Métodos básicos en la investigación cualitativa, la observación


COMO HACER INVESTIGACIÓN CUALITATIVA, Tercera parte, Juan Luis Alvarez-Gayou Jurgenson, Ed. Paidos-educador, 2016, pp. 103-108. ISBN: 968-853-516-8.


En esta parte de su obra, el autor explicita los procedimientos más comunes para obtener datos en una investigación cualitativa. Podría objetarse el uso del término método, dado que éste puede entenderse más como una metodología general, tal como se plantea en el subtítulo de este libro (Fundamentos y metodología). Sin embargo, en una segunda aceptación, método se refiere a una técnica empleada en la adquisición y la elaboración del conocimiento. Por otro lado, hablar de técnica nos remite a un conjunto de medios utilizados en una ciencia, un arte o una actividad, y en este sentido también utilizamos dicha denominación para referirnos a estos métodos.

Una de las organizaciones académicas más importantes en la investigación cualitativa, el Instituto Internacional  de Metodología de la Investigación Cualitativa de la Universidad de Alberta, en Canadá, realiza periódicamente conferencias interdisciplinarias internacionales sobre avances en los métodos cualitativos. Por las razones  anteriores, en esta sección se utilizan indistintamente las denominaciones métodos o técnicas, entendiendo             que nos referimos a diferentes formas mediante las cuales los investigadores cualitativos obtienen la información que buscan en sus estudios.

Observación

Desde que tenemos conocimiento de la existencia del ser humano, la observación ha sido la piedra angular del conocimiento. Incluso durante el desarrollo de la persona, desde que el niño tiene uso de la vista, inicia su relación y su conocimiento del mundo a través de la observación.

Un reencuentro de la observación formal nos trae, entre las primeras, las observaciones botánicas de Aristóteles en la isla de Lesbos, así como las crónicas derivadas de la observación de Herodoto sobre las guerras greco-persas.

Augusto Comte, el fundador de la sociología, señalaba que la observación era uno de los cuatro métodos medulares de investigación sociológica (junto con la comparación, el análisis histórico y la experimentación). Todos hacemos uso de la observación cotidianamente, lo cual da lugar al sentido  común y al conocimiento cultural. La diferencia entre la observación cotidiana y la que tiene fines científicos radica en que esta última es sistemática y propositiva. En The American Heritage Dictionary of the English Language se define la observación como “el acto de notar un fenómeno, a menudo con instrumentos, y registrándolo con fines científicos”.

La observación no implica únicamente obtener datos visuales; de hecho participan todos los sentidos. Al respecto, Patricia y Peter Adler señalan que “la observación  consiste en obtener impresiones del mundo circundante por medio de todas las facultades humanas relevantes”. Esto suele requerir contacto directo con el (los) sujeto(s) aunque pueda realizarse observación remota registrando a los sujetos en fotografía, grabación sonora, o videograbación y estudiándola posteriormente.

La observación para Ketele (1984) “es un proceso que requiere atención voluntaria e inteligencia, orientado por un objeto terminal y organizador y dirigido hacia un objeto con el fin de obtener información. La observación, por principio, es susceptible de ser aplicada a cualquier conducta o situación. Pero una observación indiscriminada perdería interés si no selecciona un objeto o tema a observar. Como plantea Whitehead (1967): “saber observar es saber seleccionar”, es decir, plantearse previamente qué es lo que interesa observar. En este sentido ayuda, como indica Arnud (1979), contar con una estructura teórica previa o esquema conceptual.

Todos observamos a los demás, sus conductas, conversaciones, su silencio y nivel de comunicación y también nos observamos a nosotros mismos. La observación puede transformarse en una poderosa técnica de investigación social en la medida en que se:

La observación entendida en sentido amplio, según Sierra Bravo (1985:2000), engloba todos los procedimientos utilizados en las ciencias sociales no sólo para examinar las fuentes donde se encuentran los hechos y datos objeto de estudio, sino también para obtenerlos y registrarlos con el fin de que nos faciliten el conocimiento de la realidad. La observación proporciona al investigador la materia de trabajo que será objeto después de tratamiento definitivo, mediante la clasificación, tabulación, análisis y explicación.

