La Lucha Libre: Identificación de rasgos característicos que la conforman como un complejo cultural de la sociedad mexicana

Resumen

La Lucha Libre es uno de los deportes más importantes a nivel nacional, en gran parte por los múltiples rasgos que contiene y que se le han añadido. Esto la ha llevado a ser identificada con los rasgos culturales del mexicano. Hablar de la cultura popular, es enfatizar en un análisis de las características trascendentales de este deporte, que desde el punto de vista sociológico, se conforma de un complejo cultural de la sociedad mexicana, que ha trascendido a través del tiempo.


Palabras clave: Lucha Libre, Cultura, Rasgo Cultural, Sociedad, Complejo Cultural.

Abstract

Wrestling is one of the most important national sports, in large part because of the many features it contains and that have been added to it. This has led her to be identified with the cultural traits of the Mexican. To speak of popular culture, is to emphasize in an analysis of the transcendental characteristics of this sport, which from the sociological point of view, conforms to a cultural complex of Mexican society, which has transcended through time.


Keywords: Wrestling, Culture, Cultural Feature, Society, Cultural Complex.

Planteamiento del problema: ¿Por qué la Lucha Libre y sus rasgos son un complejo cultural de la sociedad mexicana?

La Lucha Libre es uno de los deportes más importantes a nivel nacional, en gran parte por los múltiples rasgos que contiene y que se han añadido. Esto la ha llevado a ser identificable con el mexicano. Esta es una de las razones principales por la que la Lucha Libre ha llegado a formar parte de la cultura mexicana. Sin embargo, al ser parte de la cultura y estar cargado de grandes elementos simbólicos, esta se vuelve muchas veces omnipresente lo que se refleja en la falta de estudios de investigaciones críticas al respecto. En ese sentido Bordieau en su libro “Sociología y Cultura”, que expone que, […] la tendencia estructuralista busca desentrañar una estructura inmanente, no refiriéndolo más que así mismo, dejando de lado la utilización de objetos simbólicos, con lo cual quedan reducidos a una actividad inconsciente del espíritu. En esta parte Bordieau propone […] ver el poder simbólico como un poder de construcción de la realidad que tiende a establecer un orden gnoseológico (Bordieau, 1990). Lo anterior con el fin de conocer los sistemas simbólicos contenidos en representaciones como la Lucha Libre y su influencia en el desarrollo de las instituciones sociales establecidas en la sociedad mexicana.

Producto de lo anterior se plantea lo siguiente:

Hipótesis

La Lucha Libre al contener un sistema simbólico, constituye un complejo cultural que a su vez forma parte de la sociedad mexicana.

Objetivo General

Identificar los rasgos característicos de la Lucha Libre que la conforman como un complejo cultural para su mayor entendimiento y con ello lograr una mayor comprensión de la sociedad mexicana.

Objetivos específicos

Metodología

La presente investigación es de tipo descriptivo ya que busca especificar propiedades, características y rasgos importantes de cualquier fenómeno que se analice. Describe tendencias de un grupo o población. (Hernández Sampieri, Fernández Collado, & Pilar Baptista, 2010) Para lograr lo anterior se realizará una investigación documental basada en conocimientos ciertos y fundamentados, ya que en su mayoría son estudios o proyectos a realizar, con propuestas concretas y soluciones reales, no ficticias, aunque en ocasiones manejemos conocimientos empíricos pero ya comprobados. (Iñiguez Romero & González Quesada, S/F).

En una primera parte se hizo el planteamiento del problema, para después identificar el objeto de estudio y surgido de ahí establecer un objetivo general, junto con sus objetivos específicos. Una vez precisado lo que se quiere estudiar se planteó una respuesta tentativa como hipótesis, así como una justificación del tema elegido, posteriormente e igualmente de manera documental se desarrollará el tema tratado, para que en la parte final se descarte u acepte la hipótesis planteada.

