Intervenciones efectivas para reducir los efectos del estrés

Resumen

Una situación estresante provoca la liberación de hormonas como la corticotropina, el cortisol, la adrenalina y la noradrenalina. Estos cambios tienen la finalidad de permitir al organismo contender con la situación. Hay varias estrategias que se proponen como casi mágicas para reducir los niveles de estrés y ansiedad; sin embargo veremos que el ejercicio físico cuenta con varios estudios que respaldan los beneficios sobre el estrés y depresión. Por otra parte, las actividades lúdicas, la actividad sexual y la música también se postulan como intervenciones eficientes para prevenir o reducir los efectos del estrés.


Palabras clave: estrés, ansiedad, juego, ejercicio, sexo, música.

Abstract

Stressful situations promote the release of stress-related hormones such as corticotropin, cortisol, adrenaline, and noradrenaline. These changes allow the organism to deal with the threatening situation. There are several interventions that have been proposed as effective in reducing stress and anxiety levels, in particular physical activity has a broad set of studies that support its benefits. On the other hand, ludic activities, sexual activity, and music are emerging areas that can also alleviate symptoms related to anxiety. We will discuss the impact that physical exercise, ludic activities, sexual activity, and music have on symptoms related to stress, anxiety and depression.


Keywords: stress, anxiety, play, exercise, sex, music.

 

 

De manera casi repentina empezaron a aparecer en varios locales comerciales y en las manos de jóvenes unos aparatos de tres especies de hélices de alrededor de 8 cm de diámetro. Estos aparatos giran de manera casi interminable una vez que se les da un pequeño impulso, son llamados "spinners" y algunos vendedores dicen que pueden reducir el estrés. Estos aparatos semejan a otros elementos que hace años se anunciaban también para reducir estrés como las pelotas de esponja que se apretaban, las estructuras con péndulos que al iniciar el choque entre esferas de metal el movimiento se propagaba. En fin, han circulado muchos artilugios que aseguran reducir el estrés casi de manera mágica. Pero, ¿realmente tienen ese efecto estos aparatos?¿qué estrategias son las más efectivas para reducir el estrés? Primero describiremos lo que es el estrés y lo que produce en el cuerpo. Posteriormente discutiremos sobre las estrategias que se han demostrado como benéficas para reducir los efectos del estrés: el juego, la actividad física, la actividad sexual y de manera más reciente la música.

Estrés y cambios fisiológicos

Un estresor se define como cualquier circunstancia, objeto o experiencia que produce un efecto real o potencial en la integridad de un individuo; el estresor induce cambios corporales rápidos que permiten lidiar con la situación actual, además de producir cambios tardíos que provocan cambios útiles para el futuro (Jöels & Baram, 2009). La respuesta ante una situación estresante o de peligro es conocida como “fight, flight or freeze” o respuesta de “pelea, huida o congelamiento”. Esta respuesta está guiada por el eje hipotálamo-pituitaria-adrenal (HPA) el cual regula la producción y liberación de hormonas del estrés tales como la hormona liberadora de corticotropina, el cortisol, la corticosterona, la adrenalina y la noradrenalina. Las hormonas adrenalina y noradrenalina son secretadas por la médula adrenal mientras que los corticosteroides son liberados de la corteza adrenal (Riedemann, Patchev, Cho, & Almeida, 2010; Rodrigues, LeDoux, & Sapolsky, 2009). Hay dos tipos de corticosteroides: glucocorticoides (corticosterona y cortisol) y mineralocorticoides (aldosterona y deoxicorticosterona).  Una vez liberada de la corteza adrenal, la corticosterona es transportada por todo el torrente sanguíneo llegando a diferentes órganos como al cerebro donde puede afectar su funcionamiento (Karssen et al., 2001).

Los cambios descritos anteriormente corresponden a cambios inmediatos después del evento estresante, sin embargo si el estrés se mantiene (estrés crónico) también se afecta la expresión de genes. Los receptores de glucocorticoides funcionan como factores de transcripción y pueden así regular la expresión de genes; las funciones en las que se implican estos genes son metabolismo celular, estructura y actividad de las neuronas (Datson, van der Perk, de Kloet, & Vreugdenhil, 2001).

