once was their sacred territory, or the case of Wixárika, Huachichiles and Raramuris, facing the destruction of sacred area Wirikuta home of great-tailed deer, Tamatz Kauyumari the hikuli sacred and the place where the sun was born and which is threatened by hunger of Canadian mining companies considers its conception with the world, their worldview and development as part of this intangible heritage, including his painting and craft representations even though now question whether such representations culture, so-called popular culture, fit into the criteria of Intangible Heritage of Mexican society.


Keywords: heritage intangible, transformation, culture

Introducción

La malograda nación mexicana, como se le conoce a hora a este conjunto de pueblos y tradiciones de diversos  orígenes confluidos en un espacio geográfico, delimitado por ríos y desiertos con una gran variedad de climas presentes que le dan al espacio características únicas en el mundo que en milenios ha gestado una civilización sin precedentes en  tecnología, cosmovisión, costumbres, forma de ver la vida terrena y un sistema de medición del tiempo en base a Venus, la Luna y el Sol como rasgo en común en las culturas precolombinas se vio entremezclado después del brutal proceso de evangelización y la encomienda por  una serie de elementos pagano-cristianos, árabes y africanos que enriquecieron y modificaron la civilización original de la llamada por Paul Kirchhoff, Mesoamérica, para convertirla en la Nueva España, ésta a su vez, a través de los movimientos de “emancipación” impuso en el modo de vida de las personas un estilo casi europeo para la supuesta clase refinada con ideas francesas e inglesas diferente al “peladaje” o la “indiada”, masa del pueblo común como después se referiría un  indígena oaxaqueño llamado Porfirio Díaz que supuestamente y a costa de todo, de la libertad y sufrimiento de su pueblo trajo modernidad, paz y una introducción de diversos valores ideológicos de oriente; algunas colonias de chinos,  reforzando la cultura árabe con algunos inmigrantes libaneses. Los pueblos indígenas que se habían refugiado en las sierras que siempre les habían dado sustento y protección poco a poco desde la colonia se habían integrado en la cultura occidental mexicana, si se puede denominar como tal, pero no lo habían asimilado totalmente, ya que los abusos eran frecuentes y su voz prácticamente olvidada, esta situación los orilló a unirse a los movimientos revolucionarios de las diferentes entidades algunos con la promesa de tierra y libertad, otros de gloria y fama, algunos más acarreados que por gusto, en fin,  vislumbraron un cambio, o al menos eso les pareció, poco a poco vieron sus esperanzas minadas por que volvieron a lo mismo si no es que peor ya que la naciente institucionalización de la revolución y su vasto despliegue del aparato burocrático, mermaban más las reservas del país y la deuda externa crecía y como eran recursos del erario público, el único que se endeudaba era el pueblo.

Llegaron los 60 y su cambio radical en todo el mundo con la introducción de nuevas tecnologías a nivel doméstico y al alcance de diversos grupos sociales, los movimientos estudiantiles de 1968 con diferentes nombres en todo el mundo y sus respectivas manifestaciones en México dejaron ver varias cosas en esta ya casi consolidada sociedad mexicana, la fuerte lucha social en las mentes de las personas que habían logrado algunos atisbos de modernidad, gracias a la escalada generacional de clases, jóvenes en su mayoría que no se creían el cuento del Socialismo y el Capitalismo, que disfrazaba un Totalitarismo, y el grueso obrero, comerciante y campesino de la población, padres, abuelos y demás parientes de los primeros, se identificaban con la lucha social por su simple condición de desigualdad y los frustrados intentos de elevar su calidad de vida pero la corrupción mexicana condicionaba todos los puestos, trámites y demás procesos legales, violentamente reprimida  aquí y por todos los rincones del planeta, la sociedad mexicana se vio empapada de la llamada cultura universal contemporánea y cambio aún más la percepción de esta sociedad.

 Con el fin de la guerra fría y el establecimiento de Estados Unidos de América, como  potencia dominante en casi todas las ramas el gusto les duraría poco gracias a una serie de malas estrategias militares y de políticas económicas, México y su sociedad se comenzaron a fundir con la sociedad estadounidense, en parte por el flujo migratorio que se presentaba desde la década de 1930 hasta la actualidad y por la larga frontera que comparte, esto enriqueció y modifico aún más la extraña amalgama de ideas, creencias y costumbres que se presentan como la cultura mexicana, hasta el grado de que se acuño un lema, tan popular en nuestro país, “pobre México, tan lejos de dios y tan cerca de Estados Unidos” , después de un tiempo se vio el resultado de esta estrecha relación, sumiendo al territorio nacional y sus habitantes en una especie de guerra civil, provocada por el choque de intereses entre las empresas transnacionales y sus grupos de presión y las viejas estructuras de control del narcotráfico y el ejército que en pleno siglo XXI no ha cambiado del todo.

