Marginación sexual de las personas con discapacidad

Resumen

La salud en la sexualidad es el estado de equilibrio orgánico y psicosocial que permite al individuo desarrollarse como ser sexuado, y la discapacidad es la reducción en la capacidad funcional para desempeñar las actividades cotidianas en forma útil e independiente a consecuencia de un déficit temporal o permanente en las áreas física, mental o social. Existen varios mitos y estereotipos en torno a la sexualidad de las personas con discapacidad; la misma gente es capaz de mermar drásticamente la expresión sexual de estas personas, como pensar que son asexuales y que dependen de los demás. También existe una devaluación de la percepción corporal que dificulta apreciarse como un sujeto sexualmente atractivo. A esto se suman otros factores que pueden ser considerados un obstáculo para la vida sexual, como el dolor, el uso de fármacos, incontinencia urinaria o fecal, la dificultad para adoptar ciertas posiciones para realizar el coito e incluso el temor a la muerte.
Es indudable que la vida sexual de las personas discapacitadas tiene una especificidad, bien en sí misma, bien por las condiciones en que pueden vivirla. Cada discapacidad supone una cierta especificidad en la forma de vivir la sexualidad, cada discapacitado y cada contexto familiar y social también, los discapacitados tienen posibilidades y formas muy diferentes de vivir la sexualidad. Las personas con discapacidad, son personas sexuales y tienen un amplio rango de necesidades emocionales y sexuales y los mismos problemas que las personas con cuerpos hábiles. Tienen los mismos derechos sexuales y la posibilidad de involucrarse totalmente en interrelaciones emocionales y sexuales.


Palabras clave: salud, sexualidad, discapacidad, estereotipos, derechos sexuales

Abstract

The health status sexuality is organic and psychosocial balance that allows the individual to develop as a sexual being, and disability is the reduction in functional capacity to perform daily activities into useful and independently as a result of a temporary or permanent deficit in physical, mental or social areas. There are several myths and stereotypes about the sexuality of people with disabilities; the same people are able to drastically diminish the sexual expression of these people like to think they are asexual and depend on others. There is also a devaluation of body perception hinders seen as sexually attractive subject. This other factors that can be considered an obstacle to sexual life, such as pain, medication use, urinary or fecal incontinence, difficulty taking certain positions for intercourse and even the fear of death are added.
Undoubtedly, the sexual life of people with disabilities has a specificity, good in itself, or by the conditions under which they live. Each disability is a certain specificity in the way of living sexuality, disability each and every family and social context also, the disabled have very different possibilities and ways of living sexuality. People with disabilities are sexual people and have a wide range of emotional and sexual needs and the same problems that people with working bodies. They have the same sexual rights and the ability to fully engage in emotional and sexual relationships.


Keywords: health, sexuality, disabilit, stereotypes, sexual rights

Introducción

Cuando se habla de personas con discapacidad, podemos poner el énfasis en la persona o en la discapacidad. En general, la mayoría se sitúa más en la discapacidad que en la persona. Así nos centramos en las limitaciones, en las dificultades y no en la potencialidad ni en las posibilidades. Pensamos que debido a esas dificultades “nunca van a tener pareja”, “no van a poder ser madres o padres” o “no son atractivos”...

La discapacidad física, sin importar cuál sea su causa, es un hecho determinado medicamente, que puede definirse y describirse explícitamente. Los temores y los miedos infundados hacen que la sexualidad de las personas con discapacidad sea negada, repudiada, rechazada o reprimida por los individuos que rodean al sujeto con discapacidad, tratando generalmente de mantenerla oculta. Los miedos y los prejuicios también trascienden a los profesionales de la salud y de la educación.

El temor a la expresión de la sexualidad de la persona con discapacidad tiene tal vez su fundamento en la creencia de que el poseer un grado adecuado de salud física es un factor de vital importancia para el ejercicio de la vida sexual, por lo cual, las discapacidades que pueden interferir con la conducta sexual, con la función reproductora o con ambas, llevan a concebir a la persona con discapacidad como asexual. La responsabilidad personal y profesional es tratar de reconocer y satisfacer nuestras necesidades sexuales y no sexuales individuales, y desarrollar nuestro potencial de “propagadores” de la salud sexual mediante la confianza, atención e información que proporcionemos a la persona con discapacidad.

Algo más que barreras físicas se interponen entre muchas personas con discapacidad y el mundo exterior, existen además barreras históricas y actitudinales, pueden no ser tan tangibles como la inaccesibilidad de los edificios, autobuses y aceras, pero en la gran mayoría son igualmente impotentes e implacables. El rechazo y el aislamiento de las personas con discapacidad tienen una larga historia. En distintas ocasiones de su vida, casi todas las personas se han sentido aisladas, menospreciadas, desvalorizadas o estigmatizadas en algún modo. Cualquiera que sea la razón de estos sentimientos, la reacción suele ser aguda y varía desde una sensación de incapacidad, autocompasión o miedo, hasta la desesperación y la furia. Identificar las actitudes individuales obstaculizantes y comprenderlas ayuda a modificarlas o controlarlas, de modo que podamos evitar que una discapacidad se convierta en una desventaja.

Si revisamos que sucede con las actitudes de la sociedad, podemos encontrar que muchas de estas actitudes sociales son totalmente irracionales, reacciones como la expresión facial son, a menudo, inconscientes o incontrolables. La actitud pública hacia las personas con discapacidad está modificándose gradualmente. Es tarea de las propias personas con discapacidad conseguir un puente de mutua comprensión.

