La Bioseguridad en la Atención Odontológica
Resumen
Al realizar una consulta dental, se debe prestar una rigurosa atención al cumplir todas las normas referentes a Bioseguridad Odontológica. Por lo tanto el profesional el paciente tiene que estar protegido frente a cualquier infección. Muchas veces el operador al no seguir la acción rigurosa mencionada, es quien arrastra microorganismos en las manos hacia la boca y el cuerpo del paciente, denominándose "Infección Cruzada". El riesgo que puede existir en el ambiente laboral puede causar daño tanto a la salud del operador como del paciente, por eso se recomienda tomar medidas preventivas para evitar la transmisión de enfermedades, mismas que pueden darse a través de la sangre, secreciones respiratorias y orales del paciente a los profesionales y asistentes y de estos al paciente y entre pacientes. El acto quirúrgico no debe ser causa o vía de entrada de una infección para el paciente por lo que se debe tomar en cuenta una serie de normas preventivas tanto en los profesionales, los pacientes y el equipamiento (instrumentos, mobiliario, utensilios). El uso de barreras protectoras para la atención clínica, como son las técnicas asépticas, el procedimiento de esterilización y desinfección del instrumental, serán tomadas en cuenta ya que existe una variedad de microorganismos fácilmente transmisibles, como: la Hepatitis B, SIDA, sífilis, etc. 1
Como bien es sabido que debemos de tener cierta precaución con los pacientes que llegan a la clínica de odontología y sobre todos los riesgos que se pueden presentar; uno de los virus más comunes y que tal vez no podamos detectar como personal del área de la salud, es el virus de la hepatitis B. Un paciente con antecedentes de algún tipo de hepatitis viral, en particular la de tipo B, obliga al clínico dental a indagar sobre tres aspectos fundamentales:
- Confirmación del diagnóstico.
- Daño hepático acumulado - condición funcional.
- Hepática, metabólica , hemostática y potencial infectante.