El Pasado Innegable

La cultura llamada madre, la olmeca,  que durante mucho tiempo se gestó en la región que se llama ahora los Tuxtlas, en las inmediaciones de los ríos Papaloapan, Coatzacoalcos, y la laguna de Catemaco, esta zona rica en material volcánico y una tierra muy prospera para la agricultura además de un clima benigno, mejor  que el de las marismas y de los pantanos del actual Tabasco; esta cultura con un grado de refinamiento impresionante para la edad en la que se gestó, en lo que  se conoce como horizonte preclásico del 1200 a.c  al 100 d.c, desarrollaron su cultura en base al jaguar como animal totémico junto con el desarrollo de la idea de un monstruo de la tierra identificado con la tierra en su aspecto de devoradora de los cuerpos de las víctimas para proseguir con la fertilidad y una especie de serpiente que es representada como dadora de lluvia por su naturaleza marina, el culto a los muertos, estructura de tipo teocrático, que cambio con el tiempo a la supremacía de los guerreros, el uso de instrumentos de obsidiana y de jadeíta ya sea de carácter ritual, práctico o de ornamento, una serie de anotaciones calendáricas y de glifos que contenían ideas y sonidos que se entiende como sistema de escritura y de medición del tiempo una agricultura de sistema de temporal -  con la abundante precipitación de la zona  no era necesario el riego-,  precursora del arte en la región, con sus figurillas extendidas por toda Mesoamérica. Prueba de su comercio, algunas fuentes relatan que lo  quedo de la cultura madre Olmeca, habitante del país del hule, término que usaron los Mexicas para referirse a los antiguos habitantes de esos lugares  se fue a residir en lo que estaba en ese momento convirtiéndose en Cholula.

Fueron diversas las culturas que habitaron en el territorio mexicano  desde la zona del altiplano central con los pueblos yuto nahuas, como los Teo-chichimecas, los Nahuas, los Tepanecas, los Mexicas, más al norte en la región de la Oasisamerica del mismo grupo los Yaquis, la cultura de Paquime y Casas Grandes, los Raramuris, de la vertiente del golfo los Totonacos, los Huaxtecos, los Otomíes, los Xicalancas, los antiguos Olmecas, del lado del Pacifico sur, los Zapotecos y los Mixtecos en Oaxaca, los Mayas presentes en toda la zona de la península de  Yucatán y el actual estado de Chiapas y la Republica de Guatemala, Honduras y parte de El Salvador, los pueblos del occidente de México más emparentados con los pueblos sudamericanos que con los de filiación mayense, otopame o yutonahua, de acuerdo  a su raíz lingüística, como los Purépechas y los de la cultura Mezcala que construyeron tumbas de tiro y manejaron la fundición del cobre y un lenguaje diferente.

México, que significa en náhuatl “Ombligo de la Luna”, nombre que escogió el  grupo de personas que habitan este territorio para denominarse es un  país  tan vasto en climas, gente, desarrollos culturales y pensamientos que casi cada espacio delimitado por las montañas es un pequeño mundo,  diferente entre si ya sea por los idiomas, la alimentación, la cosmovisión o simplemente la geografía y sus entornos naturales.

El patrimonio de la conciencia y la situación actual

La civilización Olmeca con presencia humana de 10, 000 años de antigüedad , esto comprobable por los muchos petroglifos y puntas de flecha de pedernal que están presentes en la zona y cuya datación con carbono 14 en algunas de comunidad de Cedral, S.L.P. ha dado 22, 000 años con variables de 500  a 2,000 años demostrando que el lugar ha sido hogar de múltiples generaciones de humanos en esa zona dónde comienza Aridoamerica, otro caso, el de la población purépecha de Cheran, en la meseta tarasca, muy cerca de Uruapan y que debido al deterioro sufrido por los talamontes a los bosques de pino y encino destruyen este recóndito y hermoso lugar del estado de Michoacán y cuya defensa organizó el pueblo en represalia por el mal desempeño de las autoridades y la poca atención de las demandas de  protección de sus lugares sagrados y  medio de subsistencia y producción artesanal para  vigilar los intereses de los indígenas,  por nombrar algunos ya que los grupos indígenas actuales, herederos de una tradición ancestral acerca de la simbiosis entre naturaleza y humanidad que se debe seguir para el correcto aprovechamiento de los recursos naturales y la mejor asimilación del impacto de las actividades humanas en el medio ambiente, una relación de carácter sagrado con los espacios naturales y sus habitantes originales, los animales, los vegetales, los entes como los estanques ríos y montañas diferente a la concepción depredadora de la clase europea que se ha asentado en el poder y define la política nacional -si es que la hay-  con una concepción del universo donde el hombre es unido con la energía suprema y ayuda a esta en sus labores diarias, no como al europea que está a merced de un dios supremo y enojado permanentemente por tus malas acciones que debe resolver la existencia y absolver de los pecados.

