The INFLUENCE of SOCIAL CAPITAL in CULTURAL MANAGEMENT

La influencia del capital social en la gestión cultural

Resumen

El estudio de la relación existente entre el capital social y la gestión cultural es pertinente y relevante debido a la necesidad de contar con políticas y técnicas que apoyen el desarrollo y mantenimiento de actividades vinculadas a la sobrevivencia del ser humano en lo que respecta a las bases y raíces de su origen. Gestión cultural y Capital social son dos constructos que en la actualidad cobran cada vez más importancia y fuerza a nivel mundial, dadas las condiciones de vida y el arrollador avance tecnológico en que nos encontramos inmersos.


Palabras clave: Cultura, capital social, gestión cultural.

Abstract

The study of the relationship between social capital and cultural management is relevant and important because of the need for policies and techniques to support the development and maintenance of activities linked to the survival of the human being with regard to the bases and roots of its origin. Cultural management and social capital are two constructs that today are becoming increasingly important worldwide and strength, given the living conditions and sweeping technological advancement in which we find ourselves.


Keywords: Culture, social capital, cultural management.

Introducción

Frankl (1979), señala acertadamente que:

“Al principio de la historia de la humanidad, el hombre perdió algunos de los instintos animales básicos que conforman la conducta del animal y le confieren seguridad; seguridad que, como el paraíso, le está hoy vedada al hombre para siempre: el hombre tiene que elegir; pero, además, en los últimos tiempos de su transcurrir, el hombre ha sufrido otra pérdida: las tradiciones que habían servido de contrafuerte a su conducta se están diluyendo a pasos agigantados. Carece, pues, de un instinto que le diga lo que ha de hacer, y no tiene ya tradiciones que le indiquen lo que debe hacer………”.

Es así que la gestión de la cultura y la participación de los individuos, grupos, organizaciones, Estados y países del mundo en su fortalecimiento se convierten en condición primordial para el logro de una forma de convivencia basada en principios más humanos y menos materialistas; que permitan también la supervivencia de las raíces de los pueblos y el intercambio de cosmovisiones que son precisamente las que le dan a las personas esa integración biológica, social y cultural que las hermana.

Para un mejor tratamiento del tema se presentan, en primer lugar, algunas definiciones y consideraciones acerca de las variables fundamentales implicadas para, finalmente, hacer algunas reflexiones sobre la importancia de entender estos procesos y de involucrarse en acciones que ayuden a reforzar los resultados de los emprendimientos de los gestores culturales quienes, entre sus objetivos sustanciales, tienen el de lograr el crecimiento y desarrollo de las comunidades a través de sus mismos recursos.

Cultura

Uno de los conceptos que más ha evolucionado a través de la historia de la humanidad es la cultura, debido primordialmente a la estrecha relación que hay entre la cultura y la evolución del conocimiento del hombre sobre las condiciones materiales de existencia.

El Plan de Cultura de la Universidad de Antioquia 2006-2016 (2007) establece que la cultura puede ser tratada como:

Concepto de cultura

"La cultura debe considerarse como el conjunto de rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan una sociedad o grupo social. Engloba además de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales del ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias” (UNESCO, 1982). Bárcenas y col. (2008) considerando la definición anterior, afirman que es indiscutible que la cultura forma parte y atraviesa todos los ámbitos de la vida y por tanto no puede hablarse de economía, política, modernización, globalización y desarrollo sin tener en cuenta su relación con ésta.

Capital social

Este concepto surge como otro activo intangible que impacta el desarrollo económico y ha venido ocupando desde hace poco tiempo un espacio primordial en las investigaciones realizadas por la Organización de la Naciones Unidas (ONU), el Banco Mundial y centros dedicados al estudio del crecimiento económico.

Ante todo, el capital social se trata de un activo intangible que se manifiesta en la capacidad de confianza, valores cívicos y asociatividad que pueda lograr la sociedad y, por su propia naturaleza, no puede ser circunscrito a un sistema cerrado, a una sola organización, sino más bien se enfoca a las relaciones que existen entre la organización y su medio interno y externo.

El desarrollo de la sociedad está íntimamente relacionado con el grado de participación de cada uno de los actores sociales. Las organizaciones son un actor social importante, porque si la sociedad y el país donde se encuentran insertas salen adelante, lógicamente las organizaciones también lo harán.

Capital social es, entonces, la capacidad de los individuos para asociarse o trabajar juntos en grupos u organizaciones para alcanzar objetivos comunes; depende del grado en que los integrantes de una comunidad confían unos en otros y de los valores y normas que comparten y expresa el valor colectivo de un entramado de redes sociales y la potencialidad que de ellas se derivan para generar bienestar individual y colectivo dando sentido de conexión, de pertenencia y de comunidad .