Se han estudiado los cambios que acontecen en el cerebro de animales sometidos a periodos largos de estrés; se han descrito cambios en las propiedades eléctricas de las neuronas, disminución del número de contactos que se establecen entre neuronas que afecta la comunicación entre ellas y alteraciones en la migración de neuronas recién formadas a sitios donde son requeridas (Joëls, Karst, Krugers, & Lucassen, 2007). Estos cambios se han estudiado principalmente en el hipocampo, la corteza prefrontal y la amígdala. Después de un periodo de varias semanas de exposición a un mismo tipo de estresor los niveles de cortisol que se habían elevado debido a lo largo de las sesiones regresan a niveles basales ante la misma situación estresante, es decir, el organismo logra un equilibrio. Sin embargo la respuesta hormonal depende de los tipos de estresores empleados (e.g. inmovilizar a los animales, exponerlos al territorio de un macho dominante), de la presentación de solo un tipo de estresor o de distintos, del sexo de la especie y de la cepa del animal (Joëls, Karst, Krugers, & Lucassen, 2007). Además, la continua exposición al estrés, en especial durante las primeras etapas de la vida,  provoca el desarrollo de alteraciones psiquiátricas, de patologías relacionadas con el sistema inmune, enfermedades cardiovasculares, metabólicas e incluso cáncer (Vaiserman, 2011).

El estrés, la ansiedad y la depresión están altamente relacionados

El estrés está íntimamente relacionado con la ansiedad ya que las respuestas fisiológicas son compartidas sin embargo en el estrés una situación u objeto estresantes están presentes y desencadenan los cambios descritos anteriormente coordinados por la activación del eje HPA. Por otra parte, la ansiedad es una respuesta anticipatoria a una amenaza futura, es decir que el estresor no está presente, que está relacionada con  tensión muscular, vigilancia en relación a un peligro futuro y comportamientos cautelosos o de evitación. Los trastornos de la ansiedad se diferencian de una ansiedad adaptativa y del miedo por una mayor persistencia (más de 6 meses) y porque se prolongan más allá de etapas del desarrollo apropiadas (American Psychiatric Association, 2014). En México entre el 15 y 20% de la población sufre de algún trastorno de la ansiedad (Sola, 2012; Universia México, 2013; Varela Huerta, 2011). Existen diversos trastornos que se agrupan en la categoría de la ansiedad los cuales se describen brevemente en la Tabla I.

El diagnóstico de ansiedad es común en pacientes con depresión; más del 80% de los pacientes con un diagnóstico de ansiedad también muestra síntomas de depresión y viceversa, esto representa grandes retos para el diagnóstico y tratamiento (Gorman, 1996). Por lo anterior veremos que nuevas intervenciones no invasivas como el juego, la actividad física, la actividad sexual y la música se proponen como nuevos candidatos efectivos para aliviar síntomas de ansiedad y depresión.

Tabla I. Trastornos de ansiedad. Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales(American Psychiatric Association, 2014)

Trastorno de ansiedad por separación

La persona se encuentra asustada o ansiosa ante la separación de aquellas personas por que siente apego en un grado que es inapropiado para el desarrollo. Existe miedo o ansiedad persistente sobre los posibles daños que puedan sufrir las personas por las que siente apego, asi como pesadillas y sintomas fisicos de angustia.

Mutismo selectivo

Se caracteriza por una incapacidad para hablar en las situaciones solciales en que hay expectativa de hablar (p. ej., en la escuela), a pesar de que la persona habla en otras situaciones.

Trastorno de ansiedad social (fobia social)

La persona siente miedo o ansiedad ante las interacciones sociales y las situaciones que implican la posibilidad de ser examinado, o bien las evita. La ideación cognitiva es la de ser evaluado negativamente por los demás, por sentirse avergonzado, humillado o rechazado, o por ofender a otros.

Trastorno de pánico

La persona experimenta recurrentes e inesperadas crisis de pánico y es persistentemente intranquila o preocupada sobre tener nuevas crisis o cambia de manera desadaptativa su comportamiento debido a las crisis de pánico (p. ej., evitación del ejercicio o de situaciones desconocidas)

Agorafobia

Se sienten temerosos o ansiosos ante dos o más de las siguientes situaciones: uso del transporte público, estar en espacios abiertos, encontrarse en lugares cerrados, hacer cola o estar en una multitud, y encontrarse solos fuera de casa o otras situaciones.

Ansiedad generalizada

Las características principales son una ansiedad persistente y excesiva y una preocupación sobre varios aspectos, como el trabajo y el rendimiento escolarque la persona percibe dificiles de controlar.

Actividades lúdicas para reducir ansiedad antes de una intervención hospitalaria

Se ha encontrado que el uso de muñecos para explicar los procedimientos quirúrgicos, la representación por parte de los padres de los procedimientos, la lectura de libros, el uso de juguetes o ver la televisión reducen síntomas de estrés en niños que se someterán a una intervención quirúrgica además de que logran una mayor colaboración por parte de los padres para los procedimientos (Ghabeli, Moheb, & Hosseini Nasab, 2014; Silva, Austregésilo, Ithamar, & Lima, 2017).

El trabajo de los payasos terapéuticos fue desarrollado formalmente por el Dr. Patch Adams en la década de los años 70 en unidades pediátricas. A pesar de que hay diferentes métodos en la terapia de payasos, la finalidad es siempre mejorar la eficiencia de los tratamientos médicos en los pacientes (Pendzik & Raviv, 2011). En el área de estrés se ha encontrado que el uso de payasos terapéuticos ayuda a reducir la ansiedad de los niños pacientes que se someten a procedimientos invasivos o cirugías menores; además el nivel de estrés de los padres también se reduce (Sridharan & Sivaramakrishnan, 2016).

De manera más específica, el efecto del uso de juguetes particulares para reducir el estrés ha sido poco abordado. En el estudio de Alvarez et al. (2015) a estudiantes universitarios se les dio una pelota anti-estrés después de haber sido sometidos a una situación controlada de estrés dentro del laboratorio (resolución de problemas matemáticos con un bono de acuerdo al puntaje obtenido). Se encontró que el uso de la pelota anti-estrés después de la situación estresante no provocó mejorías en la frecuencia cardiaca, presión arterial o en la sudoración de la piel con respecto a estudiantes que se sometieron a la situación estresante pero que no emplearon la pelota. Este trabajo demuestra que las pelotas anti-estrés no son efectivas en reducir las consecuencias fisiológicas del estrés en condiciones simples como la resolución de problemas algebraicos.

La actividad física como la estrategia por excelencia para lograr un bienestar emocional

Los beneficios de la actividad física son indiscutibles, se ha encontrado que pueden reducir hasta en un 30% las causas de mortalidad realizando 30 min de ejercicio moderado a alto durante 5 días a la semana (DHHS, 2002). Aunado a esto el ejercicio provoca mejorías en el sistema cardiovascular, en el tono muscular y en el funcionamiento de las articulaciones (DHHS, 2002).

En animales modelo se ha encontrado que la actividad aeróbica aumenta los niveles de los neurotransmisores serotonina y noradrenalina en el cerebro de manera similar a lo que harían efectos de los antidepresivos (Meeusen & De Meirleir, 1995). Durante el ejercicio también se liberan endorfinas las cuales son opiodes producidos de manera natural por el cuerpo; estas endorfinas producen la sensación de euforia y reducción de dolor. Niveles bajos de endorfinas se han vinculado con estados depresivos, esto se encontró en muestras de cerebro de pacientes que se suicidaron con respecto a muertes espontaneas (Scarone et al., 1990).

Un estudio enfocado en niños encontraron que aquellos niños que desarrollaron un grupo de actividades físicas estructuradas (bicicleta fija, atletismo y saltos en mini-trampolín) durante 6 semanas mostraron una mejor respuesta cardiovascular, niveles más bajos de depresión y mayor autoestima con respecto a niños que realizaron actividades con bajo gasto energético (p. ej. caminar, encestar canastas)(Crews, Lochbaum, & Landers, 2004).

Con la finalidad de tener mediciones más precisas sobre la cantidad de ejercicio y su relación con mejorías en la salud emocional, en el trabajo de Parfitt y Eston (2005) midieron el número de pasos ejecutados por niños de 10 años en un periodo de 7 días mediante podómetros colocados en la cadera. Los niños con mayor actividad física efectivamente mostraron más alta autoestima y menor ansiedad y depresión; de manera más precisa los niños que realizaron más de 12,000 pasos por día tuvieron mejores perfiles psicológicos.

Los beneficios de la actividad física también han sido demostrados en adultos jóvenes. En adolescentes una menor satisfacción con la vida se asocia con tener una menor actividad física (Valois, Zullig, Huebner, & Drane, 2004). De manera complementaria, los universitarios que reportaron una mayor satisfacción con la vida fueron aquellos que también tuvieron una mayor actividad física (Maher et al., 2013).

Una manera de estudiar los efectos del estrés en humanos es mediante la prueba de estrés social Trier en la que a las personas se les pide organizar una presentación oral en un corto tiempo y posteriormente son evaluados por jueces, adicionalmente se someten a una prueba aritmética (Kirschbaum, Pirke, & Hellhammer, 1993); se sabe que la prueba de Trier efectivamente provoca un incremento en la respuesta cardiovascular y en la activación de eje HPA. Mediante la aplicación de la prueba Trier a adultos jóvenes, se encontró que hombres con una preparación deportiva de excelencia mostraron niveles más bajos de cortisol y una menor frecuencia cardiaca después de someterse a la prueba Trier con respecto a jóvenes sin preparación deportiva; aunado a esto, los jóvenes con preparación deportiva mostraron mayor calma ante la situación y mejor estado de ánimo (Rimmele et al., 2007). Los autores sugieren que el ejercicio ejerce un efecto protector sobre los desórdenes relacionados con el estrés.

El estudio del impacto del ejercicio en estados de depresión en adultos mayores ha tomado gran relevancia ya que en décadas recientes se ha empezado a crear una cultura del envejecimiento. Un estudio de meta-análisis donde se analizaron de manera conjunta los resultados de 32 estudios encuentra que el haber realizado ejercicio por varias semanas y por periodos de varias horas se asocia con mejorías en el estado de ánimo en adultos mayores (Arent, Landers, & Etnier, 2000). En el trabajo de Babyak et al. (2000) se estudió el efecto del ejercicio junto con un tratamiento con un antidepresivo en adultos mayores de 50 años diagnosticados con desorden mayor de depresión. Los participantes se dividieron en tres grupos, los que realizaron ejercicio aeróbico, los que se medicaron con el antidepresivo sertralina y los que realizaron ejercicio y también tomaron sertralina; estas condiciones se mantuvieron durante 16 semanas. Cuatro meses después de la intervención se encontraron mejorías en los niveles de depresión en los tres grupos y el porcentaje de pacientes que ya no presentaron el diagnóstico de depresión (i. e. remitieron) fue también similar entre los tres grupos (alrededor del 65%). Sin embargo, 10 meses después de terminada la intervención, en el grupo de solo ejercicio hubo un mayor porcentaje de pacientes que se recuperaron de la depresión con respecto al grupo que sólo recibió el medicamento pero también con respecto al grupo de medicamento y ejercicio (Babyak et al., 2000). Este trabajo permite sugerir que el ejercicio tiene efectos prolongados sobre pacientes depresivos e incluso muestra mejores resultados que el tratamiento con antidepresivos.

La importancia de la relajación a través del sexo

Cuanta verdad hay en las palabras de Madonna (cantante EU) cuando dijo que “el amor es emoción y el sexo acción”. La actividad sexual es equivalente a una actividad física de leve a moderada en el rango de 3 a 5 equivalentes metabólicos durante un periodo corto (METs por sus siglas en inglés que equivale aproximadamente a caminar a paso rápido, bailar o a realizar actividades domésticas) (Levine et al., 2012). Por lo cual podríamos concluir que efectivamente es un tipo de actividad física. Uno de los beneficios de la actividad sexual es a nivel cardiovascular, por ejemplo en mujeres que tienen relaciones sexuales con una sola pareja pero de buena calidad, se reduce el riesgo de hipertensión (Liu, Waite, Shen, & Wang, 2016).

Los beneficios de la actividad sexual incluyen también a las endorfinas y a otras hormonas que al ser liberadas mejoran el estado de ánimo además de aumentar la neurogénesis (Prince, Prince, Kinghorn, Fleming, & Rhees, 1998). Altos niveles de testosterona han sido asociados con un mejor funcionamiento de la memoria verbal y visual (Boss, Kang, Marcus, & Bergstrom, 2014), además, tiene influencia en el estado de ánimo , la memoria y la cognición (Aleman et al., 2001). En el envejecimiento alteraciones en los niveles hormonales también impactan en la cognición y en el humor (Castanho et al., 2014).

Eduardo Punset economista y escritor español decía que “al sexo le pasa como a la memoria: si no se utiliza desaparece”. En adultos mayores, el desempeño en funciones cognoscitivas (e.g. razonamiento, memoria, atención) ha sido asociado con varios factores como el estilo de vida (Marioni, van den Hout, Valenzuela, Brayne, & Matthews, 2012), factores psicológicos de calidad de vida (crecimiento personal, autonomía, relaciones positivas con otros, etc.), soledad (Holwerda et al., 2014), humor (Wilson et al., 2002), actividad física (Blondell, Hammersley-Mather, & Veerman, 2014) y por supuesto con la actividad sexual (Wright & Jenks, 2016).

Los beneficios de la actividad sexual sobre las funciones cognoscitivas son diferentes entre adultos mayores hombres y adultos mayores mujeres (Padoani et al., 2000; Wright & Jenks, 2016). En el estudio de Wrigth y Jenks (2016) usaron dos tareas cognoscitivas una de secuencia de números y otra de memoria, encontraron que los adultos mayores hombres que son sexualmente activos tienen también un incremento de los niveles de sus funciones cognoscitivas a nivel general (funciones ejecutivas y memoria) (Padoani et al., 2000). Por otro lado, en las mujeres mayores solo se encontraron beneficios de la actividad sexual específicamente en memoria (Wright & Jenks, 2016). Las diferencias de género en las funciones cognoscitivas ampliamente reportadas por varios autores (Andreano & Cahill, 2009; Munro et al., 2012) podrían estar vinculadas con las particularidades en el desarrollo y estructura del cerebro en hombres y mujeres (Zaidi, 2010); durante el desarrollo del embrión en el útero las hormonas tienen una importante función en la diferenciación sexual del cerebro, dependiendo del tipo de hormona y del nivel de actividad hormonal durante el estado de desarrollo del embrión puede producir cerebros con rasgos de macho o de hembra (Zaidi, 2010).

Si la actividad sexual es un tipo de actividad física es probable que los beneficios de la actividad sexual tengan un impacto en las funciones cognoscitivas de los adultos mayores que tengan una mayor cantidad de actividad sexual. Por otro lado, existe una asociación entre altos niveles de actividad física y una reducción del riesgo de tener deterioro cognoscitivo y demencia (Blondell et al., 2014). Por supuesto, también es probable que este beneficio esté relacionado con la calidad de la actividad sexual y que existan diferencias entre hombres y mujeres.

Por otro lado, también se ha mostrado que los estresores y el estrés que experimentamos está correlacionado negativamente con la actividad sexual (Bodenmann, Atkins, Schär, & Poffet, 2010; Bodenmann, Ledermann, Blattner, & Galluzzo, 2006). Existe una dependencia del estrés subjetivo (el que percibimos) debido a estresores externos (estrés originado fuera de la relación de pareja) con la sexualidad (conducta sexual, satisfacción con la actividad sexual y frecuencia del orgasmo) (Bodenmann et al., 2010). Los resultados de Bodenmann et al. (2010) muestran que la conducta sexual (frecuencia de la actividad sexual) varían ligeramente a través de la semana teniendo un pico de actividad sexual en el fin de semana. Lo anterior estaría diciendo que hay un aumento de la actividad sexual cuando hay más tiempo entre las parejas y la carga de trabajo es menor. Sin embargo, algunos estudios muestran que el estrés puede ser manejado de forma diferente entre hombres y mujeres. Al parecer el deseo y la actividad sexual pueden incrementarse en hombres que experimentan estrés (Bodenmann, Ledermann, & Bradbury, 2007). Por otro lado, el estrés agudo amplifica las diferencias sexuales en la búsqueda de riesgos; las mujeres eviten más los riesgos y los hombres los buscan más (Lighthall, Mather, & Gorlick, 2009). Especulamos que los principios evolutivos podrían explicar estas diferencias sexuales inducidas por el estrés en la conducta de riesgo ya que el papel del hombre era propagar su especie como signo de éxito a pesar de las situaciones adversas del entorno mientras que el papel de la mujer era asegurarse de la crianza de los nuevos seres en un entorno sin riesgos. Uno de los triunfos de la sociobiología moderna es que la teoría de la evolución puede explicar por qué los sexos difieren en sus conductas (Alcock, 2001). Los machos son competitivos, sexualmente indiscriminados y agresivos, mientras que las hembras son pasivas, exigentes y tímidas. Lo dicho con anterioridad es una aseveración exagerada sin embargo, tiene sus raíces empíricas en la observación de algunas especies. Es probable que nuestros estereotipos culturales sobre los roles de género humano provengan de las mismas bases biológicas que configuran los roles sexuales en otras especies (Houde, 2001).

La música y su impacto en la mente y cuerpo

Nada mejor que ponerse los audífonos y escuchar tu canción favorita ya sea después de una día cansado o antes de realizar una actividad que te pone nervioso. O incluso también compartir tu música con alguien más. Es la maravilla de la música lo que hace que sintamos una diversidad de emociones, y ahora la ciencia empieza a develar los cambios fisiológicos que ocurren después de escucharla.