No solo es la concepción con el mundo y su cosmovisión y desarrollo del ser, lo que es parte de este  patrimonio intangible, también sus representaciones pictóricas y artesanales como en el caso de los Rararmuris con sus  tambores hechos de piel de venado de forma elíptica, de gran tamaño, las carreras donde apuestan desde los animales hasta la mujer -dicen coloquialmente-,  las celebraciones de la fiesta de la sequía y el sacrificio del venado por el beneficio de los hombres y la lucha entre los espíritus blancos de la sequía y los espíritus de  colores que propician el agua, las artesanías de los Wixarikas con sus ricos matices y formas que tienen significado dentro de su concepto mágico religioso y el ritual del peyote que llevan a cabo en sus comunidades en diversas épocas del año y que una vez al año ejecutan este viaje para conocer su destino y entablar un buen camino del espíritu, la danza de los voladores en la región de Papantla, en Veracruz muy cerca de la zona arqueológica de El Tajín que en Totonaco quiere decir, Trueno, lugar muy lluvioso a unas cuantas lomas del mar, parte de la región conocida como Totonacapan, dónde se pueden obtener tres cosechas al año.  Es en esta región donde aún se realiza la danza del Volador, al igual que en algunas regiones de la Sierra Norte de Puebla,  ritual donde se saluda a los cuatro puntos cardinales y rumbos del universo simbolizado por una sucesiva caída de 4 personas atadas de los pies con trece vueltas por cuerda en el mástil, 13x4=52 número de días de una zona del universo en el calendario sagrado Tzolkin o Tonalpohualli, además de un personaje en el centro que coordina la bajada con el son de su flauta y tambor simbolizando la anotación calendárica, Ce Ozomatli, en Tonalpohualli,, centro de la matriz de conteo del calendario ritual, danza practicada en diversas partes de Mesoamérica como el occidente o el mismo Totonacapan, prueba de esto en diversas figurillas de barro encontradas en la Región de Occidente, solo en el Tajín se conserva su realización casi diaria aunque ahora se habla mucho sobre si este tipo de representaciones de la cultura, mal llamada cultura popular, caben dentro del criterio de patrimonio intangible de la sociedad mexicana.  Hay excepciones como la fiesta Grande de Chiapa de Corzo, o de los Parachicos que se celebran durante todo el mes de enero y que han sido decretadas Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, en esta última década, o la celebración del día de muertos en toda la zona ribereña del lago de Pátzcuaro en Tzintzuntzan, Janitzio, dónde se ha adecuado una fiesta de carácter indígena a las fechas propuestas por el calendario de la iglesia católica pero que mantiene una gran significación de raíces puramente indígenas en el contexto de su cosmovisión y antiguos ritos presentes.

Sobre el cambio de los materiales con los que se realizan las artesanías y demás objetos de valor simbólico o religioso para las comunidades indígenas es un mecanismo de dos filos que se puede ilustrar con un ejemplo muy fácil: La chaquira con la que los Wixarikas, hacen sus artesanías de tan variados colores no tuvo su origen en territorio mexicano, la importan  desde hace ya algunas décadas de Taiwán con ciertos colores de tonos pastel que los artesanos Wixarikas pueden adquirir y ocupar, esto es muy bueno para el despliegue de su potencial artístico, antes las pulseras se hacían de pequeñas chaquiras de barro horneadas y pintadas a mano una por una obteniendo una artesanía única pero muy pesada y frágil al viajar, con la introducción de la chaquira importada se lograron mejores y más variados diseños pero muchos de los artesanos que sabían la antigua técnica ya no la enseñaron a  generaciones posteriores y por lo tanto esta técnica está en vías de extinción, solo conocida por algunos Marakames de las sierras y ya utilizadas en propósitos francamente rituales y no de comercio, se puede observar que,  puede contribuir al desarrollo cultural y artístico de un pueblo como la chaquira con los Wixarikas o el  hilo de cáñamo con los Tzotziles, pero también se pierden las viejas formas para fabricar estas artesanías y en su forma original,  no sería lo mismo un Acajete otomí con plástico, o un Quequechemitl de Oaxaca en Nilón, es cuestión de la simbiosis naturaleza hombre el decidir el uso de los materiales

Conclusiones

Por lo que vemos se trata de una cultura viva que es necesario conocer, respetar, cuidar y sobre todo aprender de ella. La intensa campaña publicitaria televisiva  se apropia de sus tradiciones sin  reparar en estos ancestrales y sabios grupos humanos. Se debe difundir su lengua, ideas, aportes a la sociedad actual, sus técnicas,  artesanías con un valor igual a cualquier arte “refinado” y sobre todo un respeto a su dignidad como pueblo que ha venido desde los albores del tiempo a contarnos algunas cosas, donde nosotros, solo llegamos los últimos 9 ciclos de 52 años y hemos intentado transformar su cultura a la del supuesto sueño occidental afortunadamente con poco  éxito, más bien son estas culturas ancestrales y simbióticas con su entorno, las que nos invitan  a reconsiderar el actual  modo de vida dónde vales por lo que tienes y no por lo que eres y la función que ocupas en el universo.

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[a] Universidad de Guanajuato.

[b] Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.
Autor corresponsal ada_17_lds@hotmail.com