Guía práctica para realizar una escala de observación

La técnica de la observación comprende las siguientes fases:

Tradicionalmente se ha hablado, desde el paradigma cuantitativo, de dos tipos de observación: la no participante y la participante. La ilusión positiva de que el investigador podría separarse por completo y lograr la objetividad no se acepta en la investigación cualitativa. Incluso si se observa un video y el investigador no tiene contacto con las personas observadas, su interpretación de lo que observa lo convierte en participante. De esta manera en los textos cualitativos sólo se habla de la observación participante, por lo que parece mucho más adecuado la subdivisión de los tipos de observador que Bufford, 1960, propone:

La observación participante es un paso inicial en estudios etnográficos. Schensul, (1999) enumera las siguientes razones para usar observación participante en la investigación:

Bernard (1994), lista cinco razones para incluir la observación participante en los estudios culturales, cada una de los cuales incrementa la validez del estudio:

Autoobservación

Existe otra forma de observación de enorme riqueza en la investigación cualitativa: la auto observación; muchos investigadores sociales han utilizado técnicas observacionales con el propósito de estudiarse a ellos mismos y a sus colegas. Tal idea deriva de la propuesta inicial de Dilthey, 1961, citado por P. Adler y P.Adler 1998, quien propuso por primera vez la Verstehen (compresión) de los seres humanos buscando empatizar con ellos.

Los observadores que se colocan en la misma situación que las personas observadas logran una comprensión existencial del mundo tal como la perciben y la sienten las personas a quienes estudian. Esta forma de observación ofrece la ventaja de una mayor profundidad e introspecciones en los significados y las experiencias medulares. Existen estudios  clásicos de autoobservación, como los de investigadores que han asumido el papel de pacientes psiquiátricos en hospitales para observar la forma en que se trata a los internos, y también para vivir lo que éstos viven. Es la forma de observación más cercana que existe.

En la actualidad hay discusiones interesantes respecto a los límites éticos que deben cuidarse en esta forma de observación. Algunos consideran que no debe realizarse en sitios privados, otros plantean que los participantes siempre deberán saber que están siendo observados, etc. Sin embargo, también es un hecho incontrovertible que varias de las muy valiosas investigaciones que se han realizado mediante la observación no habrían sido posibles si se hubieran atendido tales restricciones.

La observación constituye  una técnica muy valiosa que proporciona información interesante. Algunos críticos plantean que una de sus debilidades radica en que depende demasiado de la interpretación del investigador; sin embargo, a mi juicio, esto no la invalida.

Es una realidad, no obstante, que la observación es cada vez más utilizada en combinación con otros métodos, lo que enriquece la información obtenida.

Resumen

La observación  implica la compenetración del investigador en una variedad de actividades durante un extenso periodo de tiempo que le permita observar a los miembros culturales en sus vidas diarias y participar en sus actividades para facilitar una mejor comprensión de esos comportamientos y actividades. El proceso de llevar a cabo este tipo de trabajo de campo implica ganar acceso en la comunidad, seleccionando porteros e informantes clave, participando en tantas actividades como sea permitido por los miembros de la comunidad, aclarando los propios hallazgos a través de revisiones de los miembros, entrevistas formales y conversaciones informales, y manteniendo notas de campo organizadas y estructuradas para facilitar el desarrollo de una narrativa que explique varios aspectos culturales al lector. La observación participante se usa como un soporte principal en el trabajo de campo en una variedad de disciplinas y, como tal, ha probado ser una herramienta benéfica para producir estudios que brindan una representación precisa de una cultura. Este artículo, que si bien no incluye completamente todo lo que se ha escrito acerca de este tipo de métodos de trabajo de campo, presenta una perspectiva de lo que se sabe sobre ellos, incluyendo varias definiciones, historia y propósitos, las posturas del investigador e información acerca de cómo llevar a cabo observaciones en el campo.


[a] Director del Instituto Mexicano de Sexología – IMESEX, A.C.

[b] Profesor Investigador – Área académica de Medicina – UAEH-ESTl

[c] Profesor Investigador – Área académica de Medicina – UAEH-ICSa

[d] Profesor Investigador – Área académica de Enfermería – UAEH-ICSa

[e] Alumnos de la Licenciatura en Médico Cirujano – UAEH-ESTl