Un estudio realizado en la Universidad de Zurich (Thoma et al., 2013) con  mujeres sanas con un promedio de 25 años de edad, demostró que al escuchar música se logra un impacto en el sistema del estrés. Este estudio fue llevado a cabo con 3 grupos: el primer grupo escuchó música relajante (‘Miserere’, Allegri), el segundo sonidos de cuerpos de agua y el tercero simplemente permaneció en reposo. Posteriormente, estos tres grupos de mujeres fueron sometidos a una situación de estrés psicosocial mediante la prueba Trier. La respuesta de estrés medida a través los niveles de cortisol fue mayor en el grupo que escuchó música relajante. Contrario a lo que los autores esperaban, el escuchar música antes de la situación de estrés psicosocial, aumentó la respuesta del eje HPA mientras que una baja activación se observó tanto en una situación de reposo como en los sonidos de cuerpos de agua. Este hallazgo abre las puertas al estudio formal del efecto relajante de sonidos de cuerpos de agua que serían similares a que la persona estuviera en reposo, sería interesante estudiar los cambios en el organismo de este tipo de sonidos en pacientes que sufren algún desorden de la ansiedad como los citados en la Tabla I.

¿Los cambios fisiológicos provocados por escuchar música son los mismos si ésta se escucha en compañía de alguien o incluso de muchas personas, como en un concierto? En un estudio realizado a 53 voluntarios de la Universidad de Marburg, Alemania (Linnemann, Strahler, & Nater, 2016) se empleó un "modelo ecológico" en donde los participantes realizaron sus actividades normales diarias y se les pidió que respondieran a ciertas preguntas relacionadas con el estrés en distintos momentos del día junto con la toma de muestras de saliva. Los modelos ecológicos pretenden no ser invasivos y dar un panorama más real de lo que ocurre en el día a día sin afectar estas respuestas por asistir a un laboratorio de pruebas. Se reveló que escuchar música no se asoció con un efecto de reducción del estrés. Sin embargo, escuchar música en presencia de otros llevó a una disminución de los niveles de estrés subjetivo (los pacientes indican con preguntas simples si sienten que están estresados o no), se atenuó la secreción de cortisol salival y hubo mayor actividad de la alfa-amilasa salival, que es una enzima inducida por la liberación de adrenalina en situaciones estresantes (Nater et al., 2006). Los autores explican que el resultado opuesto del cortisol y la alfa-amilasa se debe a que si el escuchar música en presencia de otros tendría un efecto relajante, también puede tener un efecto activador que dependería de qué tan motivante es en sí la música que se escucha en ese momento. En el trabajo de Linnemann et al. (2016) también se encontró que el efecto reductor del estrés al escuchar la música solitariamente sólo es efectivo cuando el motivo de escucharla es justamente relajarse.

El filósofo alemán Kant una vez llamó a la música el arte vivificador y realmente lo es. La música hace que te muevas, te motives, te sientas a gusto no importando tu entorno, y no sólo tú la sientes, las demás personas que te rodean también la sienten. La ciencia ahora demuestra que los efectos de la música sobre el cuerpo y mente son diversos dependiendo del tipo de música y del contexto en el que la escuchamos.

Conclusiones

La actividad física promueve no solo beneficios en el funcionamiento del organismo sino en el estado de ánimo. Los estudios se han realizado con niños, adolescentes, adultos y ancianos y en todos los casos mayores niveles de actividad diaria se relacionan con mayor autoestima y menores niveles de depresión. El estudio de los beneficios de juguetes específicos para la reducción de estrés ha sido poco explorado, sin embargo la realización de juegos entre niños, padres y personal hospitalario reduce los niveles de estrés en niños que serán sometidos a una cirugía. Los beneficios de la actividad sexual son diferentes entre hombres y mujeres, en términos generales una mayor calidad de actividad sexual se relaciona con mejorías en habilidades mentales y en un mejor pronóstico del envejecimiento. Finalmente los efectos de la música sobre el estrés parecen depender del tipo de música pero también si se escucha a solas o en compañía y de la motivación personal por escuchar música.

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[a] Escuela Superior de Tepeji del Río, Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. Correo: sofia_gsalinas@uaeh.edu.mx

[b] Instituto de Neurobiología, UNAM Campus Juriquilla. Correo: grabzdkiel10@gmail.com

[c] Licenciatura en Tecnología, Centro de Física Aplicada y Tecnología Avanzada, UNAM Campus Juriquilla. Correo: pgoveaa28a@live.com