Desarrollo

Alrededor de la persona que pertenece a un grupo “aislado” o “marginado” la sociedad suele elaborar numerosos mitos, los cuales están basados en el desconocimiento y la falta de información objetiva, o en historias fantásticas que no coinciden con la realidad. El mito estigmatiza al sujeto y a la conducta a que se refiere, los mitos en torno al ejercicio de la sexualidad de las personas con discapacidad son capaces de mermar drástica e innecesariamente su expresividad sexual, al tender a contaminar la identidad del individuo y la calidad de sus relaciones sociales.

La persona portadora de un estigma parece perder su identidad social porque la sociedad cambia sus expectativas normativas, asi como también su identidad social real, ya que la persona con discapacidad tendrá que cambiar su comportamiento si quiere participar en la vida social (Krueger, 1992).

Los cambios en las expectativas de la sociedad en función de los estigmas forman la base de los estereotipos o mitos, es decir, las creencias populares asociadas al estigma. Frecuentemente el problema se complica por la pérdida de la privacidad, no solo durante el cuidado institucional, sino también en el hogar. Estando conscientes de estas dificultades, se deben desarrollar habilidades de ayuda. Las personas con discapacidad tienen el derecho de acceso al contacto social, emocional y sexual como personas “no discapacitadas”. Ante la posibilidad de verse destruido por la represión o la negación de sus derechos, la persona con discapacidad necesita borrar u ocultar todos los signos que son sinónimos de limitación o desarrollar ciertas pautas de conducta con las cuales pueda interactuar socialmente y minimizar en lo posible sus desventajas por su condición, aun con riesgo de perder en parte su propia identidad.

Es difícil concebir una experiencia más alienante que negarle a uno mismo la oportunidad de establecer y estimular contactos sexuales gratificantes. Por desgracia, la sociedad ha tardado en reconocer esta necesidad compartida por personas de todas edades y condiciones físicas. Hay que superar numerosos obstáculos, pero la pregunta es sencilla ¿Por qué las personas con discapacidad no han de tener el mismo acceso a la expresión sexual que disfruta la comunidad, más amplia, de los físicamente capaces?

Dado por sentado que los participantes en la actividad sexual la encuentren mutuamente agradable y satisfactoria, las opciones y soluciones para alcanzar una relación llena de significado son muy amplias y variadas. Sin embargo, los miembros con discapacidad de la sociedad han de afrontar una difícil tarea, que supone un reto para lograr relaciones sociales satisfactorias de larga duración con personas físicamente capaces. El hecho es que los no discapacitados evitan las interacciones directas con los que lo están físicamente y ello por efecto de la ansiedad, los miedos irracionales y la incomodidad emocional que suponen para las personas corporalmente sanas. De esta forma, quienes no viven con discapacidades evidentes, contribuyen a estigmatizar y a alienar a los que las tienen. Esta postura distanciadora y defensiva, impide que se adquiera la actitud óptima para modificar las reacciones sociales hacia las personas discapacitadas.

La medicina moderna, las técnicas de rehabilitación cada vez más sofisticadas, los avances tecnológicos, y las reformas legislativas, han comenzado a hacer más factible el que las personas con discapacidad lleven una vida más completa. No obstante, la auténtica integración aún no existe como tal.

La base de la integración es, “una sociedad que reconoce palpablemente su humanidad común con los discapacitados”. Debemos luchar por colocar esta primera piedra de una sociedad mejor, más igualitaria, más respetuosa ante las diferencias grupales e individuales.

Conclusiones

La sexualidad no se gana con trabajo o con buenas acciones, ni se pierde como resultado de una herida o una enfermedad. Toda persona, cualquiera que sea su género, edad o limitación es un ser sexual.

Toda persona con discapacidad o no, tiene derecho a ser informado sobre los aspectos de la sexualidad, el derecho a la expresión sexual y el derecho a entablar una relación íntima.

Existe evidencia de que las personas con limitaciones físicas saben menos sobre sexualidad que los no limitados.

Las personas con discapacidad de nacimiento, o desde la infancia, suelen ser sobreprotegidos por los padres y madres de familia, que los tratan como si no hubiera razón alguna para que recibir información sobre sexualidad. Al llegar a la etapa adulta tiene que superar sus miedos y ansiedades antes de empezar a aceptar su propia sexualidad y necesidades. Los que quedan limitados en su etapa posterior suelen descubrir que  la sexualidad es un aspecto olvidado en la rehabilitación y que deben reprogramarse ellos mismos su vida sexual,concientes de sus impedimentos.

Los recientes esfuerzos por reconocer la sexualidad de las personas con discapacidad se han dirigido principalmente a hombres con lesiones medulares. Se han ignorado en gran medida la sexualidad de las mujeres con discapacidad, aparte de aceptar su fertilidad y una participación sexual puramente pasiva.

Aunque las personas con discapacidad tienen derecho a que se les informe, es responsabilidad de cada individuo aprovechar las diferentes fuentes de información para integrar a su vida, un ejercicio de la sexualidad en plenitud.

Referencias

Torices, I. (2004) Personas con limitaciones y necesidades especiales: Estrategias educativas y de consejería. Mecanograma de la especialización en sexología educativa IMESEX-UPN.

Torices, I. (2005) Papel del terapeuta físico y el terapeuta ocupacional en la rehabilitación sexual de la persona físicamente discapacitada. En Archivos Hispanoamericanos de Sexología, I (2). Instituto Mexicano de Sexología.

Torices, I. (2007) La sexualidad en los Discapacitados. México. Ducere.


[a] Terapeuta sexual, Especialista en Sexualidad y Discapacidad, IMESEX, AC.

[b] Profesores/as investigadores/as de la Licenciatura en Enfermería-UAEH-ESTl

[c] Profesora por asignatura de la Licenciatura en Enfermería-UAEH-ESTl.

[d] Alumna del 6º. Semestre de la Licenciatura en Enfermería-UAEH-ESTl.