Justificación

La cultura, como lo marcan Paul B. Horton y Chester L. Hunt en su libro de Sociología, […] no es simplemente una acumulación de costumbres y tradiciones; es un sistema organizado de comportamientos. Este sistema organizado se compone por: rasgos (unidad más pequeña de la cultura) que a su vez se clasifican en materiales y no materiales y en los complejos, que es la combinación o el conjunto de rasgos relacionados Esto a su vez se constituye en instituciones sociales que se centran en una actividad importante (Horton & Hunt, 1990). Así, es en los rasgos donde se encuentran los símbolos de la Lucha Libre y que la llevan a conformarla como un complejo cultural.

La importancia del análisis de los símbolos radica en que permiten a las personas entender su sociedad y también dar la imagen que quieren dar de sí mismas, así como entender y construir sus vidas y empleándolos correctamente las personas pueden interactuar de forma eficiente con otras personas de su sociedad (Macions & Plummer, 1999). Así, el saber por qué la Lucha Libre como un complejo cultural de la sociedad mexicana, nos puede conducir a un mejor y mayor entendimiento de esta última.

Marco Teórico

Los cultura es todo aquello lo que socialmente es aprendido y compartido por los miembros de una sociedad, esta se reproduce a través de la herencia social. Esta es un sistema organizado de comportamiento que incluye las formas en que las cosas deben hacerse, por eso se dice que la cultura es normativa. Visto de otra forma es el cómo se definen las reglas de conducta. (Horton & Hunt, 1990).

Las formas en que la cultura se organiza son: Los rasgos (unidad dada, irreductible de pautas de comportamiento aprendido, o un producto material de la misma) y los complejos culturales (conjunto de rasgos relacionados) (Horton & Hunt, 1990).

Los símbolos son uno de los cinco componentes que conforman la cultura, su importancia radica en que los seres humanos solemos crear una realidad propia, un mundo de significados y a través de ellos, se logra la transformación de los elementos de la vida social. Los símbolos es todo aquello que comparte una cultura, tiene un significado determinado y específico. Los símbolos permiten a las personas entender su sociedad y también dar la imagen que quieren dar de sí mismas. Sirven para entender y construir sus vidas. (Macions & Plummer, 1999). México puede considerarse como un mosaico de fecundas manifestaciones que se convierte en la más extraordinaria gama de expresión popular. La Lucha Libre en este país ha adquirido un estilo propio, siendo el reflejo del estado de ánimo, carácter y personalidad de la sociedad mexicana. (González, S/F).

La lucha libre en México tiene sus orígenes desde la década de 1840, el CMLL menciona que se presentaban eventos aislados en plazas públicas, teatros, plazas de toros, arena de box, etc. Todos estos eventos provenían de Europa y se asemejaban más a otras disciplinas como el Jiu Jitsu, la lucha olímpica o la lucha grecorromana. Las primeras presentaciones de la lucha libre como la conocemos actualmente, se dan a partir del año de 1931, cuando comenzaba una temporada en la Arena Nacional, aunque en aquel momento no pudo consolidarse (CMLL, s.f.). La lucha libre en México se institucionaliza hasta el año de 1933, Eduardo Flores Clair, en su trabajo Diversiones en la Ciudad de México, 1920-1940, refiere que un empresario llamado Salvador Lutteroth fundó una empresa que controló el boxeo y la lucha libre. Este hombre era un hábil promotor de los deportes mencionados, en la capital y en la provincia. Para los años cuarenta los seguidores de ambos deportes comenzaron a aumentar de forma significativa. En la necesidad de cubrir la demanda que generaba los deportes mencionados nace la primera arena especial para lucha libre en el país: La arena Coliseo. (Flores, 1992).

La lucha libre se ha ido identificando por el espectáculo que genera, esto por el estilo y la personalidad de los luchadores que entran al ring, dividiéndose en dos bandos: Los rudos y los técnicos. (López, 2010) Los técnicos por una parte se caracterizan por los principios de honradez, lealtad y valentía, y es en donde descansa la figura mítica del héroe. Por el otro bando, los rudos se caracterizan por algunos antivalores como la irreverencia, el descaro y la cobardía, además de llevar a cabo actos como traiciones y marrullerías. (CMLL, s/f.) Todo esto le da un sentido del bien contra el mal, provocando un antagonismo entre ambos bandos y siendo un reflejo de la sociedad mexicana al enfrentarse en un ring. (Castellanos, 2011)

Esto último se complementa cuando observamos que el origen del luchador mexicano se encuentra principalmente en la provincia, muchos de ellos hijos o nietos de inmigrantes que van hacia la capital buscando oportunidades, y que con base en golpes llegan a la gloria o se quedan en el olvido. (Esquivel, 2008).

Sin embargo, el principal referente de la lucha libre mexicana es el uso de las máscaras, asociado al ocultamiento de la identidad de los luchadores y por lo tanto convirtiéndose en su bien más preciado. Esto tiene un importante significado pues dota de misterio y de fascinación al personaje, cobra sentido al enaltecer y congelar un gesto, además de ser el referente de la imagen del luchador. (CMLL, s.f.) Los antecedentes de los luchadores enmascarados se remontan al año de 1915 en Estados Unidos, donde uno se hacía llamar “Masker Marvel”, este último no tomo relevancia en los años siguientes y por lo tanto el uso de la máscara tampoco. No fue hasta el año de 1934 cuando se presenta el primer luchador enmascarado en México. Este luchador no quería que se conociera su identidad y es por eso que luchó de esa manera, sin embargo se retiró poco después de los encordados. Fue tanta la expectación que generó este personaje que Salvador Lutteroth comenzó a incluir la misma estrategia en próximos combates. Las primeras máscaras estaban hechas de cuero de cerdo y a pesar de lo incómodas que eran, se generaba misticismo y fantasía alrededor de estos personajes. (Castellanos, 2011) El uso de las máscaras llevó a otro nivel a la lucha libre en México y la popularidad se incrementó cuando comenzaron apostarlas entre sí. Esto tiene su origen en el luchador “Hombre Rojo”, este se creía tan bueno que retaba a cualquiera para que lo intentaran vencer, en caso de que lo hicieran él prometía quitarse la máscara. El hecho de quitarse la máscara después de toda la expectación generada alrededor de la identidad de la persona y sumado a que el público fungía como testigo en el momento que se daba, resultaba una gran humillación para el perdedor que en la mayoría de las ocasiones terminaba con su carrera (Castellanos, 2011). Estas luchas de apuestas tuvieron su punto cumbre en la lucha de máscara contra máscara cuando el Santo se enfrentó a Black Shadow, en donde el primero resultó vencedor. El hecho de tener a los máximos emblemas de la lucha libre en ese momento del país apostando las máscaras llevó a muchos expertos a considerarla ‘la lucha del siglo’. (CMLL, s.f.).