El capital social crea valor para las personas que participan en estas redes y opera a través de múltiples canales:

Para identificar la capacidad de acción colectiva que representa el capital social se ha empleado el término de “energía social” y de “recursos morales”, indicando que es un recurso que, a diferencia del capital físico y del capital natural, se incrementa con su uso. También puede decrecer sustancialmente cuando no se usa, pero no desaparece, ya que constituye una memoria histórico-cultural que engendra nuevos brotes y desarrollos de capital social cuando se dan las circunstancias. Se le ha identificado con la capacidad de las personas para trabajar en grupos, con base en un conjunto de normas y valores compartidos. Fortalece la capacidad del individuo para relacionarse mediante redes de contactos sociales que se fundamentan en expectativas de reciprocidad y comportamiento confiable que, en conjunto, mejoran su eficiencia personal.

Por su parte, Kliksberg (2001) enfatiza que el Estado debe desempeñar un papel fundamental en la creación de capital social, favoreciendo el clima de confianza social pues existe una significativa correlación entre el grado de confianza general y las normas de cooperación prevalecientes en la sociedad y los avances en el desarrollo de los países.

Figura 1. Capital social

Elaboracion propia basada en Siles, Robinson y Schmid (2003).

En contraste con el modelo clásico que sugiere que las personas se especializan y desarrollan sus actividades económicas motivadas por oportunidades para obtener beneficios físicos y financieros, el paradigma de capital social plantea que los términos y niveles de intercambio no sólo dependen del deseo de obtener bienes y servicios físicos y activos productivos; sino también de la búsqueda de bienes socio-emocionales que siempre estarán presentes en todas las relaciones de intercambio.

Gestión cultural

La gestión cultural ha adquirido protagonismo y presencia porque ha logrado ser sensible a fenómenos culturales, ensayísticos, emergentes y locales, es decir, se ha ubicado en espacios donde confluyen los mundos de las necesidades con los de la creación, lo empírico y lo virtual.

La gestión cultural es una derivación de la existencia de la libertad de creación y de la diversidad de financiamientos de la actividad artística y cultural . En un sistema en el que el financiamiento es escaso y compartido por diversos sectores, la gestión cultural es indispensable y nace desde el momento en que hay creaciones múltiples y variadas, esperando ser conectadas con un público también diverso y variado. La creatividad es un bien social y la forma de hacerlo explícito y concreto es a través de la gestión cultural.

Gestión

Es válido concebir la gestión no sólo como una serie instrumental o un diseño de planificación estratégica, sino como una práctica que acumula, sintetiza y regresa a lo social-cultural las experiencias, ímpetus y saberes fragmentados. Como un campo que se repiensa desde su práctica para formular nuevos modelos teóricos y operativos que mejora la calidad de vida de las personas y las sociedades.

De acuerdo con Licona y Vélez (2008), la gestión puede ser vista con criterio empresarial, es decir, con rentabilidad social, económica y espiritual independientemente del sub-sector desde donde se realiza. La gestión es una metodología que impulsa a adquirir conocimientos administrativos, estéticos, económicos, legales y de comunicación social.

Gestión cultural

Siguiendo los planteamientos de Licona y Vélez (2008), la gestión cultural es un proceso básico de intervención en y desde las empresas y organizaciones a la luz de la legislación, las políticas económicas, sociales y, por supuesto, culturales; es un proceso también para mediar y contribuir al desarrollo y enriquecimiento de la calidad de vida de diversos grupos sociales, los cuales son los interlocutores o clientes de las mismas empresas culturales.

Se trata de alcanzar resultados que mejoren la calidad, incrementen el impacto y disminuyan el deterioro de las empresas y organizaciones culturales; exige una caja de herramientas básicas que solo la disciplina de la Administración de Empresas, aplicada en la gestión cultural, puede proporcionar y permitir que el desarrollo de los procesos culturales no sean improvisados y despilfarradores de los recursos humanos, técnicos y financieros. La administración cultural es un campo de trabajo intelectual, es decir, un campo para la investigación científica y pedagógica, función del desarrollo de capital social y humano, desde la cultura como fundamento. No sólo comprende el estudio del tema sino que también integra la formación de profesionales administradores de la cultura con un enfoque interdisciplinario, estrategas y emprendedores de la actividad cultural como clave del desarrollo, capaces de administrar estratégicamente la riqueza y el capital cultural y social.

Políticas culturales

La cultura, siendo un proceso psicosocial, transformador y de expansión de las comunidades debe ser guiado por políticas.

Las políticas públicas culturales constituyen el instrumento social más apropiado para responder a la comunidad en virtud de sus verdaderos intereses, opciones y valores.

El campo de las políticas públicas en lo cultural es reciente. En el periodo comprendido entre 1970 y 1990 y a partir de los procesos de transición a la democracia de los regímenes autoritarios de la gran mayoría de América Latina, los gestores culturales desempeñaron un rol clave en la defensa de los derechos humanos y culturales y en la instalación y reconocimiento de la cultura como un derecho humano fundamental de todos los individuos y comunidades, comenzando a ampliarse poco a poco el esfuerzo presupuestario en este campo.

De este modo, el gestor cultural o agente cultural empieza a considerarse como un especialista en la planificación, administración y circulación de las producciones estéticas y culturales.

Siguiendo este orden de ideas, las definiciones de la Conferencia Mundiacult de la UNESCO (1982) trataron a las políticas culturales como un conjunto de prácticas sociales de diferentes sectores de una sociedad en concreto. Por su parte, García Canclini (1987) señala, que las políticas culturales son el «conjunto de intervenciones realizadas por el Estado, las instituciones civiles y grupos comunitarios organizados».

