Opiniones y actitudes ante el VIH-SIDA en alumnos que profesan distintas religiones dentro de la Licenciatura en Médico Cirujano de la Escuela superior de Tlahuelilpan de la Universidad autónoma del estado de Hidalgo.
Opinions and attitudes towards HIV-AIDS in students who profess different religions within the Bachelor of Surgery of the Higher School of Tlahuelilpan of the Autonomous University of the State of Hidalgo.

Resumen

INTRODUCCIÓN: Las religiones como instituciones promueven un conjunto de creencias, valores e instrucciones que son interiorizadas por los individuos y llegan a influir en su conducta, por lo tanto, resulta interesante conocer como conciben al VIH-SIDA jóvenes que pertenecen diferentes religiones dentro de la licenciatura en médico cirujano, Adventistas, Católicos, integrantes de la Iglesia de Jesucristo de los santos de los últimos días y Testigos de Jehová. METODOLOGÍA: Se utilizó una metodología cualitativa, tipo fenomenológico mediante la técnica de grupos focales con estudiantes universitarios que profesan alguna de las religiones antes enunciadas. RESULTADOS: Se encontró que los cuatro grupos conciben al VIH-SIDA como una enfermedad que se contrae principalmente por contacto sexual, solo los Testigos de Jehová enfatizan que se contrae mediante hemotransfusiones, por lo cual prohíben estas. El único grupo religioso que permite el uso del condón son los Adventistas. CONCLUSIONES: En los cuatro grupos religiosos se identifica al VIH-SIDA, principalmente como una infección de transmisión sexual. En los católicos se relaciona con las relaciones sexuales extramaritales. Es importante señalar que esta información no difiere significativamente entre la postura personal y la religión que profesan.


Palabras clave: Religión, Creencia, Sexualidad, VIH-SIDA.

Abstract

INTRODUCTION: Religions as institutions promote a set of beliefs, values and instructions that are internalized by individuals and come to influence their behavior, therefore, it is interesting to know how they conceive of HIV-AIDS young people belonging to different religions within the Bachelor of Surgery, Adventists, Catholics, members of the Church of Jesus Christ of Latter-day Saints and Jehovah's Witnesses. METHODOLOGY: A qualitative, phenomenological type methodology was used through the technique of focus groups with university students who profess some of the religions mentioned above. RESULTS: It was found that the four groups conceive of HIV-AIDS as a disease that is contracted mainly by sexual contact, only the Jehovah's Witnesses emphasize that it is contracted through hemotransfusions, for which they prohibit these. The only religious group that allows condom use are Adventists. CONCLUSIONS: In the four religious groups HIV-AIDS is identified, mainly as a sexually transmitted infection. In Catholics it is related to extramarital sexual relations. It is important to note that this information does not differ significantly between the personal stance and the religion they profess.


Keywords: Religion, Belief, Sexuality, HIV-AIDS

Introducción

La palara religión, utilizada como sinónimo de fe o sistema de creencias, como creencia concerniente a lo sobrenatural, sagrado, o divino y a los códigos y categorías morales, practicas, rituales, valores e instituciones relacionadas a dicha creencia. En ocasiones, se usa para designar lo que debería ser llamada religión organizada u organización religiosa, es decir, organizaciones que soportan el ejercicio y practica de ciertas religiones, frecuentemente bajo la forma de entidades legales (Fernández, 2010). Por tanto, la religión como un organismo juega un papel importante en la sociedad, en las políticas de los gobiernos y en la vida de las personas. Las religiones representan sistemas coordinados de creencias y prácticas específicas que definen y explicitan lo sagrado, esto es, prescriben un orden sobre ciertos fenómenos o elementos cuya existencia tiene lugar en un más allá, fuera de la vida ordinaria.

Objetivamente, la religión es una suma de creencias, ritos, acciones de sacrificios y oraciones, en la que la dependencia subjetivamente percibida encuentra su expresión objetiva. Ya que contiene un orden estratégico que dirige a las personas creyentes hacia un fin de satisfacción espiritual y por tanto el gozo cotidiano; es objetivo porque toda religión al diferenciarse hace enunciar la meta o bien los fines propios con base en su jerarquía y contenido de creencias, de igual manera se convierte en objetivo en cuanto un grupo de personas coinciden y se reúnen hacia un fin específico, que es acudir a su Dios y obtener de él las respuestas a sus necesidades a través de las técnicas o bien ritos establecidos por la religión. Este poder religioso, impulsa a las personas a conjuntar sus valores y conductas de forma que alteren su estilo de vida, es decir, los motiva a ejecutar actos que vayan acorde con las reglas que su grupo religioso les exponga. La religión, al ser una relación entre el hombre y la fuerza sobrehumana en la que él cree y de la que se siente dependiente, penetra en nuestra vida como una realidad nueva. Por tanto, la dependencia de lo santo se convierte en el fundamento del orden de vida correcto, es decir, de la ética (Grom, 2004).

Por otra parte, hablando de moralidad y ética, cabe mencionar que la palabra moral proviene del latín mos o more y significa costumbres. La palabra ética viene del griego ethos y significa también costumbres o carácter. La conciencia moral nace cuando por primera vez se experimenta el valor de las personas y está en proceso de formación durante el resto de la vida, de ahí que progresivamente surjan los conceptos de bondad y maldad (Ramírez, 1997). Las dos categorías, el bien y el mal, resultan de la generación de la experiencia humana, el principio universal para las conductas en las éticas de corte aristotélico, la búsqueda del bienvivir o de la vida buena entendiendo en forma general aquello que es usual o acostumbrado en una buena sociedad civil. ¿Por qué hablar de moral?, la razón es que no puede hablarse de la religión y de VIH-SIDA sin hacer referencia a categorías morales inmersas en su estudio. El primer impacto que sufrió la humanidad al conocer la nueva enfermedad fue su supuesta liga con formas de vivir censuradas por la mayoría y etiquetadas como inmortales. El VIH-SIDA viene a instalarse en el núcleo de nuestra moralidad, ya que está (o puede estar) presente en las relaciones no sólo corporales sino afectivas de los seres humanos, las que basan el amor, la familia, la procreación, la comunicación, el placer comparativo, entre otras (Sors, 2006).

Sin duda, es la Religión Católica quien más influencia ejerce en la sociedad latinoamericana, no solo sobre el ciudadano individual sino incluso a niveles gubernamentales, de políticas educativas y sanitarias (Escobar, 2005).

Y es en función de la influencia que ejercen las religiones sobre la conducta de sus devotos que para este estudio se retomó la teoría de la influencia social. Así, entendemos la influencia social como todo aquello que produce un cambio en la conducta individual en virtud de las presiones dominantes en un determinado contexto (Fischer,1990). Dichas presiones pueden estar representadas por instituciones o grupos sociales y en algunos casos hasta llegan a ser grupos minoritarios los que ejercen la presión. El proceso de influencia social puede seguir distintos mecanismos, los cuales se presentan de manera latente desde el inicio de nuestra socialización, esto es mediante la imitación y contagio social, la comparación social o mediante las normas sociales. Sea cual sea el mecanismo podemos apreciar un resultado exitoso cuando aparecen dos formas de conducta: la conformidad o la obediencia.

Para el caso de la influencia que puede ejercer la religión sobre sus devotos en lo que concierne al VIH-SIDA, resulta trascendental poner atención sobre tres elementos, las normas, la conformidad y la obediencia. Las normas consisten en reglas explicitas o implícitas que impone de forma más o menos organizado de conducta social, estas se presentan como un conjunto de valores seguidos en una determinada sociedad que requieren adhesión e implican sanciones (Canto, 1994). La conformidad se define como la modificación de un comportamiento mediante la cual el individuo responde a las presiones de un grupo (Canto, 1994). En contraparte, la obediencia es la modificación del comportamiento mediante la cual un individuo responde con la sumisión a una orden procedente de una autoridad legítima (Canto, 1994). La diferencia entre estas radica en que la conformidad hace referencia a un acto de plena voluntad que refleja acuerdo con el grupo mientras que en la obediencia no necesariamente existe acuerdo con el grupo sino tan solo el acatamiento de directrices.

Metodología

La presente investigación tuvo como finalidad dar respuesta a las siguientes interrogantes: ¿Cuál es la postura personal ante el VIH-SIDA y los que la padecen? ¿Cuál es la postura de las religiones estudiadas ante el VIH-SIDA y los que la padecen? y ¿Existen diferencias en cuanto a la postura hacia esta enfermedad entre los jóvenes de los cuatro grupos religiosos estudiados?

Se realizó la investigación bajo un enfoque cualitativo, teniendo como marco referencial interpretativo a la fenomenología. La muestra fue no probabilística, por conveniencia, a un grupo de jóvenes de ambos géneros, cuyas edades fluctúan entre 17 y 22 años de edad, que estudian actualmente el programa educativo de la licenciatura en médico cirujano en la escuela superior de Tlahuelilpan de la Universidad autónoma del estado de Hidalgo, solteros/as sin hijos/as. Se tomó en cuenta la participación activa y cotidiana en las acciones y ceremonias de su congregación religiosa. Se realizaron 2 entrevistas a profundidad grupales a un total de 16 estudiantes de ambos géneros, 10 estudiantes del género masculino y 6 del género femenino, de los cuales;  pertenecen a las siguientes congregaciones religiosas, 9 católicos, 2 adventistas, 2 testigos de Jehová y 3 mormones. Las entrevistas realizadas seguían un formato semiestructurado, que contó también con un guion de observación en el que se abordaban seis tópicos principales o guía temática: Como concebían al VIH-SIDA, que conocían sobre esta infección de transmisión sexual, que postura tenían las personas hacia los/as que padecen esta enfermedad, que se menciona sobre el VIH-SIDA en su contexto religioso y, finalmente, que postura asume su religión ante dos elementos, la forma de contagio y las acciones de prevención.

Resultados

Después de realizar la técnica, se obtuvieron los resultados que a continuación se describen por grupo religioso.

Iglesia Católica:

Las personas conciben al VIH-SIDA como una enfermedad que adquiere el ser humano a través de las relaciones sexuales. El contagio se ve asociado principalmente a relaciones vividas fuera del contexto matrimonial. Algo interesante es que tienen perfectamente establecido que su religión no permite el uso del condón, a pesar de los riesgos que se presentan al mantener contacto sexual sin este método de barrera. La iglesia Católica solo permite que se practiquen los métodos naturales y la abstención para el control natal, además condenan el adulterio y las relaciones sexuales prematrimoniales, con lo cual pretenden controlar el no contagio del VIH-SIDA. Al preguntar sobre la postura personal hacia estos preceptos, se encontró que las personas no están del todo de acuerdo con ellos. Los participantes no perciben las relaciones prematrimoniales como algo pecaminoso, lo consideran necesario para conocer mejor a su pareja y así tomar decisiones más concretas en lo referente al matrimonio. Por otra parte, consideran que el uso del condón es necesario para protegerse no solo del VIH-SIDA, sino también de otras infecciones de trasmisión sexual y para prevenir embarazos no deseados y no planeados.

Iglesia Adventista.

En este grupo se encontró que contextualizan al VIH-SIDA como una infección que puede ser contraída por contacto sexual o por transfusiones de sangre. Al interior de la congregación apoyan a los que la padecen, sean o no adventistas, básicamente mediante platicas y ayuda en los cuidados personales o del hogar.  No rechazan del todo el uso del condón; sin embargo, lo consideran una opción para planificar la familia y proteger la salud, no un instrumento para poder satisfacer necesidades sexuales de forma libre. El uso de este método solo lo justifican dentro del ámbito matrimonial con el objetivo de procurar tener el número de hijos que puedan cuidar y mantener adecuadamente, al tiempo de procurar que no se ponga en riesgo la salud de la mujer por un embarazo de alto riesgo.

Iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos días. (Mormones)

Identifican como formas de contraer el VIH-SIDA a las relaciones sexuales sin protección y a las transfusiones de sangre. Esta religión establece que todas las personas son hijos de Dios, por tanto, se le debe dar el apoyo a la persona que así lo requiera y, según lo comentan los entrevistados, así es como actúan de manera cotidiana. El uso del condón no está permitido dentro de esta religión por considerarlo como un medio de evadir responsabilidades, pero algunos miembros no comulgan con esa postura, de ahí que la iglesia les da la libertad de decir si lo utilizan.

Testigos de Jehová

Conciben al VIH-SIDA como una enfermedad que puede ser trasmitida por el contacto sexual o por las transfusiones de sangre, no muestran prejuicios o rechazo hacia las personas que viven con esa enfermedad. Sin embargo, lo que si muestran abiertamente es un perjuicio hacia las transfusiones de sangre, consideran que pueden contagiarse de cualquier enfermedad y que es un acto que atenta contra el orden de Dios, pues el cuerpo es un regalo que el otorga y solo él puede tener la capacidad de sanarlo; si alguien introduce sangre de otra persona en su cuerpo es el equivalente a atentar contra ese regalo divino e ir en contra de la ley establecida por la religión. Están en contra del uso de cualquier método anticonceptivo pues para ellos esto implica un ataque a la voluntad de Dios. No obstante, en algunos casos la pareja puede someter ante el consejo de ancianos la solicitud para utilizar un condón o algún otro método, si es que su situación económica no les permite atender más hijos. Cabe mencionar que los integrantes de esta religión no asisten a centros  de salud, ya que dentro de su organización religiosa se cuenta con personas que proporcionan información sobre el tema.

Discusión

El interés por estudiar las posturas de estos grupos religiosos fue que a pesar de que las tres últimas emanaron del catolicismo, se alejan sustancialmente en sus preceptos, normas y creencias. Por tanto, resultó relevante conocer cuál era su postura con respecto a la enfermedad y aquellos/as que han contraído esta enfermedad, al margen de sus diferencias estructurales y de creencias religiosas. Si bien, las principales religiones de nuestro país han manifestado uniformidad en el rechazo hacia ciertos elementos relacionados con la salud sexual y reproductiva, tal como el uso del condón o la legalización del aborto, no se tiene documentado su opinión concreta en lo concerniente al tema de estudio. Así, pues, más allá del interés  sobre el tema, se debe considerar la relevancia de la religión como factor determinante en la toma de decisiones, la creación de simbolismo y creencias, así como en la formación de una cosmovisión que se refleja en el actuar de los individuos.

En consecuencia, conocer lo que al interior de cada grupo religioso se promueve y divulga sobre el tema, permitirá tener una visión más clara y uniforme sobre como una institución religiosa, cualquiera que esta sea, influye de manera determinante sobre la percepción, las actitudes y el proceder de sus integrantes con respecto a un padecimiento como el VIH-SIDA, envuelta en una polémica moral por la categoría formada socialmente en torno a ella desde que apareció, siendo catalogada como una enfermedad de homosexuales, drogadictos y promiscuos y personas que llevan un patrón equivocado de conducta.

Conclusiones

Los cuatro grupos religiosos estudiados, identifican al VIH-SIDA, principalmente, como una infección de transmisión sexual. En los católicos se vincula con las relaciones sexuales extramaritales, en tanto que los Testigos de Jehová  enfatizan la posibilidad de infectarse d por medio de transfusiones de sangre. Es importante señalar que esta información no difiere entre la postura personal y la de su religión.

Tanto las personas como las congregaciones religiosas manifiestan una actitud abierta y comprensiva hacia las personas que viven con VIH-SIDA, no se encontraron prejuicios hacia ellos ni comentarios ofensivos, contrario a lo que podía suponerse, pues como lo menciona Sors (2006), la religión católica ha promovido una imagen negativa de esta enfermedad.

En cuanto al uso del condón, todas las religiones prohíben el uso, no obstante, los adventistas son los que muestran mayor apertura a su uso. Los representantes de este grupo promueven  la colaboración de expertos en el tema en las pláticas dirigidas a la congregación, es decir, si ésta manifiesta interés por hablar dentro de sus actividades semanales sobre un tema en particular, se invita a una persona que desde una perspectiva sistematizada, vierta información que amplié el panorama del integrante,  dado que esta religión rehúsa las imposiciones hacia sus miembros, su actuar consiste solo en ofrecer argumentos del por qué usarlo o no y deja abierta la posibilidad de que cada individuo tome sus propias decisiónes.

En la postura individual se encontró inconformidad con la prohibición del uso del condón, a excepción de los Testigos de Jehová, en mayor medida en católicos y en menor grado en mormones y adventistas. Estos sujetos visualizan la práctica sexual prematrimonial como necesaria o preferente para consolidar una relación de pareja estable y el uso del condón puede dar mayor seguridad y confianza para practicar abiertamente su sexualidad. Aun cuando se pretende mayor libertad para tener experiencias sexuales antes de casarse, estas se condenan rotundamente fuera del matrimonio; por lo tanto, el condón solo debería ser utilizado antes de casamiento o después de este como método antifecundativo.

Los católicos, a pesar de ejercer su religión activa, voluntaria y conscientemente, no manifiestan el mismo grado de influencia proveniente de su religión como ocurre con las otras tres religiones. Las causas de esto pueden ser que, en este grupo, la religión no se configura como una de las prioridades del individuo ni como un elemento determinante en la toma de decisiones; se adquieren más comportamientos provenientes de la escuela, amigos, medios de comunicación y entorno, ya que se tiene un contacto más directo con ellos. Lo anterior se conjunta con el hecho de que no se percibe una doctrina católica bien definida y claramente promovida en el tema que nos atañe, ya que a pesar de existir una doctrina social delineada por el mismo Vaticano, en cada región se promueve los principios de la forma que el sacerdote u obispos ir en contra de lo que establece la religión.

De manera contraria, los Testigos de Jehová expresaron una gran uniformidad en las respuestas dadas por los diferentes actores y estos en general están de acuerdo con los preceptos de la religión, lo cual es reflejo de la influencia que ejerce esta sobre sus integrantes y de la prioridad que dan a las normas, valores y creencias de su grupo como patrones de comportamiento que lo guían en su vida cotidiana. Tal como Grom (1994) lo indica, en este grupo religioso se puede ver que cada miembro se considera parte de un sistema mayor en el que se desdibuja parcialmente su individualidad, al grado de delegar ciertas decisiones concernientes a su salud reproductiva al consejo de ancianos de su salón.

En los Mormones y Adventistas, se observa un comportamiento más cercano al del grupo antes mencionado que al de los católicos, es decir, su comportamiento y creencia se ve influido por los preceptos religiosos, aunque no con la misma fuerza que en los Testigos de Jehová, pues llegan a manifestar incomodidad con su religión sin asumir una postura de sumisión ante las autoridades de su iglesia.

Por lo tanto, solo los Testigos de Jehová manifiestan una postura de conformidad y obediencia ante las normas  de su religión, pues tal como lo mencionan Fischer (1990) y Canto (1994), los individuos modifican su conducta para responder a la presión de su grupo así como a las directrices de sus autoridades legítimas. Finalmente podemos mencionar que en el caso de las otras tres religiones, mucho más acentuado en los católicos, las normas a pesar de ser conocidas por los devotos no han llegado a influir sobre estos hasta tomar la forma de conformidad, por otro lado, la obediencia es el proceso que se aprecia más, sin embargo, se sigue apreciando el cuestionamiento a las normas religiosas.

Propuesta

El ejercicio de la sexualidad ha estado imbuido de un conjunto de aspiraciones y regulaciones políticas, legales, sociales y religiosas que inhiben muchas formas de expresión sexual al mismo tiempo que estigmatizan ciertos deseos y actos.

La educación es una de las condiciones fundamentales de la existencia y desarrollo de la sociedad. Dado que la sexualidad es parte del lenguaje mismo de la vida, del ser humano y su devenir como especie, se considera que es potencializadora del florecimiento de una personalidad sana y autorealizada y contribuye a la calidad de vida de las personas.

El estudio de la sexualidad humana, exige en primer lugar, establecer las cualidades esenciales del individuo, pues resulta imprescindible considerar que el hombre y la mujer son, en esencia, seres sociales. Precisamente por ser no solo un hecho biológico, sino también social, es que la educación para la sexualidad  no puede ser un hecho aislado del resto de la educación ni un hecho dirigido al control de la natalidad. La vida sexual es mucho más compleja y va mucho más allá de la mera función biológica del sistema reproductor; involucra, actitudes, valores, prácticas asociadas con la autoestima, la sexualidad, la salud y la prevención, entre los factores más importantes.

Los contextos religiosos deberán adaptar y renovar nuevos paradigmas en función de una educación de la sexualidad más holística, que permitan y favorezcan entre sus integrantes, el libre albedrio, tomar decisiones concretas que les permitan disfrutar del ejercicio de la sexualidad, sin excluir sus creencias religiosas, basadas en el respeto y en la apertura.

Referencias

Álvarez Ramírez, G. (2011). Capacidades de autocuidado para la prevención de VIH       en adolescentes. (Tesis de licenciatura). Recuperada de: http://cdigital.uv.mx/bitstream/123456789/29285/1/tesis7.pdf

Álvarez-Gayou, J.L. & Camacho, S. (2013). Los rostros de la homosexualidad, Una    mirada desde el escenario. México D.F: Manual Moderno.

Canto, J. (1994). Psicología social e influencia: Estrategias del poder y procesos de cambio. Granado: Aljibe.

Escobar, M. (2005). El amor en los tiempos del sida. En G. cruz (Comp.), Los derechos humanos dentro de la iglesia católica (pp. 272-281). México: Católicas por el derecho a decidir, A. C.

Fernández, J. (2001). La religión en la socialización del mexicano. En N. calleja y G. Gómez-Peresmitre (Comp.), Psicología social: Investigación y aplicaciones en México (pp. 398-432). México: Fondo de cultura económica.

Fischer, G. (1990). Psicología social. Conceptos fundamentales. Madrid: Marcea.

 

[a] Director del Instituto Mexicano de Sexología-IMESEX, A.C alvarez@imesex.edu.mx

[b] Profesor investigador-Área académica de Medicina-UAEH-ESTl salvador_doc@hotmail.com

[c] Profesora investigadora-Área académica de Enfermería-UAEH-ICSa juanpancho@hotmail.com

[d] Profesora investigadora-Área académica de Enfermería-UAEH-ICSa. solano@uaeh.edu.mx

[e] Alumno de la Licenciatura en Médico Cirujano-UAEH-ESTl. brandy_ninja_In@hotmail.com

[f] Alumno de la Licenciatura en Médico Cirujano-UAEH-ESTl. andremane007@gmail.com