La época de oro de la lucha libre se da en la década de los años 50’s, esto es contrastado por la inclusión en el cine de los luchadores en el año de 1952 con la película “La bestia magnífica” dirigida por Chano Urueta. El éxito de los luchadores en el ámbito cinematográfico estuvo ligado a ‘la doble condición de héroes’, podían ser vistos en la Arena México y posteriormente en el espacio irreal del cine. Esto llevó a mitificar a los personajes entre el público mexicano, por el hecho de que la persona que hoy te daba un autógrafo iba a estar combatiendo con extraterrestres en la película del domingo. El incremento de la popularidad de la lucha libre no sólo se limitó a la cinematografía, sino también a la televisión. La inclusión de la lucha libre en la televisión se da cuando el 1 de septiembre de 1950 nace el XHTV-Canal 4, el primer canal de televisión de América Latina. Rápidamente se buscó transmitir las actividades que más populares entre la población mexicana como las corridas de toros, el box e indudablemente la lucha libre. Esta popularidad llevó a la EMLL (empresa más importante de la lucha libre del momento) a expandirse a distintas ciudades y no sólo concentrarse en la capital (CMLL, s.f.). Es en este período es en donde surgen los símbolos y lenguajes que definirán los imaginarios visuales de la Lucha Libre durante el resto del siglo: Personajes, estética, espacios y producciones audiovisuales. Conforme fue evolucionando el país, la lucha libre también lo hizo y eso se demuestra en la inclusión de mujeres a este deporte (Castellanos, 2011). Las primeras presentaciones luchísticas femeninas se remontan al año de 1935, sin embargo, los distintos atropellos que sufrió la temporada las hicieron pasar sin pena ni gloria. No fue hasta los años cuarenta cuando las luchadores empezaron a aparecer con mayor regularidad, pero una vez más se vieron interrumpidas por el veto a la lucha femenil en el año de 1956 en la ciudad de México, las luchadoras tuvieron que mudarse a las provincias y es lo que las mantuvo activas durante este período. Las luchadoras regresaron hasta el año de 1986 cuando se eliminó el veto. (CMLL, s.f.) El hecho de observar a los luchadores tomar partido por un bando u otro y verlos enfrentar en el ring, así como los distintos significados que están presentes en la arena, llevan a los fanáticos a involucrarse en el lugar y formar parte del evento, transportándose de su realidad a otra donde todo lo imaginario y donde hombres se han transformado en personajes que materializan los distintos conceptos humanos (Anónimo, 2001). La arena se convierte en una catarsis, las personas participan activamente pues sienten que pueden influir en el resultado por medio de su repudio o su apoyo sin sufrir ninguna represalia a cambio. (Villareal, 2009). En la lucha libre es donde se encuentran elementos particulares de la identidad mexicana: la espiritualidad, el erotismo, la comedia y la tragedia. Lo que la convierte en una compleja construcción simbólica que representa distintas pulsiones de lo mexicano y las recrea a su manera. Esto ha tenido su influencia en artesanos, cineastas, fotógrafos y artistas. (elModo.mx, 2015) I. Los orígenes de la Lucha Libre en México. El inicio de la lucha libre en México se remonta al 21 de septiembre de 1933 con la fundación de la EMLL por Salvador Lutteroth, sin embargo, los antecedentes datan desde la década de 1840 (Villareal, 2009), Estas presentaciones provenientes de Europa estaban más relacionadas a la lucha grecorromana, olímpica e inclusive el Jiu Jitsu. Posteriormente hubo unas pocas temporadas en el año de 1910 y otra en 1921. Para 1931 inició una temporada, pero esta ni siquiera llegó a los tres meses. (CMLL, s.f.).

En 1933 como ya se dijo, se crea la EMLL y se institucionaliza este deporte, todo gracias a la visión de Salvador Lutteroth, que en Texas vio un deporte parecido a la lucha libre y se dio cuenta que en México no había nada parecido a eso, es cuando decide implementar el deporte de la Lucha Libre de lleno en el país. Tanto fue el éxito que tuvo el deporte que conforme fueron pasando los años se inauguraron arenas especiales para contemplar este espectáculo, las más importante del momento fue la Arena Coliseo, caracterizada por sus seis mil locaciones y su estructura perfecta para llevar a cabo eventos de este tipo. Estas arenas tuvieron cierto éxito hasta que se inauguró en el año de 1954 la más importante de todas: la Arena México, denominada como la catedral de la lucha libre. (Castellanos, 2011) Unos años más tarde, Lutteroth comenzó a llevar este fenómeno a distintas regiones del país, entre las que destacaban Guadalajara y Monterrey.

Todo esto no pudo ser logrado sin la inclusión de nuevos elementos a la lucha libre tradicional relacionados con el folclor mexicano y que, como era de esperarse, se adaptaron a la cultura mexicana. El más claro ejemplo fue el uso de las máscaras en los luchadores. Esto generaba mucha expectación por parte del público alrededor de la identidad de quien se subía al ring y rápidamente los índices de popularidad comenzaron a subir. Esto tiene su origen cuando un luchador enmascarado se presentó en el entonces Arena México en el año de 1934, este simplemente no quería que se supiera su identidad e incluso terminó por retirarse de los encordados poco tiempo después, sin embargo, Salvador Lutteroth demostraba la gran visión que tenía y comenzó a incorporar este elemento tan popular entre sus luchadores (Castellanos, 2011). Había mucho misterio envuelto entre los luchadores que usaban una máscara, generando grandes expectativas en el público que semana a semana asistía fielmente a las distintas arenas del país, esto llevó a los gladiadores a un nuevo nivel de este espectáculo: Apostar las máscaras. Este acto no es único de las máscaras, pues en caso de no tenerla, se caracterizaban por tener una abundante cabellera y que al igual que una máscara los llevaron a apostarla, sin embargo, la expectación no era tan grande si consideramos que el cabello vuelve a crecer, pero la máscara no vuelve jamás (Castellanos, 2011). En ambos casos (cabellera y máscara) se consideraba como un acto de humillación para el perdedor y un punto de consolidación para el ganador.

Esto tiene su origen en un luchador llamado “Hombre Rojo”, se decía que este luchador se creía tan bueno que retaba a cualquiera que se le presentara y que si perdía se quitaría la máscara, una vez más la visión de Don Salvador se hizo notar y pronto comenzó a incluir estas luchas de apuestas, aprovechando la popularidad que empezaba a generar el uso de las máscaras (Castellanos, 2011). El punto cumbre para este tipo de luchas se da cuando los dos referentes de la lucha libre mexicana del momento se enfrentaron en la Arena Coliseo, estos eran: El Santo y Black Shadow, el primero fue el que salió vencedor. Era tanta la expectación de este evento que llevó a diversos expertos y analistas a denominarla como la “lucha del Siglo” (CMLL, s.f.). La fascinación del público por estos combates y por el mismo contexto que existía llevó a la Lucha Libre a comenzar su época dorada en 1950, marcando el momento de consolidación de este deporte.

II. Análisis de los rasgos de la Lucha Libre como un complejo cultural de la sociedad mexicana

La Lucha Libre en México es una licuadora de mitologías (Castellanos, 2011), los mayas, aztecas, teotihuacanos e incluso culturas chinas o japonesas se presentan en el ring, mientras personas de distintas edades, géneros y clases sociales se reúnen para observar la acción a punto de empezar, todo esto concentrado en un solo lugar: La Arena. Esta combinación de rasgos que la conforman la ha llevado a ser un complejo cultural con una presencia importante en la sociedad mexicana.

Es un motivo de diversión, distracción y desahogo, acompañado por un ambiente de celebración y algarabía, que le hacen única y particular con respecto a cualquier otra práctica deportiva. (González, S/F).

La gran popularidad de la Lucha Libre radica en la postura que asumen los luchadores según su estilo de lucha y su personalidad, dividiéndose en dos bandos: rudos y técnicos. Los contendientes del bando rudo asumen el papel de villano intentando infligir daño al oponente utilizando cualquier técnica ilegal que se les ocurra, mientras que los técnicos se apegan a técnicas ortodoxas y legales, ganándose así la simpatía del público (López, 2010). Esto es una representación de las ideas que algunos filósofos nos han planteado desde siglos atrás y que está tan arraigada en nuestra cultura: El bien y el mal. Aristóteles decía que una acción que se considera buena es aquella que lleva al logro del bien del hombre o a su fin, por lo tanto, toda acción que se oponga a ello será mala. (filosofia.laguia2000.com, 2008) El hecho de que el rudo se oponga a las acciones del héroe bondadoso cometiendo actos ilegales, lleva al público a entrar en conflicto, pero no siempre es así (Castellanos, 2011).

A veces el rudo es el que suele ganarse la aceptación de los aficionados, por su carisma y porque en general es un personaje más complejo que el técnico, mientras tanto, el técnico es visto como alguien tonto que quiere ser el ejemplo a seguir (Castellanos, 2011). Esto tendría sentido si retomamos lo que dice Antonio Guerrero Aguilar en su trabajo ‘el mexicano y su mexicanidad’, al citar a otros autores como Díaz Guerrero que dice que: ‘El mexicano está deseoso de reconocimiento y poder’ o Samuel Ramos cuando menciona que: ‘el mexicano tiene un complejo de inferioridad’ e incluso Octavio Paz que menciona al mexicano como ‘solitario y enmascarado’ (Aguilar, 2010). Al final de esta constante lucha se reconoce el esfuerzo de los luchadores, ganándose el respeto y cariño de los aficionados que es por lo que ambos bandos pelean. El hecho de que la lucha tenga una estructura simple al modo de las industrias culturales, logra que sus signos sean ampliamente reconocidos por la gran mayoría. (Villareal, 2009).

Al igual que los mexicanos nativos de la antigüedad, los luchadores han descubierto el potencial mágico de las máscaras. El uso de esta magia permite al luchador disfrazar su personalidad por un momento, llevándolo a una transformación total de su propia identidad, esto hace que la máscara se vuelva algo privado para el luchador (López, 2010). El hecho de que la máscara le dé cierto misticismo a quien la usa ha llevado a la mitificación del personaje (algunas veces hasta dotándolo con superpoderes), por parte del público y transformarlo en un símbolo cultural para los mexicanos (Castellanos, 2011).

La mitificación de los luchadores se comienza a dar en la década de los cincuenta, en la llamada época de oro de la lucha libre cuando por su popularidad comienza a entrar en los distintos medios de comunicación, como el cine y la televisión, que empezaban a consolidarse en México. Esta coincidencia de la popularidad de la lucha con la masificación de los medios de comunicación llevó a este deporte a llegar a una amplia población mexicana, incrementando su popularidad aún más.

En esta etapa el luchador se establece como figura mediática, multifacética como deportista, actor o perfórmer y es aquí en donde encontramos elementos como: La espiritualidad, el erotismo, la comedia y la tragedia. Esto convierte a la lucha libre en una compleja construcción simbólica que presenta distintas pulsiones del mexicano y después lo recrea a su manera, sirviendo como inspiración para los emergentes artistas de la época (elModo.mx, 2015).

El hecho de que la Lucha Libre sea una representación en términos culturales simple, la hace accesible para todos, esto sustentado por algunos elementos como el uso de la máscara que transforma la identidad de quien la usa hasta el constante conflicto entre rudos y técnicos, esto hace de la Lucha Libre una representación del bien y el mal que está tan impregnada en las raíces mexicanas. Esto último toma relevancia cuando observamos la herencia mesoamericana en la cultura mexicana fundada en un pensamiento dialéctico entre dualidades: Siempre el bien y el mal juntos (Delgado, 2014). La Lucha Libre como se ha demostrado ataca las raíces culturales mexicanas tan certeramente, al punto de generar pasión y expectación entre los aficionados que asisten a verla y los mismos luchadores que participan en ella, todos colaborando para la creación del acto y transformarlo en un todo.

Como se ha observado los distintos rasgos que conforman la Lucha Libre mexicana (como la máscara o el constante conflicto entre el bien y el mal) están cargados de fuerte contenido simbólico, que como se explica anteriormente ayuda a conformar a las personas una realidad propia, así como el entendimiento de su propia sociedad. La Lucha Libre al ser un complejo cultural, influencia constantemente en la reproducción social de una cultura que muchas veces permanece desapercibida entre la sociedad mexicana en general.

Conclusiones

Como se ha visto la Lucha Libre tiene un origen europeo, que sin embargo, no tuvo gran trascendencia a la hora de presentarse en México. Este deporte tuvo que pasar por la inclusión de nuevos rasgos, para llamar la atención del público y masificar el negocio, el más importante de estos rasgos fue el uso de la máscara. La cultura tan diversa que tiene México, así como la esencia de la Lucha Libre (la constante lucha del bien y el mal) la llevó a esta última a ser aceptada socialmente y ser un complejo cultural de la sociedad mexicana. La Lucha Libre como complejo cultural ha llevado a reproducir distintos símbolos entre la sociedad, que se relacionan fuertemente con sus rasgos, estos a su vez se vuelven parte de la idiosincrasia de los aficionados mexicanos de la Lucha Libre al ser reproducidos constantemente, convirtiéndola en uno de los deportes más importantes e influyentes a nivel nacional, confirmando la hipótesis planteada en un principio.

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[a] Estudiante de la Licenciatura en Sociología de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Azcapotzalco.
Correo de Correspondencia: robinsonisraelflores@gmail.com