Figura 2. Actores principales en la política pública

Rivas, 2008

Los conceptos de sociedad civil, organizaciones sin ánimo de lucro, economía social, asociacionismo, etc., van tomando cuerpo en la reflexión sobre políticas culturales por su importancia social y por su peso en el conjunto de las actividades culturales y económicas.

Figura 3. Áreas de intersección entre los agentes

Martinell (1999).

Recientemente, en Europa, se ha comenzado a utilizar el concepto de tercer sector o de tercer sistema como herramienta de análisis y de impacto.

Su aportación al conjunto de las políticas culturales ya está suficientemente estudiada, tanto en el campo de la plusvalía a la cohesión social y a la resolución de problemas políticos, como en el de su importancia económica dentro del producto interno bruto (PIB) de cada país.

Conclusión

Es bien sabido que hay una correlación positiva entre la capacidad de cooperación y asociatividad de una comunidad y su bienestar. A mayor asociatividad, mayor es el potencial de crecimiento de una determinada sociedad.

La vinculación de la gestión cultural con el capital social representa una reflexión y acción necesarias para entender la posibilidad de poder potenciar los resultados del primer elemento.

Así como otras formas de capital, el capital social es productivo y posibilita alcanzar fines que no podrían lograrse sin su presencia. Debe resaltarse, que el capital social favorece la cooperación y que la interacción se conforma como un recurso, porque la estructura de esa interacción obliga a la reciprocidad y conduce al intercambio (Millan y Gordón, 2004).

En este caso, la gestión cultural, al ubicarse en los espacios donde se tocan las necesidades, la creatividad, la realidad y lo virtual, requiere precisamente de lo que significa el capital social como capacidad de las personas para trabajar de manera conjunta y unida en el logro de objetivos; donde el conocimiento, las habilidades, la confianza, los valores y las normas podrián crear sinergia en la generación del bienestar común. Es aquí donde los agentes culturales construyen la referencia, ya que crean las imágenes conceptuales que determinan la percepción del problema, la necesidad o el interés, además de aportar las propuestas y soluciones apropiadas a cada situación.

Su rol en el fortalecimiento de la gestión cultural deviene en su colaboración para realizar acciones que consolidan o guían hacia la consolidación de una actividad social, pudiendo representar en un contexto determinado, un potencial democrático importante.

Se presentan, entonces, grandes desafíos en el sector cultural, el cual, aún teniendo cada vez mayor contribución, incluso dentro del PIB de cada país, sigue siendo débil y teniendo poco peso en el conjunto de las políticas culturales. A esto debe sumarse el hecho de ser un campo de profesionalización reciente y con escasa investigación aplicada.

Referencias

Bárcenas, O., Correa, M. y Pinedo, A. S. (2008). Cultura y participación ciudadana. 1er Congreso Nacional de Políticas Culturales. Diciembre, Perú.

Frankl, V.E. (1979). El hombre en busca de sentido. Editorial Herder. 18ª. Edición. Barcelona, España.

García Canclini, N. (1987). Políticas Culturales y crisis de desarrollo: un balance latinoamericano. En Políticas Culturales en América Latina, México: Grijalbo.

Kliksberg, B. (2001). El capital social. Dimensión olvidada del desarrollo. Caracas, Venezuela, Universidad Metropolitana, Editorial Panapo.

Licona, W. y Vélez, R. (2008). Material didáctico del Posgrado Virtual en Políticas Culturales y Gestión Cultural (Indautor-RPDA No. 03-2003-030309490100-01)

Martinell, A (1999). Los agentes culturales ante los nuevos retos de la gestión cultural. OEI – Ediciones – Revista Iberoamericana de Educación – OEI: 50 años de cooperación Número 20. Mayo - Agosto España.

Millán, R. y Gordon, S. (2004). Capital social: una lectura de tres perspectivas clásicas. Revista Mexicana de Sociología, año 66, núm. 4, octubre-diciembre. Universidad Nacional Autónoma de México-Instituto de Investigaciones Sociales. México, D. F., pp. 711-747. ISSN: 0188-2503/04/06604-04/

Rivas, P. (2008). El desarrollo en el vértice de la gestión cultural. Gestión Cultural. Quito, Ministerio de Cultura de Ecuador, julio.

Siles, M., Robinson, L.J. y Schmid, A.A. (2003). El capital social y la reducción de la pobreza – hacia un paradigma maduro. En Capital social y reducción de la pobreza en América Latina. En busca de un nuevo paradigma. Santiago de Chile, Naciones Unidas, Cepal, Universidad del Estado de Michigan.

UNESCO (1982). Conferencia Mundiacult.

Universidad de Antioquia (2007). Plan de cultura 2006-2016. La cultura: Fundamento de una universidad pertinente. Universidad de Antioquia 1803. Colombia.

Fuentes electrónicas

www.unimet.edu.ve/capital-social Consultado en agosto del 2009

www.gestioncultural.org portalgc@gestioncultural.org Consultado en mayo de 2011



[a] Profesores investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa.